jueves, 26 de abril de 2012

Primero de Mayo

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA




Ya son muchos los amigos que se me quejan de las malditas noticias que oyen y hasta escuchan, (que esto de escuchar exige algo más de atención y reflexión), en las primeras horas de la mañana cuando los que son aficionados a la radio se levantan con la crisis pegada a las orejas. Muchos amigos todavía en edad laboral, después de un desayuno rápido y frugal (primer error del día), llegan al trabajo realmente cabreados y desmoralizados. Saludan al jefe mirándole con amor (primera falsedad del día) porque en caso de mirar al jefe con mala cara esto puede ser motivo de despido, 20 días por año y 12 mensualidades de indemnización, y tente tieso. Normalmente muchos currantes andan muy enrabietados, porque han vuelto a escuchar que los datos del paro coloca a Canarias a la cabeza del Estado español, que además hay un 51 por ciento de paro juvenil, y uno de mis amigos todavía en plan laboral tiene a dos hijos en el paro más tenebroso, y además las noticias les recuerda que más de 700.000 (setecientos mil) canarios están bajo el umbral de la pobreza, que se dice pronto pero que constituye un verdadero drama.
Una de mis amigas, la vecina del quinto, que todavía para su desgracia anda en edad laboral (mitigo su desgracia diciéndole que tiene la suerte de ser más joven), me cuenta que tras su jornada de trabajo tuvo arrestos para ver un poco el debate de los Presupuestos Generales del Estado, y le digo en la Plazoleta de Farray que tiene una paciencia infinita, le reconozco que en mi caso veo estos bodrios porque tengo que comentarlos, pero no se los recomiendo a ningún amigo, ni siquiera a los enemigos. La vecina del quinto me da sus razones: “Pues yo los veo para animarme a seguir protestando, y fue una satisfacción ver al Partido Popular más sólo que la una en el Congreso, fue un placer ver a PSOE, Izquierda Unida, UPyD, CiU, PNV y el Grupo Mixto, defendiendo todos sus enmiendas a la totalidad, especialmente a los catalanes de CiU que eran los más dudosos que rechazaran los presupuestos del PP, pues si señor, todos contra el PP, y además esto me da más moral para ir a la manifestación del Primero de Mayo, todos a una como Fuenteovejuna, tengo a más de cinco amigas convencidas de que nada de playa ese día, nada de ir al campo, todos a la “mani”que estos tios del PP nos van a llevar al siglo XIX, ya sabe que el Primero de Mayo de 1886 se celebró en Chicago una gran huelga con numerosos muertos por la policía, se reivindicaba las ocho horas de trabajo, ocho de sueño, y ocho de ocio, y ahí empezó la historia del Primero de Mayo. Ahora el Partido Popular nos quiere quitar las ocho horas de sueño y las ocho de ocio, y ponernos por lo menos 16 horas de curro”.
Corto el rollo, que es capaz de recordar la historia del movimiento obrero desde las hilanderas de Lyon y los metalúrgicos de Manchester, y le digo que me parece un poco demagógica, pero para no entrar en disquisiciones ni en disfunsiones con la inefable vecina del quinto, le prometo estar el Primero de Mayo al pie del cañón. “No diga eso del cañón cristiano, que la gente se asusta”. Esta mujer por discutir pasa del progresismo al conservadurismo en un par de cafés en Farray.

martes, 24 de abril de 2012

Salir cojeando de Afganistán

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IMMANUEL WALLERSTEIN



La Jornada


Los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos parecen tratar de gritar más fuerte que el otro en lo que concierne a Irán, Siria, e Israel/Palestina. Cada uno de ellos alega que hace más por respaldar los mismos objetivos. ¿No resulta entonces extraño que al momento no haya tal contienda verbal en lo que concierne a Afganistán?
No hace mucho fuimos testigos del mismo juego demócrata-republicano en torno a Afganistán. ¿Cuál era el partido más macho? Recuerden el concepto de que una “oleada” de tropas podría ganar la guerra, un concepto que el presidente Obama abrazó en su discurso ante la academia militar estadunidense en diciembre de 2009. Ahora, repentinamente, desde marzo de 2012, parece haberse convertido en un tema que nadie quiere impulsar en voz demasiado alta.

Hay explicaciones simples. En la guerra más larga que Estados Unidos ha emprendido, la guerra en Afganistán, tiene muy poco de valioso que mostrar. El enemigo designado, los talibanes, constituyen una fuerza con mucha capacidad de recuperación, particularmente en áreas pashtunes, por supuesto, que juntas constituyen la zona étnica más grande del país.

Estados Unidos, casi con una mano, impuso a Hamid Karzai, un pashtún, pero no un talibán, como presidente de Afganistán. Karzai no era, no es, apreciado por líderes de las otras zonas étnicas en el norte y el occidente del país, que han intentado derrocarlo por años. Estos otros grupos encuentran respaldo en algunos poderes externos: Rusia, Irán e India, todos ellos decididos, al igual que EU, a impedir el retorno del poder de los talibanes. Pero Estados Unidos no va a trabajar con Irán, duda de si lo hará con Rusia y no parece coordinarse con India.

