viernes, 22 de marzo de 2013

El ensueño de Jandía y los paradisiacos Apartamentos Igramar en Morro Jable

RAFAEL GONZÁLEZ MORERA










Empecé a ir a Fuerteventura hace muchos años, y mi primera estancia fue en Corralejo, en los Apartamentos Hoplaco, cuando en el norte majorero prácticamente no existía sino muy pocos apartamentos y Casa Frasquita en Caleta Fuste. Más tarde he estado en Casa Frasquita, que me la descubrió el buen amigo Pascual Calabuig, hasta que en 1974 y gracias a la amabilidad de Matías, jefe de recepción del Hotel Robinsón, pude hospedarme en unas vacaciones inolvidables de 15 días en este hotel refugio de alemanes, cuando en Morro Jable sólo existía el Robinsón y Casa Atlántica. Eran los tiempos en que todavía desde Puerto del Rosario a Morro Jable sólo había una “polvopista” infernal, que como bien indicaba la vía, llegabas lleno de polvo a tu destino. Hace años me decidí por otras ofertas de Morro Jable, y ya me quedé enamorado de la zona, y tras probar en diferentes hoteles, últimamente he elegido un nuevo lugar para pernoctar, auténticamente paradisiaco. En los Apartamentos Igramar Morro Jable situados a veinte metros de la playa, te sientes transportado casi al paraíso. Puedes llegar primero en avión a Puerto del Rosario, o en Naviera Armas a Morro Jable, en mi caso como me gusta navegar me inclino por el barco, y llegas a tu destino ansioso de darte un baño en la playa. Después de abrir las maletas y colocar el equipaje, te vas a la Cebada, la playa del pueblo que está al lado de los apartamentos y te das el primer baño en unas aguas cristalinas, qué cómo me decía un amigo, te permite ver los longorones, las larvas y hasta tus pies, dada la calidad y limpieza del agua.
Si afirmo en el título que Igramar Morro Jable, es paradisiaco y excepcional, son además unos apartamentos de leyenda, la cosa va porque han sido construidos en donde estaba la casa de Gustav Winter, ó Don Gustavo el alemán, como muchos morrojablenses le llamaban hasta su muerte en 1971 acaecida en Las Palmas de Gran Canaria. Pero de momento volvamos a los apartamentos, que están ubicado en la calle peatonal Las Gaviotas, número 3, y que sale a la Avenida Tomás Grau Gurrea, la Avenida Marítima que besa el mar, en veinte pasos mal contados.
Como decíamos están ubicados justamente en los terrenos de la antigua Mansión de Gustav Winter, primer promotor alemán de la isla, y a las orillas de la Playa de La Cebada, que es la playa del pueblo, embrión en donde empiezan las grandes playas de Jandía, y se me antoja que Igramar Morro Jable combina a la perfección la modernidad de sus servicios e instalaciones, junto al clásico y agradable toque isleño. Tienen una coqueta piscina en donde refrescarte cuando regresas de la cercana playa, y además dispone de wifi para con tú portátil estar conectado con el mundo. Y el que no lleve portátil, dispone de un ordenador en la biblioteca.
Los apartamentos se ubican entre la avenida de la playa y las 3 calles peatonales de Morro del Jable, entrando a la Recepción y hall de bienvenida por la Calle Las Gaviotas y el acceso al garaje es por la Calle Miramar. El Mar al Este y a tan solo unos pocos pasos, accederemos a la avenida de la playa de Jandía en la bahía del pueblo. Diversas terrazas y restaurantes de playa con excelentes pescados adornan la vida diaria. El Oeste nos sorprenderá con una zona comercial y las principales calles del pueblo, ahora peatonales.
Al Sur, 10 minutos a pié, encontraremos el Muelle de Morro con su antigua Cofradía de Pescadores y embarcaciones marineras tradicionales además de modernas instalaciones y servicios nauticos y deportivos. Ver llegar los barquitos pesqueros por la mañana con pescados brincando todavía es toda una delicia, y además puedes comprarlos en la pescadería que está al lado del restaurante de la cofradía, y prepararlos luego en el apartamento que tiene una cocina muy completa, aunque en vacaciones a la parienta no le hace nada de gracia cocinar y luego fregar. Y al Norte la Avenida nos lleva por una ajardinada zona de asombrosos amaneceres y atardeceres de mar rojizo, a la zona comercial y de ocio nocturno de Jandía, en donde especialmente los viernes y los sábados por la noche hay mucha animación.
