martes, 2 de octubre de 2012

Carta de Durán i LLeida

Durán i LLeida



Queridas amigas y queridos amigos: aunque el plato principal de esta carta debe ser la reunión de los presidentes Rajoy y Mas, ligado también con las relaciones de Cataluña con el Estado quisiera retroceder a viernes de la semana pasada. Cuando mi última carta habitual de los viernes ya se había publicado el Consejo de Ministros nos dio a conocer, a través de su portavoz, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, los acuerdos que había tomado y las valoraciones sobre los hechos políticos de actualidad. Entre las más notorias, ya la vez más esperados por el silencio que hasta entonces había mantenido, existía la valoración que el Ejecutivo central hacía de la manifestación de nuestra última Diada Nacional. La respuesta del gobierno del Estado fue el antesala de la que Rajoy dio a Mas días después. Soraya Sáenz de Santamaría dejó claro que ante el clamor de una parte muy importante del pueblo catalán la actitud de Rajoy era sencillamente aplicar la Constitución y las leyes. No había ni el menor indicio de que la riada de cientos de miles de personas por las calles del centro de Barcelona hubiera provocado ninguna reflexión ni preocupación en el Palacio de la Moncloa. Qué lástima que sean ahora los que apelan a la Constitución y las leyes. Si hubieran respetado la Constitución cuando el PP obstaculizaba su cumplimiento a la hora de renovar los miembros del TC, ahora no estaríamos como estamos! La gente no estaría tan harta de las instituciones españolas. Si hubieran respetado su espíritu y no hubieran politizado la sentencia del TC, a estas alturas no habría tanta frustración! Si realmente se tomaran en serio el sagrado principio de la "igualdad de los españoles" y no permitieran que en Cataluña pagamos más por todo, seamos solidarios y recibimos menos a cambio, no habría un deseo generalizado de expresar que ya hay suficiente. Si hubieran respetado el máximo intérprete de la Constitución-el TC, desprestigiado después por ellos y por el PSOE-y hubieran ejecutado los acuerdos de la Comisión Bilateral Estado-Generalitat-tanto el PSOE primero, como después el PP-y, por tanto, si hubieran pagado lo que todavía nos debe, 759 M €, de la Disposición adicional tercera del Estatuto, ahora, a pesar de la nefasta gestión del tripartito en Cataluña tendríamos menos ahogo económico y los ajustes presupuestarios serían menores! Y por las mismas razones, si nos hubieran transferido las becas tal como se aprobó y firmó con Rajoy cuando era ministro de Administraciones Públicas, y tantas otras cuestiones, la gente no se sentiría maltratada económicamente, políticamente y socialmente hasta el extremo de no querer continuar conviviendo bajo estas condiciones! O sea, que no debe entrar el pánico porque desde el Estado invoquen la Constitución que ellos han pasado por el forro tantas veces como les ha convenido. Con estos precedentes, y con la respuesta en la misma dirección que el Presidente Rajoy dio el miércoles, en la sesión de control parlamentario, ya una pregunta de Pere Macias que yo había formulado, era inimaginable que el presidente del gobierno español le dijera algo diferente al presidente de Cataluña. Unos minutos antes de que Artur Mas fuera a Moncloa me preguntaba si tenía algún input. No había mantenido ninguna conversación con nadie del gobierno del Estado, pero la intuición no me podía traicionar. La respuesta sería negativa y así fue. Rajoy no quiere saber nada del Pacto Fiscal. El gobierno del Estado no quiere ni oír hablar de lo que reivindicamos el 75% de los ciudadanos de Cataluña. Por tanto, ni el PP ni el PSOE quieren atender las peticiones de justicia que claman desde el agricultor hasta Fomento de Trabajo, desde el trabajador de la Nissan hasta el profesional liberal. Ayer es cerraba la puerta de la esperanza. Nadie podrá decir que no lo hemos intentado y tampoco podrá considerar que ha sido para nosotros que se ha cerrado el paso a un intento serio y responsable de resolver una cuestión clave en el contencioso entre el Estado español y Cataluña. Lunes lo dije en nombre de CiU tras la reunión del CENFIM: la prioridad del gobierno de Cataluña y de la federación de CiU era el Pacto Fiscal. Hasta ayer jueves no queríamos oír hablar de nada más. El jueves, sin embargo, ha pasado, y la puerta se ha cerrado. Tenemos, pues, la obligación-como decía el presidente Mas-de reflexionar y de tomar decisiones. Supongo que hoy todo el mundo lo querría romper todo. No es hoy, cuando tenemos que tomar decisiones, pero tampoco debemos dejar para dentro de un mes. Ahora hay que dar un paso adelante, un paso firme, que dependa más de nosotros que de las instituciones del Estado ( por cierto, no sé quién aconseja el Rey, quizá quiere hacer amigos, pero en Cataluña habrá perdido y fuerza). Creo que debemos ser capaces entre todos de generar la garantía de nuestra soberanía fiscal, como garante de nuestra libertad. Pero atención, esto no dependerá sólo si CiU lo incluye en su programa electoral o de la posibilidad de que lo hagan otros partidos. Para este objetivo, la complicidad de la ciudadanía es imprescindible: desde el mundo empresarial hasta los asalariados. Si llegada la hora-por mucha agencia tributaria propia que tengamos-, la sociedad no responde, ella misma estará fijando los límites de su ambición nacional. Lo dije ya la semana pasada. Hay quien, dentro y fuera, ha pensado que el tsunami de nuestro 11-S había llevado nuestro proyecto de país y nuestro estilo y manera de hacer. Al revés. Serán útiles como nunca para los anhelos y para las necesidades de las personas que integran nuestra nación. Hoy el arrebato triunfará; pasado mañana se necesitará el sentido común.
Cordialmente, José A. Duran

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