miércoles, 16 de julio de 2014

Un artículo de Juan Fernando López Aguilar en The Huffington Post

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Errores y aciertos socialistas escritos con puño y letra

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psoe
En la jornada del domingo, 13 de julio, 120.000 militantes del PSOE acudieron a las agrupaciones locales para elegir de manera directa al secretario general, por primera vez desde los tiempos de la II República. Ejercí mi derecho y mi deber con la esperanza de estar contribuyendo a abrir un tiempo nuevo de PSOE. Un gran cambio que permita a los socialistas españoles recuperar nuestra vocación de mayoría, nuestra ambición de Gobierno para España, sus Comunidades Autónomas y municipios, y la credibilidad perdida ante millones de ciudadanos que nos dieron su confianza una vez o varias veces y nos la retiraron después.
Lo que estaba en juego el domingo no era el Gobierno de España, pero sí la escritura de la primera página de una hoja de ruta que nos devuelva esa ambición por medio de la herramienta de que nos hemos dotado, que es el Partido Socialista. Se trataba de elegir a una capaz de resetear al Partido en un punto cero de un PSOE que proviene, sin embargo, con orgullo, de 135 años de historia, con toda su gloria y miseria, si por ésta comprendemos errores y penalidades que estamos en la obligación de revertir en lecciones aprendidas para mejorar y crecer.
Asistí el pasado lunes a la única conversación entre los candidatos que superaron el corte de recolección de avales. Pensé en el curso de ese encuentro en el avance que esa práctica podía representar en la profundización de la cultura de la participación y la deliberación fraternal en el seno del PSOE, esperanzado en que adquiera cuerpo sólido y se haga irreversible e irrenunciable cada vez que debamos señalar personas para cargos orgánicos o encargos institucionales de relieve en que el carácter, ideas y preparación de los/las posibles candidatos/as desempeñe un papel decisivo.
En ese debate se produjo una pregunta desde el público que incitaba a los tres aspirantes a enunciar lo que, a su juicio, les parecían los errores más graves del PSOE en los últimos años. Desde el indulto a Alfredo Sáenz hasta la reforma exprés del artículo 135 de la Constitución Española, pasando por el deterioro de la progresividad fiscal con discursos y omisiones cómplices del desarme de nuestro Estado social, lo cierto es que esos yerros no lo fueron del Partido, sino de su acción de Gobierno, todos ellos concentrados en el último período de la etapa ZP.
Y hubiera sido muy útil, porque lo echamos de menos, una reflexión severa, autoexigente y franca sobre errores del PSOE en el área de Partido, no de su ejecutoria en la salida del Gobierno. Un reconocimiento del daño que nos ha infligido la práctica del sectarismo, la fidelización clientelar de lealtades carentes de referentes ideológicos o éticos reconocibles, la exclusión del discrepante y la desconfianza ante aquéllos que arriesgan pensar por cuenta propia sin sujetarse a argumentarios ni aguardar indicaciones jerarquizadas de quien manda.
Tal y como he explicado en varios ensayos a propósito del declive y las dificultades del PSOE en España y otros Partidos socialistas en nuestro entorno europeo, nada nos ha hecho tanto daño como la pérdida de credibilidad causada por la contradicción entre nuestros valores proclamados y nuestras prácticas internas. Hacer discursos de izquierda transformadora y aferrarnos, al contrario, a inercias conservadoras en las agrupaciones y en las federaciones cada vez más alejadas del pulso social cambiante a nuestro alrededor. Hablar de solidaridad, empatía y compasión con el débil, pero ejercer en el interior de las filas y rangos del Partido una oclusión del debate necesario y una segregación inflexible de quienes no se sujeten a prácticas de todo vale... Esas contradicciones son mucho más transparentes de lo que convencionalmente se asume, y son objeto de rechazo con intensidad creciente por cada vez más gente. Resolver esos problemas con un cambio de actitud en la gestión de los activos y excelencias del PSOE, recapitalizarlo contando con todo el mundo y promoviendo a los mejores y más ejemplarizantes ante la sociedad, en lugar de connivir con los apoyos obedientes a quienes ejercen el mando, ayudará sin duda a relanzar al PSOE hacia la recuperación de su identidad en valores y su credibilidad. Y otra, no se olvide, son condiciones inexcusables para la rehabilitación de la alternativa socialista en el Gobierno de España y en la mayoría de sus Comunidades Autónomas y sus Ayuntamientos.
En la reunión de la Ejecutiva Federal en la que el secretario saliente, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció su decisión de convocar un Congreso extraordinario de forma inminente, a celebrarse a la vuelta de apenas 40 días, me opuse al business as usual de la división faccional del Partido alrededor de plataformas personales en la elección de delegados abocados a una noche insomne de telefonazos y presiones de pesadilla en julio... Y abogué, al día siguiente, en un artículo en EL PAÍS(Arriesguemos) por la elección directa por todos los militantes.
Esa página se ha escrito el domingo, y ahora queda lo difícil, lo realmente exigente: validar este ejercicio de implicación militante con una restauración de la convivencia interna, un reagrupamiento y reconciliación de PSOE que deje atrás el sinsabor de lo ocurrido en Sevilla en febrero de 2011 y siente con ello las bases para la recuperación de la mejor autoestima de quienes nos mantuvieron la confianza en las peores circunstancias y la reconciliación con los millones de electores que un día nos la retiraron, cambiando de domicilio.
Enhorabuena fraternal a quienes han dado la cara en esta fase precongresual -y toda la suerte, desde luego, al secretario general electo, Pedro Sánchez. Esta es la primera página de un cambio cuyas ambiciones van a exigir todavía mucho más, y lo mejor, de cuantos queremos al PSOE y queremos verle de nuevo allí donde pertenece: la gran columna vertebral de la izquierda de la España de los últimos 135 años y referente de izquierda para el Gobierno de España para una próxima bocanada de modernización entrado el siglo XXI.

