viernes, 26 de noviembre de 2010

Marruecos y el genocidio del Sáhara

Sahara Libre






El 7 de Noviembre el representante en España del Frente Polisario, Bucharaya Beyun, denunció que: “Marruecos quiere cometer una masacre en silencio. Por eso no quiere que acceda nadie a El Aaiún”, “va a haber una intervención militar violenta inminente”. Ante estas advertencias, el mundo no hizo eco. ¿Por qué será que nunca escuchamos?... ¿Por comodidad, por necesidad, por conveniencia? Todas las señales están frente a nuestros ojos y nunca vemos nada. Ciegos andamos por la vida indiferentes negando lo evidente.

El 9 de Octubre se levantó a unos 12 kilómetros al este del Aaiún, la capital del Sáhara Occidental ocupado, el campamento de protesta Gdeim Izik. La acción constituyó un tipo de protesta pacífica de rechazo del pueblo saharaui a la política colonial marroquí que desde 1975 mantiene en ese territorio, una política de marginación, represión y expolio a los recursos naturales de una nación invadida primero por España, después por Marruecos. Este acampe en el campamento la Dignidad fue la mayor manifestación del pueblo saharaui desde que el Sáhara dejó de ser provincia española. Esta medida se intentó repetir en otras ciudades como Dajla, Smara y Bojador, pero fueron reprimidas rápida y violentamente por las autoridades marroquíes. Hasta el 7 de Noviembre el campamento Gdeim Izik llegó a tener 7000 jaimas montadas, con una población de alrededor de 20000 personas. .

El 23 de Octubre el adolescente saharaui Nayem Elghari, de 14 años, murió tiroteado por agentes marroquíes cuando intentaba acceder al campamento, siendo posteriormente enterrado en secreto. Otras personas que iban con él resultaron heridas, tras ser hospitalizadas algunas fueron llevadas a las dependencias de la Gendarmería de Guerra, donde se les torturó e interrogó, y otras fueron trasladadas a la Cárcel Negra del Aaiún. Dichos acontecimientos agravaron la tensión.

Ese 7 de Noviembre, Bayun realizó un llamado a la comunidad internacional para evitar una posible tragedia –que al final se concretó- y recordó que han sido muchas las advertencias que los representantes saharauis han realizado a la comunidad internacional sobre el peligro que enfrenta su pueblo. “Si pasa algo, la comunidad internacional será responsable”. Ninguna advertencia, ningún pedido fue escuchado, nada se hizo, y la Crónica de una Masacre anunciada terminó por escribirse. Un capítulo más del genocidio que Marruecos realiza sobre los saharauis. Un capítulo más a la convivencia entre monarquías anacrónicas y miserables y gobiernos corruptos y serviles. Es más, no solo no escucharon las advertencias, sino que negaron –como buenos Judas- el conocimiento de las operaciones (cosa que ayer se demostró que no era tan así).

El 8 de Noviembre, a las 06:00 horas comenzó el desalojo del campamento. El ejército marroquí entró violentamente utilizando cañones de agua, gases lacrimógenos, porras y disparando contra los que se encontraban allí. Los camiones del ejército entraron aplastando y quemando las jaimas.

Tras el desmantelamiento del campamento se inició la batalla campal en el Aaiún. Saharauis que venían del campamento junto con los que se encontraban en la ciudad tomaron las calles haciendo frente, con palos y piedras, al ejército y policía marroquíes que les atacaba con camiones blindados y antidisturbios.

El terror sigue reinando todavía en la capital del Sáhara Occidental. El control
militar de la ciudad y las persecuciones capitaneadas por colonos promarroquíes y fuerzas de seguridad contra la población de la ciudad, se extiende por varios barrios. Poco a poco, las cifras de fallecidos continúa subiendo: 19 personas han perdido la vida, 730 están heridas y 160 se encontrarían desaparecidas en el entorno del Aaiún y en la propia capital, según datos aportados por Beyún.

