miércoles, 2 de marzo de 2011

Crisis del socialismo canario

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RAFAEL GONZALEZ MORERA





Anda todo el patio alborotado, y casi todo el mundo diciendo disparates. Tengo cada vez más claro que haría falta un partido político que tuviese como cabezas de lista a Juan Fernando López Aguilar, Antonio González Viéitez y Antonio Morales Mendez, y les puedo dar mi palabra que con estas tres papeletas iría a votar el 22 de mayo después de desayunar y leer la prensa en la plazoleta de Farray. Como no puedo votar a la alcaldía de Agüimes, que es donde se presenta Antonio Morales, y López Aguilar y González Viéitez no van en ninguna lista, ni siquiera en un hipotético Partido Progresista (PP) al que le votaría si estuviesen todos juntos los anteriormente mencionados, pues ya ven que panorama tengo por delante ante tamañas ausencias.
En el Partido Socialista hay un follón de mucho cuidado. Jerónimo Saavedra ha venido a decir ahora que tengan todos los militantes socialistas la boca cerrada de cara a las elecciones de mayo próximo, y parece que no quiere acordarse de que tuvo la boca bastante abierta para criticar duramente a Juan Fernando López Aguilar, para ponerle en solfa a cada paso que daba el anterior secretario general de los socialistas canarios, para ponerle todas las piedritas en el camino, y en muchas ocasiones hasta teniques y zancadillas. Mal lo hizo Jerónimo disgustado porque en el anterior Congreso de los socialistas canarios lo relevaron de la presidencia y le dejaron sólo la alcaldía, y dos piedras.
De José Miguel Pérez poco hay que decir. El mismo ha reconocido en unas declaraciones que no ha tenido tiempo para ser conocido por los votantes canarios, y además se le fue la olla como dijo Pepe Alemán cuando declaró que estaba dispuesto a ser Vicepresidente del Gobierno de Canarias. Eso ni en política ni en fútbol, ni en nada, es de recibo, que antes de jugar el partido, en este caso las elecciones, se reconozca que a lo mal que se puede aspirar es al segundo puesto. No sería lógico ni ético que ahora mismo Mourinho declarase que el Real Madrid a lo máximo que puede aspirar es al segundo puesto de la Liga, porque el Barcelona y Guardiola son imbatibles. En realidad esa es la impresión, pero Mourinho no debe decirlo, y si lo dice debería ser fulminantemente cesado por Florentino Pérez.
No me ha gustado nada que Santiago Pérez se esté pensando ir de cabeza de lista por Socialistas X Tenerife, cuando esta asociación se ha coaligado con con Nueva Canarias, que a su vez se ajuntó con el PIL de Fabían Martín y dos piedras conejeras del vino de malvasía. Un totum revolotum, y aquí lo importante es tener un diputado más, y la ética y la estética que se vayan para el carajo, con perdón. A este paso vamos a ser comprensivos con políticos de la estirpe de Mubarak, Ben Alí y Gadafi, incluso con la monarquía feudal de Arabia Saudí, que el petróleo es el petróleo, y me dicen algunos amigos de mi generación que se han vuelto muy conservadores que al paso que voy me convertiré en un anciano radical, insoportable y nada apto para práctica el arte de lo posible, es decir, la política de trapisondas y mamandurrias.
No quiero cansarles con el lio que ahora mismo hay en el seno del socialismo canario a cuenta de las listas para el 22 de mayo, porque la cosa tiene su miga, incluso sus cuchillos largos. Es una pena pero entre los errores de José Miguel Pérez, José Manuel Corrales, Nacho Viciana y Santiago Pérez, le están poniendo las cosas fáciles a CC y PP.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Prospecciones en Canarias

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ANTONIO MORALES




Canariasahora.es



Los terribles vertidos que se iniciaron en el mes de abril del año pasado en el Golfo de México (800.000 litros diarios de petróleo –hasta alcanzar más de 5,5 millones de barriles- y 500.000 de metano) y, por las mismas fechas, los del mar Amarillo en China (1.500 toneladas), junto al recordatorio de que estos accidentes no se encuentran entre los cincuenta más graves que se han sucedido en el planeta y de que cada día se producen en distintos rincones del mundo considerables pérdidas en las extracciones y los transportes que contaminan mares, selvas, acuíferos, atmósfera … etc, no terminan de ponernos en la dimensión real de la situación que padecemos, forzando el consumo y la utilización de los combustibles fósiles a cualquier precio.