En febrero de 2012, algunos Coranes fueron quemados por soldados estadunidenses, lo que condujo a violentas protestas públicas en Afganistán. Luego 16 niños mujeres y hombres fueron masacrados por un soldado estadunidense. Estados Unidos se disculpó por ambos acontecimientos, pero eso a penas calmó la tormenta. El 18 de marzo, el presidente Karzai denunció a los estadunidenses en Afganistán como “demonios” involucrados en “actos satánicos”. Dijo que Afganistán estaba acosado por dos demonios –los talibanes y los estadunidenses.

El New York Times citó a un diplomático europeo anónimo: “Nunca en la historia ha gastado tanto dinero una superpotencia, ni ha enviado tantas tropas a un país con tan poca influencia sobre lo que dice y hace su presidente”.

Tratando de salvaguardar su posición un poco, EU comenzó a retirarse. En febrero el secretario de la Defensa, Leon Panetta, dijo que Estados Unidos se retiraría de su rol de combatiente no hacia finales de 2014 como se planeó originalmente, sino a mediados de 2013. A principios de abril, fue más allá. Anunció que entregaría el control de las misiones con operaciones especiales (como el uso de drones y ataques nocturnos) a fuerzas afganas. Las tropas de EU ahora jugarían un rol sólo de “respaldo”.

El primer ministro afgano Zalmai Rassoul no sonaba agradecido al anunciar que, una vez que las tropas estadunidenses y de la OTAN se fueran en 2014, Afganistán no permitiría que su territorio se convirtiera en plataforma de ataques con drones contra Pakistán.

Los paquistaníes asestaron un jab a Estados Unidos. El 12 de abril, el parlamento aprobó “unánimemente” una lista de condiciones para mejorar las relaciones Estados Unidos-Pakistán y reabrir las rutas de abasto de la OTAN a Afganistán. Entre las condiciones incluyeron el cese a los ataques con drones en territorio paquistaní y una “disculpa incondicional” por matar a 24 soldados paquistaníes en un ataque aéreo de la OTAN en noviembre de 2011. Estados Unidos se resiste a estas condiciones. Pero dado que ahora es clara la divergencia en los objetivos de política de Estados Unidos y Pakistán con respecto a Afganistán, no queda claro que EU pueda ganar.

El 4 de abril, Lawrence Korb, secretario adjunto de Defensa en el gobierno de Reagan, publicó un artículo: “Es tiempo de permitirle a Karzai que nos saque a patadas”. Korb argumentó que desde 1945 Estados Unidos ha sido “mucho mejor para empezar guerras que para terminarlas satisfactoriamente”. Apuntó lo que consideraba una pérdida innecesaria de vidas en los últimos dos años de las guerras de Corea y Vietnam.

La excepción, argumentaba, era Irak, donde Estados Unidos se retiró porque “el primer ministro iraquí Nouri Al-Maliki no dejó opción”. Y vitoreó: “En Irak el gobierno estadunidense tuvo suerte”. Su conclusión: Justo como Al-Maliki nos forzó a hacer lo correcto, debemos permitirle a Karzai asumir el control del país tan pronto como quiera”. Korb es una analista republicano conservador, que piensa que Estados Unidos obtiene una máxima ventaja por ser forzado a retirarse de Afganistán lo más pronto posible.

Korb no está solo. La encuesta del Washington Post/ABC News del 12 de abril, muestra que sólo 30 por ciento de la población dice que la guerra vale la pena lucharla, y es más notable que, por vez primera, una mayoría de republicanos concuerde en que no vale la pena. Dos cosas están ocurriendo en términos de la opinión pública. Primero, los afganos no parecen saludar los esfuerzos estadunidenses ni sus pérdidas militares. Más bien lo contrario. El machismo está cediendo lugar en EU ante la postura de una retirada después del rechazo. Además, los costos de la guerra son astronómicos en un momento en que Estados Unidos, y particularmente los republicanos conservadores buscan reducir gastos drásticamente.

Mi predicción: Obama seguirá el consejo de Korb.

Traducción: Ramón Vera Herrera

miércoles, 18 de abril de 2012

Nacionalización de YPF: “Nuestras empresas” y la “seguridad jurídica”

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PEDRO RAMIRO


Rebelión

"Es un modelo de recuperación de la soberanía y del control de un instrumento fundamental [...] Esto es una política de Estado, que debe unirnos a todos los argentinos [...] YPF es de todos".
Cristina Fernández, presidenta de Argentina, 16/04/12.

Después de varios días de numerosos rumores sobre la posibilidad de que el gobierno de Argentina anunciara la nacionalización de YPF, finalmente se concretó la noticia: la presidenta Cristina Fernández comunicaba ayer la expropiación del 51% de las acciones de la filial argentina de la petrolera Repsol. Como este asunto va a marcar la agenda política y económica de las próximas semanas, vamos a tener tiempo de ir analizando las muchas y muy importantes decisiones que, tanto la empresa como los gobiernos español y argentino, irán tomando en estos días. Por lo pronto, ante la sucesión de declaraciones y reacciones que se han venido produciendo últimamente en España en torno al “caso Repsol”, pensamos que vale la pena detenernos en cinco cuestiones clave. Veamos.

I. “Nuestras empresas”


«El gobierno de España defiende los intereses de todas las empresas españolas, dentro y fuera. Si en alguna parte del mundo hay gestos de hostilidad hacia esos intereses, el gobierno los interpreta como gestos de hostilidad hacia España y hacia el gobierno de España». José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, 12/04/12.