El número de detenidos saharauis aumenta constantemente, debido al indiscriminado secuestro de saharauis, en sus propias casas, por aparte de los militares marroquíes, con la ayuda de los cientos de colonos que patrullan la ciudad. Marruecos tiene totalmente sitiada la zona. El abuso de poder es total, así como la violación a los derechos humanos básicos.

Marruecos admitía ayer el arresto de 163 personas vinculadas con los disturbios y desmentía la desaparición de un activista saharaui en las horas previas al asalto al campamento de Agdeim Izik. Asimismo, Rabat confirmaba la décima muerte entre sus fuerzas de seguridad –gendarmes, miembros de las fuerzas de intervención y protección civil- además de la de un civil. El ministro de Exteriores saharaui aseguraba que Marruecos ha convertido la ciudad en una morgue al desperdigar cadáveres por sus calles. Según fuentes de la zona, las fuerzas de seguridad marroquíes han declarado una orden de busca y captura contra los ochos miembros del comité de coordinación del campamento desmantelado violentamente el pasado lunes. Rabat no ha confirmado la existencia de la misma.

Marruecos ha acuartelado y está utilizando como centros de detención y torturas, además de los conocidos, las escuelas de Murabitin, Mansur Dahbi, Jerilla y Lamsala, sirviendo como centros secretos, como en tiempo lo fueron los Centros de Kal-al Magouna o Agdes, prácticas demasiado conocidas por la población saharaui.

Según fuentes de los territorios ocupados contrastadas, dada la magnitud de las detenciones y los intentos de liberar a los detenidos, las tropas marroquíes están trasladadas a grupos de detenidos al interior de Marruecos, ocultando además la posibilidad del control internacional. El control militar en El Aaiún es brutal y a los saharauis se les hace totalmente imposible recoger pruebas de las agresiones y asesinatos que está cometiendo Marruecos.

Ni España, ni la Unión Europea ni Naciones Unidas han condenado los hechos, pero esta última pidió ayer “contención” a las dos partes para evitar que empeore esta escalada de violencia. En la misma línea que la ONU, la Comisión Europea ha expresado esta mañana su preocupación por la “ola de violencia” en el Sáhara Occidental, ha lamentado las víctimas mortales y ha pedido a las dos partes que mantengan la calma y eviten la violencia. Representantes de la Comisión y de Marruecos están reunidos en Bruselas para hablar sobre el futuro del actual acuerdo pesquero y las posibilidades para su renovación.

El asalto se produjo el mismo día en que estaba previsto que se reanudaran en Nueva York las conversaciones entre Marruecos y el Polisario sobre el Sáhara. El movimiento independentista tuvo dudas, pero se sentó en la mesa en Manhassert (cerca de Nueva York). Se trató de una reunión informal cuyos resultados no han trascendido.

El portavoz de la ONU, Martin Nesirky, lamentó que la primera de las dos jornadas de conversaciones convocadas por el envidado especial de la organización para el Sáhara Occidental, Crístopher Ross, coincida con el violento desmantelamiento del campamento de protesta de Gdeim Izik, en las afueras del El Aaiún.

El ministro de Exteriores de la República Árabe Saharaui Democráctica (RASD), Mohamed Uld Salek, que calificó lo sucedido de “acto de barbarie”, aseguró que las negociaciones con Marruecos “no pueden avanzar en circunstancias tan graves” como las vividas en El Aaiún, que “minan la confianza” entre las partes y “desacreditan” a la ONU.

Uld Salek dijo que la delegación saharaui en Nueva York ha demandado a la ONU que “adopte las medidas apropiadas”, incluído el envió a la zona de una misión de investigación para “arrojar luz sobre las atrocidades cometidas por Marruecos”.

La población saharaui ha sido históricamente una población independiente del reino marroquí. Sin embargo, desde que España abandonó el Sáhara, el Gobierno de Marruecos ha reclamado para sí los territorios saharauis. La pretensión de Marruecos es, sin embargo, completamente ilícita y responde sólo a un afán expansionista originado en el control de los recursos económicos del Sáhara.