Los combustibles fósiles se acaban. Apenas quedan bolsas para unas décadas, pero el sistema económico que nos acogota se sustenta en el consumismo a ultranza y no se quiere frenar. A pesar de que la comunidad científica insiste en denunciar el cambio climático, el calentamiento global, la escasez de las materias primas, el agotamiento de los recursos y el previsible escenario de una conflagración mundial por la subsistencia, las grandes multinacionales energéticas, con los gobiernos de comparsas, incapaces de ofrecer alternativas, continúan con su política feroz de tirar para adelante, con los ojos cerrados, para seguir con sus prácticas de enriquecimiento sin límites a cambio de socializar los daños irreversibles al planeta y a la humanidad. Por eso no han dudado en adentrarse en Groenlandia, los grandes parques naturales de África y Latinoamérica y cualquier rincón de mares profundos que se les ponga a tiro.

Y claro, de estas prácticas no se libran nuestros gobiernos de turno, ante estos asuntos, y tantos otros, la verdad, son los mismos perros con distintos collares. Lo permitió el negacionista José María Aznar desde el año 1996 hasta el final de su mandato para varias zonas del Mediterráneo y Canarias, entre otras, y lo está permitiendo ahora José Luis Rodríguez Zapatero, más allá del consenso y el diálogo que predicó, ratificando las decisiones que ya se habían adoptado y, por tanto, el entreguismo a Repsol, la gran beneficiaria de todo esto.

Mientras en el Mediterráneo, según quien esté gobernando o en la oposición se muestran contrarios o a favor de las prospecciones (el pepero González Pons acaba de afirmar a principios de enero que “no habrá turismo que soporte la posibilidad de una marea negra o de chapapote bañando el litoral” y “todo para beneficiar a las multinacionales” y Camps ha elaborado toda una andanada mediática para oponerse a ellas, además de recurrir los decretos estatales) aquí, en esta insular miseria, parece estar todo el mundo de acuerdo.

El primero en mostrarse a favor, hasta el punto de trasladarse a Madrid en septiembre pasado, cual delegado de Repsol en Canarias, para convencer a la compañía de que por aquí no habría ningún problema y que habría que tirar para adelante, fue José Manuel Soria. En aquella ocasión declaró que eso vendría muy bien para la economía canaria, letanía que han repetido después sus palmeros, pues la diversificaría y la incrementaría. Y no digo que no, se necesitaría mucha mano de obra para recoger los vertidos, quizás.

José Miguel Pérez, en un primer momento acobardado -en una reunión con sus jóvenes en septiembre sólo se atrevía a decir que las prospecciones debían hacerse “mirando para el interés público”- ha destapado ahora el tarro de sus esencias haciendo unas declaraciones rotundas de apoyo a que Repsol empiece a trabajar en aguas canarias, total, “para que lo haga Marruecos”, primero nosotros.

¿Y Coalición Canaria? Pues como siempre, la ambigüedad permanente. Mientras en julio del año pasado no descartaba buscar petróleo:“si las aguas fueran canarias, a partir de ahí hablamos”, y en septiembre Claudina Morales lo rechazaba frontalmente, en estos días Ana Oramas ha planteado que bueno que si se hace con seguridad, con estudios de impacto medioambientales y de riesgos y está claro para quién son los beneficios, pues que sí. Más claro agua, lo que les importa es la pasta y nada más.

Y claro, todo el mundo obviando lo obvio. Que los estudios de riesgo, de seguridad, de impacto y de lo que haga falta no dejan de ser papel mojado ante unas tajadas de estas dimensiones y les pongo algunos ejemplos. En el caso del golfo de México y BP ha quedado absolutamente claro que una política de ahorro de costes en seguridad y personal, con la complicidad de la Administración, fue lo que produjo la cadena de errores que llevó al desastre. Ahora tira mano de una indemnización de 20.000 millones para evitar los tribunales y, curiosamente, al tiempo, demanda autorización de nuevas explotaciones para poder pagar. En las prospecciones que lleva a cabo Repsol en las costas de Tarragona, a 2.400 metros de profundidad, por un error humano dicen, en mayo y junio pasado, se provocó una fuga de crudo de más de veinte kilómetros de extensión. En los últimos cuatro meses se han vuelto a producir en la zona otros dos vertidos –suman ocho investigaciones en los últimos cuatro años- y la fiscalía tiene abierta contra la empresa tres causas penales por delito ambiental. Mientras, anuncia que va a emplear 130 millones de euros para atajar las fugas de crudo, pero el mal ya está hecho. Ahora a pleitear con los mejores abogados y a intentar que la sanción sea lo más leve posible, como siempre. Es lo mismo que está sucediendo con la fuga radiactiva de Ascó donde el fiscal ha iniciado un expediente por delito contra la seguridad colectiva por un accidente en 2007, que pudo provocar una tragedia de dimensiones descomunales por falta de control y de seguridad.

