martes, 7 de junio de 2011

El transfuguismo de Soria

RAFAEL GONZÁLEZ MORERA


La vergüenza que estamos padeciendo con el canto al transfuguismo de Soria, alias el Salmón, es realmente indescriptible. Desde hace mucho tiempo tengo a algunos amigos en plan muy criticones, escépticos ellos de la política, que son proclives al ataque desaforado de los pactos y los repartos, de componendas para chollos y vías y obras, y del “qué hay de lo mío”, tales y cuáles. Las cosas están así, y no las puedo cambiar, si acaso el movimiento del 15-M en el futuro podrá dar un giro de 180 grados a esta putrefacción, pero de momento no hay que ser fanático, ni cerrar los ojos, y los partidos políticos clásicos están en caída libre y no sé donde van a ir a parar. Con los Soria, los “tamayazos” de Esperanza Aguirre, y los atracos de Francisco Camps en Valencia, menudo panorama al que estamos asistiendo. Con los pactos y los repartos, de chollos y canongías, la gente se mosquea en cantidad y ahora mismo las criticas son desmesuradas, y lo que me preocupa mayormente es que la democracia queda tocada del ala, y el corporativismo y el fascismo crecen por todas las esquinas, incluso por la de la Real Academia de la Historia de España, y dos piedras. Menudos historiadores.

En cuanto a los pactos y repartos, en mi juventud, cuando empezó la pseudemocracia tutelada por el Ejército español y la Monarquía impuesta por Franco, todo estaba atado y bien atado, pero los pactos eran normalmente entre la UCD y Alianza Popular, por el centro y la derecha, incluso participaba la extrema derecha que ya estaba instalada en el partido de Fraga Iribarne, y por la izquierda se arrejuntaban el PSOE y el PCE. Como bisagras circunstanciales, el PNV de Euskadi y Convergencia y Unió de Cataluña, que se iban para un lado y para otro y complementaban un panorama que aunque en la transición fue bastante discutible y criticable por aquello del pánico escénico al Ejército, en cierto modo todo era mucho más natural y había menos pactos antinatura. Ahora el PP y el PSOE no se cortan en pactar en donde haga falta, y Soria es el representante y fomentador del filibustero y el pirata del transfuguismo político. Ya saben que el tránsfuga es una persona que pasa de una ideología o colectividad a otra, o bien que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato. Y no se le cae la cara de vergüenza ni cuando mira a sus hijos desayunando los domingos en casa. A Soria, que no tiene ninguna vergüenza política, no se le caen ni los anillos, ni los salmones. Menudo pirata político. Y sigue babeando histérico para tratar de apañar la presidencia de Canarias, incluso recurriendo al transfuguismo, al “tamayazo”. De momento Pepe Manué ya ha recibido la venganza de José Miguel Bravo de Laguna, que va a designar a su hijo Lucas Bravo, alias “Niño Bravo”, consejero de Deportes, incumpliendo una norma del propio partido conservador de no acumular dos cargos, en este caso alcalde de Santa Brígida y consejero de Deportes del Cabildo grancanario, y para remate va a nombrar a Larry Alvarez consejero no electo de Cultura, y ya saben que Soria no puede ver ni en pintura a Alvarez, pero Bravo padre se ha puesto bravo, total dirá él, le quedan cuatro años por delante, sino hay una moción de censura. Me dicen que el cabreo de Soria es histórico e histérico. Enhorabuena Lucas, por los dos sueldos.

Mientras todo esto sucede en las islas, la socialdemocracia se desploma en caída libre en toda Europa. La prueba del nueve de la derechización de la socialdemocracia es sin duda el exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y líder del ala derecha del Partido Socialista Francés, Dominique Strauss-Kahn, que agredió sexualmente a una modesta inmigrante africana, y que es uno de los responsables de las políticas económicas que también agreden a los trabajadores de todo el mundo, y protegen a los grandes bancos financieros y a los ejecutivos, con sus millonarios bonos y grandes sobresueldos. No es de extrañar que sus colegas sociolistos franceses, hombres naturalmente, salieran al paso para defender al presunto violador de una trabajadora norteamericana, hablando de una presunta conspiración de Sarkozy contra Strauss. El panorama mundial para la izquierda desde luego no es nada halagüeño, y ahí están los resultados de Portugal, con un giro durísimo hacia la derecha, pero también con una abstención muy grande entre sus electores, y es que ya los pueblos, totalmente desencantados, parecen no confiar en la izquierda política.

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