jueves, 10 de julio de 2014

¿Es mejor tener a Felipe VI como Rey que a José María Aznar como Presidente de la República?

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VICENÇ NAVARRO

Uno de los argumentos que encuentro más sorprendente de los muchos utilizados por autores republicanos que favorecen el mantenimiento de la Monarquía, es el de que es mejor tener como Jefe del Estado a un Rey como Juan Carlos I o ahora Felipe VI, que a un José María Aznar, que daría una imagen de España, como Presidente de la República, peor que la que pueda dar el Rey Felipe VI.
Por mucho que me desagrade la visión de una España republicana presidida por José María Aznar o, incluso peor, por la Sra. Esperanza Aguirre (las figuras en España más próximas al Tea Party de EEUU), les prefiero a ellos antes que al Monarca como Jefe de Estado. Esta preferencia no se debe a que considere a los personajes que podrían ocupar ese cargo más atrayentes que al Rey, sino al hecho de que uno (el Presidente de la República) es un cargo electivo y el otro (el Rey) no. Esta diferencia es fundamental, y me sorprende que personas que se consideran, y son, demócratas, prefieran que la jefatura del Estado sea vitalicia en lugar de un cargo electo.
Que un cargo sea vitalicio implica toda una cultura cortesana, vertical y clientelar. Toda monarquía tiene una corte, se formalice esta o no. Y lo que ha ocurrido con la Monarquía actual es un claro ejemplo de ello. En contra de lo que se ha dicho con gran frecuencia, el Rey Juan Carlos estableció una corte, que no siempre fue formalizada por títulos nobiliarios. Varios libros han documentado el círculo de amigos del Rey, que representan, todos ellos, intereses financieros y económicos de gran peso en el país, con los cuales la Monarquía ha establecido una complicidad en sus comportamientos. José García Abad, director de la revista El Siglo, ha escrito un detallado y excelente estudio, La soledad del Rey, sobre estas redes que nunca aparecen en los medios, resultado de una gran protección mediática hacia la figura del Rey, comportamiento que es claramente antidemocrático, siendo un símbolo más de la baja calidad de la democracia española.
Un cargo vitalicio de tal magnitud conlleva una corte que reproduce una cultura y unos comportamientos antidemocráticos, como ha ocurrido en España. Muchos libros documentan las relaciones existentes entre las empresas del IBEX y los mayores bancos de España, y el Monarca, habiendo sido estos grupos empresariales los mayores defensores de la Monarquía, defensa que ha incluido apoyo económico y financiero, gran parte de él de dudoso origen y procedencia (ver el artículo de Belén Carreño “La Corte del Rey Juan Carlos y el capitalismo de amiguetes”, Eldiario.es, 02.06.14, y el excelente informe sobre la Monarquía de uno de los diarios digitales más interesantes en nuestro país, cafèambllet.com, junio 2014). Y uno de los últimos actos del Rey fue reunirse con elementos clave de la gran patronal financiera e industrial para indicarles que “siempre os apoyaré y estaré con vosotros”.
Todos estos documentos muestran que la Monarquía fue, ha sido, es y continuará siendo el centro de los establishments financieros y económicos del país. De ahí que si la Monarquía dejara de existir sería un golpe muy importante para ellos. En realidad, la Transición se hizo en términos muy favorables a estos establishments, los cuales deseaban integrarse al euro, siendo conscientes de que la dictadura era un obstáculo para ello. Las fricciones entre la Monarquía y el componente más cavernícola del aparato del Estado (cuyas tensiones con el Monarca se han presentado como prueba de la vocación democrática del Monarca que lideró la Transición) no deberían ocultar que el objetivo principal de la Monarquía era sostener el poderío de aquellos establishments financieros y económicos que le dieron pleno apoyo, manteniendo su dominio sobre la vida económica del país, así como sobre la vida política y mediática.
Ni que decir tiene que, basándonos en la experiencia derivada de los mandatos del Sr. Aznar, este, como Presidente de la República, podría dañar gravemente el bienestar de la población española, estableciendo redes clientelares a su alrededor. Pero la gran diferencia es que al ser elegido, también podría ser “deselegido”, lo cual no ocurre con el Monarca. E igualmente importante, sería más difícil que los medios actuaran con el servilismo y complicidad que han mostrado hacia la figura del Rey.