Y no se trata sólo de los daños al turismo, que también y muchos. Estamos hablando de un enorme impacto medioambiental propiciado por la inercia y la irresponsabilidad. Ya los sondeos son muy dañinos para nuestro entorno natural. Se utilizan enormes cañones de aire comprimido que producen a su vez ondas de altos niveles de intensidad que provocan la muerte y graves enfermedades en numerosos cetáceos y otra fauna marina. Igualmente se generan cantidades ingentes de residuos minerales y productos químicos que originan unos lechos de fango que atrapan a millones de peces y, además, se liberan metales pesados que llegan a la cadena trófica, para terminar siendo consumidos por los humanos.

Y eso son sólo los sondeos, después aparecerán los millones de litros de crudo y gas derramados, y la falta de control, y las complicidades. Pero vendrá bien a nuestra economía. Y comeremos crudo.

martes, 15 de febrero de 2011

Marruecos, ¿revolución o evolución?

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ZINEB EL RHAZOUI

GuinGuinbali

¿El reino cherifiano será una excepción a la fiebre revolucionaria que sacude a los países árabes? Mientras los apologetas de la monarquía absoluta se disponen a defender el régimen de Mohamed VI, la juventud marroquí ya se está movilizando para expresar su hartazgo. La fecha señalada es el 20 de febrero.

“Primero fue Marruecos y luego Túnez”. Esta frase, que suena como un elogio del reino cherifiano, fue dicha por Khalid Naciri, ministro marroquí de Comunicación y portavoz oficial del Gobierno durante una conferencia de prensa celebrada en Rabat el pasado 26 de enero. En contra del sentido común, quien ostenta el cargo de ministro de Información asegura que Marruecos es una democracia que respeta los Derechos Humanos, las libertades públicas e individuales, la libertad de expresión y los derechos de las minorías étnicas, sexuales y religiosas.

Según Naciri, la apertura que Túnez y Egipto acaban de conseguir mediante un levantamiento popular sin precedentes existe en Marruecos desde su independencia en 1956. Los abusos del régimen contra los defensores de Derechos Humanos, los activistas saharauis, las voces laicas, los bereberes, la comunidad cristiana, los homosexuales y la prensa no son suficientes para empañar la imagen oficial de un Marruecos que camina hacia la modernidad bajo la égida de un monarca joven y moderno.

Un mensaje oficial que Marruecos se empeña en transmitir, sobre todo hacia el exterior, a golpe de folletos patrocinados y comunicados ditirámbicos. Mientras tanto, en el interior del país, un puñado de demócratas continúa denunciando que el endurecimiento del régimen no deja ningún lugar a dudas. Desde la caída de los déspotas de Cartago y Heliópolis ha surgido una nueva esperanza entre aquellos a quienes no pudo convencer nunca la poderosa maquinaria propagandística marroquí.

“¿Si los tunecinos y los egipcios lo han hecho, ¿por qué nosotros no?”, se preguntan centenares de jóvenes en Facebook, uno de los últimos bastiones de la libertad de expresión para los marroquíes. Ya hay una fecha programada: el 20 de febrero. Varios grupos creados en la red social están llamando a los ciudadanos a tomar las calles ese día para exigir la instauración de una monarquía parlamentaria. Libertad, democracia y dignidad son los lemas de esta campaña que ya ha atraído las iras del régimen.

De entrada, sus promotores han sido acusados de espionaje al servicio de Argelia, España y el Frente Polisario, los perpetuos “enemigos de la integridad territorial” como les gusta llamarlos al discurso oficial del Estado marroquí. Luego, han sido acusados de homosexualidad y de conversión al cristianismo, dos “delitos” susceptibles de persecución en Marruecos. Esto significa que las autoridades de Rabat comienzan a ponerse nerviosas respecto a una posible revuelta popular, contrariamente a lo expresado por Naciri.