El Tribunal Internacional de Justicia, así como numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, han dado la razón al pueblo saharaui, reconociendo su derecho a decidir su futuro mediante un referéndum en el que debe incluirse la posibilidad de la autodeterminación. Es decir, que el pueblo tiene que tener la posibilidad de decidir si quiere crear un Estado independiente de Marruecos o no. El Sáhara es el último caso de colonización pendiente de resolver en África.

Las autoridades españolas evitaban condenar la violencia de Marruecos y se limitaban a mostrar “preocupación”. “La postura del Gobierno español ha sido muy rezagada, incluso respecto a la francesa, que es aliada de Marruecos”, aseguraba ayer el representante de la llamada República Árabe Saharaui Democrática y del Frente Polisario ante la ONU, Amhed Bujari. “España echa agua al fuego provocado por Marruecos”, remataba.

La Ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez, insiste en que España aboga por que sea la ONU la que intervenga en el asunto y aclara que España no apoya las peticiones de una ni otra parte. Sin embargo, respecto al primero punto, la Ministra ignora que España ha jugado un rol especialmente importante en la historia del pueblo saharaui y que es responsable directa de su situación. El Sáhara Occidental es un territorio -que oficialmente llegó a ser provincia española- y que España dejó abandonada a su suerte y que continúa pendiente de que se complete su proceso de descolonización. Esta realidad de los saharauis se debe a la mala salida de España de esa tierra. No en vano, de acuerdo a los servicios jurídicos de la ONU, España sigue siendo responsable de la descolonización del Sáhara Occidental. La Ministra de Exteriores no puede conciliar posiciones enfrentadas empleando un "buenismo" insultante. No se puede pedir "contención y calma" mientras una de las partes pisotea impunemente los derechos más básicos de quienes únicamente estaban ejerciendo de manera pacífica su derecho a la protesta. No puede ser que la señora Jiménez, y el gobierno del que forma parte no sea capaz de condenar enfáticamente estos hechos. Respecto al segundo punto, la Ministra hace oídos sordos al hecho de que el caso saharaui es un caso de abuso de poder y de apropiación ilegítima de un territorio ante el que es necesario un posicionamiento claro: el de la defensa del pueblo saharaui. Pero lo más triste y complejo de todo este asunto es que el gobierno de España y los gobiernos del mundo estaban informados por la dictadura marroquí, que el poblado saharaui iba a ser desmantelado, obedeciendo órdenes de Estados Unidos, con el pretexto de que el campamento pudiera ser infiltrado por miembros de la red Al-Qaeda, contundente y justificado argumento como para arrasar a todo un pueblo entero, sea por la seguridad mundial –como ha ocurrido en Afganistán e Irak- o por la seguridad de un sector de la población.

¿Qué detiene una noticia? ¿Por qué un diario no publica lo que debería publicar? Si Alejandro Sanz escribe en tweeter que Chávez no lo deja tocar en Venezuela, todos los medios del mundo -sin excepción- hablan de la horrible dictadura de Hugo Chavez, si 20 mujeres en Cuba vestidas de blanco caminan por las calles de La Habana protestando contra el gobierno de los Castros, el mundo entero saca editoriales denunciando la dictadura de Fidel y la falta de libertad que predomina en la isla. Ahora, en el Sahara Occidental se asesinan a por lo menos 19 personas, se hieren a 730, se desaparecen a 160 y se encarcelan a más de mil por pedir pacíficamente lo que les corresponde y nadie, o muy pocos medios de comunicación hablan del tema.

730 heridos, 19 muertos, 160 desaparecidos son sólo cifras pero detrás de esas cifras hay historias truncas, destinos arrebatados, mañanas desbastados, detrás de estas cifras hay violencia y océanos de lágrimas esparcidos en un desierto de hielo y oscuridad. La incertidumbre de no saber que ocurrió con los compatriotas, los familiares, los amigos, se suma a los 35 años de exilio que tienen algunos. En los Campamentos y delegaciones del RASD las banderas ondean a media asta. Son días de dolor, de reflexión, de organización y sobre todo, de RESISTENCIA.