miércoles, 9 de julio de 2014

Un artículo de Jesús Maraña, director de Infolibre

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BUZÓN DE VOZ

La regeneración de Rajoy

Actualizada 08/07/2014 a las 22:27  
La regeneración que Mariano Rajoy quiere para España es de tal magnitud, complejidad y ambición que el paquete de medidas en que se basa ya ha sido anunciado diez veces desde febrero de 2013 por el presidente del Gobierno. Lo de Joaquín Costa, los noventayochistas, Giner de los Ríos o José Ortega y Gasset va a quedarse en un manual de instrucciones de Ikea en comparación con la profundidad y el detalle del macroplán regenerador que Rajoy acaba de volver a anunciar y cuyo debate en el Congreso ha aplazado (otra vez) para septiembre.

La primera ocasión en que Rajoy vio la luz del bautizado después comoPlan de Regeneración Democrática parece ser que fue al hojear enEl País los llamados ‘papeles de Bárcenas, porque un par de días más tarde (2 de febrero de 2013) se comprometió (desde una pantalla de plasma y sin admitir preguntas) a investigar el asunto con “absoluta transparencia”. Dos semanas después acudió a su primer debate sobre el Estado de la nación con un paquete de medidas anticorrupción y de control sobre la actividad económico-financiera de los partidos políticos.

Dicho y ¿hecho? La coordinación del Plan fue encargada a la misma persona que coordina todos los demás supuestos planes de Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, que convocó en Moncloa una “reunión de trabajo” en marzo y otra en septiembre. Pocas reuniones parecen cuando se dijo que ese paquete de medidas afectaría a leyes orgánicas como la que regula la financiación de partidos políticos, la del Tribunal de Cuentas, la de la Función Pública, la de Contratos del Sector Público, la del Poder Judicial y el Código Penal, entre otras.

Cuatro días antes del debate sobre el Estado de la nación de este año de dios de 2014, el Consejo de Ministros aprobó como proyecto de ley más o menos lo mismo que se había anunciado un año antes y, por si el Congreso de los Diputados (y el resto de los españoles) hubiese padecido un extraño ataque colectivo de sordera, Rajoy volvió a presentar y leer su “compromiso en materia de transparencia y de regeneración”.

La semana pasada, Rajoy sorprendió al respetable con un nuevo hallazgo que añadir a las más de cuarenta medidas ‘regeneradoras’ pendientes de discutir en el Congreso, y se manifestó ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP como partidario de estudiar la reducción delnúmero de aforados en España y de plantear la elección directa de alcaldes.

