viernes, 9 de diciembre de 2011

Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria

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Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria
Lunes 12 de diciembre de 2011
a la s 20.00 horas en la sede de la Económica
Conferencia de
D. Fernando Sáenz-Marrero Fernández
Ingeniero industrial, economista y diplomado en Marketing Management (IMD).
Profesor asociado del Departamento de Economía y Dirección de Empresas de la
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Socio-Director de EDEI Consultores.
Autor del libro Las 3R de su negocio. Re-pensar. Re-diseñar y Re-emprender.
Las 3R de la empresa para la poscrisis:
Re-pensar, Re-diseñar y Re-emprender
Ciclo La crisis económica global. De la crisis financiera bancaria a la crisis financiera de los Estados.
Presentación a cargo de D. Juan Miguel Sanjuan y Jover, presidente de APD Canarias y presidente del Grupo Satocan
Plaza de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, 1. 1º
(al final de la calle Mendizábal y principio de la de los Balcones)
Las Palmas de Gran Canaria

martes, 6 de diciembre de 2011

Nace la CELAC, Europa agoniza

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JUAN CARLOS MONEDERO


Público


Sarkozy, Merkel, Rajoy hablan del continente. Les salen bancos, recortes, sacrificios sociales. Se les ha olvidado Europa. O nunca la entendieron. Empezaron en la política de políticos.Y cuando te socializas en esas reglas, ya no sabes encontrar el camino de salida. Te lo tiene que enseñar la gente en la calle.

José Mujica, Presidente del Uruguay, habla con Chávez y Morales en las reuniones de la CELAC. Dice con convencimiento de viejo y rabia de urgencia: “¡O las embarazadas de nuestros pueblos comen bien o sus niños van a arrastrar ese problema toda la vida!” Dolor de gente. Dolor antiguo que llevó a Mujica a la cárcel. Y a Dilma Roussef, y a García Linera, y a Raúl Castro, y a Hugo Chávez. Y a tantos otros cientos de miles. Cárcel, muerte, oprobio. Pero al final ganaron. Entraron a la política desde la calle. Guerrilleros convertidos en gobierno.

Europa tiene reyes, armas nucleares, bancos internacionales primas de riesgo y promesas de jornadas laborales interminables. En Suramérica hablan de romper con un norte que les ha invadido, robado el gas y el petróleo, los minerales, los frutos y las plantas. Un norte que les ha saqueado aerolíneas, trenes, comunicaciones, la tierra y el agua. Con ayuda de una oligarquía criolla, blanca y eterna, que veraneaba en Miami, en París y en Madrid. El nacimiento de la CELAC estaba lleno de negros que ya no son sombras.

33 países, 600 millones de personas, la reserva de petróleo, gas y agua del mundo, de la biodiversidad, de las culturas ancestrales. Ni China ni Europa entienden la madre tierra. América Latina sí. En la CELAC hablan de la Pachamama. Otra tarea para el Sur americano que no van a resolver en otros lados.

La OEA, dijo el Che, era el Ministerio de Colonias de los EEEUU. Expulsaron a Cuba después de la revolución, y el continente calló. Calló también cuando dieron el golpe contra Allende. Calló en el golpe contra Chávez. Demostró su impotencia en el golpe contra Honduras. Ahora, ha recuperado la voz y ya no necesita gendarmes. Decidir en el sur los problemas del sur.

Europa se creó sobre las cenizas del fascismo. La CELAC, sobre las cenizas del neoliberalismo. Sin Hitler, no habría UE. Sin EEUU, no habría CELAC. Chávez lo entendió y se montó en la grupa de Bólívar para señalar al norte por su responsabilidad y su amenaza. Por eso Mr. Danger. Por eso Pitiyankis. Por eso tenía que oler a azufre en Naciones Unidas. Para que el continente despertara. Para ver a quien no te deja ser.

Europa tenía mucho y lo está perdiendo. América Latina no tenía casi nada y lo está ganando. Europa está sumida en el miedo. América, en la esperanza. Apenas está naciendo. Queda todo por delante. Toma aire para lanzar el salto. Europa resuella sin fuelle. Europa suspira, Américase llena de oxígeno los pulmones. Con la misma madera, puedes hacer ataúdes o violines.

La CELAC nace con voluntad de ser. No se le escapan los problemas. Apostar por la ampliación en vez de por la profundización es generoso. Sentar en la misma mesa a quien podía ser el Israel de los Estados UNidos en la zona -Colombia-, al país condenado a compartir miles de kilómetros de frontera -México- o al gobierno que no sabe hablar mal de Pinochet -Chile- es un reto que merece la pena sólo fuera por la invitación a estos gobernantes de que vuelven a a mirar hacia el Sur. En Europa, el núcleo duro lo componen los más egoístas -Alemania y Francia-; en la CELAC, los más desprendidos -los del ALBA-.

Escribió el poeta: en Europa, a la paloma de la paz se la comió la gallina de los huevos de oro. En Suramérica, aves de colores alzan el vuelo y obligan a mirar con altura.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Cardona, el gas y la Gran Marina

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA



Vengo de la isla de La Gomera y Tenerife, y en Chipude me entero de que Juan José Cardona defiende la instalación de la planta gasificadora, y hasta regasificadora, en el Puerto de la Luz, ya que con muy buen criterio Antonio Morales no la quiere ver ni en pinta en Arinaga. Pronto llego a la feliz conclusión de que se trata de una broma anticipada del Día de los Inocentes de las cuales, las bromas, Juanjo Cardona es muy aficionado. Incluyo entre sus bromas la querencia de nuevo por la Gran Marina, cuya construcción me decía un experto en la etapa de Pepa Luzardo iba a crear una pelotera de tráfico impresionante, aparte pelotazos, y sin entrar en detalles de la contracción y apelotonamiento urbanístico en esta parte de mi querido Puerto, y lo primero que pensé en la profunda Gomera es que si estas dos cardonadas no eran una broma, me mandaré a mudar para Agüimes, para estar lejos del gas y de la gran puñeta, que además este pueblo del sureste tiene un alcalde con la cabeza bien puesta, como es Antonio Morales. Espero que Cardona con la Gran Puñeta no me empiece a dar el coñazo repartiendo pulseritas como hizo Pepa Luzardo

Volviendo al gas, no al que los nazis utilizaban para asesinar gasificándolos a millones de judíos, sino al industrial más pacífico, para darnos luz y calor, mover máquinas y demás artilugios, les diré que los políticos canarios son una panda de ineptos (en su mayoría, no todos, para que no me empure el Parlamento de Teobaldo Power en peso), y los empresarios idem de lo mismo (una buena parte, no todos, que mi amigo Chano Grisaleña, excelente portero de fútbol y empresario me puede meter una querella), porque hace tiempo llegué a la conclusión escuchando (escuchar, verbo poco practicado por muchos conocidos, incluso amigos) a varios técnicos del asunto/trasunto, entre ellos a Roque Calero, que Canarias tiene unas enormes posibilidades de energías alternativas, entre ellas la eólica y la solar. Pero debe ser que hay muchos intereses por depender del petróleo, y dos piedras. Hablando de la energía solar, en Navarra ahora mismo hay más de cincuenta empresas fotovoltaícas con una alta rentabilidad pública y privada. Sin ir más lejos, Parques Solares de Navarra, empresa líder en la comunidad navarra, ofrece bajo contratos firmados una rentabilidad del 10% anual para los próximos 25 años, con la seguridad de que el pequeño ahorrador en un productor de energía renovable y beneficiarse de las ventajas fiscales adicionales que aporta la compra de una instalación solar fotovoltaíca. Como datos importantes hay que destacar que en Navarra la energía alternativa representa un 5% del PIB navarro, y le da empleo a 5.000 personas, Un detalle, en Navarra en el año hay un 78 (setenta y ocho) por ciento menos de días con sol que en Canarias. Como anécdota les diré que en hace años, en un viaje a Pamplona con motivo de un partido entre Osasuna y Unión Deportiva, entre el sábado y el domingo no dejó de llover ni un solo minuto, y Nanino Díaz Cutillas, Antonio Lemus y un servidor nos pasamos el fin de semana enclaustrados en el hotel hasta la hora de ir al viejo El Sadar.

De la energía eólica, y su limpieza, les podría decir igualmente que es una energía alternativa ideal para Canarias. Con respecto a puestos de trabajo, la propia Gascan afirma que generaría 70 (setenta, comparen con Navarra), y además como bien afirma Antonio Morales apoyándose en el informe de Cluster Ricam, es mucho más barato producir energía eólica, y además están los múltiples peligros de una planta regasificadora, que emite dióxidos y azufres y libera metanos, ¡Juanjo, me voy de Las Canteras por si acaso!, que el metano si se filtra en la atmósfera antes de quemarse tiene un efecto invernadero unas veinte veces mayor que el dióxido de carbono. Y yo con estos pelos…con muchas canas. Hay que recordar que esto del gas, y los fanáticos gasificadores, comenzó con la derechización de José Carlos Mauricio, con la operación de compra de Enagas por unos empresarios canarios elegidos a dedo, participada esta empresa por la Omán Oil Company, Mare Nostrum, BBK y otros fondos de inversiones ingleses y norteamericanos. Mauricio, quién te vio y quién te ve.

Cae la tarde en Chipude, y un amigo gomero me habla de la sociología del voto, y de lo extendida que está la corrupción en Canarias. “Fíjate, Antonio Alarcó fue el Senador más votado en Tenerife, ya vistes como nos miraron aquellos gomeros en Arure cuando criticábamos a Casimiro Curbelo, por la orgía con prostitutas en Madrid, y acompañado de su hijo, ¡manda trillos!, y además la Gomera es la única isla que ha resistido la ola del PP, pese a las cacicadas y barbaridades del virrey Casimiro, y ahí tienes a Miguel Zerolo elegido Senador con los votos del PSC/PSOE, por la influencia de Francisco Hernández Spínola, Julio Cruz, Julio Pérez y José Miguel Rodríguez Fraga, alcalde de Adeje, representantes del nucleo duro socioliberal, la derecha más derechosa del PSOE canario, y que tienen atado y bien atado a José Miguel Pérez. Menos mal que en Tenerife hay políticos como Santiago Pérez, gracias a su denuncia vamos conociendo los trapos sucios de Las Teresitas”. Al llegar a este punto, y cansado del mismo rollo de siempre qué para cambiar de disco me fui tras las huellas de Colón, le propuse al amigo gomero que me hablara del paso del Almirante por la isla, de Hernán Peraza, Conde de la Gomera, del Pescante de Hermigua, por donde embarcaban tomates, plátanos, fruta y demás productos de la tierra gomera para España y Europa, y luego por la tarde incluso pude pisar la Torre del Conde, mayormente cerrada en la actualidad, y a lo mejor pisé donde lo hizo Colón. Romántico del historicismo que es uno, y al llegar de nuevo a Gran Canaria me encuentro con la amenaza del gas y de más rollo sobre la Gran Puñeta. Vaya panorama.

Seis sorprendentes revelaciones sobe el “gobierno secreto” de Wall Street

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LES LEOPOLD


AlterNet

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens




Ahora tenemos la evidencia de que Wall Street y Washington utilizan un gobierno secreto muy alejado del proceso democrático. Mediante una solicitud según la ley de libertad de información de Bloomberg News, el público tiene ahora acceso a más de 29.000 páginas de documentos de la Reserva Federal (Fed) y a 21.000 transacciones adicionales de la Fed que se ocultaron deliberadamente, y por buen motivo. (Vea aquí.)