Por otra parte, el Gobierno ha anunciado que los precios de los productos de primera necesidad no iban a aumentar. Aceite, leche, azúcar, productos cuyo aumento de precio ya llevó a las amas de casa a manifestarse en 2009 y sobre los que el holding real ONA/SIN posee un cuasi monopolio.

Sin embargo, estas medidas no serán suficientes por sí solas para disuadir las ansias revolucionarias que germinan entre la juventud marroquí. Las mismas causas provocan los mismos efectos. La monarquía marroquí no tendrá más remedio que avanzar hacia una mayor apertura si quiere durar. El propio primo de Mohamed VI, el príncipe Moulay Hicham, ha declarado que Marruecos “no será una excepción” en una entrevista concedida al periódico El País y al Nouvel Observateur. Hicham no ha dejado de señalar que la dinámica de apertura que comenzó a finales de los años 90 durante la última etapa de Hassan II acabó por desvanecerse, dando lugar a una vuelta atrás que acabó por acallar a las voces libres del país.

¿Tiene cabida una monarquía ejecutiva de derecho divino en una región del mundo en la que el absolutismo está en franco retroceso frente a los derechos de la ciudadanía? Tan solo una evolución consentida por el régimen, cediendo sus poderes a instituciones democráticas, evitará un levantamiento en Marruecos hasta ahora impedido por las élites en el poder.

Dicho esto, mucho antes de las revoluciones de los jazmines y los papiros, las revueltas populares de Sefrou, Sidi Ifni y más recientemente los acontecimientos de El Aaiún tendrían que haber llevado al poder marroquí a aprender la lección. De lo contrario, la cuenta atrás ya ha comenzado para el trono alauita.

Bajo el volcán (egipcio)

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PEPE ESCOBAR



Asia Times Online




La fiesta –y qué fiesta- terminó. Ahora toca la resaca, y ¡menuda resaca!
Conozcan al nuevo jefe, o al Faraón reconstruido como Shiva: el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Si esto fuera el Sudeste Asiático, la gente diría “lo mismo, lo mismo, aunque diferente”.

En lugar de un Estado-policía, es el momento de los comunicados (se habla de un retorno a la década de los setenta). El Presidente y el Vicepresidente disueltos. El Parlamento disuelto (pero con el Primer Ministro nombrado, el Faraón Ahmed Shafiq, insistiendo en que el actual gabinete-canguro se pondrá en marcha para eso de la “transición ordenada”). La Constitución suspendida. El ejército tratando de imponer la idea de que va a encargarse de dirigir Egipto durante los seis próximos meses. Se esperan siniestras restricciones al derecho a la huelga y “caos y desorden”.

¿Qué puede hacer un Presidente demócrata de EEUU y Premio Nobel de la Paz excepto apoyar un golpe militar? (Otra reminiscencia de las décadas de los sesenta y los setenta). Resumiendo: la Casa Blanca y el Departamento de Estado querían que Hosni Mubarak se fuera.

Pero Arabia Saudí, Israel y la Agencia de Central de Inteligencia de EEUU (CIA) estaban empeñados en que siguiera. Aunque Mubarak –como en una mala versión de Luis XVI con el pelo teñido- luchó por su propia supervivencia, el Vicepresidente Omar “Jeque al-Tortura” Suleimán, apoyado por Washington y Bruselas, luchó por la supervivencia del régimen (eso de la “transición ordenada”), y Washington luchó por la supervivencia de uno de los pilares cruciales de la “estabilidad” en el Oriente Medio. La calle luchaba por su vida.

Es fácil explicar por qué la CIA no lo vio venir. Puede que la Agencia se haya destacado gestionando las entregas extraordinarias con el Jeque al-Tortura, pero, en conjunto, se había quedado aprisionada en una importante camisa de fuerza ideológica desde los años de Ronald Reagan. Sencillamente, la CIA no se molesta en hablar con nadie que no sea un vasallo, desde Irán a Hamás y a los Hermanos Musulmanes.

Por tanto, no pueden recoger inteligencia procesable de calidad sobre el terreno. Egipto llevaba hirviendo por debajo desde al menos 2005. La Embajada de EEUU en El Cairo no tenía siquiera un oficial de enlace con los Hermanos Musulmanes. Y ahora su activo, Suleimán, es una no-entidad (foto de Langley –sede de la CIA- inundada por un diluvio de lágrimas).

