martes, 12 de junio de 2012

Amenaza de corralito en Europa

IGNACIO ESCOLAR
El Diario.es

La Unión Europea prepara planes de emergencia que incluyen límites a la retirada de dinero en los cajeros y controles de capitales en las fronteras para Grecia y “otros países”. Si la noticia es cierta –y tiene toda la pinta de que lo es– solo puede significar dos cosas. La mala: que la UE va de farol y está asustando a los griegos para que no voten a Syriza (cuyo programa conviene leer para entender la situación). La peor: que la ruptura del euro es hoy una posibilidad tan real que ni siquiera las autoridades europeas se atreven a descartarla.

Probablemente la respuesta correcta es la mala, pero pongámonos en la peor: en esa limitación de movimientos para el dinero, en ese corralito “suave” (por seguir la eufemística terminología oficial). Tal medida solo tiene sentido en un escenario, el de ruptura del euro. El pánico bancario que provocaría un corralito –más aún si se toma en varios países a la vez– es irreversible. Una vez que se levanten fronteras al movimiento de capitales en la eurozona, es difícil que vuelvan a caer, salvo que el euro caiga con ellas y la zona aislada recurra a otra moneda (y a una fuerte devaluación). Si llegamos al corralito, aunque sea preventivo, sería extremadamente caro recomponer la confianza. Si se pone en marcha algo así, desembocaría casi con seguridad en la salida de Grecia de la moneda única e incluso en el fin definitivo del euro, como Paul Krugman, hace apenas un mes, pronosticó.

Parece que los alemanes están hartos de pagar las “fiestas” a los PIGS o a los GIPSI. Pues también hay que decir que gracias a esas “fiestas”, de las cuales eran los patrocinadores, también sus banqueros vivieron por encima de sus posibilidades. Piensan que alimentar burbujas en el sur no tiene por qué salpicarles en el momento de su estallido. No se dieron cuenta de que el combustible que utilizarón era el € y que esta ha ido dejando regueros de combustible desde sus puntos de salida hasta sus puntos de destino. Una vez que la cosa explota en el destino el fuego se propaga hacia el origen a través de los regueros. Ahora creen que la solución, una vez comenzado el fuego, puede estar en cambiar de combustible.

Se equivocan. El fallo ha estado en los suministradores de combustible, han proporcionado más del necesario y para gastarlo se hizo necesario derrocharlo. Pues de este derroche los primeros responsables son los que abrieron el grifo: los bancos alemanes.Y después los bancos periféricos que proporcionaron también más de lo necesario a los consumidores.

Ahora los alemanes quieren pasar como hermanitas de la caridad en este juego piramidal. Cuando todos consumimos el mismo combustible, si este empiza a arder es fácil que termine por incendiar todos los depósitos. Sr. Merkel si quiere que sus depósitos no estallen tome medidas para que no se incendien los de los demás. Hay que poner orden en los gestores del combustible, en todos, pues todos utilizan el mismo combustible. Intervenir la banca española es un cortafuegos temporal; hay que intervenir el BCE para que deje de ser un lobby del sector financiero y se convierta en un verdadero Banco Central.

Igual que Bruselas tiene capacidad para intervenir un sistema financiero nacional “soberano” más fácil debería tenerlo para hacerlo sobre ese otro que los “regula”. Y si no, pasará a la historia, Sr. Merkel, como la causa principal de la destrucción de la UE, la que reventó su gallina de los huevos de oro.

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