Estos documentos muestran que altos funcionarios del gobierno ocultaron intencionalmente al Congreso y al público la verdadera dimensión de los rescates de 2008-2009 que enriquecieron a unos pocos y favorecieron los intereses de gigantescas firmas de Wall Street. Lo que sabemos ahora es lo siguiente:

Los rescates secretos de Wall Street totalizaron 7,77 billones (millones de millones) de dólares, 10 veces más de los 700.000 millones de dólares del programa de rescate TARP aprobado por el Congreso en 2008.
El conocimiento de los fondos secretos del rescate no se compartió con el Congreso ni siquiera éste redactaba y debatía la legislación para fraccionar los grandes bancos.
El financiamiento secreto suministrado a tasas inferiores al mercado dio a Wall Street otros 13.000 millones de dólares de beneficios. (Es suficiente dinero para contratar a más de 325.000 maestros de primaria)
Los fondos secretos financiaron fusiones de bancos de modo que los principales bancos crecieron aún más. El dinero también permitió que los bancos aumentaran sus trabajos de cabildeo.
Mientras Henry Paulson (secretario del Tesoro de Bush) informaba al Congreso y al público de que solo se requerían reformas menores para proteger del colapso a Fanny Mae (Federal National Mortgage Association y Freddie Mac (Federal Home Loan Mortgage Corporation), se reunió en secreto con destacados administradores de hedge funds de Wall Street –entre ellos sus ex colegas de Goldman Sachs– para alertarlos de que estaba a punto de nacionalizar las gigantes compañías hipotecarias, una acción que erradicaría casi todo el valor bursátil de las compañías. Esta información era de un valor inmenso ya que permitiría que esos hedge funds vendieran en descubierto Fannie y Freddie y al hacerlo ganaran una fortuna.
Mientras Timothy Geithner era jefe de la Reserva Federal de Nueva York, argumentó contra los esfuerzos legislativos del senador Ted Kaufman, demócrata de Delaware, para limitar el tamaño de los bancos porque el tema era “demasiado complejo para el Congreso y esas decisiones deberían ser manejadas por gente que conoce los mercados”, recuerda Kaufman. Mientras tanto, Geithner era perfectamente consciente de los enormes préstamos secretos, mientras al senador Kaufman se le ocultaba este hecho. Barney Frank, quien redactaba legislación clave sobre la reforma bancaria, tampoco fue informado sobre los préstamos secretos. No se informó a nadie del Congreso.
¿Qué significa todo esto?



1. Los grandes bancos y hedge funds tenían muchos más problemas de los que nos hicieron creer.

Como muchos sospechábamos, todos los grandes bancos estaban de rodillas pidiendo ayuda –en secreto– mientras decían a sus inversionistas, al público y al Congreso que todo iba bien. Habían jugado y habían perdido. Según las reglas del capitalismo ideal, deberían haber sufrido una cierta ‘destrucción creativa’, el valor de sus acciones eliminado por la bancarrota y sus administradores reemplazados. Todo el sistema bancario también debería haberse reorganizado de arriba abajo. En vez de eso esas colosales irregularidades recibieron recompensas en secreto.

2. El gobierno secreto de Wall Street se aseguró de que los principales bancos crecieran aún más, con la ayuda del financiamiento secreto.

Mientras el Congreso discutía la legislación para fraccionar los grandes bancos y reinstituir Glass Steagall (para separar la banca de inversiones riesgosas de la banca comercial asegurada), el gobierno secreto utilizaba fondos públicos para que crecieran aún más mediante fusiones a pesar de la mala salud de todos los bancos y la legislación se derrotó fácilmente. Como muesta dolorosamente el gráfico, los bancos demasiado grandes para quebrar crecieron aún más.

Activos de los seis bancos principales (en billones de dólares)







3. Cuanto más grande llegue a ser Wall Street, más puede comprar al gobierno.

Esta parte no es secreta. Cuanto más crecieron los seis bancos principales, más fondos gastaron en cabildeo para asegurarse de que no sufrirían impactos contra la rentabilidad por parte de la legislación de la reforma bancaria. Por lo tanto, mientras los principales bancos recibían cientos de miles de millones de dólares en préstamos secretos, aumentaban sus fondos de cabildeo para mantener su tamaño y su poder. Leedlo y llorad:

Gastos de cabildeo de los seis principales bancos (en millones de dólares)









4. El gobierno secreto de Wall Street protege a los suyos.

Al principio cuesta comprender que el secretario del Tesoro Paulson, ex jefe de Goldman Sachs, se arriesgase a asistir a una reunión secreta con administradores de gigantescos hedge funds, muchos de los cuales solían trabajar en Goldman Sachs. ¿Cómo pudo atreverse el funcionario de finanzas más importante de la nación a dar información confidencial a esas elites de los hedge funds sobre la inminente absorción de Fannie and Freddie por el gobierno antes de informar al Congreso y al público? Bueno, una respuesta es que Paulson se sintió obligado a advertir a sus antiguos compinches de la inminente nacionalización. Tal vez quería ponerlos fuera de peligro en caso de que estuvieran fuertemente involucrados en esos mercados. O tal vez también quería darles una información muy valiosa para que se beneficiaran. Pero la explicación más profunda, creo, es que funcionarios gubernamentales clave de Wall Street, Paulson, Summers, Geithner, Orszag (el ex jefe de la OMB (Oficina de Administración y Presupuesto) de Obama, que gana millones trabajando para Citigroup), etc. creen verdaderamente lo siguiente:

Los bancos de Wall Street son los mejores del mundo y están en la vanguardia de la economía estadounidense. Son nuestro futuro.
Los banqueros de Wall Street y los administradores de los hedge funds son inmensamente más listos y astutos que el resto de nosotros. Merecen nuestra admiración.
La ayuda a que Wall Street crezca y prospere es precisamente lo mismo que la ayuda a todos los estadounidenses y a toda la economía. Merecen nuestro apoyo.
Las reuniones secretas para suministrar información confidencial son algo normal en Wall Street. No hay nada de malo si uno advierte a sus amigos de futuras decisiones políticas que podrían afectar sus beneficios.
No hay absolutamente nada de malo en el suministro de billones de dólares de préstamos secretos a los mejores y más brillantes sin informar al Congreso al respecto.
Todo es un ciclo cerrado de autojustificación y autoengaño: Wall Street es brillante. Lo que hace Wall Street es por el bien del país. Ayudar a que Wall Steer tenga beneficios es bueno para el país. Ocultar la verdad a los dirigentes elegidos democráticamente también es bueno para el país porque Wall Street es brillante y lo sabe mejor.

Y de todo esto están convencidos profundamente Wall Street y su gobierno secreto, incluso si Wall Street, y solo Wall Street, derrumbó la economía y destruyó 8 millones de puestos de trabajo en cosa de meses. ¡Simplemente brillante!

5. Wall Street es un peligro evidente y presente para la democracia.

Generalmente no soy alarmista. En los hechos, a menudo argumento contra teorías conspirativas complacientes. Quiero creer que nuestra democracia todavía es promisoria. Pero el crash inducido por Wall Street y la reacción del gobierno me preocupan profundamente. Las revelaciones de Bloomberg News sugieren que el gobierno secreto de Wall Street siente un profundo desdén por lo que subsiste de nuestra democracia. Las elites financieras creen obviamente que no se puede confiar en que el Congreso haga lo correcto, incluso cuando es comprado y pagado para que lo haga por los mismos bancos que supuestamente regula. ¿Y en cuanto al resto de nosotros? No somos más que una masa analfabeta en lo financiero a la que hay que manipular a través de los medios de comunicació de masas. Nuestras mentes se pueden comprar y vender mediante un marketing cuidadoso.

Esta arrogancia y corrupción financiera es enormemente corrosiva para nuestros valores democráticos. Muchos estadounidenses ya no confían en su gobierno, y con razón. Muchos estadounidenses ya no votan, y con razón. Muchos estadounidenses creen que la democracia, tal como la conocemos, es una estafa, y con razón. Wall Street no podría haber escrito un guión mejor para mantener su dominación.

6. Ocupad Wall Street básicamente tiene razón, pero no basta.

Los ocupantes atacaron dramáticamente a Wall Street y capturaron la imaginación del país con su marco del 1 por ciento y el 99 por ciento. Y la idea se impone y se extiende. Pero es solo el comienzo. Para recuperar a nuestro país del gobierno secreto de Wall Street tenemos que desarrollar un enorme movimiento dentro del 99 por ciento. Aunque esperamos que suceda espontáneamente mediante Facebook y Twitter, todos sabemos que requerirá mucha organización sería que involucre a millones de nosotros.

Por el momento, nadie sabe qué forma tomará. Pero sí sabemos lo siguiente: las grandes concentraciones de poder y riqueza no renuncian a su poder y riqueza sin una enorme resistencia. El gobierno secreto de Wall Street está más que listo para protegerse, aunque signifique subvertir la democracia. Nuestros ocupantes han mostrado mucho valor al ayudarnos a recuperar nuestros derechos democráticos. Esperemos que se extienda… y pronto.

(*) Les Leopold es director ejecutivo del Labor Institute and Public Health Institute en Nueva York, y autor de The Looting of America: How Wall Street's Game of Fantasy Finance Destroyed Our Jobs, Pensions, and Prosperity – and What We Can Do About It (Chelsea Green, 2009).

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Prima de riesgo

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA







Está visto que la prima de riesgo no respeta ni a los gobiernos de derechas de Europa, y la prueba es que la tal prima se ha llevado también por delante a Silvio Berlusconi. No se trata de una ópera prima, sino un endiablado sistema del capital para vigilar la deuda soberana de los estados. No voy a criticar ahora al sistema capitalista, porque no es políticamente correcto, y porque además en la modernidad el capitalismo ha cambiado de nombre y ahora se denominar “los mercados”. El Partido Popular, con gran habilidad, no habla de la crisis de Italia porque Silvio Berlusconi es un socio de Mariano Rajoy, y no está bien que ahora a pocos días de las elecciones del 20-N, el pueblo empiece a darse cuenta que la crisis económica es mundial, y que no ha sido Zapatero, sino los banqueros, quienes han puesto a España a los pies de las primas.

Zapatero lo que hizo desde mayo de 2010 es explicar mal la dichosa crisis, tampoco le aclaró al pueblo en qué consistía la burbuja inmobiliaria, las hipotecas basura, y en definitiva la debacle que se está produciendo en el capitalismo, perdón, en los mercados financieros. Mientras, el Partido Popular pasa de puntillas por el incendio originado en la eurozona y trata de ignorar la situación creada en Europa, en Irlanda, Portugal, Grecia, Italia, y tanto Miguel Arias Cañete como Cristóbal Montoro eluden hablar de economía, que si lo hacen se quitan la careta de los carnavales.

Las noticias que vienen de la vieja Europa, de la eurozona, son un poco como las del Volcán de El Hierro, cada día más preocupante y todo el mundo está pendiente de cuándo va a estallar, pero eso no lo pueden precisar ni los economistas ni los vulcanólogos. Ahora cuando nos adentramos en este fin de semana, que será el fin político de Silvio Berlusconi, en Italia se discute si su sustituto será Mario Monti, que es un excomisario europeo formado en la Trilateral, y muy amigo de Mario Draghi, actual presidente del Banco Central Europeo (BCE), y exvicepresidente de Golman Sachs, grupo inversor del que también es directivo Mario Monti y que le organizó a Grecia cuando mandaba la derecha (Nueva Democracia) una contabilidad “B” para ocultar la quiebra griega, que viene desde hace años, cuando estaban en el poder los socios griegos de Mariano Rajoy. Ahora Nicolas Sarkozy y Ángela Merkel están preparando un núcleo duro de países europeos que conservarán la moneda única, y otros saldrán de la unión monetaria.

No sé si en años próximos pagaré con euros o con pesetas, no tengo ni idea. Como ven a este paso lo mejor es que manden los banqueros en los gobiernos y los políticos que se jubilen todos con unas pensiones millonarias. Y Barak Obama sin poder cerrar todavía la cárcel de la base de Guantánamo en Cuba, ni lograr una Sanidad universal en Estados Unidos, ni siquiera una Educación pública que no sea gratis únicamente para los que jueguen bien al baloncesto. Qué tendrá que ver una cosa con la otra, dirán ustedes, que relación tendrá Wall Street con Bruselas. Pues sí, ya lo verán en un futuro próximo.


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domingo, 4 de diciembre de 2011

La CELAC ya es una realidad

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CARLOS MARTÍNEZ




Rebelión



La CELAC ha sido una idea asumida por todo un Continente, que busca su unidad, al objeto de construir un mejor presente y futuro para sus pueblos, pero también para hacer emerger en el nuevo sistema-mundo la potencia americana. La Gran Patria Común de los latinoamericanos. Ha sido también el éxito personal de dos hombres, Lula y Hugo Chávez, que han logrado embarcar a todo el gran continente latino y al caribeño, sin excepción.

