sábado, 8 de diciembre de 2012

Hernández Spínola cabalga de nuevo

RAFAEL GONZALEZ MORERA







Francisco Hernández Spínola cabalga de nuevo, y otra vez se está convirtiendo en un peligro para el Partido Socialista Canario. Según me cuentan en Tenerife, en donde he vuelto a contactar y conectar con mis gargantas profundas políticas laguneras y santacruceras, estas me chisman que Hernández Spínola anda trabajando para conseguir dos objetivos: cargarse el pacto de Gobierno entre Coalición Canaria y el PSOE, y de paso desplazar a José Miguel Pérez de la secretaría general del partido. Para el primer objetivo anda dándose la lengua (políticamente hablando) con José Miguel Ruano, que se la tiene jurada a Paulino Rivero, con la anuencia de Manuel Hermoso, aunque en esta maniobra me comentan que debería tener mucho cuidado Hernández Spínola porque el expresidente de Canarias es más partidario de un pacto con el PP que con un hipotético futuro PSOE spinolista, y además Ruano también tiene muy buenas relaciones con Soria y se inclinaría por arrejuntarse con el PP sumando a herreños y palmeros, y de paso dándole un navajazo político a Spínola por la espalda, al que ahora mismo está utilizando. Claro que Hernández Spínola no es muy hábil a la hora de maniobrar políticamente, como tampoco lo fue cuando hace cuatro años siguió las directrices de Jerónimo Saavedra, José Miguel Pérez, y el grupo de socioliberales de Tenerife encabezados por Rodríguez Fraga, alcalde de Adeje, y con Julio Pérez, Julio Cruz y el propio Spínola como miembros del aparato inclinados más a la derecha, que lograron “controlar” a José Miguel Pérez para primero defenestrar a Juan Fernando López Aguilar, para seguir luego con la eliminación de Santiago Pérez, Viciana, Corrales, y en definitiva poner en “fuera de juego” al comité local de Santa Cruz y al insular de Tenerife en un majo y limpia que dejó al PSOE de Tenerife en la UVI política. La embestida fue de tal calibre que hasta un histórico como Pedro Anatael Meneses se puso al lado de los represaliados para desgracia de los spinolistas.

Mucho antes, la cuasicosa campaña interna de acoso y derribo de los socioliberales derechosos al sector más progresista y socialdemócrata, empezó con Saavedra haciendo declaraciones contra el propio secretario general, Juan Fernando López Aguilar, y Hernández Spínola se sumó al carro con su renuncia como vicesecretario general del partido y presidente del Grupo Socialista en el Parlamento de Canarias. La grave crisis del PSC/PSOE estaba servida y se fue desgranando en lamentables capítulos, y todavía no se ve la luz al final del túnel en la que la ha colocado Spínola en Tenerife, y la ingenuidad y la nula experiencia del aparato del partido de José Miguel Pérez. Saavedra, en sus ataques a Juan Fernando López Aguilar, llegó a argumentar que no podía ser secretario general del partido “dirigiendo con un mando a distancia”, por las estancias de JFLA en Estrasburgo, obviando cuando el propio Saavedra era ministro en Madrid y dirigía al partido en Canarias. Lo de siempre, la ley del fonil: lo estrecho para ti, lo ancho para mí.

Lo que parece cada vez más claro es la derechización del PSOE tinerfeño de la mano de Hernández Spínola, con la anuencia de Rodríguez Fraga, Julio Cruz y Julio Pérez, este último “enredado” por sus presuntas vinculaciones con actores muy principales en el “caso de Las Teresitas”, sobre la cual el abogado Felipe Campos le ha señalado incluso con presuntas operaciones de evasión de capitales a la isla de Mann, y además por sus actuaciones en torno al Plan de Ordenación Urbana de Santa Cruz de Tenerife. Toda una viscosa situación, que terminó con la dimisión de Julio Pérez como primer teniente de alcalde de Santa Cruz de Tenerife, afirmando que esta decisión era motivada por razones estrictamente personales y profesionales, estas últimas relacionadas con la “organización de su despacho de abogados”.

