domingo, 5 de septiembre de 2010

Carta abierta a José Miguel Pérez


SANTIAGO PÉREZ



Estimado José Miguel:

Te dirijo la presente carta para comunicarte mi voluntad de promover una candidatura alternativa a la tuya, de cara a la elección de nuestro candidato a la Presidencia del Gobierno de Canarias.

A la vista de tus pronunciamientos públicos a favor de la celebración de elecciones primarias, en los que has subrayado tu condición de patrocinador de las mismas por sus efectos beneficiosos en todos los órdenes para el Partido Socialista Canario, te pido formalmente que sea la propia Comisión Ejecutiva --que ya ha ejercido su capacidad de propuesta avalando a su Secretario General como candidato-- la que solicite y obtenga del Comité de los Socialistas Canarios, órgano que tiene también la facultad de avalar a un candidato, el aval a mi candidatura, abriendo así el proceso de primarias.

He expresado abiertamente que no concibo el proceso de primarias, sobre el que han manifestado reticencias destacados miembros del PSC, como un mecanismo para dilucidar meramente una lucha por el liderazgo electoral, sino para despejar con nitidez ante los militantes y los ciudadanos la propuesta política de los socialistas, en el caso de que existan enfoques diferentes en el seno del PSC sobre el papel que nos corresponde en el presente y el futuro de la sociedad canaria.

Ésta es exactamente la justificación de mi candidatura y de mi opción de que sea, precisamente a instancias de la Ejecutiva, el Comité de los Socialistas Canarios quien la avale, facilitando así un debate que considero imprescindible celebrar ante la militancia y la ciudadanía. Es un debate que pudo realizarse durante el reciente Congreso y no se llevó a cabo. Los datos posteriores de nuestra actividad política demuestran la necesidad de ese debate.

Estoy convencido, y estimo que también lo están muchos militantes y simpatizantes, de que nuestro principal reto es el de relanzar la propuesta política que contribuyó a despertar la ilusión de los ciudadanos y a convertirnos en la primera fuerza parlamentaria, después de varias legislaturas sin lograrlo.

Es una propuesta de perfiles y compromisos vigorosos, que nos diferencia nítidamente del bloque de poder agotado que forman Coalición Canaria y el Partido Popular. Y de cada una de esas dos formaciones políticas. Dicha propuesta debe ser defendida con energía ante la sociedad por candidatos que crean sinceramente en la misma y que, por tanto, sean creíbles para hacerlo.

Considero que el PSC dispone del elenco de dirigentes adecuado para defender cualquiera de las opciones programáticas y estratégicas que propongamos a los canarios, pero que no todos somos igualmente idóneos ni convincentes para defenderlas indistintamente.

Por el contrario, sostengo que la peor opción en estos momentos es la de mimetizarnos en el desgastado paisaje político que han ido dibujando los sucesivos gobiernos del bloque conservador en el Archipiélago, difuminando los rasgos de una propuesta que no aspira solamente a ocupar el Gobierno, sino a cambiar la política canaria.

Tan contraproducente como ese desfondamiento, puede llegar a ser la revisión de la alternativa socialista por la vía de los hechos, que es la tendencia que aprecio en las actitudes de muchos de nuestros dirigentes actuales en el acontecer político diario, a pesar de que en los pronunciamientos políticos solemnes se siga poniendo énfasis en el mantenimiento de aquella alternativa, la que nos convirtió en primera fuerza política en Canarias.

A los socialistas canarios no puede colmarnos la mera expectativa de “estar” en el Gobierno, sino la de “gobernar”. Que no es lo mismo. Gobernar es marcar el estilo y las prioridades de la acción del Ejecutivo. Y para ello, es necesario que el PSC dirija efectivamente su acción, por ser de composición monocolor. O por ostentar la posición de socio principal, si es el fruto de un pacto político.

Y para lograr ambos escenarios, es imprescindible alcanzar la máxima fuerza electoral. Por cierto: ni está escrito en las estrellas cuál es el techo electoral del socialismo canario, ni que --a pesar de una ley electoral diseñada para garantizar la hegemonía de una Coalición Canaria bajo la batuta del insularismo tinerfeño y la reedición sucesiva de gobiernos conservadores-- la composición del Parlamento tenga que ser forzosamente como la actual, en la que CC y PP se las han arreglado para marginar a la primera fuerza parlamentaria, tal y como vienen haciendo en las principales Instituciones canarias cada vez que tienen la posibilidad de llevarlo a cabo.

No comparto la posición cada vez menos disimulada de influyentes socialistas que consideran exclusivamente al Partido Popular como nuestro adversario irreductible, al tiempo que a Coalición Canaria como nuestro natural aliado, siempre potencialmente disponible. Los hechos lo desmienten. Y cualquier observador medianamente atento habrá comprobado que, en la representación de los intereses sociales que refleja el mapa de fuerzas políticas en Canarias, no son diferentes los representados por el PP y por Coalición Canaria. Al menos, en las dos Islas más pobladas. Por eso desarrollan las mismas políticas y se disputan, en gran medida, el mismo espacio sociológico y electoral.

No quisiera terminar sin una consideración final. No es una ambición personal lo que me motiva, sino la ilusión de dirigir una política en la que creo y que he defendido durante muchos años, frente a otras opciones legítimas que existen en el PSC-PSOE. Con una convicción que no ha hecho sino afianzarse, como fruto de mi experiencia y de una actividad al servicio del socialismo canario, desarrollada principalmente en las Instituciones tinerfeñas y en representación de la Isla de Tenerife en el Senado y en el Parlamento de Canarias.

Ni tampoco se trata de un movimiento táctico para afianzar mi continuidad como diputado autonómico, como insinúan algunos que están probablemente acostumbrados a ese tipo de manejos. Mi papel como diputado, entiendo, se defiende por sí mismo. A los hechos me remito. Mi escaño está plenamente a la disposición del Partido. Y mi motivación para seguirlo desempeñando, exclusivamente vinculada --a estas alturas de mi vida y de mi trayectoria política, que me hace plenamente consciente y convencido de mis principios y de lo que represento-- a mi identificación con las políticas que el PSC vaya a desarrollar en la realidad de los hechos, en la política canaria y tinerfeña.

Un cordial saludo,

Santiago Pérez García (de la Agrupación Socialista de Tenerife). La Laguna, 2 de septiembre de 2010.

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