sábado, 16 de octubre de 2010

Síntomas fascistas en el PP

RAFAEL GONZÁLEZ MORERA
En tan sólo unos pocos días de diferencia en Tenerife se han producido algunos signos fascistas que son preocupantes. En la Universidad de la Laguna aparecieron pintadas a favor del SEU (Sindicato Español Universitario, franquista), banderas españolas con el aguilucho fascista, y símbolos con el cangrejo de Falange. Unos días después, concretamente el pasado jueves, durante la visita de María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, a La Laguna, numerosos afiliados y simpatizantes la acompañaron por las calles lagunera vestidos todos con camisa azul. Las pintadas del SEU en la Universidad lagunera no son atribuibles en principio al PP, al menos no las ha reivindicado José Manuel Soria y asociados, pero la parafernalia y ornamentación en la visita de la número dos del partido de los conservadores a la ciudad del Adelantado me cuentan que tuvo un tufillo de extrema derecha subido de tono.

Pero no sólo en Canarias hay síntomas de extrema derecha cavernícola, el pasado 12 de octubre en la celebración del día del Pilar que coincide con el descubrimiento de América por parte de Colón, en el desfile de las Fuerzas Armadas jóvenes de ultraderecha abuchearon a Zapatero, y ya ven como estos patriotas de pacotilla que tanto idolatran al Ejército no tienen el más mínimo respeto en una celebración patria, de la cual para aclarar las cuestiones paso personalmente dos kilos, pero no es de recibo en gente de orden y de derechas de toda la vida, y además de alta cuna. La cosa llegó a tal extremo que la señora esposa del presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, tuvo sus más y sus menos con la fascista Esperanza Aguirre, que justificaba los abucheos a Zapatero, y el propio Revilla intervino en la discusión señalando a la presidenta de la Comunidad de Madrid que no era el momento para gritos y abucheos. Hasta el Rey y el Príncipe mostraron su desagrado, todos menos los fachas del PP.

En general el problema del Partido Popular es que no tiene a la extrema derecha en otro partido, como es el caso de Francia, que Sarkozy tiene a Le Pen, el líder de los ultras galos, en otro partido bien diferenciado de la derecha democrática francesa. Aquí en España todo es un amalgama cavernícola, desde Jaime Mayor Oreja que afirma que con Franco se vivía plácidamente, hasta el presidente todavía de los empresarios españoles, Gerardo Díaz Ferrán, que declaró hace tiempo y no ha rectificado que Esperanza Aguirre es “cojonuda”, cosa que retrata a este personaje que además acaba de decir que los españoles, los trabajadores claro, tienen que currar más y ganar menos. No sé si Zapatero está de acuerdo con Díaz Ferrán, pero al menos ha hecho una reforma laboral que casi le tiene contento. A Díaz Ferrán, claro.

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