¿Son Repsol y otras corporaciones transnacionales como Telefónica, BBVA o Iberdrola “nuestras empresas”? En la última década, hemos visto cómo en muchas ocasiones los principales medios de comunicación y los gobernantes españoles se referían así a las grandes corporaciones cuya sede central se encuentra en el Estado español: «Nuestras empresas están en América Latina para quedarse, se trata de una apuesta de Estado que no tiene marcha atrás», decían desde el gobierno de Zapatero hace tres años. Y es que, según el discurso oficial, la internacionalización de “nuestras multinacionales” es una de las principales fuentes de riqueza para este país. En base a ese argumento, habría que defenderlas por encima de todo y dar por sentada la máxima de que «lo que es bueno para ‘nuestras empresas’ es bueno para la población española». Pero estas empresas, que sí puede decirse que fueron “nuestras” hasta finales de los años noventa -no olvidemos que compañías como Repsol, Telefónica, Endesa y Gas Natural fueron de titularidad pública hasta hace apenas una década y media-, hoy sólo pertenecen a sus accionistas. Y, en realidad, ellos son los únicos beneficiarios, junto con los directivos y ejecutivos de estas compañías y todos esos políticos y empresarios que se han hecho de oro atravesando las “puertas giratorias” que conectan el sector público y el mundo empresarial, con la expansión global de los negocios de estas compañías. Por citar sólo un dato: Antonio Brufau, presidente de Repsol, recibió una retribución por el desempeño de su cargo de 7,08 millones de euros en 2011.

II. “Intereses españoles”

«Una decisión de este tipo sería muy negativa para los intereses españoles y la obligación del gobierno es defender con todos los instrumentos a su alcance los intereses españoles». Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta y portavoz del gobierno, 13/04/12.

A pesar de que, si nos fijásemos en el accionariado de todas estas corporaciones transnacionales, no sería correcto técnicamente hablar de “empresas españolas”, ya que puede comprobarse que buena parte de su capital social pertenece a inversores extranjeros -en el caso de Repsol, por ejemplo, más de la mitad de sus acciones está en manos de personas y entidades radicadas fuera de España-, pensamos que sigue siendo útil caracterizarlas como “multinacionales españolas”. ¿Por qué? Pues porque sus principales dirigentes y beneficiarios se encuentran en este país, que es el lugar adonde se repatrían la mayoría de los beneficios obtenidos gracias a las operaciones en otros territorios. Y porque cuando tienen “problemas”, quien sale a defenderlas «con todos los instrumentos a su alcance» es el gobierno español. Ahora bien, una cosa es hablar de “empresas españolas” y otra, muy distinta, referirse a los “intereses españoles” para justificar la intervención gubernamental en favor de los intereses privados de una compañía transnacional. «Es una decisión contra España y los españoles», afirmaba ayer el ministro Soria confundiendo unos intereses meramente empresariales con el interés general de la población. Y es que para la patronal la consigna está muy clara: hay que ampliar la cartera de negocios de las compañías multinacionales para así poder seguir aumentando los beneficios año tras año. Y el gobierno, aplicando los principios de la doctrina neoliberal, defiende que con todo ello crecerá el PIB y mejorarán los indicadores socioeconómicos. Si hay que mirar para otro lado con los hechos que vayan desmintiendo este silogismo -por ejemplo, con el caso de Telefónica, que, a pesar de haber obtenido unas ganancias que suponen el récord en la historia de las empresas españolas, anunció en 2011 que va a despedir a uno de cada cinco de sus trabajadores en España-, pues se hace y listo. Así, se “globaliza” el beneficio empresarial, pero se “localizan” las políticas laborales en derechos, salarios y empleos. Dicho de otro modo: estas empresas se internacionalizan y obtienen la mayor parte de sus beneficios en el exterior, especialmente en América Latina, sin que ello contribuya en absoluto a la “recuperación” de la economía española.

III. “Política de Estado”

«Sabe que puede contar con nosotros [el gobierno español] y confiamos en que finalmente esto se pueda arreglar y dar marcha atrás a una decisión muy perjudicial». Soraya Rodríguez, portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, 13/04/12.

Estamos acostumbrados a que los dos grandes partidos mayoritarios alcancen un consenso en todo lo que tiene que ver con potenciar la “marca España”. Y es que tanto el actual gobierno español como el anterior siempre han concebido el apoyo a la internacionalización de las empresas españolas como una “política de Estado”. En eso no hay ni ha habido diferencias: la “diplomacia corporativa” y la “cooperación empresarial” se han convertido en la bandera de la acción exterior de los sucesivos gobiernos españoles. Esta simbiosis entre la política y el mundo empresarial se nos ha hecho tan cotidiana que nos resulta familiar, incluso, que el presidente del gobierno, sea del partido que sea, realice muchos viajes al exterior acompañado por los máximos mandatarios de las transnacionales españolas. Se constata así lo que parece obvio: que la finalidad no es defender un mundo más justo, equitativo y en paz, sino “hacer negocios”. Recordemos, por ejemplo, los viajes que el año pasado hizo el presidente Zapatero a Qatar, Emiratos Árabes y China, o cómo José Bono, encabezando la delegación parlamentaria que en 2011 viajó a Guinea Ecuatorial, le dijo a Obiang que «es muchísimo más lo que nos une que lo que nos separa». En ese mismo sentido, Mariano Rajoy acaba de dar inicio a una gira por México y Colombia con idéntico objetivo: «Allí donde haya una empresa española, allí estará el gobierno defendiendo como propios sus intereses», decía ayer el presidente en un acto organizado por el Instituto de Empresa Familiar.