CREDIBILIDAD O FALTA DE GANAS

Podría argumentarse que la primera cualidad necesaria para pilotar un proceso regenerador es la credibilidad, y que un presidente que enviabaSMS dando ánimos a Bárcenas dos días después de descubrirse sus cuentas millonarias en Suiza tiene el mismo crédito al hablar de corrupción o transparencia que el que pueda tener Belén Esteban hablando de física cuántica. De hecho, la única dimisión que ha recibido Rajoy en su mandato ha sido nada menos que la del rey Juan Carlos. Como presidente de un partido sobre el que varios autos judiciales ya han establecido que se ha financiado irregularmente durante décadas, que pagaba a sus dirigentes sobresueldos en efectivo y por cuyas sedes circulaba dinero negro como cosa boba, Rajoy no se siente políticamente responsable. Ni siquiera se considera en la obligación de explicar por qué algunos de los sueldos más altos del PP entre 2009 y 2012 se pagaban a implicados o salpicados por el ‘caso Gürtel’, sin responsabilidades concretas en el partido tras descubrirse la trama.

Sin embargo, empiezan a acumularse indicios de que el mayor problema de Rajoy para encabezar esa regeneración democrática (que piden a gritos o en silencio desde 2011 la inmensa mayoría de los ciudadanos)no es de credibilidad sino de falta de ganas. Vamos, que no tiene mayor interés en tal regeneración.

Porque si de verdad tuviera interés, más allá de ese problema de credibilidad, no daría pasos exactamente en el sentido contrario del que reclaman no sólo la ciudadanía sino también el sentido común y el común de los analistas, observadores y expertos. Sólo un par de ejemplos, referidos a dos de los problemas más agudos que afronta España al margen de la crisis económica y su gestión.

1) Ante el clamor que desde el 15-M hasta las elecciones europeas del pasado mayo exige mejorar los cauces de participación democrática y la representación, Rajoy lo que plantea es la elección directa de alcaldes, y en principio a una sola vuelta. Es decir que cuando más urgente es abordar una reforma electoral (por otra parte reclamada mucho antes por Izquierda Unida o UPyD) para dar mayor proporcionalidad al voto de los partidos, el presidente considera, sin consultarlo con nadie, que lo más conveniente para regenerar la política es que gobierne en cada municipio la lista más votada. Justo lo contrario del respeto a las minorías que defiende la Constitución.

2) Ante el riesgo cada día más alto de que el proceso soberanista catalán acabe en el llamado “choque de trenes”, Rajoy sigue instalado en el “no” a todo lo que no quepa en la Constitución, que es precisamente donde no caben las aspiraciones de autogobierno de una mayoría parlamentaria (y no se sabe si ciudadana) de Cataluña.Escribía hace unos días Josep Ramoneda que “si Rajoy quisiera regenerar (…) debería atender una sugerencia que circula estos días por medios políticos y económicos”, y que consistiría en “anticipar las elecciones generales a febrero o marzo del año próximo, orientando la convocatoria hacia una reforma institucional, Constitución incluida”. Sostiene Ramoneda que esa iniciativa “rompería el inmovilismo en el que se ha parapetado la crisis del régimen”, pero conviene no olvidar que si ese adelanto electoral diera como resultado un Congreso muy fragmentado, los ilustres defensores de la gran coalición PSOE-PP(Felipe González, Juan Luis Cebrián, banqueros y grandes empresarios) intentarían justificar que eso es precisamente “lo que España necesita”Justo lo contrario de lo que significa “regeneración democrática”, como se demostró ya por estas mismas fechas del siglo pasado.

