miércoles, 15 de mayo de 2013

Los graves problemas del PP

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Rafael González Morera 

Me cuenta un amigo periodista madrileño bien enterado que el batacazo del Partido Popular en las próximas elecciones puede ser muy gordo. En la Comunidad Autónoma de Madrid la noche de los cuchillos largos ya ha comenzado, y ahora mismo la alcaldesa Ana Botella y el presidente de la comunidad, Ignacio González, no las tienen todas consigo para repetir candidatura. Las últimas encuestas, todas coincidentes incluso la del Centro de Investigación Sociológica (CIS) dependiente del Gobierno de Rajoy, apuntan a un descalabro del PP en Madrid, con la pérdida de la mayoría absoluta en la Comunidad y en la Alcaldía de la capital. Para justificar este importante retroceso los dirigentes madrileños próximos a Botella y González se escudan en los “ajustes y recortes” aplicados por el Gobierno central, pero lo cierto es que la política de privatizaciones y las duras medidas adoptadas en Educación y Sanidad por Ignacio González, y la pésima gestión de Ana Botella en la tragedia del Madrid Arena y el enorme endeudamiento por las obras en la M-30, colocan al Partido Popular en una situación muy delicada.
La última encuesta realizada por Metroscopia para “El País” en  relación al Ayuntamiento es  esclarecedora y similar a la ya publicada para la Comunidad Autónoma, con un aumento significativo de votos para Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia (UPyD), y fuerte descenso del Partido Popular y PSOE. Los sondeos apunta PP 21 concejales (-10), PSOE (15, igual), IU 14 (+8) y UPyD 7(+2). Como el Ayuntamiento de Madrid tiene un total de 57 concejales, la mayoría absoluta está en 29, por lo que de darse este resultado al PP no le bastaría con una hipotética alianza con Rosa Diéz, que dicho sea de paso sería el principio del fin de UPyD. En  otras encuestas los resultados son también altamente significativos en el ascenso de UPyD e IU.
Pero en todas las encuestas quién lo tiene peor a nivel de liderazgo personal es Alfredo Pérez Rubalcaba, y los militantes y votantes del PSOE están pidiendo a gritos un relevo en la dirección federal. En esta encuesta Rubalcaba es quién peor nota saca en la valoración personal, de los dirigentes a nivel nacional con un -81, y Rajoy le sigue con un -53. Pero el Partido Popular tiene además metido en su piel la rivalidad entre Sol (Gobierno Regional) y Génova (sede nacional del PP), en definitiva la gran batalla entre Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy. Y ya metidos en batallas preelectorales, aparece ahora la Delegada del Gobierno en Madrid, de la cual se rumorea que podría ser la candidata a la alcaldía de Madrid en relevo de Ana Botella, que está en horas muy bajas.
Lo que parece claro es que cuanto más tiempo tarde el PSOE en decidirse a relevar a Pérez Rubalcaba, más posibilidades le darán al PP para su recuperación. Por aquí en Canarias el PSOE anda igual más o menos que en Madrid, y el Frente Amplio no acaba de limar algunas diferencias entre quienes firmaron inicialmente su puesta en marcha, y de este modo Izquierda Unida, Socialistas X Tenerife y Si Se Puede de Tenerife siguen con sus eternas dudas a que calorcito arrimarse.  La izquierda sigue con sus eternas dudas, el cuento de nunca acabar.

