lunes, 30 de enero de 2012

La injusticia

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA


Paso por la calle Atocha, 55, donde asesinaron los fascistas a cinco abogados laboralistas e hirieron gravemente a otros cuatro. Me detengo unos momentos en la puerta, y luego camino hacia la plaza de Antón Martín, en donde hay un monumento conmemorativo de la matanza fascista. Este suceso no ocurrió al final de la guerra civil, ni en los años 40, ni siquiera en los 50, este atroz atentado criminal sucedió el 24 de enero de 1977. Los autores, falangistas de extrema derecha que no querían que volviera la democracia a España, ni siquiera con una monarquía borbónica inducida por el General Franco. De esta forma se vivía lo que se ha llamado la transición democrática (sic) española hace 33 (treinta y tres) años. Un año antes, en 1976, se produjeron las matanzas de Vitoria y Montejurra, con Manuel Fraga Iribarne al frente del Ministerio de la Gobernación (Interior). Hace frio en la plaza de Antón Martín, en el corazón del Madrid de Las Letras, y me voy al Ateneo en donde hace más calor, incluso político. La sala de conferencias está abarrotada, y la emoción se palpa por todos los rincones. El magistrado del Tribunal Supremo, José Antonio Martín Pallín, intervino en nombre de Justicia y Democracia, y recuerda el brutal asesinato de los abogados laboralistas, y critica duramente la falsa transición, quién dijo que el juicio contra los asesinos de los abogados de Atocha fue el primero ¡y el último! contra el franquismo, y se refiere a la injusticia de los juicios contra el juez Baltasar Garzón, y que las acusaciones contra Garzón del juicio del franquismo sean nada menos que Falange Española, Manos Limpias y Libertad e Identidad, organizaciones fascistas de extrema derecha.
Luego hablan viejos republicanos como Gervasio Puerta, Gregorio Ortíz, Juan Vallejo, y todos coinciden que la transición democrática ha sido un engaño al pueblo español. Con Juan Vallejo, un noventón que defendió Madrid de las tropas fascistas en el Puente de los Franceses en Noviembre de 1936, el auditorio se emociona. “Hace falta derribar la Constitución monárquica, y proclamar la Tercera República”. Trabo palique con un casi octogenario, y al final del acto inolvidable nos tomamos un tentempié con otros asistentes al acto en un bar de la calle Echegaray, cerca de la del Prado en donde está el Ateneo. “ A mi padre lo fusilaron los fascistas en 1940, estuvo escondido en casa de unos tíos de derecha casi un año después que Franco entrara en Madrid en abril de 1939, pero al final un vecino lo denunció, y lo fusilaron por auxilio a la rebelión, mi padre que defendía la legalidad de la República fue acusado de auxiliar la rebelión, se están pitorreando de nosotros desde que dieron el golpe militar”.
En el Ateneo no se habló de otra cosa sino de la injusticia. Injusticia con Garzón, injusticia con los trabajadores, con los estudiantes, con las mujeres, los ancianos y los niños. Y de la transición antidemocrática se habló largo y tendido. Como decía el anciano Juan Vallejo en el Ateneo, la memoria es justa y el olvido es injusto. “No entiendo como José Bono llegó a decir que Manuel Fraga era un buen español”, dijo el anciano socialista Gervasio Puerta. Yo tampoco, ni tocando la gaita. Mientras a Fraga lo dejaron incluso participar políticamente en la España democráticamente monárquica, en Argentina el exdictador Jorge Videla cumple dos cadenas perpetuas. Me parece una barbaridad, y no le hubiese deseado a Fraga nada de eso, pero sí que lo hubiesen inhabilitado junto a los otros exministros franquistas que fundaron Alianza Popular, a perpetuidad, sin poder participar en política a partir de la Constitución monárquica de diciembre de 1978. Pero había mucho miedo al Ejército franquista. Yo también lo tenía, pero de aquellos polvos vienen estos lodos. ¿Hasta cuando?

