lunes, 1 de abril de 2013

El mareo de la perdiz del PSOE





ANTONIO AGUADO



 Después de la severa derrota electoral del 20 de noviembre de 2011, lo más lógico y sensato es que el PSOE hubiera acometido la situación tan grave que se le había creado, sin paños calientes y con todas las consecuencias.
Procedía con sosiego analizar lo ocurrido y desde la autocrítica adoptar las medidas correctoras oportunas. Sin embargo, no fue así y por el contrario, los dirigentes responsables del daño causado, amparándose en unas estructuras poco democráticas, férreas y encorsetadas que controlan y dominan, han seguido dirigiendo el partido de forma muy personalizada. De entre los muchos ejemplos: el del secretario de organización Óscar López, que con arreglo a la nefasta y lamentable crisis ocasionada en Ponferrada, no se dignó dimitir y por el contrario expuso que ponía el cargo a disposición del partido. Frase recurrente y que suena muy bien.
En teoría desde que son elegidos, todos los cargos están a disposición del partido, pero en la práctica eso no es así y como se esperaba y ocurrió, sus compañeros y cómplices de la ejecutiva federal (que no los militantes, meros convidados de piedra), le reafirmaron en el cargo.
El XXXVIII Congreso Federal fue una gran ocasión perdida, se convocó y celebró precipitadamente, sin analizar y debatir con rigor y profundidad los fallos que habíamos tenido (en realidad los dirigentes) y mucho menos se adoptaron las medidas necesarias, que pudieran hacer frente a la perdida de confianza y falta de sintonía causada a más de cuatro millones de votantes.
Lo más grave es que desde las referidas elecciones hasta ahora, habiendo experimentado según las encuestas el Partido Popular por la erosión del gobierno una bajada de apoyo bastante considerable de más de 16 puntos, el PSOE no saca ningún rédito electoral, por el contrario, ha llegado a experimentar un retroceso entre sus electores de más de cuatro puntos.
El problema se cerró en falso, con la elección como secretario general de Rubalcaba (lo mismo hubiera pasado con otra u otro), en un congreso condicionado y compuesto por una gran mayoría de delegados meros políticos profesionales, que se aprovechan de unas estructuras poco democráticas con filtros locales, insulares y provinciales que ellos mismos dominan con el apoyo de sus familias, haciendo imposible la elección de militantes que no se ajusten a ese cliché o a sus designios. En consecuencia, los congresos a todos los niveles, son auténticos paripés y a donde en gran medida no se va a trabajar para adoptar las mejores resoluciones, que ofrezcan soluciones a los problemas que tiene la sociedad, y sí para intrigar y conspirar, tratando de lograr entre ellos cotas de poder.
Ahora para el otoño en una especie de huida hacia delante tienen prevista la celebración de una conferencia política, que incluye a los simpatizantes. Tal y como se está comprobando, la misma no ha concitado gran entusiasmo ni tan siquiera entre los propios militantes.
Existen voces incluidas las de determinados dirigentes (también los de Izquierda Socialista) que sin ninguna autoridad moral vienen demandando la celebración de un congreso extraordinario, cuando aun está bastante reciente la celebración del XXXVIII Federal, en el que vergonzosamente participaron sin ofrecer alternativas a lo establecido.
Nada se podrá hacer mientras continuemos con las actuales estructuras jerarquizadas. Ahora los socialistas gallegos han dado un paso importante para en parte modificarla, como es la elección de la secretaría general en primarias por los militantes y simpatizantes. Aunque creo que en su momento podría haber cierta contradicción y es que como complemento importante, la persona que salga elegida para esa cargo no debería ser la candidata a la presidencia del gobierno gallego, de lo contrario pasaría a ser juez y parte, secuestrándose como viene ocurriendo el partido desde las instituciones.
Muchos militantes caen en la tentación y se suelen aferrar a determinados compañeros dirigentes, que se dedican a hacer grandilocuentes declaraciones críticas, como es el caso del manipulador secretario general del Partido Socialista de Madrid, Tomás Gómez, que para contentar a todas las familias configuró una ejecutiva regional inoperante de nada menos que 45 miembros, al mismo tiempo es juez y parte pues es el presidente del Grupo Parlamentario Socialista en la Comunidad de Madrid y para mayor abundancia tiene otro cargo, concretamente en el Senado, cámara que con las actuales estructuras del Estado, por ser innecesaria (más bien sirve para enchufar o enviar a la misma a políticos en franco retiro, o a quienes son problemáticos en sus respectivas formaciones políticas) y por el alto coste económico que representa su mantenimiento, debería ser disuelta.
Los dirigentes si la han tenido, en el transcurso del tiempo han perdido la sensibilidad y se han alejado de la sociedad. Si queremos volver a ganarnos la confianza de las ciudadanas y ciudadanos, el PSOE en su conjunto necesita ser refundado, o cuando menos, regenerado y renovado, haciéndolo más democrático, transparente, plural y participativo. Nadie a ningún nivel empezando por Rubalcaba y todos los compañeros y compañeras que desde hace mucho tiempo (demasiado) vienen ocupando cargos orgánicos y sobre todo institucionales, debería continuar viviendo de la política. Manteniendo a los actuales dirigentes se está menoscabando nuestra labor opositora y facilitando argumentos al Partido Popular, que no para de recordar y criticar nuestro pasado reciente en el gobierno, fundamentalmente la última legislatura de Zapatero.
La sociedad española necesita como referente tener un partido político como el PSOE, pero siempre y cuando éste acometa las necesarias reformas que motive e incentive al electorado. Diferenciándose de los partidos políticos de la derecha y para hacerle frente a la acción de gobierno tan injusta que viene desarrollando el Partido Popular, producir un giro ideológico a la izquierda en sintonía con sus votantes, de lo contrario, seguirá perdiendo apoyos y podría ocurrirle como a otros partidos afines, que subsisten casi testimonialmente, como el Partido Socialista Griego (Pasok), el Partido Laborista de Israel o los ya prácticamente desaparecidos Partido de Acción Democrática de Venezuela y el Partido Socialista Italiano de los nefastos Carlos Andrés Pérez y Bettino Craxi respectivamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario