domingo, 29 de julio de 2012

El blitzkrieg de Angela Merkel

RAFAEL GONZÁLEZ MORERA -






El blitzkrieg (en alemán, guerra relámpago) lo ha convertido Ángela Merkel en una sutil guerra económica, que ha sustituido los tanques de la Panzertruppe, los Stukas, y las fuerzas motorizadas del Ejército nazi, que desarrollaban en cuestión de días, a veces en horas, el schewerpunkt, o punto focal del ataque sorpresivo y fulminante al enemigo, por los bonos alemanes, el diferencial español con los bonus teutones, los puntos básicos, la prima de riesgo y el control del Banco Central Europeo, que ya ha puesto de rodillas a Irlanda, Portugal, Grecia, y España va camino de perder su soberanía financiera con gran disgusto de la extrema derecha del Partido Popular, prietas las filas y firme el ademán, y España es una unidad de destino en lo universal, hasta que llegó la canciller Merkel y con su blitzkrieg económico y sin pegar un tiro ni un cañonazo de un panzer, puso primero de rodillas a Zapatero en mayo de 2010, y está a punto de poner boca abajo, “¡al suelo, coño!”, a Rajoy en el transcurso de este verano/otoño trágico de 2012 según pronostican los expertos, entre ellos los economistas norteamericanos Paul Krugman y Nouriel Roubini, que precisamente no son sospechosos de ser izquierdistas depravados y malvados. Roubini es sin duda mucho más pesimista que Krugman, y pronostica no sólo un rescate total de España, sino además la desaparición del euro. Espero por mis hijos, mis nietos y todos los trabajadores y currantes en general, que se equivoque el muy economista.

Con los “mercados” desatados, frenéticos en su capitalismo salvaje, irracional, aunque con altibajos y sube y baja de forma imprevista con una prima de riesgo bailando la yenka, con los neoliberales aplaudiendo hasta con las orejas, Mariano Rajoy aparece cada vez más sólo, desconcertado, leyendo los periódicos deportivos y pasando de los económicos, y preguntándose por qué el capitalismo financiero no le trata mejor que a Zapatero. Alimentó a la fiera de extrema derecha que anida en el extremo diestro del PP, y ahora le susurra a Cristóbal Montoro, Luis de Guindos, y hasta a Ruíz Gallardón que hagan perrerías en los ajustes, recortes, y en la ley del aborto del ministro injusto que quiere que nazcan niños con deformaciones, en una revisión que los mal pensados apuntan a una maniobra de distracción para que el pueblo se olvide de la prima de riesgo, y que deje de pensar en un hipotético corralito. Rajoy es tan torpe que ahora busca alguna cabeza de turco en la que pueda salvar sus grandes fracasos que en sólo seis meses lo ha puesto a los pies de los caballos. Por eso en el argumentario del Partido Popular van a insistir que el culpable de todo es José Luis Rodríguez Zapatero que mandó todo el oro español a Berlin emulando al doctor Negrín que lo mandó a Moscú (sic), y cuando este disco esté un poco rayado, los tiros irán contra Merkel, para que se trate de olvidar la inoperancia de Guindos, Montoro, Soria, y larga compañía. Trata de ignorar Rajoy aún gustándole el fútbol, que cuando un entrenador sustituye a otro porque el equipo está al borde del descenso, el sustituto sino endereza la nave que se va a pique no le va a decir a la afición que cogió al club desahuciado, y justificar con el pasado del otro entrenador que las cosas vayan peor. La afición quiere que su equipo se salve del descenso, y si es posible que juegue la Europa League. Y al otro entrenador, puente de plata y al trastero de lo inservible, pero el de ahora que sea el salvador.

No me voy a meter ahora en análisis económicos profundos, que me quedé en el profesorado mercantil antes de meterme a juntar letras literarias, no de cambio, y tenía que tener la ayuda de muchos amigos de la Escuela de Comercio para sacar asignaturas de economía, contabilidad de empresas y matemáticas financieras y cálculo integral, que la mayor parte de las veces me cateaban al modo, porque me movía mejor con la literatura, la geografía, la historia, y ya galletón Anastasio Travieso y el que suscribe hasta discutíamos con Augusto Esparza en la clase de Formación del Espíritu Nacional, y un huevo para ocho. De todos modos me atrevo a decir que esto de la Unión Europea ha sido un engañabobos desde el Tratado de Maastricht, porque si el Banco Central Europeo hace lo que le da la gana, y no está para solucionar los problemas financieros de los integrantes de la tal unión, sino existe una fiscalidad unificada, sino existe un auténtico gobierno supraeuropeo, y si no hay forma de poner firme a “los mercados”, apaga la luz y vámonos con Rajoy a ver la Olimpiada de Londres, que viene la Merkel con el blitzkrieg sutil económico y además un recortazo en las pensiones que no me va a dar ni para la sopa boba, y me viene a la memoria el funcionario cesante descrito por Benito Pérez Galdós en su novela “Miau”, que si era liberal y llegaban los conservadores, o al revés, pues se quedaban en eso, en la sopa boba y en cesantía.

La situación de España es peligrosa, porque a diferencia de Francia o Grecia, el partido de los lepenistas, el Frente Nacional que lidera ahora Marie Le Pen, y el griego Amanecer Dorado que lidera el fascista Nikolaos Michaloliakos, están separados de las derechas en los respectivos países, en las Galias de la Unión de un Movimiento Popular (UMP) que encabezaba Sarkozy y ahora de momento está descabezada, y en la olímpica Grecia los “dorados” están a la extrema derecha de Nueva Democracia, mientras que en España lo que vendría a ser Fuerza Nueva está dentro del PP. Lo peor de todo es que Rajoy se cree que gobierna con el apoyo de la mayoría de los ciudadanos, cuando en realidad sólo le votó el 30,27 por ciento de los españoles con derecho a voto, descontada la abstención, es decir, que el 70 (setenta) por ciento no le dio su apoyo, y además después de las manifestaciones en toda España del histórico jueves 19 de julio, se está quedando más sólo que la una. Ahora aparte de la incompetencia de su equipo económico, de las gravísimas traiciones políticas que hace Soria con Canarias en materia de bonificaciones aéreas, prospecciones petróliferas, y las inexistentes subvenciones a las energías alternativas, vuelve encima Rajoy a sacar a su perro dogo, Esteban González Pons para cantarle las cuarenta en bastos al Banco Central Europeo, que le puede cantar al cónsul de Merkel en Madrid, el tal Rajoy, las cuarenta en oro como Mario Draghi, su presidente, cambie otra vez de opinión. Con los lunes negros de la prima de riesgo y los números rojos de la Bolsa, y los viernes de dolores de los Consejos de Ministros, me da la impresión que este rollo se me va a quedar pronto desfasado. De momento me voy a enganchar a la Olimpiada de Londres, y a jugar con los amigos al “apalabrado” con mi fabuloso móvil wasap que entretiene un huevo y te olvidas hasta del malvado Soria, y del diferencial de los bonos.

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