jueves, 2 de mayo de 2013

La insensibilidad moral de la Iglesia Católica

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No existe plena conciencia en España del enorme conservadurismo de las máximas autoridades eclesiásticas de la Iglesia Católica en nuestro país, resultado de su histórica alianza con las fuerzas ultraconservadoras que han dominado al Estado español en los últimos setenta y cinco años. Y quisiera aclarar que cuando hablo de la  jerarquía española, incluyo también a  la catalana y a la vasca que, aún siendo más sensibles hacia el carácter plurinacional del Estado español, continúan siendo insensibles hacia el bienestar social de las clases populares, limitando su acción a la labor asistencial de carácter caritativo, la cual, sin desmerecer su valor para sectores muy vulnerables de la población, no afecta al bienestar general de la mayoría de la población, seriamente afectada por las políticas públicas de austeridad del gasto público del Estado español (tanto el central como las CCAA). Los recortes de gasto público social  que caracterizan a estas políticas públicas de austeridad contribuyen  en gran medida al deterioro de la calidad de vida de la población. La falta de crítica de la Iglesia Católica hacia estas políticas públicas promovidas ahora por los gobiernos conservadores que están debilitando enormemente las transferencias (como las pensiones) y los servicios públicos (como sanidad, educación y servicios sociales del Estado del Bienestar) es sorprendente en una institución –como la Iglesia Católica- que se presenta como promotora de la moral individual y colectiva de una sociedad. El énfasis en la caridad, en ausencia de una preocupación por la justicia y la equidad, suena a una incoherencia próxima al escapismo y cercana al oportunismo.
Su aparente preocupación por los síntomas –la pobreza-  con deliberado olvido de sus causas –la injusticia y explotación social- es una muestra de una moral oportunista, afín a las estructuras de poder responsables de la pobreza. Hoy el deterioro del bienestar de la población se está generando mediante unas intervenciones públicas que sistemáticamente apoyan a unos sectores y clases sociales a costa de otros. La evidencia de ello es abrumadora.
De ahí que, comparando el silencio ensordecedor de las autoridades eclesiásticas frente a estas políticas públicas con la protesta activa y contundente frente a las políticas que facilitan el aborto y permiten la homosexualidad, parezca lógico concluir que la jerarquía eclesiástica tiene una gran preocupación (que alcanza niveles casi de obsesión) por los derechos de los que no han nacido todavía (en su lucha, por ejemplo, contra el aborto) y en cambio muestra una desatención hacia los derechos de los que ya han nacido.
Comparando con la Iglesia Protestante Anglicana
Este ultraconservadurismo se pone en evidencia claramente cuando se compara también su comportamiento con el de la Iglesia Protestante Anglicana en Gran Bretaña frente a una situación semejante a la de España . El Sr. Rajoy de Gran Bretaña se llama Sr. David Cameron, presidente del PP británico que se llama Partido Conservador. Como en España, el Partido Conservador ha sido históricamente muy cercano a la Iglesia Anglicana hasta el punto de que solía llamársele el Partido Conservador con Sotana. Pero esta relación se ha ido debilitando y, aunque es el partido más próximo a esta Iglesia, el hecho es que últimamente ha habido bastantes enfrentamientos sobre temas de política económica y social.
Así, el gobierno presidido por David Cameron ha estado, como también el gobierno Rajoy, debilitando el Servicio Nacional de Salud (National Health Service, NHS) a base de recortes de gasto público sanitario, que están destruyendo el servicio. 25.145 empleados han sido despedidos; se ha reducido el 6% de todas las camas hospitalarias; el tiempo de espera promedio ha alcanzado la mayor cifra conocida; la satisfacción del usuario con estos servicios ha decaído, bajando de un 70% en 2010 a un 60% en 2012; la privatización de la sanidad ha sido favorecida por estos recortes, que están afectando a la calidad de los servicios sanitarios públicos; 12 hospitales públicos han sido privatizados; y así un largo etcétera, políticas, todas ellas, que están siendo aplicadas aquí en España por el Partido Popular, el partido más próximo a la Iglesia Católica (junto con CiU, cuyo gobierno está llevando a cabo políticas también semejantes en Catalunya).
Pues bien, en Gran Bretaña las autoridades máximas de la Iglesia Anglicana han denunciado pública y extensamente estas políticas. Un ejemplo es el simposio convocado por el Arzobispo de York para analizar los valores morales que guiaban el desarrollo de estas políticas. El documento preparado por el Arzobispo John Sentamu (Health and Well-Being, and the NHS) debería ser lectura obligatoria para todas las autoridades de la jerarquía católica española, para todos los creyentes católicos y para todos los votantes del PP (y de CiU). Sería deseable que algún católico progresista lo tradujera. El documento incluye comentarios como los siguientes:
“Deberíamos favorecer aquellas políticas que alientan el sentido de hermandad de los que viven en nuestro país. (…) Estas políticas de recortes van en contra de estos valores (…) afectan a la dignidad de las personas.(…) No  podemos apoyar políticas que separan, no unen, a personas, y muy en especial en momentos de gran vulnerabilidad, como en la enfermedad.(…) La compasión necesita ir asociada con el sentido de dignidad, derechos y equidad.(…) La  moral nos exige construir una sociedad bajo estos principios.(…) Es nuestra obligación defender los principios de Bevan (el Ministro de Salud del gobierno laborista británico que estableció el NHS) que dan el derecho a cada ciudadano de tener acceso a los servicios sanitarios.(…) No podemos apoyar o estar callados frente a una situación como la actual en la que este derecho está siendo afectado en la práctica por las políticas de recortes. (…) No podemos aceptar por razones morales que la atención sanitaria dependa de la capacidad de pago del paciente. (…) El NHS debería estar financiado progresivamente, de manera que contribuyan con impuestos más acentuados los que más tienen. (…) Debemos apoyar a un sistema público en el que tanto los pacientes como los que trabajan en él sean respetados y queridos por el sistema. Un hospital no puede ser un supermercado. (…) Necesitamos expresar nuestro profundo desacuerdo con aquellos políticos que no respetan la justicia social que guía la financiación y provisión de servicios del NHS, de manera que los recursos se financien según el nivel de renta e ingresos de la ciudadanía, y que se distribuyan según la necesidad de los pacientes. Necesitamos hablar claro a favor de la equidad”.
Nada semejante a este documento ha sido firmado por ningún obispo español, en respuesta a la crisis actual. Aquí toda crítica de la Iglesia al gobierno  ha sido sobre temas relacionados con el sexo (aborto, homosexualidad) y sobre los ingresos a la Iglesia por parte del Estado, y nada, repito, nada, sobre justicia social. Y es ahí donde sería deseable que hubiera un movimiento en las bases de la Iglesia Católica española (incluyendo la catalana y la vasca) para exigir un cambio en sus dirigentes. Es de una enorme importancia para que la situación actual pueda cambiar. Así pasó en Gran Bretaña y así podría (y debería) ocurrir en nuestro país.