IV. “Seguridad jurídica”

«El Gobierno de Buenos Aires está dispuesto a pasar por encima de contratos, concesiones y cualquier idea de seguridad jurídica que pueda atraer en el futuro a la inversión extranjera». “Por el mal camino”, editorial del diario El País , 3/04/12.

Hace dos años, la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado aprobó -con el voto favorable de todos los grupos excepto el de la Entesa Catalana de Progrés- el informe final de la ponencia sobre el papel de las empresas españolas en América Latina. En él se recogía una clasificación de los países de la región en base al “grado de seguridad jurídica”: los más seguros, México, Perú y Colombia; los más inseguros, Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia. Al mismo tiempo, el informe también agrupaba a los países según el grado de oportunidades de negocio y las facilidades a la inversión extranjera directa que ofrecían, dando como resultado una curiosa coincidencia: los países con mayor “seguridad jurídica” eran los que, precisamente, brindaban las mejores perspectivas para las actividades de las grandes empresas. Colombia, el país del mundo más peligroso para el ejercicio del sindicalismo, y México, donde han sido asesinados varios dirigentes sociales en los últimos años, aparecían así como ejemplos en materia de “seguridad jurídica”. Pero ese razonamiento sólo puede hacerse si se anteponen los intereses comerciales al cumplimiento efectivo de los derechos humanos. Y es que esta utilización del concepto de “seguridad jurídica” únicamente se concibe en el marco de la nueva lex mercatoria -concretada en una serie de normas y acuerdos bilaterales, multilaterales y regionales promovidos desde instancias como la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el FMI-, con lo que su único fundamento es la protección de los contratos y la defensa de los intereses comerciales de las compañías multinacionales. Sin embargo, no por reiterada resulta menos cuestionable esta interpretación de lo que debe significar la “seguridad jurídica”; se trata de un principio internacional no vinculado únicamente a valoraciones económicas: la verdadera “seguridad jurídica” es la que sitúa al Derecho Internacional de los Derechos Humanos por encima del Derecho Corporativo Global. Es decir, a los intereses de las mayorías sociales frente a los de las minorías que controlan el poder económico. La medida que ha tomado el gobierno argentino sirve para ilustrar que el Estado se encuentra facultado para modificar las leyes y contratos con las empresas transnacionales si éstos establecen un trato que vulnera la soberanía nacional y los derechos fundamentales de la mayoría de la población, ya que las normas imperativas sobre derechos humanos y ambientales prevalecen sobre las normas comerciales y de inversiones.

V. “Desarrollo”

«YPF es una empresa muy importante en Argentina que ha contribuido muchísimo al desarrollo del país y que contribuye al fisco y que hasta hace muy poco ha sido una empresa casi modelo en Argentina». Elena Valenciano, vicesecretaria general del PSOE, 13/04/12.

En América Latina, las poblaciones afectadas y numerosas organizaciones sociales responsabilizan a las compañías multinacionales del saqueo de los recursos naturales, la privatización de los servicios públicos, la desregulación del mercado laboral, el desplazamiento de comunidades indígenas y el deterioro de los ecosistemas de la región. En ese sentido, en los últimos años se han venido denunciando múltiples casos de violaciones de los derechos humanos e impactos sobre los pueblos indígenas, las condiciones laborales y el medio ambiente por parte de las corporaciones multinacionales en diferentes países latinoamericanos. En el caso de las transnacionales españolas, las operaciones de empresas como Repsol, Endesa, Unión Fenosa, BBVA y Santander, entre otras, han sido objeto de múltiples estudios e investigaciones que permiten concluir, como decía la sentencia de la última sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos realizada en Madrid en mayo de 2010, que estos casos no son sino «la expresión (a través de un espectro muy amplio de violaciones, de responsabilidades, de imputabilidades) de una situación caracterizada por la sistematicidad de las prácticas que prueban el papel tanto de las transnacionales europeas como de la Unión Europea y de los Estados de América Latina». Por su parte, Repsol ha sido acusada de operar en 17 resguardos indígenas en Bolivia, contaminar el territorio mapuche en Argentina y el Parque Nacional Yasuni en Ecuador, violar los derechos humanos en Colombia y, en el caso de Argentina, la compañía ha causado importantes y persistentes impactos sobre el ambiente, la vida y la cultura de sus habitantes, en especial de las comunidades indígenas en cuyos territorios opera. Además, con el apoyo de los organismos internacionales, Repsol obtuvo una posición de absoluto control de la energía que ha aprovechado para implementar una infraestructura que ha favorecido el uso irracional de los recursos; la empresa elevó las tarifas del mercado argentino a los precios internacionales, olvidando sus costos y dejando a grandes sectores de la población sin posibilidad de acceder a la energía. ¿Puede hablarse así de “desarrollo”?

