RAFAEL GONZÁLEZ MORERA
Llego de un viaje por esa nación de naciones que es España,
y una vez más reconozco que en lo único que gana España ahora mismo es en
gastronomía y en deportes, porque en diversas manifestaciones deportivas, leáse
fútbol, baloncesto, balonmano, tenis, y alguna otra disciplina, estamos en la
cresta de la ola, y en gastronomía desde Andalucía a Euskadi, pasando por
Cantabria, Cataluña, Galicia y largo etcétera, España no tiene que envidiar ni
a chinos ni franceses, que tienen prestigio de buena culinaria. En lo demás
estamos kaput, la Monarquía está tocada, y también andan groggy el Partido Popular, el Partido Socialista
(Obrero) Español, Convergencia i Unió, y también habrá que añadir a la Banca y
a la Justicia. Menudo panorama. Unos amigos me preguntan por el ERE del PSOE en
Andalucía, por el sumario Gürtel del Partido Popular que abarca a muchos
lugares de la nación de naciones española, y me rematan interrogándome sí sé
algo de la quita y el corralito de Chipre, y si la epidemia puede llegar a
España, y a sus naciones periféricas. Como vengo todavía algo empachado de un
cocido madrileño de despedida en Malacatín, una tasca madrileña que conocí hace
muchos años con Nanino Díaz Cutillas Y Antonio Lemus, en paz descansen ambos
compañeros y amigos inolvidables, pido un tiempo para reflexionar, en realidad
para edulcorar lo que voy a contestarle a los amigos de Las Canteras, y tomando
un aperitivo ahora muy canario de lapas, tollos y carajacas, termino por dar
una explicación entre Keynes y Friedman, para que no se vean mis orejas
izquierdistas, que si las oye mi querido amigo Antonio González Vieítez me iba
a tirar de ambas orejas por atrevido, ignorante y embaucador, que vengo de las
España un tanto conservador.
La vecina del quinto se une a la fiesta de mi reentré en mi
querida playa de Las Canteras, y escuchando el final de mis explicaciones a los
amigos, no se puede contener, y me lanza la primera filípica de la primavera.
“Sabe lo que le digo, que como aquí pongan la quita y el corralito, voy a salir
a la calle con un palo. No, no se asuste que no es para pegarle a nadie, es
para abrir un cajero si me dicen que, por ejemplo, no puedo sacar sino treinta
o cuarenta euros diarios, lo que me faltaba, me han dicho que el plan de la
Merkel con la Europa del sur, Grecia, Italia, España, Portugal, es ese, primero
quita, un diez por ciento de nuestras cuentas en los bancos, y luego corralito,
un límite diario”. Veo caras muy asustadas en el resto de los amigos, y le digo
que no sea extremista, y que no vaya diciendo esas cosas por ahí, que la gente
se asusta, y le añado que don Mariano Rajoy ha dicho que España no tiene
problemas y que no habrá ni quita ni corralito, y la vecina del quinto me mira
con cara entre de asombro y cabreo. “¡Pero bueno, usted de donde coño viene!”,
me dice casi chillando, y mojando con rabia un trozo de pan en su tapa de
caracoles. “A ver si ahora se me va a poner a contarnos cuentos de Cenicienta,
mire en lo que a mí se refiere le estoy viendo los dientes al lobo, o mejor a
la loba alemana esa. Ya le digo, un buen amigo economista, que sabe más que
usted de economía global y de transacciones cuasi delictivas, me ha pintado un
panorama inquietante. Lo que me faltaba es que para ir a la peluquería tenga
que sacar tres días seguidos dinero del cajero, y en esos días no tenga ni para
comer. Si hay corralito hay que elegir, o peluquería, o un potaje. Y nada
digamos si quiero ir de compras en las rebajas,
me voy a tener que poner una cama al lado de un cajero para sacar dinero
durante una semana y reunir para comprar unos trapitos. Ya le digo, me voy con
un palo y reviento el cajero”.
Cuando me di cuenta mis amigos se habían ido un tanto
asustados para el paseo de Las Canteras despidiéndose a la francesa. Y mi
vecina del quinto continuó atizándole a la Merkel con expresiones
impublicables.
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