SORBER Y SOPLAR

Si Rajoy quisiera la regeneración, podría demostrarlo de muchas formas sin adelantar elecciones. En lo que se refiere a Cataluña, por ejemplo,podría leer y escuchar con atención a Eliseo Aja, catedrático de Derecho Constitucional que acaba de reeditar actualizado su libroEstado autonómico y reforma federal, donde explica con rigor y sin sectarismos la opción de un Estado federal y plurinacional, integrador, al que se podría llegar abordando una reforma de la Constitución “desde la lealtad institucional”, como explicaba el propio Aja este lunes en el acto de presentación celebrado en Madrid de la mano de la Fundación Alternativas. ¿Un primer paso? La convocatoria de una comisión formada por políticos de los distintos partidos y también de las comunidades autónomas, y expertos en las materias que se aborden. Alemania lleva más de 50 reformas constitucionales desde la creación de la República Federal. En noviembre de 2003 se formó la llamada‘Comisión del Bundestag y el Bundesrat para la modernización del orden federal’, en la que participaron 16 representantes de los Länder y otros 16 de los grupos parlamentarios estatales como miembros de pleno derecho, así como 12 expertos con voz pero sin voto que asistían a las reuniones para informar de los asuntos de su conocimiento. Por cierto,los debates eran públicos y todas las intervenciones grabadas y transcritas de forma transparente. En diciembre de 2004 esa comisión llegó a sus conclusiones sobre la reforma federal.

Lleva el PP 18 meses anunciando su Plan de Regeneración Democrática mientras sigue gobernando a golpe de decreto ley. Regenerar (“dar nuevo ser a algo que degeneró, restablecerlo o mejorarlo”, según laRAE) desde el inmovilismo es como pretender sorber y soplar a la vez. En eso anda Rajoy. 

martes, 8 de julio de 2014

El petroleo y el armamento en Canarias

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Portada :: España
Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf08-07-2014