lunes, 16 de abril de 2012

La Monarquía se tambalea

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA



Se decía y todavía se dice de las empresas familiares paternalistas que cuando el fundador de la saga falla normalmente los problemas vienen de la mano y a veces las malas cabezas de los yernos y las nueras. Sobre la diferencia entre una República y una Monarquía mi abuelo Pepe Morera, republicano federal y admirador de don José Franchy y Roca, me explicaba primero de forma científica desde los génesis de la elección del presidente de la República a la diferencia dinástica del Rey y el Príncipe, de los fastos de la realeza y demás zarandangas, y terminaba con un ejemplo que siempre lo denominaba “sencillo y elemental”. Me decía mi abuelo por parte materna “que si en una monarquía el príncipe heredero sale bobo y mala persona nos lo tenemos que tragar, pero a un presidente de la República lo podemos echar con el voto eligiendo a otro a los cuatro o cinco años, cuando haya de nuevo elecciones presidenciales”.

Una de las cosas que más me chocó de la religión católica fue la infabilidad del Papa, que cómo saben mis amables y sufridos lectores constituye un dogma según el cual el Papa no comete errores, sus definiciones excathedra son de solemne definición pontificia, y ninguna discusión se permite en el seno de la Iglesia Católica y se deben acatar y obedecer incondicionalmente. Otra de las cosas que más me chocó de la Constitución monárquica española de 1978 fue cuando al leerla por primera vez me enteré que el Rey en España es inviolable e inmune. Cuando el señor Borbón leyó su mensaje último de Navidad, dijo que “la justicia era igual para todos los españoles”, refiriéndose indirectamente a su yerno Iñáki Urdangarín y sus andanzas de presuntas delincuencias económicas, pero se olvidó de añadir “igual para todos los españoles, menos para mí”. Así que entre la infabilidad del Papa y la inviolabilidad e inmunidad del Rey, a los catorce o quince años me hice republicano y agnóstico. Primero en plan visceral, y luego ya más calmado, en plan cerebral.

Pasaron los años, murió el Dictador, y en vez de un referéndum por la República o la Monarquía, Franco que había nombrado a Juan Carlos Borbón su sucesor, se salió con la suya porque “todo está atado y bien atado”, y porque Santiago Carrillo y Felipe González se plegaron a las amenazas veladas de Adolfo Suárez, que si no aceptaban la Monarquía "las fuerzas negras de la dictadura que están todavía latentes" se los podían comer a los dos con papas fritas, y la Dictadura podría durar hasta el siglo XXII. Santiago Carrillo estuvo en Las Palmas de Gran Canaria en julio de 1976 con peluca, todavía en plena clandestinidad. Había entrado en España por la frontera francesa con Teodulfo Lagunero, un millonario comunista amigo suyo, cuando todavía Carlos Arias Navarro era presidente de la España posfranquista. Carrillo y Mauricio convencieron a los comunistas canarios de la necesidad de aceptar la monarquía “la única manera de salir del túnel de la Dictadura”, explicaba el líder comunista en una reunión clandestina en Arinaga.

Aún admitiendo que no había otro camino en aquellos momentos que el señalado por Carrillo, por su pacto con Adolfo Suárez, me parece que pasados los años la Constitución monárquica se ha podido revisar para algo más que implantar el déficit cero, y en definitiva inclinar la Carta Magna hacia la derecha. Pero todo ha seguido igual que en 1978, incluso que las hijas del Rey aunque sean mayores que el príncipe, no puedan ser reinas, y sea el primer hijo varón el sucesor para ostentar la Corona. La Ley Sálica es otra de las desigualdades de la Monarquía española, o más concretamente la de agnación o parentesco agnaticio trasmitido por vía de varón. Pero no me voy a poner en plan monárquico a discutir tales cuestiones.

Como veo que me pierdo en temas muy serios, salgo a la compra más que nada por ver que opina la gente de la cacería de elefantes de Juan Carlos Borbón, y la encuesta comprando el pan es de lo más significativo. Las críticas a la Caza Real son durísimas, y una mayor parte de los comentarios coinciden con que son los propios miembros de la familia Borbón los que están destrozando el prestigio de la institución. Una señora de edad que compra verdura midiendo lo que gasta va y comenta el precio que ha oído por la radio que cuesta una cacería de elefantes y cuatro días de estancia en África. ¿Y quién paga todo eso?, es una pregunta que se hace mucha gente. La vecina del quinto, que me encuentro en el puesto del pescado, no puede estarse callada. “Es una vergüenza, mire, mire, lo que cuesta medio kilo de filetes de corvina. Lo peor de todo es que no es ya sólo los yernos, y el nieto del Rey, es que también es el Rey, el que debería dar mayor ejemplo”. Me acuerdo de nuevo de la familia paternal en la cual el prócer fundador de la empresa era quién mantenía firme el negocio, y luego entre hijos, yernos y nueras, se lo dilapidaban en un pis pas. Me vuelvo a casa y me meto a fisgonear en internet, y leo a José Antonio Zarzalejos, exdirector de “ABC”, monárquico de pro, en un artículo en “El Confidencial” titulado “Historia de cómo la Corona ha entrado en barrena”. Luego repaso la posición de muchos socialistas, incluida a Elena Valenciano, la número dos del PSOE, que desautoriza a Tomás Gómez, dirigente de Madrid que ha pedido que Juan Carlos Borbón abdique, pero a la dirección socialista le parece muy fuerte la declaración de Gómez. Así les va, y mientras Izquierda Unida y UPyD siguen subiendo como la espuma, PSOE y PP estancados y monárquicos. La Monarquía se tambalea y Pérez Rubalcaba en la inopia.