domingo, 8 de enero de 2012

Salario mínimo, salario máximo

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA
No sé si el salario (sic) de Rodrigo Rato, de 2.400.000 euros (dos millones cuatrocientos mil euros) es el máximo que se cobra en España, porque a cada rato salen nuevas noticias de grandes ejecutivos que cobran grandes salarios. No sé además si se puede comparar con los 640 euros de salario mínimo que ahora mismo cobran los trabajadores españoles, incluidos los canarios pese a la lejanía física de la España continental. Me parece que es un insulto la comparación, de ahí que lo mejor es no comparar nada. Ya saben que Rodrigo Rato es el presidente de Bankia, que agrupa a Caja Madrid, Caja Insular de Ahorros, Laietana, Avila y Segovia, y alguna otra pequeña institución que antes eran todas cajas de ahorro y monte de piedad, son sus obras sociales más o menos benéficas de cara al pueblo, y que ahora se han convertido en bancos, y además reflotados por el Estado, y más concretamente por Zapatero cuando era presidente, y ahora por Rajoy, todo con dinero público, tuyo y mío.

Algunos me dirán que estoy recurriendo a la demagogia, que en todos los países civilizados (sic) hay salarios mayores y menores, y me viene a la memoria el salario del Rey, del Príncipe, de la Reina, y de las infantas Elena y Cristina, y los 507 funcionarios de la Casa Real, y dejo a un lado otros gastos reales que me está dando mareo. Y los negocios de Iñaki Urdangarin, qué bisnes usté, y el Rey dándose cuenta de la marejada que viene, en el discurso navideño quitó la foto de la familia real y la sustituyó por una de Rajoy a su derecha y de Zapatero a su izquierda, no sé si en Navidad 2012 esta última foto izquierdosa será sustituida por una de Rubalcaba o Chacón, en realidad de lo mismo.

En realidad quería hablarles hoy del miedo que estoy percibiendo entre el pueblo trabajador, el miedo que atenaza a todo el mundo con la crisis que no cesa. Hay un miedo científico, de aquellos que están enterados de cómo funciona el mundo financiero, de aquellos iniciados que les gustaría conocer la carta del Banco Central Europeo a José Luis Rodríguez Zapatero en mayo de 2010, y que no enseñó el expresidente, y que tampoco Mariano Rajoy quiere dar a conocer. La ultraderecha mediática, los periodistas de extrema derecha criticaron a Zapatero por no dar a conocer la carta del BCE que firmaba el entonces presidente Jean Claude Trichet, y ahora estos mismos periodistas callan y no critican a Rajoy que sigue sin darla a conocer. La carta contiene instrucciones para el Gobierno español, sea de derecha, centro o izquierda, en materia de ajuste presupuestario, económico y en material laboral, pero ahora hay que silenciar todo esto, antes Zapatero cedía en la soberanía de España.

Pero hablamos también del otro miedo, del más popular, de la incertidumbre sobre los ajustes y recortes después de las elecciones andaluzas de marzo, que incluso el Consejo de Ministros de hoy víspera de Reyes es una cosa muy suave para lo que viene. Es el miedo popular por si la cosa se extiende a más restricciones en materia de Sanidad, Educación, Programas de atención social, copago de medicinas, supresión de alguna que otra paga extraordinaria, vaya usted a saber lo que maquinan estos chicos del PP, que tienen a un ministro de Economía, Luis de Guindos, corresponsable de la quiebra del banco norteamericano Lehman Brothers, inicio de la gran crisis del siglo XXI que acaba de empezar, dicen los expertos economistas.

El miedo se palpa en las tertulias, entre la gente mayor y la gente joven, y parece que todo lo preside la resignación. Pero ¡cuidado!, todo tiene un límite, y el pueblo está cansado de que se le engañe, le tomen el pelo, y encima oír un día sí y otro también un nuevo escándalo político financiero, y este que afecta a la Casa Real interpretado por Iñaki Urdangarin es sin duda el más gordo de todos. De momento.

Felices Reyes para todos.