miércoles, 6 de agosto de 2014

Empatemos

RAFAEL GONZALEZ MORERA


La irrupción en la vida política de Podemos ha representado una auténtica revolución en el panorama español. La gente hablaba más de Pablo Iglesias que de la décima del Real Madrid conseguida en aquellas fechas de mayo pasado. El millón doscientos cincuenta mil votos que consiguió la nueva formación política fue realmente sorprendente, y uno o dos diputados para el Parlamento europeo que le daban todas las encuestas, se saltó a cinco metiendo el miedo en el cuerpo al bipartidismo, esto es, a PPSOE, hasta el punto que incluso en el Partido Socialista muchos dinosaurios, como Felipe González, José Bono, Joaquín Leguina, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, comenzaron a hablar y a predicar sobre la necesidad de una gran coalición PP/PSOE, en este caso incluso como bastón en el que se apoye el PP para impedir la llegada al poder de Podemos y de Izquierda Unida.
Pero vamos a ser realistas y pensar en la siguiente etapa a la que se va a enfrentar Podemos, que son las elecciones autonómicas, municipales y cabildicias en el caso de Canarias. Y surgen las preguntas en el ferragosto de 2014, entre otras si podrá presentar candidaturas, cómo competirán sus simpatizantes, que no militantes, en un proceso de primarias incluso para todos los pueblos pequeños, y luego con quién se pactará y sobre qué bases, cómo se elaborarán los programas locales, y si en alguna autonomía, ciudad o cabildo es el partido bisagra que decide quién gobierne, ¿qué hará Podemos? Además, torpe de mi en materia sociológica y psicológica, una gran duda que me embarga es si en unas primarias abiertas pueden dejar el terreno abierto a la manipulación por parte de minorías locales derechosas organizadas, especialmente si se presentan candidaturas sin orden ni concierto, y puede que el modelo asambleario sea en más de una ocasión una jaula de grillos sino se gestiona con inteligencia y ponderación. Pero la otra gran incógnita es que resultados en definitiva sacará en los pueblos más pequeños en mayo de 2015, largo me lo fiaís.
Me tropiezo con la vecina del quinto en la plazoleta de Farray, le comento mis dudas sobre Podemos, y se suelta de entrada una buena filípica. "Pues que quiere que le diga, no soy tan pesimista como me lo está poniendo, creo que hay que hablar de Queremos, y de Ganemos, esa idea de Ganemos Las Palmas de Gran Canaria me parece muy buena, igual que Ganemos Gran Canaria, y Ganemos Moya, Teror, Agaete, etc, etc. Mire, la gente está entusiasmada con Podemos, le puedo poner varios ejemplos de amigas mías que nunca se han metido en política y ya están metidas en un círculo de Podemos, pero lo que si tengo claro es una cosa, para las locales de 2015 Podemos e Izquierda Unida deben ir juntas especialmente en pueblos y ciudades que estén más flojas en las encuestas. Hay que recurrir también a empatemos, pero empatemos no como un empate de un partido de fútbol, empatemos dos potentes cuerdas que vayan juntas hacia la victoria de los ciudadanos que quieran frenar al Partido Popular, o más bien impopular".
Y se marchó y me dejó reflexionando con el empatemos

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