viernes, 13 de abril de 2012

Soria, “a lo Colón”

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA




La firme advertencia de José Manuel Soria a la República Argentina avisando de la peligrosidad de la posible renacionalización de Repsol/YPF, ha llenado de preocupación a todo el pueblo argentino, y al Gobierno que preside Cristina Fernández de Kichner. Como tengo familia directa en Buenos Aires por parte de mi padre, antes de llamar a mi primo Tomás González me meto a través de Internet, claro, en la prensa argentina, y en “Clarín” ya veo un cierto malestar por las declaraciones de Soria, al que por cierto lo bautizan como Juan Manuel, quitándole el José. Francisco Olivera, en el diario “La Nación” en su edición digital cuenta que las cartas están echadas y que la renacionalización de YPF es irreversible, y que además hay un plan a medio plazo de meterle mano a otras empresas españolas como Telefónica, Gas Natural, Endesa, Abertis, y otras. Sigo leyendo informaciones de la prensa bonaerense, y “La Nación”, “Crónica”, “La Prensa”, “La Razón”, y otros de menos tirada y visitas en los digitales, muestran su mosqueo –elijo cuidadosamente el calificativo, porque la cosa anda entre el cabreo, el chiste y la indiferencia sobre lo dicho por Soria-, y en definitiva todos coinciden que la iniciativa está en manos de Cristina Fernández “que para eso el petróleo es argentino”.
A modo de resumen les recordaré que Repsol posee el 53.47 por ciento de YPF, y el grupo argentino Petersen el 25.46, y el Gobierno argentino acusa desde hace tiempo a Repsol/YPF de no invertir lo suficiente en las seis provincias argentinas productoras de petróleo como se había acordado, lo que según la versión de Cristina Fernández ha bajado la producción de petróleo y Argentina está teniendo que importar. Ahora el estado argentino quiere hacerse con el control del 51 por ciento de las acciones de la empresa multinacional Repsol/YPF. Hace un mes, más o menos, José Manuel Soria tuvo una reunión con el ministro de Economía argentino, Hernan Lorenzino, y con el secretario de Programación, Axel Kicilloof, y salió con el rabo entrepiernas ante la dura actitud de sus interlocutores.
Decido llamar a una hora prudencial mañanera a mi primo Tomás González para advertirle que conecta el ordenador y la cámara web, que sale más barato que el teléfono y encima nos vemos la jeta, pero antes me meto en “Olé”, y algún otro semanario deportivo argentino para estar al loro de la gran victoria de Bocha Juniors por 0-2 frente al Fluminense, en Brasil además, en la Copa de Libertadores. “Bueno hombre, no esperaba tú llamada tan temprano, casi me cogiste en el carro para ir a los negocios, pero gracias por tu felicitación, sé que tú equipo de aquí también son los “barras bravas”, estamos en plena ola, en cabeza del Clausura, el domingo jugamos con el Tigre en su cancha, oye ¿cómo están todos?”. Tras la introducción futbolera, inevitable con Tomás, que me pregunta también por la Unión Deportiva “su equipo canario y español”, le pregunto por el “affaire” petrólero. “Bueno, tú sabes que con los cinco talleres de mecánica, y luego mi afición por el golf como practicante, y el fútbol como aficionado, poco tiempo me queda para seguir la política. Pero sí se dice por aquí que ese señor canario, ¿Soria se llama, no?, se ha portado “a lo Colón”.
Para situar al amable lector, que ya saben que a los españoles les llaman en Argentina “gallegos”, y a los canarios “isleños”, portarse “a lo Colón” significa ser un prepotente, farruco, echado p´alante, vamos, una especie de godo en Canarias, ya saben. Tomás me dice que se va a su empresa, y que me llama más tarde. Como a él le sobre la pasta me llama por teléfono y hablamos un rato, y luego se da cuenta que está hablando con su querida Canarias, y conectamos de nuevo por ordenador. “Oye, que esto se pone bueno, he leído en Clarin que el ministro de Asuntos Exteriores español, Margallo, llamó a nuestro Canciller en Madrid. Espero que no sea como antiguamente, que una llamada a un embajador extranjero era previa a una declaración de guerra. He estado desayunando en una cafetería de Lanús Oeste, donde sabes tengo uno de mis talleres, y todo el mundo coincide que el tal Juan Manuel Soria –le rectifico y le digo que es José-, bueno, pues eso, que el tal Pepe es un boludo. Y la impresión que hay ya te digo, que funciona “a lo Colón”, y me da la impresión, y también a mis amigos en el desayuno, que esto va a beneficiar a la Cristinita, y ya sabes que la presidenta no es santo de mi devoción, que la considero muy izquierdista, pero España lo que no puede es tratarnos como a una colonia, me parece que es un error, y que le da más popularidad a la señora Fernández.”. Para rematarme me pregunto si Soria es ministro de Defensa, y cuando le digo que lo es de Energía, Industria y Turismo me dice que “ ya entiendo su defensa de YPF, es una pena que no sea de Defensa, o Almirante de la Armada, nos podría ayudar a reconquistar las Malvinas.”
Hablamos de nuevo del Boca, y del Mundial de fútbol de clubes a celebrar en diciembre “espero que lo juegue Boca contra el Barcelona, con permiso del Real Madrid, Bayern y Chelsea”, termina Tomás en plan futbolero y tal.