Soplan vientos de guerra entre las haimas y beits, y quizás era eso lo que buscaba el régimen marroquí. Los jóvenes quieren armas, quieren luchar, por ellos mismos y por sus hermanos que están siendo exterminados en una operación perfectamente planificada y ejecutada. Marruecos proporciona armas a la población de colonos que, conscientes de lo muchos privilegios que pueden perder, se ensañan contra los saharauis, en un baño de sangre sólo comparable a los primeros días de la Ocupación.

Le tocó al pueblo saharaui tener de vecino a un Estado feudal fascista como el de Marruecos, cuyas cárceles gozan de la fama de ser la fosa común en la que se encierran los vivos que osan pedir la democracia en su país; pero el mundo hace la vista a un lado porque Marruecos es parte del complejo militar de dominación estadounidense del planeta. Esto mismo ocurre con el Sáhara, cuyos padecimientos son ignorados para no desagradar a los poderosos del orbe.

Marruecos, exhibiendo viejos títulos de propiedad, no reconocidos en el mundo árabe, pretende ser dueño de todo el territorio que llega hasta el río Senegal en el Sur, y niega a los saharauis el derecho a auto determinarse. En consecuencia invadió al Sáhara y lo anexionó.

¿Hasta cuándo tendrá que soportar un pueblo su gobierno?
¿Cuánto debe ser humillado un pueblo para que el mundo reconozca el sufrimiento que padece?
¿Hasta cuándo un cuerpo puede resistir sin que se quiebre?
¿Hasta cuándo un pueblo puede soportar que se los diezme?
¿Hasta cuándo uno puede poner la otra mejilla sin que estalle en cólera?
¿Cuántas indecencias deben realizar unos gobernantes para que sus gobernados digan “¡Basta!, hasta aquí hemos llegado, tenemos que hacer algo”?
¿Cuántos muertos debemos contar para que un genocidio sea reconocido como tal por los medios masivos de comunicación?
¿Qué grado de inmoralidad deben acumular los dirigentes de un país para que sus subordinados decidan dejar de justificar las acciones como "propias de accidentes circunstanciales"?
¿Qué debe ocurrir para que los pueblos se hermanen realmente y unidos luchen contra el status quo que sostiene este sistema que nos corrompe y asesina?
¿Cuántas veces ha de ir el cántaro a la fuente para que se rompa, de una maldita vez, y la situación de laxitud que mantenemos siempre se modifique?
¿Cuánta sangre debe correr bajo el puente para que de una buena vez y para siempre derribemos los pilares de marginalidad y miseria que sostienen esta realidad demencial y decadente?
¿Cuántas desgracias, cuántos sobresaltos, cuántas contrariedades tendremos que padecer para darnos cuenta que vivimos en un mundo de violencia, rechazo y saqueo?
¿Cuántos basureros más construiremos con nuestro consumismo y comodidad hasta que nos demos cuenta que nos estamos ahogando dentro de ellos?
¿Hasta cuándo valdrá más la vida de un norteamericano, de un europeo, que la de un africano o un latinoamericano?
¿Hasta cuándo seguiremos siendo hipócritas, defendiendo intereses y valores mezquinos, usureros y explotadores?
¿Qué nos ha de suceder, qué tendremos que observar, para que nos incomodemos con esta realidad quebrada?
¿Qué ha de ocurrir para que dejemos de ser indiferentes en este infierno que nos incinera?

¿Qué más tendrá que pasar para que defendamos al pueblo saharaui del atropello de Marruecos?
¿Qué más deberá pasar para que el mundo entero reconozca que el SÁHARA OCCIDENTAL es un ESTADO LIBRE?

Basta al genocidio saharaui… condena inmediata y mundial a las atrocidades cometidas por Mohamed VI en el Sáhara Occidental.

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