jueves, 29 de noviembre de 2012

El futuro de la alianza soberanista

El Punt/Avui





Una vez procesados ​​los resultados electorales por todas las formaciones, parece indiscutible que Cataluña tiene delante un periodo de especial complejidad para afrontar los principales retos que hay en el país: la crisis y el avance en un proceso por el derecho a decidir, que , paralelamente, forma parte de la solución de los graves problemas económicos actuales. Para más manipulación que se pueda hacer desde el españolismo, es indiscutible que el soberanismo ha avanzado en número de votos en Cataluña y que lo ha hecho superando el mito que eso era imposible cuando había una participación alta. El nuevo panorama nacional, por lo tanto, es más diverso pero al mismo tiempo está perfectamente enfocado hacia la celebración de una consulta para que la ciudadanía decida sobre la conveniencia o no de un estado propio.
La gestión de la cotidianidad, sin embargo, parece que será la parte más difícil de gestionar por las fuerzas políticas con más posibilidades, capacidad y legitimidad para hacerlo. A estas alturas, el cruce entre las necesidades sociales y nacionales haría previsible una alianza entre el partido ganador de las elecciones, CiU, y la principal fuerza de la oposición, ERC. Comparten en buena parte una misma agenda nacional y divergen en cuestiones importantes relacionadas con la política económica. Una alianza que ambas formaciones comenzarán a explorar de manera inminente, sin descartar otras aritméticas y estudiando diversas fórmulas y grados de colaboración. Sea como sea, es evidente que hay que garantizar los dos ejes fundamentales de la estabilidad en Cataluña, que son la gobernabilidad y el progreso hacia la consulta sobre el estado propio. Dos retos que serán difíciles para un catalanismo que es a la vez más fuerte y más diverso

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