Es digno de análisis el hecho de que países muy ligados a los EE.UU como México, Chile, Colombia u Honduras, hayan transigido con este baño de libertadores históricos y contemporáneos. Las palabras de Evo Morales denunciando el capitalismo, como causante de la miseria y destructor de la madre tierra. La ideologizada intervención de Correa que citando a Ignacio Ramonet denunciaba a la las empresas y negocios periodísticos que confunden la libertad con sus dividendos y no respetan los resultados electorales, sus críticas al poderoso vecino del norte que alienta conjuras contra los procesos populares. Las agudas, apasionadas, muy movilizadoras y comprometidas palabras del ex guerrillero Pepe Múgica, llamando a que los pueblos de América se comprometan con la CELAC, o las reflexiones antineoliberales que llaman a levantar una gran potencia de justicia, desarrollo sostenible e igualdad entre los latinoamericanos y caribeños de Dilma Russef, se han escuchado en silencio y sin réplicas -en todo caso, intervenciones diplomáticas y de asentimiento incluso- de Colombia o Chile, tal vez el más definido.

Los representantes de los gobiernos negros del Caribe han elogiado a Venezuela y a Cuba. Han orado por la salud de su gran amigo el comandante Chávez y han apoyado las posiciones más progresistas. La República Dominicana, ha predicho que Europa está en una pre-revuelta social, por culpa del neoliberalismo y los neoliberales de la mesa han callado. Quien calla otorga. De hecho Colombia, muy condescendiente y extremadamente amable con “su hermano Hugo Chávez”, se ha mostrado dispuesta a negociar con las FARC si estás de verdad quieren hacerlo -pero de verdad- y en ese caso pedirá el apoyo del ALBA, dicho con otras palabras.

¿Por qué esto? La respuesta la han dado desde Dilma a Cristina Fernández, pasando por Hugo Chávez, Raúl Castro o Morales y Leonel Fernández, la grave crisis europea y de EE.UU, es su oportunidad. La crisis capitalista que ellos capean hace posible soluciones incluso socialistas como el Presidente indio Morales ha dejado caer. Hay otro mundo, Asia es ahora el centro y con Asia están todos ellos, excepto parte del Caribe y Centroamérica, muy bien posicionados. Son además BRICS y no solo Brasil, Venezuela y Argentina lo son, Colombia apunta a serlo, igual que Perú. Pero también Bolivia ya no es lo que era, ni lo que cuentan en el Reino de España.

Por cierto España -si ha sido nombrada-, lo ha sido en calidad de antigua potencia colonial, en profunda crisis. Ni una palabra para la Cumbre Iberoaméricana. Ni un recuerdo para el Borbón. Ahora lo hispano en el mundo son ellos. Lo mestizo culturalmente ya emergido.

El cambio del mundo se ha notado tanto que los representantes del viejo, allí, han pedido apoyo a sus hermanos. Por ejemplo se ha abordado la lucha contra el narcotrátifico y se ha aprobado una declaración al respecto. Hay de hecho comisiones de inteligencia trabajando al margen del Plan Colombia, que incluyen a Colombia.

Haití ha reconocido lo mucho que le debe a Cuba, y allí -en la CELAC- se ha reparado la injusticia que aquí, en Europa, jamás se menciona. Se ha reconocido la gran labor humanitaria de la isla antillana. Cuba no hace cooperación con lo que le sobra, sino con lo que tiene. En este sentido existe, y se va a profundizar, una cooperación latinoamericana especialmente activa con el Caribe.

Pero el magnífico ex tupamaro, Pepe Múgica, ha dicho alto y claro, que no será un camino de rosas, que empezando por el “próximo al hoyo” todos se dejarán la vida en la construcción de la Patria Grande. Será un arduo trabajo, en el que se pondrán trampas e inconvenientes y que exigirá implicar activamente a la inteligencia y a los pueblos.

Hugo Chávez ha presidido en la patria de Bolívar uno de los sueños del Libertador, y cierto es que le ha salido bien. Ha demostrado talla de estadista, ha sacado el socialista que lleva dentro, ha arremetido contra las derechas y el neoliberalismo y al mismo tiempo ha tratado con mimo y pericia a México, Colombia y Chile. Honduras, no estaba en condiciones de nada, más que de buscar reconciliación y ayuda y Daniel Ortega se la ha brindado.

Hay personas que, por lo que representan, no pasan desapercibidas, pero también porque con su apoyo a la CELAC la consagran, y son Dilma y Cristina, quienes el día antes del inicio sellaban su eje con Venezuela, con Chávez. La sintonía argentina-venezolana es innegable, y Brasil está ahí y ejerce con gran discreción y sutileza su posición de potencia dominante. Por eso ha dejado palmariamente claro que apoya la CELAC, pero también que Europa está haciendo lo contrario de lo que debe hacer, es decir empobrecer a sus pueblos y practicar un neoliberalismo, ya superado, que la hunde más en la recesión.

Raúl Castro, desde la discreción y el comedimiento, tuvo un discurso magistral, al igual que Pepe Múgica.

Ahora quedan cosas que la troika deberá consensuar y preparar, y la dirección del CEPAL que ha quedado está compuesta por Chile, Cuba y Venezuela. Creo que con eso está todo dicho.

Suerte a los pueblos a América Latina y el Caribe. Su suerte será la de los pueblos de Europa, la del Estado español y la de África.

Sugiero que en el Estado español habría que comenzar a exigir un cambio de política exterior o nos quedamos fuera del mundo que llega. Si una idea ha quedado clara es que ellos, el CEPAL y los emergentes, están en el dialogo Sur/Sur.


Carlos Martínez García es ex presidente de Attac España y analista político de la Fundación CEPS

sábado, 3 de diciembre de 2011

La gran regresión

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IGNACIO RAMONET


Le Monde Diplomatique



Está claro que no existe, en el seno de la Unión Europea (UE), ninguna voluntad política de plantarle cara a los mercados y resolver la crisis. Hasta ahora se había atribuido la lamentable actuación de los dirigentes europeos a su desmesurada incompetencia. Pero esta explicación (justa) no basta, sobre todo después de los recientes “golpes de Estado financieros” que han puesto fin, en Grecia y en Italia, a cierta concepción de la democracia. Es obvio que no se trata sólo de mediocridad y de incompetencia, sino de complicidad activa con los mercados.


¿A qué llamamos “mercados”? A ese conjunto de bancos de inversión, compañías de seguros, fondos de pensión y fondos especulativos (hedge funds) que compran y venden esencialmente cuatro tipos de activos: divisas, acciones, bonos de los Estados y productos derivados.


Para tener una idea de su colosal fuerza basta comparar dos cifras: cada año, la economía real (empresas de bienes y de servicios) crea, en todo el mundo, una riqueza (PIB) estimada en unos 45 billones (1) de euros. Mientras que, en el mismo tiempo, a escala planetaria, en la esfera financiera, los “mercados” mueven capitales por un valor de 3.450 billones de euros. O sea, setenta y cinco veces lo que produce la economía real...


Consecuencia: ninguna economía nacional, por poderosa que sea (Italia es la octava economía mundial), puede resistir los asaltos de los mercados cuando éstos deciden atacarla de forma coordinada, como lo están haciendo desde hace más de un año contra los países europeos despectivamente calificados de PIIGS (cerdos, en inglés): Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España.


Lo peor es que, contrariamente a lo que podría pensarse, esos “mercados” no son únicamente fuerzas exóticas venidas de algún horizonte lejano a agredir nuestras gentiles economías locales. No. En su mayoría, los “atacantes” son nuestros propios bancos europeos (esos mismos que, con nuestro dinero, los Estados de la UE salvaron en 2008). Para decirlo de otra manera, no son sólo fondos estadounidenses, chinos, japoneses o árabes los que están atacando masivamente a algunos países de la zona euro.


Se trata, esencialmente, de una agresión desde dentro, venida del interior. Dirigida por los propios bancos europeos, las compañías europeas de seguros, los fondos especulativos europeos, los fondos europeos de pensiones, los establecimientos financieros europeos que administran los ahorros de los europeos. Ellos son quienes poseen la parte principal de la deuda soberana europea (2). Y quienes, para defender –en teoría– los intereses de sus clientes, especulan y hacen aumentar los tipos de interés que pagan los Estados por endeudarse, hasta llevar a varios de éstos (Irlanda, Portugal, Grecia) al borde de la quiebra. Con el consiguiente castigo para los ciudadanos que deben soportar las medidas de austeridad y los brutales ajustes decididos por los gobiernos europeos para calmar a los “mercados” buitres, o sea a sus propios bancos...


Estos establecimientos, por lo demás, consiguen fácilmente dinero del Banco Central Europeo al 1,25% de interés, y se lo prestan a países como, por ejemplo, España o Italia, al 6,5%... De ahí la importancia desmesurada y escandalosa de las tres grandes agencias de calificación (Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s) pues de la nota de confianza que atribuyen a un país (3) depende el tipo de interés que pagará éste por obtener un crédito de los mercados. Cuanto más baja la nota, más alto el tipo de interés.


Estas agencias no sólo suelen equivocarse, en particular en su opinión sobre las subprimes que dieron origen a la crisis actual, sino que, en un contexto como el de hoy, representan un papel execrable y perverso. Como es obvio que todo plan de austeridad, de recortes y ajustes en el seno de la zona euro se traducirá en una caída del índice de crecimiento, las agencias de calificación se basan en ello para degradar la nota del país. Consecuencia: éste deberá dedicar más dinero al pago de su deuda. Dinero que tendrá que obtener recortando aún más sus presupuestos. Con lo cual la actividad económica se reducirá inevitablemente así como las perspectivas de crecimiento. Y entonces, de nuevo, las agencias degradarán su nota...


Este infernal ciclo de “economía de guerra” explica por qué la situación de Grecia se ha ido degradando tan drásticamente a medida que su gobierno multiplicaba los recortes e imponía una férrea austeridad. De nada ha servido el sacrificio de los ciudadanos. La deuda de Grecia ha bajado al nivel de los bonos basura.


De ese modo los mercados han obtenido lo que querían: que sus propios representantes accedan directamente al poder sin tener que someterse a elecciones. Tanto Lucas Papademos, primer ministro de Grecia, como Mario Monti, Presidente del Consejo de Italia, son banqueros. Los dos, de una manera u otra, han trabajado para el banco estadounidense Goldman Sachs, especializado en colocar hombres suyos en los puestos de poder (4). Ambos son asimismo miembros de la Comisión Trilateral.


Estos tecnócratas deberán imponer, cueste lo que cueste socialmente, en el marco de una “democracia limitada”, las medidas (más privatizaciones, más recortes, más sacrificios) que los mercados exigen. Y que algunos dirigentes políticos no se han atrevido a tomar por temor a la impopularidad que ello supone.


La Unión Europea es el último territorio en el mundo en el que la brutalidad del capitalismo es ponderada por políticas de protección social. Eso que llamamos Estado de bienestar. Los mercados ya no lo toleran y lo quieren demoler. Esa es la misión estratégica de los tecnócratas que acceden a las riendas del gobierno merced a una nueva forma de toma de poder: el golpe de Estado financiero. Presentado además como compatible con la democracia...


Es poco probable que los tecnócratas de esta “era post-política” consigan resolver la crisis (si su solución fuese técnica, ya se habría resuelto). ¿Qué pasará cuando los ciudadanos europeos constaten que sus sacrificios son vanos y que la recesión se prolonga? ¿Qué niveles de violencia alcanzará la protesta? ¿Cómo se mantendrá el orden en la economía, en las mentes y en las calles? ¿Se establecerá una triple alianza entre el poder económico, el poder mediático y el poder militar? ¿Se convertirán las democracias europeas en “democracias autoritarias”?


Notas






(1) Un billón = un millón de millones.


(2) En España, por ejemplo, el 45% de la deuda soberana lo poseen los propios bancos españoles, y los dos tercios del 55% restante, los detentan establecimientos financieros del resto de la Unión Europea. Lo cual significa que el 77% de la deuda española ha sido adquirida por europeos, y que sólo el 23% restante se halla en manos de establecimientos extranjeros a la UE.


(3) La nota más elevada es AAA, que, a finales de noviembre pasado, sólo poseían en el mundo algunos países: Alemania, Australia, Austria, Canadá, Dinamarca, Francia, Finlandia, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Suiza. La nota de Estados Unidos ha sido degradada, en agosto pasado, a AA+. La de España es actualmente AA-, idéntica a la de Japón y China.


(4) En Estados Unidos, Goldman Sachs ya consiguió colocar, por ejemplo, a Robert Rubin como Secretario del Tesoro del Presidente Clinton, y a Henry Paulson en esa misma función en el gabinete de George W. Bush. El nuevo presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, fue también vicepresidente de Goldman Sachs para Europa de 2002 a 2005.


Fuente original: http://www.monde-diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=1f197f01-9a45-4451-81b0-4ffe3a916e07

miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿Dónde está la izquierda en esta tormenta económica?

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SERGE HALIMI
Le Monde diplomatique




Mientras el capitalismo vive su crisis más grave desde los años 30, los principales partidos de izquierda parecen mudos y confusos. Como mucho prometen remendar el sistema. Más a menudo intentan demostrar su sentido de la responsabilidad y recomiendan, ellos también, una purga liberal. ¿Cuánto tiempo puede durar este juego político cerrado mientras se inflama la cólera social?
Los estadounidenses que se manifiestan contra Wall Steet también protestan contra sus representantes del Partido Demócrata y de la Casa Blanca. Sin duda ignoran que los socialistas franceses siguen invocando el ejemplo de Barack Obama. Al contrario que Nicolás Sarkozy, el presidente de Estados Unidos ha sabido, según ellos, actuar contra los bancos. Quien no quiere (o no puede) atacar a los pilares del orden liberal (financiarización, globalización de los flujos de capitales y mercados) intenta personalizar la catástrofe, imputar la crisis del capitalismo a los errores de concepción o gestión de su adversario interior. Así, en Francia echarán la culpa a Sarkozy, en Italia a Berlusconi y en Alemania a Merkel. Muy bien, ¿y en otros sitios?

En otros sitios, y no solo en Estados Unidos, los dirigentes políticos presentes durante mucho tiempo como referencias de la izquierda moderada también se enfrentan a las manifestaciones de indignados. En Grecia Georges Papandreu, presidente de la Internacional Socialista, lleva a cabo una política de austeridad draconiana que combina privatizaciones masivas, supresión de empleos en la función pública y entrega de la soberanía de su país en materia económica y social a una «troika» ultraliberal (1). De la misma forma los gobiernos de España, Portugal o Eslovenia también nos recuerdan que el término «izquierda» se ha depreciado hasta el punto de que no se asocia a un contenido político en particular.

Uno de los grandes fiscales del atolladero de la socialdemocracia europea es el portavoz… del Partido Socialista (PS) francés. «Dentro de la Unión europea, revela Benôit Hamon en su último libro, el Partido Socialista Europeo (PSE) está asociado históricamente al compromiso que le une a la Democracia Cristiana en la estrategia de la liberalización del mercado interior y sus consecuencias sobre los derechos sociales y los servicios públicos. Son los gobiernos socialistas los que han negociado los planes de austeridad que gustan a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional (FMI). En España, Portugal y Grecia, por supuesto, la protesta contra los planes de austeridad se dirige contra el FMI y la Comisión Europea, pero también contra los gobiernos socialistas nacionales (…). Una parte de la izquierda europea solo critica los fallos, igual que la derecha europea, sacrificar el Estado del bienestar para restablecer el equilibrio presupuestario y halagar a los mercados (…). En algunos lugares del mundo fuimos un obstáculo para el avance del progreso. Yo no me resigno» (2).

En cambio otros consideran que esa transformación es irreversible porque tendría su origen en el aburguesamiento de los socialistas europeos y su alejamiento del mundo de los trabajadores.

Aunque también bastante moderado, el Partido de los Trabajadores (PT) brasileño considera que la izquierda latinoamericana debe tomar el relevo de la izquierda del Viejo Continente, demasiado capitalista, demasiado atlantista y cada vez menos legítima cuando pretende defender los intereses populares: «En la actualidad existe un desplazamiento geográfico de la dirección ideológica de la izquierda en el mundo, señalaba el pasado mes de septiembre un documento preparatorio del congreso del PT. En este contexto, Sudamérica se diferencia (…). La izquierda de los países europeos, que tanto ha influenciado a la izquierda de todo el mundo desde el siglo XIX, no ha logrado aportar las respuestas adecuadas a la crisis y parece capitular frente a la dominación del neoliberalismo» (3). El declive de Europa probablemente es también el declive de la influencia ideológica del continente que vio nacer el sindicalismo, el socialismo y el comunismo –y que parece resignarse más voluntariamente que otros a su desaparición-.

¿Entonces, hemos perdido la partida? Los electores y militantes de izquierda que se aferran a los contenidos más que a las falsas etiquetas, ¿pueden esperar, incluso en los países occidentales, combatir a la derecha con los compañeros conquistados por el liberalismo aunque sigan disfrutando de una hegemonía electoral? El baile, en efecto, se ha convertido en un ritual: la izquierda reformista se diferencia de los conservadores durante la campaña por un efecto óptico. Después, cuando llega el momento, dicha izquierda se dedica a gobernar igual que sus adversarios, sin alterar el orden económico y protegiendo el dinero de las personas del entorno del poder.

La necesidad, e incluso la urgencia de transformación social que proclaman la mayoría de los candidatos de izquierda en el ejercicio de las responsabilidades gubernamentales exigen, obviamente, que vayan más allá de una retórica electoral. Pero también… que accedan al poder. Y es en ese punto concreto donde la izquierda moderada imparte la lección a los «radicales» y a los demás «indignados». La izquierda moderada no espera la «grand soir» [ruptura revolucionaria donde todo es posible, n. de t.] ( Il y a un siècle aux Etats-Unis, un débat fondateur ); no sueña con acurrucarse en una «contra-sociedad» aislada de las impurezas del mundo y poblada de seres excepcionales ( Des gens formidables …). Para retomar los términos empleados hace cinco años por Françoise Hollande, no quiere «obstaculizar en vez de hacer. Frenar en vez de avanzar. Resistir en vez de conquistar». Y considera que no combatir a la derecha es protegerla, y por lo tanto elegirla» (4). En cambio la izquierda radical, según él, prefiere «montar en cólera por todo» en vez de «optar por el realismo» (5).

La izquierda que gobierna, esa es su jugada maestra, dispone «aquí y ahora» de tropas electorales y ejecutivos impacientes que le permiten asegurar el relevo. «Vencer a la derecha», sin embargo, no es un programa o una perspectiva. Una vez celebradas las elecciones, las estructuras establecidas –nacionales, europeas o internacionales- amenazan con impedir la voluntad de cambio expresada en la campaña. Así, en Estados unidos, Obama puede pretender que los lobbies industriales y la obstrucción parlamentaria de los republicanos han socavado su voluntad y su optimismo (Yes, we can) aunque estaba respaldado por una amplia mayoría popular.

Por otra parte, los gobernantes de izquierda se excusan por su prudencia o su cobardía invocando las «obligaciones», una «herencia» (falta de competitividad internacional del sector productivo, los niveles de la deuda, etc.) que serían obstáculos para su margen de maniobra. «Nuestra vida pública está dominada por una extraña dicotomía, analizaba Lionel Jospin ya en 1992. Por un lado, se reprocha al poder (socialista) el desempleo, los problemas de los suburbios, las frustraciones sociales, el extremismo de la derecha y la desesperanza de la izquierda. Por otra parte se añade el hecho de no disponer de una política económica y financiera, lo que vuelve más difícil el tratamiento de lo que se denuncia» (6). Veinte años después, la formulación de esta contradicción no ha envejecido nada.

Los socialistas señalan que la derrota electoral de la izquierda generalmente desencadena la puesta en marcha por parte de la derecha de un arsenal de «reformas» liberales –privatizaciones, reducción de los derechos sindicales, recorte de los gastos públicos- que destruirían las herramientas potenciales para hacer otra política. De ahí el «voto útil» en su beneficio. Pero su derrota también puede conllevar virtudes pedagógicas. Por ejemplo Hamon concede que en Alemania «las elecciones legislativas (de septiembre de 2009) que dieron al SPD su peor resultado (23% de los votos) desde hacía un siglo, convenció a los dirigentes del partido de la necesidad de un cambio de orientación» (7).




Los socialistas griegos se vanaglorian de actuar más rápido que Margaret Thatcher…

Un «restablecimiento doctrinal» , aunque de una amplitud modesta, se dio en Francia tras la derrota legislativa de los socialistas en 1993 y en el Reino Unido tras la victoria del partido conservador en 2010. Y sin duda bien pronto aparecerán escenarios similares en España y Grecia, ya que no parece probable que los gobernantes socialistas de esos países puedan imputar sus próximas derrotas a una política excesivamente revolucionaria… Para defender la causa de Papandreu, la diputada socialista griega Elena Panaritis se ha atrevido incluso a recurrir a una referencia asombrosa: «Margaret Thatcher necesitó once años para llevar a cabo sus reformas en un país que tenía problemas estructurales menos importantes. ¡Nuestro programa sólo lleva en marcha catorce meses!» (8). En resumen, «¡Papandreu mejor que Thatcher!».

Para salir de esta trampa es necesario establecer la lista de las condiciones previas para meter en vereda la globalización financiera. Sin embargo inmediatamente surge un problema: teniendo en cuenta la abundancia y sofisticación de los dispositivos que se han incrustado desde hace treinta años en el desarrollo económico de los Estados y la especulación capitalista, incluso un programa de reformas relativamente fácil (menos desigualdad fiscal, progresión moderada del poder adquisitivo de los salarios, mantenimiento de los gastos de educación, etc.) ahora implica un número significativo de rupturas. Rupturas con el actual orden europeo y también con las políticas a las que los socialistas están alineados (9).

Son necesarios, por ejemplo, un cuestionamiento de la «independencia» del BCE (los tratados europeos garantizan que su política monetarista escape de cualquier control democrático), una flexibilización del pacto de estabilidad y crecimiento (que en períodos de crisis asfixia la estrategia voluntarista de lucha contra el desempleo), denuncia de la alianza entre liberales y socialdemócratas en el Parlamento Europeo (que ha llevado a estos últimos a apoyar la candidatura de Mario Draghi, exbanquero de Goldman Sachs, como director del Banco Central Europeo), sin hablar del libre comercio (la doctrina de la Comisión Europea), de una auditoría de la deuda pública (con el fin de no reembolsar a los especuladores que han apostado contra los países más débiles de la Eurozona); sin todo eso, la partida empezará mal de entrada.

E incluso estará perdida de antemano. En efecto, nada permite creer que Hollande en Francia, Sigmar Gabriel en Alemania o Edward Miliband en el Reino Unido triunfarán donde Obama, Zapatero y Papandreu ya han fracasado. Imaginar que «una alianza que hace de la unión política de Europa el centro de su proyecto» garantiza, como espera Massimo D’Alema en Italia, «el renacimiento del progresismo» (10) se parece (en el mejor de los casos) a soñar despierto. En el actual estado de las fuerzas políticas y sociales, una Europa federal solo puede cerrar más los mecanismos liberales ya asfixiantes y despojar un poco más a los pueblos de su soberanía al confiar el poder a oscuras instancias tecnócratas. Por otra parte, ¿la moneda y comercio no son ámbitos ya «federalizados»?

Sin embargo, en tanto que los partidos de izquierda moderados continúen representando a la mayoría del electorado progresista –sea por adhesión a su proyecto o por el sentimiento de que esa constituye la única perspectiva de una alternancia aproximada- las formaciones políticas más radicales (o los ecologistas) se encontrarán condenados al papel de figurantes, de fuerzas de apoyo o para hacer ruido. Incluso con el 15% de los sufragios, cuarenta y cuatro diputados, cuatro ministros y una organización que agrupa a cientos de miles de adeptos, el Partido Comunista Francés (PCF), entre 1981 y 1984, nunca influyó en la programación de las políticas económicas y financieras de François Mitterrand. El naufragio de Refundación Comunista en Italia, presa de su alianza con los partidos de centro izquierda, no constituye un precedente más emocionante. Entonces se trataba de recordar, prevenir a cualquier precio la vuelta al poder de Silvio Berlusconi. Lo cual pasó de todas formas, pero después.