Al final, la calle egipcia lo comprendió. Reclutas miserablemente pagados dispuestos a armar la de Dios es Cristo si se les ordenaba disparar contra ciudadanos de a pie lo comprendieron. Discretos organizadores sindicales activos desde hacía años lo comprendieron. Jueces manifestándose por las calles lo comprendieron. Y los jóvenes lo comprendieron. Los jóvenes revolucionarios del 25 de enero despertaron pronto a la realidad.

Todos ven ya con claridad que Washington decidió finalmente reducir sus pérdidas y dar luz verde a la concepción plagada de onanismo de un golpe militar contra una dictadura militar. OK, si funcionan los buenos pronósticos, conocemos al menos un precedente: la revolución de 1974 en Portugal, que acabó, en el plazo de un año, en una sólida democracia de tendencia socialista.

Mi comunicado es más grande que el tuyo

¿Qué hay de todos esos comunicados a los que se ha vuelto tan adicto el Consejo Supremo? La calle sabe que todos ellos son compinches de Mubarak, que la mayoría tiene más de setenta años –empezando por el líder del golpe, el Mariscal de Campo y Ministro de Defensa Mohammed Hussein Tantawi, 75 años- y que están muy próximos a Robert Gates, el del Pentágono (y algo que es crucial: Tantawi llegó a la cumbre después de ser el comandante del ejército privado de Mubarak, los Guardias Republicanos).

Todos ellos son accionistas, propiciados por EEUU (mediante los miles de millones de dólares de “ayuda” año tras año), de una inmensa dinastía empresarial de propiedad militar que controla sectores enteros de la economía egipcia. No hay forma de que pueda nacer un nuevo Egipto sin echar abajo todo ese sistema al completo. Ergo, la calle tiene que enfrentarse al ejército.

Nos esperan grandes fuegos artificiales. Por el momento, los adversarios potenciales están estudiándose el uno al otro. Salida: “transición ordenada”; entrada –según el General Mohsen al-Fangari-: “una transición pacífica de poder” que permita que “un gobierno civil elegido gobierne y construya un Estado libre y democrático”. Suena todo como el Purple Haze [Neblina Púrpura] de Jimmy Hendrix. Olvídense de eso del ejército transfiriendo rápidamente el poder a un gobierno interino dirigido por civiles.

En la batalla de comunicados, al menos los líderes del 25 de enero saben cómo llamar la atención. Entre sus demandas principales –llámenlas la hoja de ruta de los deseos políticos de la calle-, nos encontramos con el fin inmediato del estado de emergencia; la liberación inmediata de todos los prisioneros políticos; la creación de un consejo de gobierno colectivo y transitorio; la formación de un gobierno interino que integre las tendencias nacionalistas independientes que supervisen unas elecciones libres y justas; la formación de un grupo de trabajo que redacte una nueva constitución democrática que se vote en referéndum; la eliminación de cualquier restricción a la libre formación de partidos políticos; libertad de prensa; libertad para formar sindicatos y organizaciones no gubernamentales sin que se necesite permiso del gobierno; y abolición de todos los tribunales militares.

Cualquiera que sea capaz de creerse que los generales del Consejo Supremo entregarán en bandeja todo eso al pueblo es que debe de estar vivendo allá por la meseta tibetana.

Bombardéame una democracia, nena

Ésta no ha sido sólo una revolución dirigida por los jóvenes, también es ahora un movimiento masivo de la clase trabajadora. En la próxima etapa la clase trabajadora –y el campesinado- serán cada vez más importantes. Como el bloguero Hossam El-Hamalawy ha señalado: “Ahora toca a las fábricas tomar Tahrir”. La ofensiva final del régimen se produjo cuando las huelgas se extendieron como un reguero de pólvora. Se ha intensificado la conceptualización de la democracia directa desde abajo que conduce a un estado de revolución permanente. “Occidente” tiembla en sus Ferragamo .

Al mismo tiempo, los líderes del 25 de enero son conscientes de que Washington, Tel Aviv y Riad –más las clases compradoras del mubarakismo - harán todo lo que esté en su mano para que la democracia egipcia descarrile. Se echará mano de todo: desde todo un Walhalla de sobornos a la siniestra manipulación de leyes y del proceso electoral.

