sábado, 2 de abril de 2011

Carne y Pinocha

NARRATIVA
BEATRIZ PEREZ HERNANDEZ
San Borondon

Mordisqueo el bocadillo de carne sobre una piedra de Aguamansa. Cruzamos el barranco donde comí por primera vez limones untados en azúcar. Era la merienda de excursiones con primos locos.

Del segundo barranco, salía misteriosamente Pepe. Con la escopeta, y la cintura llena de cadáveres goteando sangre, llenos de balines. Y por curiosa salvaconejos, me cai en ese hoyo. Que cuanto más trepaba, más tierra caía.

En la Finca de tía Lala, nos tapaban las plantas de millo, y éramos Tom Sawyer y Huckelberry Finn en Oklahoma



Saltando con la soga, la Finca del Lomo Alto. Mordemos la fruta caliente.

Recogíamos las papas, los ciruelos se descargan en Agosto. Las guitarras, el vinito del país, los cantos, ¡Abuela !… .

Subimos La Montañeta Loly, Julio y yo. Mañana llega el resto de la tropa. La casa, está como siempre: pequeña, no huele a hogar. Descargamos, y saco la escoba detrás de la puerta de la cocina, en lo que Loly va por gasoil para el motor.

¡Están de juerga enfrente!. Rebusco un bikini, que encuentro en la cesta de los comics de mis primos, de los 70. Me lo pongo, y no se desintegra. Está lleno de manzanitas pequeñas verdes. Un par de tallas menos, pero no voy quedarme sin chapuzón.
-Eh, Mandy, ¿qué tal?.
-¡Bea!, ¿qué pasa?... .


El abrazo, es el de después de tardes de sábados con un bocadillo de Nocilla en una bolsa plástica perdidas en Las LLanadas.

Nos ponemos al día en un pis pas. Pan, salchichas, y piscina. Con el mini bikini sé que no podré ser mínimamente seria en mis comentarios, así que discretamente, me retiro a la orilla, donde no puedo evitar que Alberto, venga a hablarme otra vez, de la crisis.

-Bueno, pero así, dejamos de tirar tanta basura al planeta, ¿no?. Menos consumo, menos basura. Y si el negocio que se montan, necesita grandes préstamos de capital, ¿qué quieres que pase cuando se les salga del moño, jugar al contrato viajero con dinero inexistente?. Y verás tú cuando empiecen los lios por el gas, el petróleo. La próxima, la energética … .

Uuufff. La mejor defensa, un buen ataque, y a la escalerilla de la piscina. Clic, desabrocho, y me seco al sol. Sergio entra a horcajadas en mis caderas, después de restregarse bien entre mis manos para que le dé mimos. Con el dedo, me señala las medias noches de jamón y queso. Llega el hermano, y se pelean, claro.

Detrás de sus gugucelos, escucho el aullido a muerte de un perro. Seguro que es un podenco de los que se les pierden a los cazadores.
-Chicos, ¿qué les parece hacer de comando rescate?. A casa a por una manta. Entre los tres, la arrastramos, y abrimos una lata de carne Chicago.

Ya ha llegado toda la tropa a casa. No he tenido más remedio que levantarme, y tratar de que no aúlle más.

Pongo mi mano bajo su hocico, su pelo, pincha, y está como con dos millones de pulgas, pero la quiero viva. Nos quedamos dormidas, roscadas. Me despierta a las tres horas Rafa, sacudiéndome. Está fumando y agrupado, cogiéndose las rodillas.
-Y a ti, ¿qué te pasa?.

Echa vaho al respirar, apaga la chimenea, y coge un vaso en la mano.
- Hay que joderse. Que quiero volverme a Tenerife.
- Anda, ¿qué vas a hacer aquí?. No digas tonterías. Venga, vamos dentro, que ésta ya se queda roque hasta mañana.

Lo levanto de un salto, me coge de la cintura. Lo abrazo sinceramente, él profundamente.
- Por cierto, bonitas bragas
- Tu pijama, tampoco está mal. Compradas por Billy Gates, ¿o era Billie Elliot? ,¿o agua de gato?, bueno, que me las regaló el partido, vamos.


Mi perrilla, sobrevivirá, y será una Cazatormentas. Nada de correpraderillas, chupalilas o lameverdines. Que para eso, la he puesto Egggggpaña.

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