El Frente de Izquierda francés (perteneciente al PCF) quiere contradecir esos augurios. Presionando al Partido Socialista espera que este se libere de «sus atavismos». A priori la apuesta parece ilusoria, incluso desesperada. Sin embargo, si integra otros factores aparte de la relación de fuerzas electorales y las obligaciones institucionales, puede prevalerse de precedentes históricos. Así, ninguna de las grandes conquistas sociales del Front populaire (vacaciones pagadas, semana de 40 horas, etc.) estaba inscrita en el programa (muy moderado) de la coalición victoriosa de abril-mayo de 1936; fue el movimiento de huelgas de junio el que se las impuso a la patronal francesa.

La historia de ese período no se resume sin embargo en la presión irresistible de un movimiento social sobre los partidos de izquierda tímidos o asustados. Fue la victoria del Front populaire la que liberó un movimiento de revolución social y dio a los trabajadores el sentimiento de que no se enfrentarían al muro de la represión policial y patronal. Envalentonados, también sabían que los partidos a los que acababan de votar no les darían nada si no les retorcían la mano. De ahí esa dialéctica victoriosa –pero tan rara- entre elección y movilización, urnas y fábricas. Un gobierno de izquierda que no afrontase una presión semejante se encerraría rápidamente en una cámara cerrada con una tecnocracia que desde hace mucho tiempo ha perdido la costumbre de hacer cualquier cosa que no sea liberalismo. Tendría como única obsesión seducir a las agencias de calificación, de las que nadie ignora que «rebajan» inmediatamente a cualquier país que se compromete a una verdadera política de izquierda.





Entonces, ¿audacia o estancamiento? Desde el amanecer hasta el crepúsculo nos machacan con los riesgos de la audacia –aislamiento, inflación, degradación-. Sí, pero ¿y los riesgos del estancamiento? Al analizar la situación de la Europa de los años 30, el historiador Karl Polanyi recordaba que: «el callejón en el que se ha metido el capitalismo liberal», en varios países desembocó entonces en «una reforma de la economía de mercado realizada al precio de la extirpación de todas las instituciones democráticas» (11). ¿Pero de qué soberanía popular pueden todavía valerse las decisiones europeas tomadas a remolque de los mercados? Incluso un socialista tan moderado como Michel Rocard se alarma: todo nuevo endurecimiento de las condiciones impuestas a los griegos podría provocar la suspensión de la democracia en ese país. «Dada la situación colérica en la que se va a encontrar ese pueblo, escribía el mes pasado, se puede dudar de que algún gobierno pueda mantenerse sin el apoyo del ejército. Esta lamentable reflexión sirve, por supuesto, para Portugal, Irlanda y otros más grandes. ¿Hasta dónde?» (12).

A pesar de estar apuntalada por toda una quincallería institucional y mediática, la República Central se tambalea. Se está poniendo en marcha una carrera de velocidad entre el endurecimiento del autoritarismo liberal y el desencadenamiento de una ruptura con el capitalismo. Todavía parece lejana. Pero cuando los pueblos dejan de creer en un juego político mentiroso, cuando observan que se despoja a los gobiernos de su soberanía, cuando se obstinan en reclamar que se meta en vereda a los bancos, cuando se movilizan sin saber adónde les conducirá su ira, eso significa, a pesar de todo, que la izquierda todavía sigue viva.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Terremoto en Cataluña

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA



Vuelvo de un viaje por las Españas, y en Cataluña que es para mí la más europea de las comunidades autónomas españolas, los pronósticos anuncian cambios bastantes significativos desde el punto de vista social y político a partir del 20 de noviembre 2011. Me dice un amigo economista barcelonés y además culé, que Cataluña está cada vez más cansada de España, y cómo las palabras de Gregorio Peces Barba todavía escuecen (“deberíamos haber dejado a Cataluña y quedarnos con Portugal, dixit Peces Barba”), Joan Segura me suelta un taco en catalán, y tras reflexionar después de un trago de cava, va y me dice de forma muy educada, con profundo seny catalán, que Peces Barba es un gilipuertas. “Encima es uno de los redactores de la Constitución monárquica española, ¡manda trillos!”. Después de un argumentario por el cual se adentra Joan en valoraciones ancestrales del seny, me llega a una conclusión pre-ocupante. “Estoy convencido de que el Partido Popular todavía es profundamente nacional católico, y que el PSOE es a su vez nacional laico. Pero los dos muy españolistas, nacionalistas, fíjate, no en vano Peces Barba es madrileño. Ni siquiera le pidió permiso a los portugueses si querían ser españoles. Eso es imperialismo español, igual los portugueses quieren incorporar para su nación a Galicia”.

Asisto a una cena con varios catalanes, y la impresión final es que estoy en la educada Francia, y hablando con gente de derechas de toda la vida, pero con mentalidad europea, nada que ver con la caverna política y mediática madrileña. Hay también socialistas, y un votante de Izquierda Unida/Los Verdes, de Cataluña, y también son muy europeos, pero nadie piensa en poner en marcha la guillotina, ni tomar La Bastilla. Pero flota en el ambiente un cambio social y mental enraizado en el seny, en los ancestros. Casi todos los presentes son abonados al Barcelona Club de Fútbol, pero también acuden al Liceo, leen a Vázquez Montalbán, a Ausiás March, Ramón Llull, Ramón Muntaner, pero también a muchos autores castellanos. De todas formas el cansancio de España se refleja con serenidad en la conversación pausada en la noche catalana. Me dicen que los pronósticos electorales, con la caída del PSC/PSOE y el aumento espectacular de CiU, pueden ser un indicio del cambio. O del terremoto. Cuando les indico que también las encuestas apuntan a una subida del Partido Popular catalán, son rotundos, “es un trasvase de votos de los socialistas a los populares, y por la izquierda del PSC se van a Izquierda Unida, que triplica sus diputados, de uno es posible que pasen a tres, todos elegidos en Barcelona, el líder de IU-Verdes, Joan Herrera, afirma que igual sacan cuatro, aunque muchos votos socialistas se irán también a la abstención o el voto nulo o blanco”. Hablamos sobre el 15-M, y todos coincidimos que no deben copiar los errores de los partidos políticos tradicionales, que deben seguir una forma horizontal de organización, y ahí nos perdemos en disquisiciones y formulaciones sobre el futuro del 15-M.

Terminamos la instructiva charla recordando la Diada de Cataluña el 11 de septiembre de 1714, cuando las tropas borbónicas castellanas ayudadas por los ingleses tomaron Barcelona a sangre y fuego, y en este punto se producen interesantes opiniones divergentes. Algunos de mis ilustres amigos catalanes tienen posiciones nacionalistas federalistas, otros más independentistas, pero todos coinciden que el 11 de septiembre de 2014 se puede producir un terremoto en Cataluña. Con mucho seny, y afortunadamente sin ninguna ETA.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Festival antidemocrático en el G20 de Cannes: ¿quién gobierna Europa?

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GORKA LARRABEITI


Rebelión



De Cannes nos llega la noticia bomba de un clamoroso estreno: El FMI y la Comisión Europea enviarán inspectores antes de final de mes a Italia con el fin de monitorear la labor del gobierno de Berlusconi. Tras el sobresalto digno del mejor thriller que provocó el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, al convocar un referéndum sobre el segundo plan de ayuda a su país, y después de ver qué idea de ley, derecho e imperio tienen Merkozy, el FMI y la Comisión Europea, es hora de preguntarse qué se ha hecho de la democracia hoy en Europa. Dijo ayer el historiador Luciano Canfora: “Esta Europa que dicta leyes a los gobiernos me recuerda mucho a la Santa Alianza de 1815, que intervenía por todo el continente para aplacar revueltas, incluidas las de los patriotas italianos. Creían que tenían Europa bajo los pies, parecido a lo que hoy hacen los dirigentes de la UE y la BCE...”.

Ha pasado ya a la historia de la democracia en Europa esta cita de Yorgos Papandreu: "Teníamos tres alternativas: la primera era catastrófica, convocar elecciones; la segunda era el referéndum, y la tercera solución era lograr un consenso más amplio para sacar adelante el plan de salvamento". Al final, parece que se hará realidad la tercera solución: un gobierno de unidad nacional probablemente liderado por el expresidente del Banco Central Europeo Lucas Papademos, miembro de la Comisión Trilateral desde 1998.
Qué ritmo tiene esta guerra monetaria en Europa. En una entrevista del día 8 de julio, es decir, en pleno ataque a los bonos de Estado italianos, Berlusconi respondía así a propósito de los rifirrafes que mantenía con el ministro de Economía Giulio Tremonti, este sí, dócil con "los mercados": "[...] Yo le recuerdo [a Tremonti] que la facturación, en política, consiste en el consenso y los votos. A él el consenso no le interesa, a nosotros sí [...]". Diciendo eso, Berlusconi demostró haberse quedado tan viejo como un actor de cine mudo en una película sonora. Demostró no haber entendido que, desde el anuncio de la “revolución silenciosa” del Semestre Europeo y el Pacto del Euro, los actores nacionales eran meras comparsas que debían ejecutar el guión que les imponía el BCE. Trichet y Draghi le enviaron desde Frankfurt el nuevo guión democrático (privatizaciones, despidos fáciles, recortes en lo público), pero él insistió en querer seguir interpretando el populismo mediático que tantos éxitos le ha dado desde 1994. Por más fans que ha tenido Silvio Berlusconi, en Italia se espera desde hace ya meses un nuevo galán que sepa actuar sobriamente al frente del reparto de un nuevo gobierno de unidad nacional. El 2 de septiembre se propuso para el papel Mario Monti. Su currículum para este papel no tiene tacha: tiene amplia experiencia como Comisario Europeo, es Presidente europeo de la Comisión Trilateral y miembro del Grupo Bilderberg. El martes habrá una moción de confianza en el Parlamento italiano: podría ser la última escena de Berlusconi hasta que se convoquen elecciones.

Es chocante que en Italia se esté reproduciendo la misma secuencia vista en Grecia. En caso de que el gobierno nacional no interprete a rajatabla lo que ordena la troika -FMI, BCE, UE- el gobierno entra en crisis y se nombra un gobierno de unidad nacional, al que también se le puede llamar de “salvación” o de “emergencia nacional”, al frente del cual podría figurar un antiguo cargo del BCE o la Comisión Europea, a ser posible con experiencia en la Comisión Trilateral o el grupo Bilderberg. Este guión admite variaciones regionales. En España, que en teoría debía seguir a Portugal e Irlanda en la secuencia del rescate, no ha habido necesidad de ningún gobierno de unidad nacional porque gobierno y oposición -eso que llaman el PPSOE- tardaron tan solo una semana, en pleno agosto, en ejecutar la “regla de oro” del equilibrio presupuestario que habían dictado Alemania y Francia, pese a que ello suponía reformar nada menos que la Constitución.

En Islandia, la historia es ligeramente diversa, aunque no cambia tanto como nos habría gustado. La contaba así Gunnar Skuli Armannsson, activista de ATTAC Islandia:

[...] Entonces tuvimos la protesta en invierno de 2008-2009, que resultó en unas elecciones en la primavera de 2009. Sucedió así: los socialdemócratas eran parte del viejo Gobierno, y ahora son parte del nuevo Gobierno también, pero en lugar de tener a los conservadores, ahora tienen a la Izquierda Verde como socios de gobierno, y tanto los socialdemócratas como la Izquierda Verde estuvieron prometiendo cosas muy buenas a la gente en la campaña electoral. Pero han roto todas sus promesas. De modo que los islandeses hemos aprendido, igual que los irlandeses, igual que los griegos y los españoles, que cambiar el Gobierno no es la solución. No importa que haya elecciones; no tienen ningún efecto en las políticas, porque es obvio que los bancos tienen el control. Da igual que gobiernen los conservadores, los socialdemócratas o la izquierda verde, la política es siempre la misma: salvar a los bancos y que el pueblo lo pague.

El sociólogo italiano Luciano Gallino matiza mejor la diferencia entre los gobiernos conservadores y socialdemócratas: "Los laboristas británicos, los socialdemócratas alemanes, los socialistas franceses, el Partido Democrático en Italia o los socialistas españoles han adoptado la misma perspectiva que sus adversarios, salvo que tienen una buena intención más: recoger a los heridos que vayan cayendo y socorrerlos, pero el camino, sustancialmente, es el mismo". En suma: da igual quién gobierne en apariencia, puesto que el verdadero gobierno -el Senado virtual le llama Chomsky- se ejerce desde lo alto, sobre y contra el pueblo. De sobra están los Parlamentos, pues la oposición real ha quedado, indignada, fuera de ellos.