Ya verán como al menos un general se presenta para Presidente; ciertamente, no será el increíblemente evanescente activo de la CIA, el “Jeque al-Tortura” Suleimán, sino muy probablemente el Jefe del Estado Mayor, Sami Anan, de 63 años, que también pasó mucho tiempo en EEUU y está más cercano que Tantawi a muchos de los del Pentágono.

Muy pronto, verán como todo el mundo, y hasta su vecino, se dedica a cortejar a los Hermanos Musulmanes como si no hubiera un mañana: Turquía (para avanzar en su papel de faro de la moderación en Oriente Medio); Irán (incluso aunque sean chiíes, para recordar a los Hermanos Musulmanes su lucha por Palestina); EEUU (para que puedan creer que controlan una corriente yihadista , aunque los HM no tengan ninguna); y Arabia Saudí (con toneladas de dinero en efectivo, para colar como sea las maquinaciones estadounidenses).

The New York Times ha descrito de forma extraña cómo “la Casa Blanca y el Departamento de Estado estaban ya discutiendo cómo dedicar nuevos fondos para impulsar la aparición de partidos políticos laicos”, en un intento de acorralar hasta el último rincón a la oposición a la agenda estadounidense.

Además del hecho de que la revolución egipcia –todavía en pañales- representa el cambio estratégico más estremecedor en el Oriente Medio de las últimas tres décadas (desde que Israel invadió el Líbano en 1982), lo que se destaca es la abyecta falacia de muchas cosas, desde la Islamofobia a la teoría reduccionista del “choque de civilizaciones” y a la quimera neocon del Gran Oriente Medio. Sin embargo, la calle egipcia abrió una autopista hacia la democracia en sólo dos semanas y media. Compárenlo con la democratización de Afganistán por el Pentágono desde hace nueve años y la de Iraq desde hace siete.

En el presente estadio, nadie sabe si el mubarakismo va a sobrevivir a base de un estiramiento facial mínimo; si se le invitará a las próximas elecciones mientras el ejército permanece en la sombra; o si una auténtica revolución social y política reorganizará final y radicalmente toda la estructura de la riqueza y el poder en Egipto.

Mucho más allá del choque inevitable en Egipto entre la explosión demográfica y la crisis económica, lo que nos hace realmente flipar es que las elites de Occidente saben lo que la inmensa mayoría de los egipcios no quieren. Un gobierno egipcio realmente soberano y democrático no puede seguir siendo un esclavo de la política exterior de EEUU.

Como mínimo, todo podría empezar con el levantamiento del bloqueo a Gaza y con la revisión de la exportación de gas natural a Israel a precios subvencionados; después, debería volver a considerarse el paso seguro de la Marina estadounidense por el Canal de Suez y, finalmente, revisar el sanctasanctórum: los Acuerdos de Camp David de 1979 con Israel.

De ahora en adelante, cualquier incremento de libertad que Egipto pueda disfrutar será directamente proporcional al aumento del grado de temor que puedan pasar a sentir Washington, Tel Aviv y Riad.

Es justo decir que en estos momentos la calle egipcia lleva en su corazón a todos aquellos que la apoyaron: desde Al-Yasira y todo un surtido de nacionalistas árabes a Hizbulá en el Líbano. Y conoce muy bien quiénes son los que la despreciaron: desde la Casa de los Al-Saud, junto a todo tipo de extremistas wahabíes, a Israel. Nadie olvidará que el rey saudí Abdullah acusó a la calle de “injerencia en la seguridad y estabilidad del Egipto árabe y musulmán”.

La consigna clave de la revolución ha sido: “El pueblo quiere el derrocamiento del régimen”. Eso ha tenido un resultado-consecuencia: “El pueblo quiere la liberación de Palestina”. Estén pendientes de la información meteorológica; el auténtico volcán ni siquiera ha entrado en erupción.

lunes, 14 de febrero de 2011

¿Hacía un nuevo 14 de julio de 1789 en El Cairo?

