jueves, 25 de noviembre de 2010

Un poquito de corrupción

RAFAEL GONZÁLEZ MORERA
La niña veinteañera que hacía poco tiempo había conseguido entrar en una consejería del Gobierno Canario de Paulinito Rivero le dijo a su papi a la hora de comer, sin anestesia: “Papá ¿verdad que no es pecado ser un poquito corrupta?”. Al papaíto casi se le cae la sopa encima de la camisa del susto. “Coño, qué pasa ahora, el otro día me diste la noticia que estabas un poquito embarazada, y ahora que eres un poquito corrupta..?. La niña con una sonrisa diabólica saca un sobre de su bolso, y le muestra al padre seis mil euros en billetes de quinientos. Al padre se el encandila los ojos, no había visto nunca un billete de quinientos euros. “¿Y eso..?”. “Es que le aligeré en la consejería un asunto a un empresario, y ha tenido un detalle…”.El padre mira con cariño a su niña. “No te preocupes, eso no es pecado, ni quedarte un poquito embarazada tampoco, y tampoco es corrupción, cómo cuando yo le pedí a un buen amigo que te metiera en la consejería. Si Paulino le pidió a González Reverón, alcalde de Arona, que le metiera a una sobrina de agente de la policía local, a ver por qué nosotros no vamos a tener las mismas oportunidades. Claro que las oportunidades no van a ser para el pueblo, para los changas, esos que sigan en el paro. Me diste un buen susto, creía que era una cosa más gorda. Pero la próxima vez pídele a ese empresario el doble, y nunca firmes nada”.

No crean que esto es pura ficción. No puedo dar nombres evidentemente, pero esto ha pasado, y cómo no tengo pruebas, tampoco puedo acudir a la fiscalía anticorrupción. Pero lo peor de todo, la guinda del caso, es que mucha gente que lo conoce, con más o menos detalle, me dicen “yo haría lo mismo”. No todos, afortunadamente, porque todavía hay personas que creen en la honradez, pero hay muchos que sí harían lo mismo que la niña un poquito embarazada y un poquito corrupta. A cuenta de la corrupción los casos no hacen sino florecer, y eso que no estamos en mayo. El caso hemodiálisis tiene asombrado ya a más de uno, incluso al nuevo consejero de Sanidad Fernando Bañolas. Los datos que se acumulan en el despacho de Bañolas van indicando que el expediente de adjudicación del servicio de hemodiálisis se hizo a la medida de la empresa inmobiliaria Lifeblood, que se embolsará un beneficio mondo y lirondo de veinte millones de euros. El cambio del ladrillo por la sangre es como ven muy rentable. El cerco en torno a Mercedes Roldós y Lourdes Quesada se va estrechando, y ahora mismo me dicen que no está claro a día de hoy si es sólo cerco político y profesional, o también delictivo. La presunción de inocencia vale para todos y todas y no debemos adelantar acontecimientos. Tiempo al tiempo.

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