Los últimos dos nombramientos de altos cargos europeos dicen mucho de cómo y por qué se elige a los representantes europeos con mayor responsabilidad. Herman Van Rompuy, miembro también del Club Bilderberg y de la Comisión Trilateral, fue nombrado presidente del Consejo de Europa tras una cena secreta. El Observatorio Corporate Europe alerta ahora de qué conlleva el nombramiento del nuevo presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, cuyo currículum también habla solo: vicepresidente de Goldman Sachs International, miembro del Grupo Bilderberg, miembro de una élite bancaria internacional conocida como el Grupo de los Treinta, del que también forman parte Jacob Frenkel del JP Morgan Chase, E.Geral Corrigan de Goldman Sachs, Guillermo de la Dehesa Romero del Grupo Santander y David Walker de Morgan Stanley. Según Corporate Europe, el Grupo de los Treinta, que se define como una “organización del sector privado que ha tenido influencia considerable en el resultado de algunos de los debates sobre regulaciones de las últimas dos décadas”, contribuyó a la crisis de 2008 apoyando al grupo de cabildeo IIF, que promovía el sistema de gestión de riesgo llamado Value at Risk.

La indignación que atraviesa el mundo nace de una mayor conciencia de cómo opera el poder. Se sabía que en la Unión Europea imperaban el conflicto de intereses y la falta de transparencia. Se sabía del déficit democrático de las instituciones europeas. Sin embargo, con la crisis bancaria, han salido a escena los verdaderos actores del gobierno mundial, expulsando a los fantoches. Lo que llaman democracia es, como demuestran la injerencia en la soberanía de los países cerditos -PIIGS-, neoliberalismo autoritario. Si decimos que en Europa hoy gobiernan el grupo Bilderberg, la Comisión Trilateral o el Grupo de los Treinta nos toman por paranoicos. Digamos, pues, que gobierna Versalles. Pero desde la Casba, Tahrir y Sol, se ve La Bastilla cada vez más cerca.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Tesis sobre ETA

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IÑAKI GIL DE SAN VICENTE


Rebelión



«El marxismo, la menos dogmática y la menos formal de las doctrinas, en cuyo marco de generalizaciones resaltan la carne viva y la sangre caliente de las luchas sociales y de sus pasiones.»


Trotsky 1915

«Es cierto que prever significa únicamente ver claro el presente y el pasado en tanto que movimiento. Ver claro: esto es, identificar con exactitud los elementos fundamentales y permanentes del proceso. Pero es absurdo pensar en una previsión puramente “objetiva” (…) Sólo aquél que quiere con fuerza identifica los elementos necesarios para la realización de su voluntad.»


Gramsci 1924


«Ellos lucharon, fracasaron, lucharon de nuevo, fracasaron de nuevo, volvieron a luchar; acumularon una experiencia de 109 años, una experiencia de centenares de luchas, grandes y pequeñas, militares y políticas, económicas y culturales, con o sin derramamiento de sangre, y sólo entonces obtuvieron la victoria fundamental de hoy. Estas son las condiciones morales, sin las cuales la revolución no habría podido triunfar.»


Mao 1949
El comunicado de ETA del pasado jueves 20 de octubre, que anunciaba el cese definitivo de su accionar armado, confirma de nuevo que ETA es una organización política clandestina que por circunstancias obvias se vio en la necesidad de recurrir a la violencia defensiva táctica, a la lucha armada. Que ETA es una organización política ha sido reconocido por comentaristas españoles y por los sucesivos gobiernos del Estado español que han conversado y negociado con ella. Se ha reconocido también que su influencia política no ha desaparecido en los momentos de tregua o de cualquier otra forma de cese transitorio de su acción armada, sino que se ha plasmado de otra manera, con otras expresiones. La naturaleza política de ETA se inscribe de pleno dentro de la tradición marxista que siempre ha insistido en la dialéctica entre los objetivos históricos, la estrategia adecuada para alcanzarlos en cada fase y contexto de lucha, y las adecuaciones tácticas que deben implementarse dentro de la estrategia según varían las coyunturas y circunstancias. No sólo la larga historia de ETA sino también la corta historia previa de EKIN e incluso, apurando el análisis, el prolongado proceso de lenta confluencia entrecortada y abortada por las dictaduras de 1923-1931 y de 1936 en adelante, entre diferentes corrientes marxistas, socialistas, nacionalistas e independentistas vascas, este proceso decisivo para entender el surgimiento y la fuerza de masas de ETA también se realizó según la dialéctica entre los fines y los medios, siempre dentro de los cambios forzados por las innovaciones represivas de los sucesivos gobiernos españoles.

No hace falta insistir que en semejante interacción permanente de fuerzas, el azar juega un papel mayor o menor dependiendo de menor o mayor acierto estratégico y teórico de la izquierda revolucionaria. En este sentido, es innegable la capacidad del «fenómeno ETA» para superar todas las adversidades y contingencias. No podemos entender esta permanencia si utilizamos definiciones mecánicas, no dialécticas. Hay que entender a ETA como una doble realidad: por un lado, ETA «como mucho más que ETA», es decir, como un complejo y enrevesado movimiento de (re)construcción nacional vasca que se sostiene pese a todo desde finales de la década de 1950 y, por otro lado, «como muchas ETA» que van apareciendo y desapareciendo en el tiempo pero manteniendo una continuidad coherente basada en la lucha por unos objetivos irrenunciables y elementales. Lo que conecta a los dos componentes de esta realidad histórica es la incuestionable legitimidad del independentismo vasco sostenida a pesar de todas las represiones, equivocaciones y escisiones sufridas. Apurando un poco, podríamos decir que ETA es como el río de Heráclito que es y no es, que permanece a pesar de que siempre cambia. Y esta innegable realidad histórica es incomprensible para el mecanicismo formalista del pensamiento dominante.

Un pensamiento dominante que en un principio y durante años afirmó la derrota inmediata y definitiva extinción de ETA; que más tarde afirmó que su desaparición estaba al borde de producirse, y que ahora sostiene triunfante que por fin ETA ha sido derrotada. El río que siempre fluye, que nunca es el mismo pero que permanece, que está y no está, sigue rompiendo los esquemas mentales dominantes, al sobreponerse ETA a los sucesivos sistemas represivos españoles, con sus doctrinas, estrategias y tácticas, superación perceptible a medio y largo plazo, pero no exenta de errores, estancamientos y momentos de crisis. El Estado es el centralizador estratégico de las tácticas represivas en aras de garantizar los objetivos del capital: su acumulación ampliada. Cuando es un Estado nacionalmente opresor, la centralidad estratégica de las represiones adquiere más importancia que cuando no oprime a otro u otros pueblos. En la primera situación, la española y la francesa, la centralidad represiva es muy superior a la segunda, aunque ella no niega la existencia de represiones concretas que tienen autonomía relativa, tanta autonomía aparente que muchos intelectuales terminan creyendo que el Estado ha desaparecido. Pero la realidad es tozuda y siempre termina imponiéndose, sobre todo cuando se constata el avance de la lucha independentista de los pueblos y cuando la crisis del capital obliga al Estado a intervenir crudamente.

La evolución de ETA ha estado influenciada, además de por la represión, también por las dos grandes crisis económicas del capital, la iniciada en 1968-1973 y la iniciada en 2007, y por la crisis de la izquierda internacional agudizada por la contraofensiva neoliberal exacerbada desde la década de 1980. Ha sido una influencia directa en el quíntuple sentido de, uno, el golpe asestado a la vertebración obrero-fabril industrial clásico del pueblo trabajador durante la falsa «reconversión industrial»; dos, la derrota de las luchas armadas en el centro del imperialismo y su evolución en los pueblos oprimidos; tres, la implosión de la URSS y de su bloque con el desprestigio de su «socialismo»; cuatro, los efectos sociales del boom financiero e inmobiliario, del dinero barato, del consumo fácil, de las modas postmodernas y postmarxistas e individualistas, del apoliticismo guay, etc.; y, cinco, la sobrecogedora irrupción de la crisis actual en 2007, con su gravedad aún no asimilada teórica y políticamente en todas sus consecuencias por parte de la izquierda abertzale, a pesar de las tres huelgas generales y de la áspera y creciente lucha de clases que se libra en nuestra nación.

Pero además de los desgastes producidos por la represión siempre actualizada y por los efectos de las crisis, también han presionado sobre ETA los mecanismos de alienación y absorción inherentes al orden capitalista en cuanto tal, su «coerción sorda» y la capacidad de este sistema para invertir y ocultar la estructura explotadora, presentando las causas como efectos y estos como aquellas. El capital es un sistema de relaciones sociales de explotación que se invisibiliza a sí mismo y que se refuerza a sí mismo subsumiendo al trabajo en su egoísta e individualista lógica del máximo beneficio cuanto antes y sin reparar en consecuencias. Si bien la conciencia nacional de pueblo oprimido, que sabe y sufre el colaboracionismo de su burguesía con el Estado, actúa como relativo contrapeso del fetichismo, siendo esto verdad, tampoco hay que sobrevalorar su efectividad emancipadora. Los tres grandes problemas que afectan a ETA y a la izquierda abertzale en su conjunto, así como al proceso ascendente que va del autonomismo crítico, al soberanismo y al independentismo socialista son represión, crisis y fetichismo, porque al formar una sinergia multiplican su efecto paralizante y hasta reaccionario, unionista y nacionalista español y francés.

Partiendo de esta realidad, el marco teórico sintetizado en las tres citas arriba expuestas nos permite comprender tanto la evolución de ETA como, a una escala mayor, la del pueblo trabajador desde su formación en la fase industrial del capitalismo vasco a finales del siglo XIX. Es así porque las tres versan sobre dos componentes insustituibles del marxismo como praxis de la revolución: por un lado, la dialéctica entre lo objetivo y lo subjetivo, y, por otro lado, la importancia clave de la ética socialista como fuerza material que se plasma en el proceso histórico. Entre otros y otras muchas marxistas, Trotsky, Gramsci y Mao vuelven a incidir en diversos tiempos y espacios en que, a lo largo de los decenios de lucha, la subjetividad, la decisión lúcida y crítica, y la voluntad de vencer, reforzada generación tras generación, actúan como fuerzas políticas física, materiales, tangibles, al margen de las tácticas violentas o pacíficas -formas diferentes de violencia y de paz, etcétera- que se adopten en cada período. Sin duda, la ética socialista se revela más fácilmente como fuerza de emancipación en las largas luchas sociales, sobre todo de liberación nacional de clase y de sexo-género, que en las relativamente cortas fases y ondas de lucha de clases en su orientación exclusivamente economicista y sindical, no política en el sentido decisivo de toma del poder. Aquí, la cita de Mao es más apropiada para la experiencia vasca en general y de ETA en particular.

Con esto no negamos la importancia decisiva de otras aportaciones marxistas. En cuanto teoría matriz, el marxismo llega al secreto de las múltiples explotaciones descubriendo cómo nacen y se desenvuelven, cómo crecen e interactúan, surgiendo imperceptiblemente desde las contradicciones esenciales del capital, desde su identidad genético-estructural; y explica además cómo esta expansión creciente de las opresiones diferenciadas en sus formas externas se complejiza aún más con el desarrollo desigual de lo histórico-genético. Como teoría matriz, el marxismo explica que el desarrollo desigual de las luchas, desigualdad que debe ser asumida sobre todo en su contenido de liberación nacional de clase y de sexo-género, siempre nos remite a una escala más amplia, la del desarrollo combinado de la lucha mundial entre el capital y el trabajo. La dialéctica entre estos dos niveles unidos en el interior a la totalidad debe ser teorizada, por un lado, mediante el internacionalismo proletario, hoy más necesario que nunca al ver cómo algunas izquierdas agotadas se pliegan a los dictados del capital mundializado; y, por otro lado, desde las experiencias propias de los pueblos trabajadores en su lucha por el socialismo y por su verdadera independencia. Ambas prácticas teóricas se basan sólo y exclusivamente en la praxis revolucionaria sostenida durante generaciones, a pesar de sus altibajos y derrotas.

