lunes, 3 de enero de 2011

Año nuevo, la vida misma

MATÍAS VALLÉS

Al Azar




Empieza 2011, después de todo. Los humanos más atropellados han incumplido los buenos propósitos antes de que suenen las campanadas. Nos atribuimos demasiado deprisa el fracaso masivo, en los intentos de cambio de hábitos a golpe de calendario. Tal vez no naufragamos por exceso de confianza en nuestra fuerza de voluntad, sino porque anunciamos nuestros propósitos con independencia de la idiosincrasia del año en cuestión. No nos falla la perseverancia, sino el acondicionamiento. Las costumbres que deseamos dejar abandonadas en 2010 pueden ser óptimas para mudarse al ciclo anual que ahora comienza. Quién sabe si 2011 exigirá fumar, la infidelidad a la pareja y perder los nervios a cada insensatez que se cruce en nuestro camino.
Año nuevo, la vida misma. Aguardaremos a 2011 agazapados, y no modificaremos nuestro comportamiento hasta que el recién nacido muestre sus cartas. Sin miedo a sobreactuar porque, dado que nuestros objetivos razonables fracasan estrepitosamente, disponemos de patente de corso para emprender el rumbo hacia lo irresponsable. Descartada la posibilidad de domar a 2011, vamos a concentrarnos en atemperar su impacto sobre nosotros. Esta vez no nos pillará desprevenidos, le hemos descontado de antemano la media docena de catástrofes y la docena y media de decepciones personales.
Los propósitos de año nuevo se presentan como fórmulas de combate, cuando son previsiones eternamente conservadoras. Emanan antes del miedo a lo desconocido que de la audacia renovadora. Aspiramos a guarecernos de las iras de los dioses mediante el truco de inmolarles unas ofrendas nicotinadas, y demostrarles así que seguimos reconociendo su autoridad. Olvidamos que nadie ha sido rescatado por sus promesas. El mejor propósito para el sospechoso 2011 vuelve a ser la inmersión en la incertidumbre del mundo, con el compromiso tan humano de colocarse a diario en la encrucijada de los acontecimientos. El año de los surfistas, como si dijéramos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario