martes, 8 de febrero de 2011

Antonio González Viéitez pone como ejemplo de buen estadista a Hugo Chávez al obligar a BBVA a conceder créditos a la ciudadanía de Venezuela


Interpreta que la reacción de una buena parte de la sociedad de dar su apoyo al PP viene motivada porque el actual Gobierno nos está metiendo en un callejón sin salida, dejándose llevar por las imposiciones de los mercados y de los líderes europeos conservadores

San Borondon


El economista e intelectual canario Antonio González Viéitez, reflexionó en Radio San Borondón sobre la actualidad política, centrando su intervención en el bloqueo que tuvo Mariano Rajoy (PP) recientemente en una entrevista con P.J. Ramírez, director de El Mundo, al ser cuestionado sobre las alternativas de su partido para potenciar el empleo para los jóvenes preparados y entiende que Rajoy ha demostrado que su capacidad como estadista es muy baja y añade que las afirmaciones del líder del PP asegurando que en dos años resuelve el problema del paro en los jóvenes españoles bajando impuestos para desarrollar todas las potencialidades es una simpleza de tal magnitud y de una falta de sentido común impropio del líder del principal partido de la oposición.

Antonio González Viéitez asegura que lo que abochorna de la intervención de Rajoy no es que no supiera contestar rápidamente y tuviera que mirar papeles para salir del paso, que sería una anécdota, sino que haya gente que crea en España que el PP es alternativa, si bien lo que ocurre es que muchas personas están hartas de la deriva neoliberal adoptada por el gobierno de Rodríguez Zapatero.

En este sentido, interpreta que la reacción de una buena parte de la sociedad de dar su apoyo al PP viene motivada porque el actual Gobierno nos está metiendo en un callejón sin salida, dejándose llevar por las imposiciones de los mercados y de los líderes europeos conservadores, que parecen que van marcando los tiempos políticos del gobierno español, como hiciera Angela Merkel a finales de la semana pasada en relación a los salarios de los trabajadores.

Viéitez afirma que ante las declaraciones de la canciller alemana un líder socialdemócrata de verdad tenía que haber reaccionado contundentemente para rechazar categóricamente su idea de incrementar los salarios en función de la inflación porque eso supondía que aquellas personas que dependen de un salario de por sí bajo para sobrevivir sean cada vez más pobres, puesto que cabe recordar que la inflación beneficia fundamentalmente a los sectores más ricos y poderosos.

El economista insiste en que si la gente piensa en que el PP puede ser alternativa no es por méritos propios contraídos por la formación conservadora, ni por el carácter estadista, ni por la capacidad de liderazgo de Rajoy, sino por las actitudes contradictorias con su ideología de un Gobierno que se considera socialdemócrata, porque la gente está harta de que el PSOE asuma historias propias de partidos conservadores como el PP.

Para que visualizar el estado de hartazgo de la sociedad española con respecto a la clase política, destaca que hoy en día un número muy importante de ciudadanos cree más en la religión, que lo que la propia condición humana, la conciencia y el espítitu crítico no explica, de ahí que apoyen la ilusión de salir de la crisis en aquellos que anuncian en los medios que tienen una varita mágica para revertir la situación aplicando una serie de medidas que tienen guardadas en la manga como ha hecho Mariano Rajoy.

Para explicar lo que hace un estadista para cambiar el curso de un problema, Antonio González Viéitez reflexiona sobre la labor de Hugo Chávez en Venezuela y recuerda que hace días el presidente venezolano le dijo a los dirigentes del BBVA que como no concedían créditos a los ciudadanos tendrían que irse del país, haciendo frente a las imposiciones de los mercados. Esto es actuar en beneficio del país y de sus habitantes, porque un Gobierno tiene que controlar el flujo financiero para nuestras empresas, para nuestras familias y para la ciudadanía en general y si una entidad financiera, cuya finalidad es esa, no la cumple, el Gobierno debe exigirle responsabilidades como ha hecho el presidente Chávez, puesto que demostró que con esa posición de fuerza cambió la actuación del banco, que al día siguiente estaba concediendo créditos.

Afirma por último que solamente desde las leyes y las normas se es capaz de domeñar la potencia terrorífica de los grandes poderes oligopolíticos que campan en los mercados.

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