Deliberadamente, hemos llegado a uno de los puntos de reflexión que queríamos plantear: el del papel de la conciencia subjetiva de masas, de la voluntad de lucha de un pueblo nacionalmente oprimido y su entronque dentro del marxismo. La evolución de ETA y el comunicado del pasado 20 de octubre nos remiten a esta cuestión que, muy significativamente, ha marcado uno de los puntos de separación entre el independentismo socialista y el marxismo libresco y formal, antidialéctico. No vamos a rememorar aquí las causas de las sucesivas escisiones dentro de independentismo socialista que optaron por vías que de un modo u otro pasaban por la aceptación del marco estatal de resolución del conflicto provocado por la ocupación española de una parte de Euskal Herria. Por marco estatal de resolución entendemos la tesis que sostiene que el futuro libre de Hego Euskal Herria sólo es posible dentro de un Estado español federal o confederal, pero Estado español en definitiva.

En otros textos hemos defendido la existencia de un «marxismo español» incapaz de romper su dependencia ontológica, epistemológica y axiológica con y del marco de acumulación de capital que es la «nación española» y no vamos a extendernos ahora. Lo que sí debemos repetir aquí es que ese marco estato-nacional burgués tiene una quiebra interna que va agudizándose, o que permanece bullente en el subsuelo, con la mundialización de la ley del valor-trabajo y con la concentración, centralización y perecuación de capitales dentro de la Unión Europea: nos referimos a la quiebra, a la sima abisal creada al conjugarse la debilidad de una burguesía que no se atrevió a realizar su revolución político-económica, agraria y antifeudal, cultural y educativa, militar y de integración no mayoritariamente violenta, con las dinámicas desestabilizadoras que tienden a surgir de las entrañas de la contradicción expansivo-constrictiva inherente a la definición simple de capital. Esta contradicción es la base de la territorialización del Estado-nación burgués como espacio centrípeto de acumulación geográficamente demarcado y cada vez más sometido a las fuerzas centrífugas de la mundialización.

Pues bien, ETA, como expresión y síntesis de la larga lucha del pueblo trabajador vasco, se mueve en parámetros cualitativamente diferentes a los del «marxismo español», ya que lo que plantea es, en primer y decisivo lugar, la independencia estatal de Euskal Herria, asumiendo, además, que el mismo derecho lo tienen el resto de naciones y pueblos dominados por el imperialismo español. Desde una perspectiva marxista, quiere esto decir que la libertad de los pueblos y la emancipación de las clases explotadas sólo pueden conseguirse mediante la extinción histórica del Estado español en cuanto espacio material y simbólico de acumulación de capital y, por ello, de desarrollo de la ley del valor-trabajo relativamente controlado por la clase dominante, por la burguesía española. Dado que el Estado es la forma política del capital geográficamente localizado, por eso mismo, la emancipación del trabajo -en su triple expresión de sexo-género, de nación y de clase- es inseparable de la extinción del Estado.

Más aún, en la situación vasca, el derecho a la independencia aparece ya como la necesidad de un Estado independiente. La dialéctica entre derecho y necesidad está sujeta a la agudización de las contradicciones, de manera que el derecho, cualquier derecho, se transforma en necesidad urgente de realizarlo, de practicar ese derecho, conforme la opresión que lo niega se ha endurecido a tal extremo que pone en riesgo la supervivencia del colectivo que tiene ese derecho, aunque no sea reconocido, aunque sea negado. El derecho a la huelga, por ejemplo, pasa a ser necesidad imperiosa de hacer huelga cuando la patronal endurece sus agresiones y el derecho/necesidad de huelga se transforma en necesidad de ocupar la fábrica, recuperándola para la clase obrera, cuando la patronal quiere cerrarla definitivamente. En esencia, lo mismo sucede con el derecho de autodeterminación: pasa a ser necesidad cuando el pueblo negado de ese derecho elemental comprende que sin su ejercicio se multiplican las explotaciones que sufre. Y el derecho/necesidad de autodeterminación salta a necesidad de la independencia estatal cuando el contexto entero presiona hacia esa dirección.

Lo que bulle debajo del derecho/necesidad a la independencia, como a la recuperación de una fábrica, o a impedir que un banco expulse de su domicilio a una familia obrera, o el derecho/necesidad al aborto consciente, libre y gratuito, etcétera, no es otra cosa que la lucha contra la propiedad privada. La burguesía española es ahora propietaria del Pueblo Vasco y del resto de naciones que ocupa y explota, al igual que es propietaria de las fuerzas productivas y propietaria de las mercancías fabricadas por la clase trabajadora; de la misma forma que el hombre es propietario de la mujer y el imperialismo es propietario de medio mundo. Pues bien, la independencia en su sentido pleno, socialista, significa la expropiación del expropiador, la recuperación de la nación por el pueblo oprimido, al igual que, a otra escala, la clase obrera recupera su fábrica, la mujer recupera su cuerpo y la familia recupera su domicilio al impedir el desahucio por el banco, desahucio ejecutado gracias al derecho burgués a la propiedad privada, derecho garantizado y aplicado por sus fuerzas represivas y su judicatura.

El ascenso del derecho en abstracto a la necesidad concreta e imperiosa se realiza sólo mediante la lucha revolucionaria como síntesis suprema de un sin fin de otras luchas colectivas e individuales más superficiales aunque siempre importantes. La lucha revolucionaria es radical porque va a la raíz, a la recuperación de la propiedad colectiva, pública, estatal, comunal y a la construcción del poder popular, del Estado propio: propiedad colectiva y poder popular, he aquí la raíz. Solamente la experiencia adquirida en las luchas parciales y sectoriales puede sentar la base teórica y política para ir confluyendo en la lucha revolucionaria dirigida a la raíz. Y en esa dinámica ascendente los sectores menos concienciados, que se limitan a la reivindicación del derecho abstracto, van avanzando con más o menos dificultades a la conciencia política de la necesidad de la independencia, de la urgencia de dejar de ser un objeto pasivo propiedad de la burguesía a llegar a ser un sujeto activo propietario de sí mismo. Naturalmente, este avance es permanentemente obstruido por un sin fin de fuerzas contrarias que buscan asegurar la dominación española, de modo que en absoluto se trata de un ascenso lineal y predeterminado, sino de una lucha que puede concluir en derrota.

Como organización política, ETA ha sido muy consciente de este ascenso de la abstracción democraticista, necesaria en sí misma como base de inicio, a la conciencia concreta de la necesidad de la independencia. Un momento importante en ese ascenso está siendo el salto del autonomismo al soberanismo como antesala del independentismo. Ahora esos tres niveles generales, surcados cada uno de ellos por graduaciones específicas, se expresan ya en Bildu y tienden a expresarse en Amaiur, como muestra del ascenso en la movilización democrático-institucional popular y de masas. Pero este logro venía ya anunciado, además de por múltiples prácticas, por la creciente voluntad de participación a varios niveles en los sucesivos períodos de contacto, conversación y negociación entre ETA y los gobiernos españoles, y entre la izquierda abertzale y otras fuerzas sociopolíticas, sindicales y populares con representantes de esos gobiernos. Y por no extendernos, otro ejemplo es la efectividad con la que la izquierda abertzale y ETA han ido superando los cada vez más duros sistemas represivos.

El paso del derecho a la necesidad se plasma, fundamentalmente, en la decisión de romper amarras conceptuales, no sólo materiales, con la lógica estatalista del pensamiento español y francés que actúa como un agujero negro, que todo lo engulle y pulveriza. Una vez constatada la suficiente acumulación crítica de iniciativa popular y social capaz de acelerar, extender e intensificar la conciencia de la necesidad del Estado independiente, una vez llegados a esta fase, la organización política ETA pone en marcha una decisión ya teorizada como posible desde hace mucho tiempo y vista como cada vez más probable conforme se materializa el avance popular. El comunicado del 20 de octubre oficializa esa transformación nueva de un proceso de liberación que siempre cambia reforzando su permanencia. Insistimos en que el mecanicismo es incapaz de entender esta dialéctica del movimiento. Si por un instante recurriésemos al individualismo metodológico burgués, diríamos que de la misma forma en que en cada crisis determinados marxistas individuales han desatado el nudo gordiano que les ataba al pasado volviendo a la dialéctica, lo mismo ha sucedido varias veces en la historia de ETA: recordemos, por ejemplo, a Txabi Etxebarrieta y Argala y sobre todo a muchísimos militantes anónimos, imprescindibles héroes desconocidos. Pero como una de las características de la izquierda abertzale es su pensamiento colectivo, decimos que la dialéctica del movimiento se expresa en la praxis de decenas y decenas de miles de personas.

Ahora bien, por cuanto movimiento, la dialéctica de los contrarios aparece al desnudo, y eso es muy bueno porque descubre los riesgos y peligros, y los errores. Aquí sólo podemos reflexionar sobre cuatro. Uno es el retroceso en la formación intelectual, teórica, de la militancia abertzale. Siempre el pensamiento va por detrás del cambio de lo real, pero el pensamiento ha de intentar que esa distancia sea lo más pequeña posible y, sobre todo, ha de intentar descubrir la tendencia evolutiva de las contradicciones, para lograr incidir sobre ellas. En momentos de crisis como el actual, prever las tendencias es decisivo, más si cabe cuando la conciencia de la necesidad de un Estado independiente se sigue asentado más que todo sobre deseos y anhelos. El deseo llega a ser una fuerza revolucionaria objetiva, como hemos visto en las tres citas anteriores, pero su efectividad emancipadora se asienta sobre el conocimiento teórico de lo real, de lo contrario, el deseo suele terminar en la decepción.

Otro riesgo, el segundo, nace del anterior y concierne a la urgencia de argumentar la viabilidad de un Estado vasco como piedra angular del independentismo en el largo contexto mundial determinado por la actual crisis. Se avanza despacio en este asunto, aun sabiendo, a grandes rasgos, su factibilidad. Superar los dañinos efectos de varias modas ideológicas ya destrozadas por la objetividad del capital en crisis, es tanto más urgente cuanto que, todavía, sectores del pueblo trabajador y de su juventud, sectores de la militancia abertzale, muchos sectores del soberanismo y autonomismo critico, de las fuerzas democráticas, y el grueso de la casta académica, siguen parcial o totalmente bajo los influjos adormecedores de esas obsoletas mercancías intelectuales de usar y tirar. Si bien se multiplican los esfuerzos para acortar la distancia entre la crisis y el pensamiento, aún no hemos salido de la zona de peligro que puede agrandarse por nuestros errores, volviendo a aumentar la distancia entre la evolución de lo real y nuestro lento deseo.

El tercer riesgo no es otro que menospreciar la fuerza paralizante y ordenancista del capital en sí, con sus recursos casi infinitos. Si hablar siempre de burguesía es hablar de Estado y de clases explotadas, de su composición interna, ahora es vitalmente urgente conocer qué es y cómo se expresa el pueblo trabajador, las «grandes masas explotadas», en la terminología de Rosa Luxemburg. La recuperación del concepto de pueblo trabajador y su aplicación a la realidad del capitalismo vasco de finales de los años 60 fue uno de los aciertos decisivos de ETA. La ficción e irrealidad de un supuesto «capitalismo sin crisis», de la «nueva economía», etc., arrinconaron este concepto hasta casi olvidarlo. Pero la realidad es terca y no se puede ocultar por mucho tiempo la objetividad de la explotación. Conocer con suficiente rigor las distintas fracciones y sectores, capas y estratos internos del pueblo trabajador actual es imprescindible para realizar una política acertada de aglutinación de fuerzas, de alianzas con la genéricamente denominada «clase media», con la vieja y nueva pequeña burguesía. Son estas preocupaciones permanentes en la historia de ETA que en estos momentos vuelven a mostrar su decisiva influencia.