Canarias: Petroleo y armamento pesado



El pueblo canario y su clase trabajadora tienen abiertos dos frentes de lucha cuyo desenlace definirá el futuro del archipiélago para las próximas dos o tres generaciones. Uno está en boca de todos y todas y tiene que ver con la pretensión de la multinacional Repsol y su abanderado el ministro José Manuel Soria de prospectar y luego explotar petróleo en costas canarias. El otro, menos publicitada y visible, pero igualmente importante y estratégico está relacionada con el proyecto de militarización del archipiélago emprendido por el Estado español y la OTAN. Este se siente con mayor fuerza en Fuerteventura, pero tiene un reflejo en el resto de las islas a través de una constante y persistente campaña de imagen de las fuerzas armadas entre la población con actos en lugares públicos y centros educativos ensalzando las virtudes y maravillas de las armas de guerra. Ambos proyectos el del petróleo y el de la militarización, se complementan y están profundamente interrelacionados, lo que debería llevarnos a la articulación de un discurso que los combata de manera conjunta por sus posibles nefastas consecuencias sobre la población del archipiélago.
El Petróleo en la encrucijada
El pueblo canario ha demostrado históricamente una clara conciencia ambiental y de defensa de sus recursos naturales, no es casualidad que algunas de las más grandes movilizaciones en las islas han sido por motivos relacionados con la defensa de la naturaleza, la lucha contra el tendidos eléctricos de Vilaflor, las movilizaciones contra el Puerto de Granadilla o la oposición que ha logrado detener hasta ahora el faraónico y descabellado proyecto de Tindaya. Desde esta perspectiva histórica y cultural, deberíamos reflexionar que probablemente los procesos de generación de otro tipo de conciencia política, de nación canaria o de clase, que son mucho menos arraigadas en el pueblo canario pero, sin duda igual de importantes, deberían trabajarse a partir de este hecho diferencial propiamente canario, que es el profundo amor, respeto y defensa que hace este pueblo de su medio natural.
La abierta y masiva demostración de rechazo a las prospecciones petrolíferas en Canarias, que ha logrado sacar a la calle a cientos de miles de personas en dos grandes manifestaciones en los últimos dos años, además de generar una campaña sostenida todo este tiempo que ha desbaratado ante la mayor parte de la opinión pública el edificio de mentiras sobre las cuales Repsol y el PP han edificado este proyecto son una prueba más de que el pueblo canario no es fácil de engatusar y que tiene disposición a plantarle batalla a la prepotencia con que el poder económico aliado a los políticos tratan de imponernos la explotación de petróleo en las costas de Fuerteventura y Lanzarote.
El tema del petróleo en Canarias, si bien es claramente una lucha medioambiental, es también mucho más que eso y debe llevarnos a una reflexión mayor sobre el proyecto económico que el imperialismo multinacional ha dibujado para las islas y las implicaciones políticas y sociales del mismo. Porque más allá del evidente peligro para las especies marinas como los cetáceos, las tortugas o la flora y fauna de los fondos marinos afectados por las prospecciones. El proyecto de Repsol en Canarias deja en evidencia un conjunto de realidades sobre la visión que tienen los poderes multinacionales de los pueblos del mundo en general y del canario en particular.
En primer lugar no es baladí que se ponga en peligro, no solamente la fauna y flora marina, sino la provisión de agua potable, el empleo del sector mayoritario que es el turismo y en síntesis la vida misma en un territorio asolado por el paro y la pobreza crecientes para favorecer los intereses de acumulación de una multinacional que, y esto esta contrastado, no dejará ningún beneficio a las islas.
Los datos son claros, si uno analiza la página misma de Repsol puede observar que en proyectos similares en distintas partes del mundo, en ningún caso se han generado más de 200 puestos de trabajo, menos de lo que genera un solo hotel en la isla de Lanzarote, asimismo con la legislación tributaria actual y sin ninguna intención de modificarla como ya ha dejado claro el PP, los ingresos por impuestos serán prácticamente nulos y exactamente los mismos que si por ejemplo el petróleo estuviera en las costas de Galicia. En resumen lo que queda claro es que, en esta etapa de acumulación del capital y en periodo de crisis económica y energética, los grandes capitales entienden a Canarias como un territorio de saqueo y expolio teniendo al predisposición de acabar con la vida (incluida la humana) en las islas con tal de mantener el negocio de los hidrocarburos fósiles. Modelo energético que, por otra parte, debería ser cuestionado seriamente en tanto, el alza constante de los precios del petróleo y el agotamiento de sus fuentes, provoca que, el mantener los altos niveles de consumo energético del mundo desarrollado, se salde con guerras, muerte y exterminio.
Esta relación estrecha entre, mantener el control del petróleo y el negocio y práctica de la guerra, debería llevarnos a otro eje de reflexión que es, la peligrosa militarización del archipiélago que se justificará con la defensa del petróleo y la supuesta “pacificación” del norte de África.