Historia de una manifestación (hipotética)

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA




Otoño del año 2012. Otra manifestación contra los recortes, los ajustes, la reforma laboral, y ahora también contra la brutal subida de precios. Unas cien mil personas se reúnen entre el Parque de San Telmo y la Plaza de la Feria, la gente no cabe ni en las aceras. De repente la policía carga contra los manifestantes, disparan balas de goma, gases lacrimógenos. Hasta en las calles adyacentes el escándalo es monumental.

Amalia, una abuela de setenta y pico años camina con su nieto Javier, de catorce, por la calle Rabadán. Están ajenos a lo que ocurre en la calle León y Castillo, oyen los ruidos naturales de una carga policial y una masiva, histérica, huida popular, y de repente un grupo de jóvenes corren por la calle perseguidos por seis o siete policías. Uno de ellos al pasar al lado de Javier, le da un porrazo al niño y lo tira al suelo. En el suelo le da tres o cuatro porrazos más, hasta que un compañero le recrimina: “oye, que el chico no es un manifestante, déjalo”. En esos momentos Amalia insulta al policía agresivo, y para defender a su nieto, se interpone, e incluso con su bolso, le da un ligero golpe en el casco al agente. Al final, Amalia y Carlos son detenidos, y luego acusados con el nuevo Código Penal de resistencia y agresión a la autoridad. Al nieto por ser menor de edad le ponen en libertad. Amalia después de estar en Comisaría tres días, le aplican la prisión provisional, según los nuevos artículos introducidos por el equipo de Mariano Rajoy. Pasa seis meses en la cárcel hasta que por fin llega la citación judicial.

En el juicio pertinente Amalia muy nerviosa le explica al juez que ella pasaba por la calle Rabadán con su nieto y que no había ni siquiera participado en la manifestación, y además indica que es católica practicante y votante del Partido Popular. El juez la corta y le dice: “Pues haber ido en dirección contraria a León y Castillo, se podía ir hacia la calle Canalejas, hacia Tomás Morales. Además hay algunos católicos que son unos izquierdistas peligrosos”. Amalia, compungida, entre sollozos, contesta: “Pero es que yo vivo en Rabadán…”. El juez implacable sentencia: “Mejor vaya pensando en mudarse, que por ahí van a organizar muchas manifestaciones estos rojos indignados”. Al final Amalia es condenada a dos años de cárcel, y cuando es conducida a la nueva prisión de Juan Grande, le pregunta a uno de los policías que la custodian: “¿Oiga, me dejarán salir los fines de semana para ver a mis nietos?”

Pepe y Rafael están en un bar en la calle León y Castillo tomando unas copas con otros amigos el día de la tal manifestación, y al escuchar la algarabía se asoman a la puerta. Nunca han ido a una manifestación, porque además los dos son de derecha de toda la vida, y gente de orden. De repente ven a la policía cargar contra los manifestantes, y se meten rápidamente en el bar. Después un grupo de manifestantes entran corriendo, y detrás cinco o seis policías, que empiezan a dar porrazos a diestro y siniestro. Pepe y Rafael se esconden en el fondo del restaurante, invadidos por el pánico, incluso Rafael se mete detrás de la barra para pasar más desapercibido, pero un policía escudriña todos los rincones, y al verlo le da un par de porrazos. A Pepe, que se había ocultado en el baño, le sacan a empujones y porrazos. Se forma una algarabía, y finalmente Pepe y Rafael son conducidos con otros dos parroquianos al furgón policial. Los meten en comisaría tres días, y luego le aplican la prisión provisional. En el juicio se defienden diciendo la verdad, que no habían participado en la manifestación, que estaban en contra de esas algaradas organizadas normalmente por los rojos, pero el fiscal les acusa de referirse a los policías como “maderos”, una expresión insultante, que habían mirado muy mal a un policía, y eso era una amenaza o comportamiento intimidatorio, penado en el nuevo código, y además que le habían tirado de una manga a un policía. La sentencia, dos años de cárcel.