Y el cuarto y último riesgo es el menospreciar la fuerza de recuperación del nacionalismo imperialista español y francés. La dinámica abertzale orientada hacia la creación de un Estado propio, que puede y debe llegar incluso al momento crítico de una declaración de independencia nacional al margen de las instituciones españolas tal cual existan en ese momento, sean republicanas o monárquicas, debe tener muy en cuenta que hace tiempo que hemos entrado en la fase de lucha entre modelos opuestos de identidad nacional. Los cantos de sirena de que se puede ser a la vez vasco, español y europeo han sido silenciados por la estruendosa devastación de la crisis estructural, civilizacional, de larga duración que afecta absolutamente a toda la realidad humana y a sus sentimientos más personales e íntimos. En este nuevo contexto que se impone con la inmisericorde fiereza de las leyes de la acumulación, la (re)creación de una identidad vasca progresista, solidaria e incluyente, que busca ser una fuerza emancipadora en un mundo en lucha contra la barbarie y el caos imperialista, esta identidad es una fuerza de liberación imprescindible.

ETA, como proceso histórico complejo pero activo y actual, permanente, ha sido y es el factor decisivo para la supervivencia del Pueblo Vasco, aunque no actúe con las armas. Y esto es así porque su simbología referencial ha penetrado tanto en el movimiento del Pueblo Vasco que ya es el componente basal de su (re)creación para enfrentarse victoriosamente a la larga fase histórica de malvivencia en un capitalismo que perdurará en la medida en que se lo permitamos. La independencia socialista, que es otra de las decisivas creaciones praxeológicas de ETA, está hoy más vigente que nunca antes, y que lo esté menos que mañana depende de todas y todos.

martes, 25 de octubre de 2011

Sospecha generalizada

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ANTONIO MORALES MÉNDEZ (*)


A lo largo del tiempo que llevo manteniendo una cita semanal con los lectores de este medio he escrito, en muchas ocasiones, sobre la corrupción y el enorme peligro que supone su existencia para la democracia. Me he referido también muchas veces a los peligrosos abismos que se abren con las generalizaciones que aventan el desafecto y la duda sobre el sistema democrático, sus instituciones y representantes, pero no he dejado de plantear reflexiones sobre la insaciabilidad de los partidos políticos en su financiación y la perversa ligazón de la política con los negocios. Los últimos barómetros del CIS o los datos de Transparencia Internacional nos hablan de la peligrosa percepción ciudadana sobre la conexión de la política y la corrupción y como la crisis ha aumentado los casos de podredumbre social, institucional y política. Está claro que el problema existe y que tenemos que luchar contra él, pero su denuncia y combate no puede llevarnos nunca a la destrucción de la propia democracia. Y no cabe la menor duda de que para que eso sea posible tenemos que profundizar en la transparencia del Estado, en proteger a los ciudadanos electos más allá de la partitocracia y su oscura financiación como señaló a principios de año el Grupo de Estados contra la Corrupción(Greco), órgano dependiente del Consejo de Europa, en garantizar el funcionamiento de sus órganos y poderes y en ejercer de electores responsables de nuestros propios actos, desde el poder de nuestros votos, aunque con todas las limitaciones del mundo.

Hecha esta introducción, quiero dedicar las próximas líneas a un artículo publicado por Francisco J. Chavanel (La corrupción efectiva) en Canarias7. Citaba una conversación que había mantenido en su programa de radio con el empresario y dueño de Número 1 Amid Achi en la que éste, “con toda la sinceridad del mundo”, le planteaba que “en Senegal sólo tengo que pagar a uno mientras que aquí paso por doce y aún así no arreglo nada. Es una corrupción efectiva, no como la nuestra”. Y a partir de aquí es el periodista el que se explaya y nos sumerge en un mar de fangos del que nadie, absolutamente nadie, sale impoluto. Aquí no se mueve nada, en ningún sitio, si no se paga antes a funcionarios, partidos, políticos que gobiernan o están en la oposición…según se desprende de la confesión de Achi.

Ese mismo día los medios de comunicación se hacían eco del discurso del fiscal superior de Canarias, en la apertura del año judicial, en el que, entre otras cosas afirmaba que carecían de medios suficientes para actuar ya que “somos más jefes que indios”. No puede ser otra la razón, entiendo, por la que fiscalía no actúa de inmediato contra un empresario que hace este tipo de declaraciones en las que reconoce que está cometiendo delitos y que acusa, creando una enorme alarma social, a los funcionarios públicos y responsables políticos de flagrante corrupción. Y no es la primera vez que esto sucede. Con rotundidad entiendo que ante afirmaciones de este tipo los fiscales deberían actuar sin dilación porque se está atacando directamente a la línea de flotación de la democracia, más allá incluso del cuestionamiento de la honorabilidad y la legitimidad de las instituciones públicas y sus servidores, que ya es grave. Este señor que actúa creyéndose impune debería ser sometido de inmediato al imperio de la ley, que le debe recordar que no puede ser cómplice o protagonista de un delito como los que tan alegremente señala y difunde. Y si se trata de una fantasmada, de una boutade de riquísimo que está por encima del bien y del mal, pues que apechugue con sus consecuencias. Ya está bien de balandronadas que hacen muchísimo daño sin que paguen ningún precio en los tribunales. O que sea valiente y arremeta contra los que lo someten a sobornos y cohechos. Pero no está bien hacer tanto daño con generalizaciones y esconder la mano pusilánimemente. La sospecha se ha generalizado auspiciada por el populismo barato y, las informaciones interesadas para minar lo público, pero un Estado de Derecho no puede permitir impunemente que un señor, por muy número uno que sea, siembre el descrédito arbitrariamente sobre nuestra democracia, llena de imperfecciones, pero a la que no podemos renunciar.

La dignificación del servicio público no puede quedar al albur de un sistema judicial ineficaz, lento y sin recursos y desde luego no ayuda mucho a ello una Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1882. Pero hay que ponerse a ello y lo que se puede permitir es que se hagan oídos sordos ante manifestaciones tan dañinas como las del empresario tinerfeño. La corrupción se debe combatir con todas las fuerzas y todos los medios incluso porque, como da a entender este señor, limita las inversiones económicas por el miedo, el riesgo y la inseguridad que suponen.

Como dice el catedrático de derecho constitucional argentino José Miguel Onaindia, “la sucesión de hechos de corrupción sin esclarecer, la ausencia de mecanismos judiciales que permitan en forma efectiva erradicar esta conducta desarrollada como algo habitual en nuestra realidad son la fuente principal de la iniquidad social y del deficiente ejercicio de nuestros derechos. También, de la caída de confianza del sistema y del grado de participación de la ciudadanía en las diversas expresiones de la vida pública”.

En el mismo sentido se ha expresado en muchas ocasiones Josep Ramoneda: “la defensa de la política se está convirtiendo en una urgencia. Cada paso más en su descrédito es un triunfo del poder económico en su intento de controlarlo todo. Sin política, es la inmensa mayoría de la ciudadanía la que queda al pairo...Por eso creo que tenemos que exigirnos y exigir a todos los sectores implicados –política, justicia y medios de comunicación- mayor ecuanimidad en el juicio crítico. No hay nada que favorezca más a los corruptos que la sospecha generalizada. Si se tira indiscriminadamente contra todos –corruptos y no corruptos-, es evidente que los que salen beneficiados son los corruptos y los corruptores. Hay que defender el honor de la política y de los políticos responsables, que son muchos, precisamente para que no queden impunes los políticos corruptos”.

Por eso, ante afirmaciones como las realizadas por Amid Achi la fiscalía debe actuar sin demora y con contundencia. Porque nos jugamos mucho.

(*) Antonio Morales Méndez es alcalde de Agüimes

lunes, 24 de octubre de 2011

Don Pepito Rodríguez me hace monárquico

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA




Cada vez que leo El Día de Tenerife y compruebo su arrebatador republicanismo de última hora, me entran unas ganas enormes de gritar "¡Viva la monarquía! ¡Viva el Rey Juan Carlos!", pero me contengo no me vayan a tomar los amigos que conocen mis ideas republicanas por loco. Pero me da cierta repugnancia que don Pepito Rodríguez se proclame ahora republicano/independentista, cuando siempre fue un recalcitrante franquista, y pelota adulador de todos los capitanes generales del Ejército español que vivieron en la Plaza Weyler de Santa Cruz de Tenerife. Siempre he tenido respeto y por supuesto amigos independentistas, pero desde que don Pepito se hizo soberanista tengo también la inclinación un poco sádica de hacerme españolista y hasta del Real Madrid. Me miro al espejo, y me insulto por estos pecaminosos pensamientos, ¡monárquico y españolista! Pero que quieren, por alejarme de las proclamas de don Pepito, soy capaz de cualquier cosa.

Conocí a don Pepito hace muchos años, cuando trabajé con don Domingo Rodríguez, Dominguito Prensa, en Jornada Deportiva, y me pasaba por El Día un día sí y otro también para ver a los amigos periodistas tinerfeños, entre ellos a Elfidio Alonso. En aquella época don Pepito era perseguidor de rojos, y en general de todo demócrata que se moviera por Tenerife y toda Canarias, y ya tenía metido en su piel y su cerebro el odio a “la isla de Las Palmas”. Tal era así que Elfidio disimulaba su republicanismo escribiendo de baloncesto en Jornada, y haciendo teletipo en El Día. Qué tiempos aquellos. Pero las cosas para don Pepito Rodríguez han cambiado mucho, y ahora las islas Canarias son la colonia más antigua de Europa, y está empecinado en liberar a los canarios del yugo español. Lo más seguro es que querrá imponer a “la isla de Las Palmas” el yugo chicharrero.

No sé si don Pepito tiene bula, pero algo de eso debe existir en el fondo y la superficie de sus relaciones institucionales, porque se ha permitido entre otras barbaridades indicarle a Paulino Rivero que inicie los trámites para solicitar la independencia de las Islas Canarias, y si esto no se produce pueden surgir altercados, aunque don Pepito afirma que siempre ha repudiado la violencia. En uno de sus editoriales u homilías dominicales afirmaba que “hemos insistido en nuestros editoriales lo peligroso que resulta jugar con fuego. Y cuando hablamos de jugar con fuego nos referimos lo peligroso que es jugar con la paciencia del pueblo canario”. El Teniente General Emilio Pérez Alamán, que fue jefe del Mando de Canarias entre mayo de 2004 y noviembre de 2006, amigo personal de José Rodríguez, le dirigió una carta para expresarle su asombro por el cambio de línea editorial del periódico El Día. Entre otras cosas el militar español le decía que “la lectura de su editorial me ha producido un doble sentimiento de preocupación y dolor que no quiero dejar de transmitirle con toda sinceridad. En recuerdo de lo que yo consideré una amistosa y leal relación, tanto institucional entre la Capitanía General de Canarias y el grupo editorial que usted dirigía, como personal entre don José Rodríguez y el jefe del Mando de Canarias”. Más adelante en su carta el teniente general Pérez Alamán le indica al señor Rodríguez Ramírez “qué tengo que pensar de este cambio, ¿entonces no lo éramos y ahora el Ejército de España somos una Fuerza de ocupación?", le dice dolido el teniente general, que termina señalándole la contradicción en que el redactor “cae en el argumento de atacar a España y alabar a su Ejército, olvidándose que ese Ejército es en sí la misma España”.

Por si fuera poco la conversión al republicanismo independentista de don Pepito, de extrema derecha claro, señala en otro de sus editoriales los designios celestiales que llevaran al pueblo canario a la independencia, y afirma que es Dios, no El Día, quién está detrás de la consecución de la independencia. Es el Creador quién desea la libertad de las criaturas canarias. Ignoro si este arrebato religioso fue inspirado por Andrés Chaves o Ricardo Peytaví, los dos amanuenses/mercenarios que me dicen son los “negros” de don Pepito. El culmen de este energúmeno chicharrero recalcitrante ha sido su incitación al racismo, a la xenofobia, a la violencia, en un poema cuyo texto es el siguiente: “Como canarios vamos a defendernos/de esta oleada de cigarrones/que nos están llegando a montones/y yo voy a ser el primero/Compraremos mosquetones/pistolas, fusiles, cañones/y hasta un barco cañonero/con ellos dispararemos/y estos intrusos invasores/que regresen por donde vinieron.

Este poema que tanto amor destila fue publicado el 4 de abril de 2008 en el diario El Día, cuyo editor/director es José Rodríguez Ramírez. Todavía sigue recibiendo subvenciones del Gobierno de Canarias que preside Paulino Rivero Bates, al cual incluso ha insultado reiteradas veces, incluída su esposa.