Canarias un portaaviones gigante
Además del cuidado ambiental, otro tema en que la población canaria ha demostrado históricamente una conciencia bastante desarrollada es el tema antimilitarista, basta con recordar el NO canario a la OTAN o las multitudinarias manifestaciones contra la guerra de Iraq. No obstante, debemos reconocer que, a diferencia del tema del petróleo, actualmente la mayor parte de la población no ha mostrado alarma por lo que sucede con este importante tema. Al parecer no lo vemos tan cercano aunque, sin duda, deberíamos hacerlo.
Mientras la educación, los servicios sociales o la sanidad públicas se han recordado drásticamente en cientos de millones de euros en el archipiélago en los últimos años, no ha sucedido lo mismo con el gasto militar que paradójicamente se ha incrementado.
Existe un notable aumento de los efectivos militares afincados en las islas con particular incidencia justamente en Fuerteventura, una de las islas afectadas por las prospecciones de petróleo.
Porque en Fuerteventura no solamente han aumentado las tropas de tierra ligadas al Regimiento de Infantería ‘Soria 9’ sino que en el futuro próximo se le unirá el Regimiento Ligero Acorazado de Caballería Lusitania Número 8, lo que supondrá el traslado a la isla de los blindados que dispone la unidad, como los VCR Centauro, obuses autopropulsados, y vehículos de transporte y exploración como los VEC o los BMR.
También deben sumarse los cuatro buques acorazados M eteoro’, ‘Rayo’, ‘Relámpago’ y ‘Tornado’ que han sido puestos a las órdenes del Mando Naval de Canarias, las unidades de infantería que hacen prácticas en las calles mismas de Fuerteventura o los aviones desplegados en la base naval de Gando en la denominada Ala 46 que tiene a su disposición cazabombarderos F-18, C.15, helicópteros AS532 Cougar, AS332 Super Puma y aviones de transporteCasa CN-235 a tan solo 180 kilómetros de la zona de las prospecciones.
Este enorme despliegue militar acompañado de una potente campaña de verdadera insensibilización social tendente a normalizar la presencia militar en las islas con actos tan aberrantes como llevar armamento ligero y pesado a centros educativos y parques de las islas para familiarizar a los niños y niñas con su presencia, dan muestra de la segunda parte del proyecto imperialista para Canarias; convertirla en una gigantesca base militar que, con el pretexto del cuidado de sus recursos hidrocarburíferos, vigile y controle, desde aquí la zona del Sahel y en general el norte de África.
Si uno suma el proyecto de Repsol más la militarización de las islas, puede entender que Canarias, es analizada desde los poderes económicos mundiales por su posición geoestratégica y su disponibilidad de recursos naturales, en una ecuación en la que los canarios y canarias así como su medio natural o no importan o directamente sobran.
La alternativa: Soberanía y poder popular
Se hace imprescindible que la lucha contra las prospecciones de petróleo, a la vez que se fortalece y se intensifica, comience a incluir en el discurso y el análisis algunos elementos claves como el hecho comprobado que este tema va muchísimo más allá de la disputa que venden los medios entre José Manuel Soria y Paulino Rivero; y que en realidad se trata de una disputa entre el poder del capital multinacional contra el derecho de los pueblo y en este caso el canario a decidir soberanamente sobre el uso de sus recursos así como el modelo energético y de sociedad que queremos construir.
Para ello temas clave como la soberanía energética basada en las renovables, y que apoye una economía diversificada basada en el sector primario y tendente a la soberanía alimentaria, deberían incorporarse claramente al debate y llevarnos a la reflexión del modelo de consumo y de sociedad en que vivimos y en la que deberíamos vivir. Todo ello desde la lógica de construcción de la soberanía del pueblo canario en el sentido más amplio y claro, esto es que quien debe decidir sobre el futuro y forma de vida de un pueblo no es nadie más que ese pueblo mismo.
También debemos reflexionar que la lógica que lleva a las multinacionales y los gobiernos que están a su servicio a emprender proyectos nocivos y agresivos como las guerras de Libia, Iraq o Afganistán es exactamente la misma que lleva a plantear el proyecto de prospecciones en Canarias y que por eso incluye la deriva de militarización del archipiélago. Esta lógica no es otra que la del capitalismo que hace primar el beneficio económico de las empresas por encima de los derechos y vida de las personas y los pueblos. Ante esto la demanda histórica de Salida de la OTAN de tierras canarias y un Estatuto de Neutralidad para las islas cobra enorme vigencia.
Si somos capaces de que estos temas se incorporen al debate complementario entre la lucha antipetrolera y la del antimilitarismo, podremos, a partir de estas dos importantes sensibilidades del pueblo canario, proyectar un verdadero movimiento social en las islas con capacidad de transformación social, política y económica que genere la conciencia necesaria de que dentro del capitalismo, ni Canarias ni nadie tiene futuro.