Me comentan mis informadores tinerfeños que no ha estado muy brillante Hernández Spínola en sus últimas maniobras, y es que se le ve sus jugadas antes de empezar a realizarlas, como Juan Fernando López Aguilar vio hace cuatro años desde lejos que le estaba zancadilleando. Ahora con la nueva elección de la actual Ejecutiva Insular del PSOE en Tenerife, Hernández Spínola ha formado otro lio de gran magnitud enfrentándose a Javier Abreu, colocando en la candidatura rival a Abreu a Teófilo González, al que enchufó en la Dirección General del Participación Ciudadana en detrimento de Pedro Ramos, del grupo de Abreu, y además introduciendo también a un incondicional spinolista orotavense, Manuel González, que no tiene apenas predicamento entre las bases. También Spínola ha utilizado a Manuel Correa, exalcalde de La Victoria, y significado por ser contrario al pacto con CC, que ha tenido también problemas en su pueblo con las bases del partido y sus propios compañeros concejales de este municipio de Acentejo. Al final, la elección de Manuel Fumero, alcalde de Vilaflor, que le ganó las elecciones a Javier Abreu por veinte votos, no parece haber cerrado unas heridas que nacieron con la imposición de las Gestoras Local e Insular cuando defenestraron a Viciana y Corrales por imposición de Spínola, los Julio (Cruz y Pérez) a José Miguel Pérez.

Pero los líos de Hernández Spínola continúan, y en Tenerife siguen afilando los cuchillos unos y otros. La crisis de El Tanque, la del Congreso Insular de las Juventudes Socialistas, y las maniobras de Hernández Spínola para cargarse el pacto CC/PSOE, y buscar uno nuevo con parte de CC sin Rivero, o incluso con el Partido Popular, todo esto corre a gritos desde Santa Cruz a La Laguna, desde el Puerto de la Cruz a Vilaflor, en donde Manuel Fumero ahora se ha hecho un furibundo “spinolista”, y los rumores nacen por la mañana y no precisamente en el naciente del acuífero del pueblo, se incrementan al mediodía, y por la noche se escuchan a gritos. Manuel Fumero, poniendo una vela a Dios y otra al Diablo, declaraba en Radio Club Tenerife que la “estabilidad institucional está corriendo un gran peligro”. Para colmo, Javier Abreu pedía la semana pasada que Hernández Spínola dimitiera si no frena la crisis entre Coalición Canaria y el PSOE. Abreu acusó a Spínola claramente de estar trabajando a favor de explosionar el pacto de gobierno entre CC y PSOE, y de ir luego a por la secretaría regional del partido socialista. Las tensiones en el propio congreso de las juventudes han sido tremendas. Un socialista tinerfeño que conoce bien al personaje, con un poco de sorna, me decía que “Paco (Spínola) ya ve que va entrando en años, y tiene prisa por conseguir su gran anhelo, la dirección del partido y la vice o la presidencia si se puede, de Canarias, con el PP o con quién sea. Si yo fuera José Miguel Pérez me pondría en guardia con este hombre tan ambicioso y me guardaría mucho de los idus de marzo de 2013”. Lo dicho: la cuasicosa empezó porque había que tocar Poder (dixit Saavedra) y desembarazarse de Juan Fernando López Aguilar, Santiago Pérez, Sandra Rodríguez, y otros progresistas del partido, se toco un poquito de poder, chiquitito, haciendo enormes concesiones iniciales con los temas de la RTVC, con la guanchancha, con temas sociales y asistenciales, temas estos últimos en los cuales Hernández Spínola ha estado desafortunado en una carta a los sindicatos a cuenta de más ajustes y recortes desde el Gobierno canario, diciéndoles “esto son lentejas, o las tomas o las dejas”. Pero en definitiva, por tocar un poquito de poder han hipotecado al partido que como siga así es un firme candidato al desahucio y al suicidio político.

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