Volviendo a la leyenda de Gustav Winter, ó Don Gustavo el alemán, digamos que es uno de los personajes más interesantes de la historia de Fuerteventura. Ya en anterior artículo escribí sobre todos los detalles de este personaje de auténtica leyenda, y pueden verlo en el archivo de este blog. Dejamos el tema de “don Gustavo el alemán”, y nos vamos a cenar al restaurante Charly, un templo de la gastronomía del pescado, y algunas cosas más, el restaurador más antiguo de Morro Jable. Un salpicón de pescado, y un atún rojo con papas arrugadas y mojo verde y rojo muy majorero, regado con un malvasía de Lanzarote, es un remate inolvidable para una nueva estancia en Morro Jable. Aparte de Charly, también es muy recomendable el restaurante La Laja, al lado mismo del mar, y en donde una ensalada y una sama a la espalda con mucho ajo picadito es una excelencia gastronómica. Son mis dos lugares gastronómicos de preferencia, pero para eso no cabe duda que para gustos hay de todo como en la viña del Señor.
Hay dos excursiones para pasar el día cercanas a Morro Jable que son de obligado cumplimiento, la del Puertito de la Cruz, en donde puedes comerte un caldo de pescado en “El Caletón” que te quita el hipo, y puedes optar por un pescado frito, o a la plancha, y por un pulpo frito con mojo rojo y verde sensacional. Otra opción por la zona es pasar también el día en Cofete, y en el chiringuito comer un pescado fresco y una ensalada que suele ser de alto copete gastronómico. Y no dejen de ir un día a la Cofradía de Pescadores, en su moderno restaurante puedes comer pescado fresco con la mejor garantía, y como tienes cocina en Igramar, puedes si tienes ganas de cocinar comprar en la pescadería de la Cofradía un pescado fresco, o un atún de gran calidad. Pero cercano a Morro Jable te puedes encontrar varios templos de la cocina majorera con ribetes internacionales, como el restaurante Marabú en Butihondo/Esquinzo, propiedad del buen amigo Guillermo Concepción y sus hermanas, en donde el cocinero Ralf Johmann hace auténticas delicias culinarias. Hay otros sitios más populares, pero que no tienen desperdicio y es interesante visitar, como Casa Luis en Tiscamanita, camino de Tuineje, aquí te puedes comer el mejor cabrito y las mejores papas con mojo de la isla, y además queso majorero, potaje y una ensalada de tomate majorero inolvidable. Otro lugar muy agradable, especialmente si se vas con niños, es el restaurante La Pared, que cuenta con piscina, y tiene una buena cocina. La sama y la vieja a la espalda es excelente, y acompañada con una ensalada canaria, de rechupete. Para variar un día se puede hacer una excursión a Ajuy, y en el Bar La Puesta de Sol su propietario Pedro Montañés te enseña su pequeña galería de arte, y por supuesto antes puedes comer un magnífico pescado fresco y hasta un cabrito en temporada. Y otro restaurante en Ajuy es el Cuevas de Ajuy, en donde Inmaculada Ravelo y su equipo hace una cocina canaria de gran referencia. Y cómo no, no pasar por alto Casa Pepín, un templo de la gastronomía de Ajuy. También en La Lajita hay muy buenos restaurantes de pescado fresco, y de cabrito majorero en temporada, y es una zona que cambia totalmente el paisaje de playas inmensas de arena, por otras recoletas de piedras y callaos muy majoreros. En La Lajita es recomendable Casa Ramón, con una buena cocina canaria y también internacional. Si van con niños no dejen de ir al Oasis Park, un magnífico animalario que harán las delicias de los peques. Pero mucho andarás, y a los Apartamentos Morro Jable volverás al caer el sol, en donde después de una excursión de todo el día encontrarás un reparador descanso. Entre el ensueño de Jandía y los paradisiacos apartamentos de Igramar, tienes en el sur de Fuerteventura una cita inolvidable.

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