lunes, 7 de julio de 2014

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La sombra de la gestora persigue al PSOE

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Miedo a una baja participación, miedo a que la militancia contradiga las consignas de los "aparatos", miedo a ceder el paso, miedo a la apertura, miedo a que la corriente Izquierda Socialista se consolide, miedo a un cambio radical en las formas de un viejo partido...
A menos de una semana de la consulta que elegirá al próximo secretario general del PSOE, la sensación de alerta y angustia por la presencia de un peligro real o imaginario se ha instalado entre los dirigentes del partido. Y, como dijo el poeta mexicano Octavio Paz, cuya obra se recuerda estos días en El Escorial con motivo de su centenario, no hay nada más peligroso que "las masas humanas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo... del miedo al cambio". Pero, claro, igual es que hay que ser Nobel de Literatura, Premio Cervantes, Honoris Causa por varias universidades americanas y recibir el Príncipe de Asturias para que uno sea "consecuente con sus ideas, valeroso y muy respetuoso con los que no pensaban como él", que son las virtudes que otro grande de la Literatura como Vargas Llosa ha destacado esta semana del mexicano.
Ninguno de esos galardones adorna, de momento, las vitrinas de quienes ostentan hoy el poder orgánico de un partido a la deriva que se llena la boca de apertura y democracia interna y, en realidad, teme más que a un tsunami el escenario que pueda dibujarse a partir del próximo día 13. Si gana, como todo el mundo proclama ya, el madrileño Pedro Sánchez, hay pavor a que no se celebren nunca las primarias para elegir candidato a la Presidencia del Gobierno - entre otros motivos porque su principal valedora nunca creyó en ellas-; a que gane terreno la posibilidad que anhelan algunos integrantes del Viejo Testamento de una gran coalición con el PP después de las próximas generales; a que sea la todopoderosa federación andaluza quien tutele a la nueva dirección; a que el PSOE vire a la derecha; a que el -en principio- más moldeable de cuantos aspirantes compiten en esta carrera se rebele y haga valer su autoridad una vez elegido...
Si ganara el vasco Eduardo Madina -un escenario que pocos vislumbran tras el órdago que apartó de la pista a Susana Díaz-, el temor se torna en pánico al conflicto, a la división interna, a la apertura de un nuevo pero incierto tiempo... Y, sobre todo, a la confrontación con el Sur, que ha puesto todo el poder orgánico al servicio no ya de la victoria de Sánchez, sino de la derrota del candidato vizcaíno.
Y no crean que la turbación aparece sólo con los nombres de Sánchez o Madina. La opción José Antonio Pérez Tapias produce también recelo, no tanto por las posibilidades de victoria, sino por cómo pueda afectar al equilibrio y el reparto de fuerzas en los territorios. Dicho de otro modo: que la militancia otorgue a IS un lugar privilegiado y no el sitio de prestado que los "aparatos" le conceden con cierta displicencia desde hace años en las candidaturas, los congresos o los órganos de dirección.
La tercera candidatura en liza se ha visto desbordada por los apoyos y contempla impasible los intentos de flirteo desde las otras opciones. Si los equipos del vasco ha intentado sin éxito el acercamiento para sumar fuerzas, en los últimos días circula por los mentideros del PSOE que la del madrileño ya ha comprometido dos puestos en la próxima Ejecutiva para Izquierda Socialista y que Andalucía ha dado la venia para que Tapias vuelva a ser diputado por Granada en las próximas generales. "Una vez dado el paso, llegaremos hasta el final", asegura el coordinador de Pérez Tapias, el histórico dirigente de Izquierda Socialista Juan Antonio Barrio de Penagos. Si beneficia o perjudica los apoyos de los otros dos candidatos no es asunto que preocupe a los de Tapias, que pondrá en valor, sin duda, su porcentaje para que la corriente que lidera tenga espacio fijo desde el que condicionar por la izquierda al PSOE y empezar a ser una amenaza creíble para la derecha.
La aprensión asoma ante cualquier escenario, pero si hay uno que envenena los sueños de unos y produce cierto regusto en otros es el de una baja participación con una victoria del ganador que no pase del 45 por ciento de los votos. Es el sueño de quienes pretenden devaluar el proceso, cuestionar la legitimidad del vencedor y explorar todo tipo de posibilidades, incluida la de una gestora que tutele los designios del partido hasta encontrar una opción sólida con la que enfrentarse a la derecha. Otra vez la sombra de la gestora, la misma que se posó sobre la cabeza de Rubalcaba la noche del 25-M y se barajó entre algunos barones ante las dudas de Madina, persigue de nuevo al PSOE. "Si el resultado acaba en un 40-30-30, el abanico de posibilidades es infinito", admite un destacado dirigente que reconoce que ha habido conversaciones a este respecto en algunas federaciones y también entre algunos ex dirigentes, empeñados en tutelar el proceso de cambio.
Y todo ello en medio de los preparativos de la "gran cita" de hoy en Ferraz. Un formato que llaman debate y que no es tal, al que los tres candidatos acuden con más resignación que entusiasmo. La expectación puede acabar en decepción. 99 invitados (33 militantes por candidatura) que harán las preguntas; una moderadora que controlará los tiempos de respuesta y 150 periodistas acreditados, de convidados de piedra.
Recuerden sólo un dato: para que Barack Obama arrebatara a Hillary Clinton la candidatura demócrata en 2008 hicieron falta 21 debates televisados y cinco meses de encarnizada campaña. En uno de ellos, el celebrado en Carolina del Sur que fue retransmitido por la CNN, el que luego sería el primer presidente afroamericano de los EE.UU. fue acusado por su adversaria de ser sólo una cara bonita, y Obama le devolvió el golpe tachándola de mera prolongación de su marido. El cara a cara fue tan intenso que más que en una discusión política acabó en pelea personal. En lo que hoy acabe este experimento del PSOE está por ver, pero tiene pinta de que no ocupara lugar destacado en la historia de los debates televisivos. Para esto también hay miedo.