Juan es un miembro del 15M de Las Palmas de Gran Canaria, que días antes de la manifestación lanzaba comunicados por internet, Facebook y Twitter incluidos, recordando el día y la hora, el recorrido y demás detalles de la “mani”. En uno de los comunicados se le ocurrió poner el siguiente texto: “Caña, caña, caña, a los maderos, caña, caña, caña..”. La policía informático/científica localizó el ordenador de Juan, y le detienen en su casa cuando llega de sus clases en la Universidad unos diez días después de la “mani”. En el juicio, el magistrado le acusa de estar integrado en una banda criminal, similar a una banda de narcotraficantes o atracadores, delito tipificado en el nuevo Código Penal. Es condenado a la máxima pena de cinco años por considerar que la expresión “caña, caña, caña, a los maderos”, es propia de un terrorista urbano. Mi amiga la vecina del quinto cierra el asunto/trasunto a su modo y estilo: “Pues me dice un amigo del 15M que van a poner todos palomares, para hacer la mensajería en vez por internet o móvil, con palomas mensajeras, como en la Edad Media, que es adonde nos quiere retrotraer el Partido Popular. Seguro que a las palomas no las intercepta la policía, a no ser que tengan palomos buchuos, Mire, hablando un poco en serio, quieren violar la Constitución monárquica poniendo penas incluso a quienes miren mal a un policía, porque ahora mismo los delitos violentos ya están perseguidos en el actual Código Penal, pero me da la impresión que pretenden volver aquellos tiempos en que las reuniones de más de tres personas estaban prohibidas, y a este paso lo más probable es que pongan en vigor la Ley de Vagos y Maleantes de la época de la dictadura franquista, y ya veo a mis hijos estudiando como hicimos nosotros la asignatura de Formación del Espíritu Nacional, de tan triste recuerdo.”.
Con este panorama (hipotético) no me rozo por el Parque de San Telmo ni para ir al Hotel Parque el día de una “mani”, por si acaso.

lunes, 9 de abril de 2012

Tétrico panorama

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA



Llego a Las Palmas de Gran Canaria después de unas pequeñas vacaciones de Semana Santa, con procesiones y todo, y tras leer un rato todo lo que trinco con noticias viejas y también de última hora, llego a la conclusión que debería haberme quedado en La Laguna paseando con el Cristo por la calle Herradores y La Carrera, o en La Orotava en la bonita Iglesia de la Concepción y en los Jardines de la Victoria. Pero me leo el artículo de Cristina del Rio, su …Scenarios que no tienen desperdicio, y concluyo que todo sigue igual con tendencia a peor. Cristina nos dice que pronto podremos alcanzar una deuda equivalente al 80 por ciento del PIB español, y además subiendo como la espuma, y de paso nos aconseja que leamos un artículo de Marco Antonio Romero (recomendable su blog) intitulado “España entra en la espiral de la muerte”, y al terminarlo no sé si irme a la playa de Las Canteras, o a Agaete para coger de nuevo el ferry e ir a comer a Masca un potaje de berros del profundo Tenerife.

No les quiero hacer muy lastimosa la vuelta a la realidad después de las vacaciones cristianas y hasta un tanto paganas en el doble sentido moral y material, que las cosas están muy caras incluso en Masca, y no creo que valga la pena en profundizar sobre las barbaridades que están diciendo y haciendo el equipo que dirige Mariano Rajoy, pero tengo la impresión que una explosión social puede surgir en cualquier momento después de otro recorte y ajuste de tomo y lomo, que parece van a surgir cada semana. En realidad el panorama es tétrico, y no vale eso de la táctica del avestruz, y menos mal que Ignacio Fernández Toxo y Candido Méndez, líderes de Comisiones Obreras y UGT respectivamente, no le han respondido a Luis De Guindos con una “defensa sindical de los trabajadores agresiva”, al contrario, siguen tendiendo la mano al equipo de Rajoy, incluido al tal Guindos que dijo que la reforma laboral sería agresiva.

Por si fuera poco el de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo declaró que los Presupuestos Generales del Estado son “unos presupuestos de guerra·, y José Manuel Soria dijo recientemente que estábamos en una economía de guerra, vade retro. Parece que todo es una provocación, y uno tiene que moderarse porque ha dicho el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que si en una manifestación un participante mira con mala cara a un policía le pueden caer de cinco a diez años de prisión, porque lo previsto ahora en el Código Penal es muy suave contra los ciudadanos díscolos. Por otro lado iba a escribir un artículo sobre Pedro Moresnés y Eulate, Ministro de Defensa del equipo de Rajoy, criticando que haya sido un vendedor de armas hasta la toma de posesión de su cargo, y retiro toda crítica no sea que me mande un misil de medio alcance. Simplemente decirles que el tal Moresnés ha sido consejero de Instalaza, empresa española fabricante de minas de racimo antipersona, consejero y director general de Construcciones Navales del Norte, y consejero de MBDA, multinacional francesa y europea que fabrica misiles de medio y largo alcance. A ver quién le dice nada a este “gunner”.

Me encuentro con la vecina del quinto en Farray, y cuando a instancias suyas le cuento mis impresiones de guerra, va y me dice sin anestesia: “Mire amigo Morera, lo mejor que puede hacer es escribir sobre la Unión Deportiva, y procurar que suba a Primera División, y déjese de meterse contra las instancias con poderes absolutos, que le puede costar un disgusto. A ver, esta misma semana hay partidos de fútbol todos los días, el lunes termina la jornada actual, y el martes empieza la próxima, y el sábado sigue la siguiente. Todos los días fútbol, a ver quién se ocupa de Moresnés, y a quién le importa que Luis de Guindos fuera consejero de Lehman Brothers cuando quebró el tal banco norteamericano. Nada hombre, pelillos a la mar, y a ver cómo termina esto del Barcelona y Real Madrid, y así no pensamos en cosas raras. Ya ve lo que le pasó al farmacéutico de Grecia, que se suicidó porque no quería terminar cogiendo comida de la basura. Lo siento mucho, pero en lo que a mí se refiere no pienso ahogarme en Las Canteras”.