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SAID ALAMI


Rebelión




"El pueblo estuvo del lado de la revolución del Ejército en 1952 y ahora el Ejército debe de estar del lado de la revolución del pueblo". Esta es la frase que más se ha repetido a través de los medios de comunicación independientes del mundo árabe en las horas de euforia popular que inundó las ciudades egipcias y árabes, desde el Oceano Atlántico hasta el Golfo, tras la vergonzosa huida de la escena política del dictador Hosni Mubarak, en repitición casí mimética de la huida hace menos de un mes del dictador tunecino, Ben Ali.
Sin embargo, aún no ha llegado a su fin esta milagrosa revolución que todavía parece irreal para millones de egipcios y árabes, y cuyos probables resultados, a todos los niveles, podrían ser, según observadores, pensadores e historiadores árabes y occidentales, de mayor envergadura que la que tuvo en su momento la revolución francesa para Europa y el mundo. No hay que olvidar que El Cairo, con sus 18 millones de habitantes, no es sólo la capital de 80 millones de egipcios sino que es además la capital de hecho de otros 170 millones de árabes.

Régimen Militar, Nada de Cambio

Los cuatro comunicados que han sido difundidos hasta ahora por el Consejo Militar Supremo (CMS), que desde el día 11 de febrero capitenea ahora la nave del poder en El Cairo, no han entrañado ningún golpe de timón que haya afectado lo más mínimo al rumbo que mantenía su anterior capitán, Mubarak.

El nuevo hombre fuerte de Egipto es el presidente del CMS y actual ministro de Defensa y Producción Bélica, general Mohammad Husein Tantawi, un anciano de 75 años, originario de la región sureña egipcia de Nuba, que relevó a Mubarak en el cargo de Jefe Supremo del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. Es un hombre de confianza de Mubarak que fue elegido por el ex-dictador para ocupar la cartera de Defensa en el 2005. Los miembros más importantes de esta Junta Militar que ahora controla el poder en Egipto, son los generales de División, Sami Anan, que desde el 2005 es jefe del Estado mayor de las Fuerzas Armadas, de 62 años, Rida Mahmuud Hafez, Jefe de las Fuerzas Aéreas desde el 2008, y Mahab Mamish, jefe desde el 2007 de la Marina de Guerra. A estos hay que añadir el nuevo primer ministro, general de División Ahmad Shafiq y su ministro del Interior, general Mahmud Wajdi. Todos estos son hombres de confianza de Mubarak y auténticos pilares de su régimen, con lo que nadie se puede llamar a engaño.

La Matanza de la Iglesia de Alejandría

Si tomamos como ejemplo la actuación del titular del Interior desde que fue nombrado en este cargo, el pasado 31 de enero, hasta la caída de Mubarak, con más de 100 muertos y miles de heridos en su haber de entre los manifestantes en distintos lugares de Egipto, especialmente en El Cairo y Al Arish, en el sur del país, entenderíamos hasta que punto el talante de la cúpula militar gobernante desde el 11 de febrero, fecha de la huida de Mubarak del poder, sigue siendo el mismo que el del anterior Gobierno egipcio, disuelto por Mubarak el 29 de enero pasado, en el que el general Habib Al Adly, entonces ministro del Interior, sembró el terror en las filas del pueblo, afianzando siempre un sistema hermético de detenciones y encarcelamientos masivos y arbitrarios, además de una práctica institucionalizada y normalizada de torturas, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales. Por supuesto que todas estas prácticas criminales han contado siempre con las bendiciones de los sucesivos gobiernos estadounidenses. Se trata del mismo ministro, Adly, que ha sido acusado, con pruebas irrifutables aportadas por los servicios de Inteligencia británicos, de ser el cerebro que preparó la explosión en una gran Iglesia de Alejandría, en la pasada Nochevieja, provocando la muerte de una treintena de personas, en su mayoría cristianas. Tras aquella matanza, el propio régimen de Mubarak se esforzaba, en una gran operación mediática, en acusar del crimen a islamistas de la franja de Gaza, con lo que pretendía afanosamente servir los intereses y las estrategias de Israel. Hasta este límite de vileza había llegado el régimen dictatorial egipcio en su sumisión a Israel y en su traición a su propio pueblo.

Altos Mandos

Lo que tenemos ahora, tras la marcha de Mubarak, es una probable y magna operación de camuflage que lleva a cabo la actual cúpula militar, que en su conjunto está vendida enteramente a Estados Unidos e Israel, en la que el anciano general Tantawi y sus compañeros del (CMS) pretenderían aparecer ante los millones de revolucionarios pacíficos como salvadores del país y aliados del pueblo. Sin ambargo, varios comentaristas egipcios, como Abderrahman Samir, portavoz de la autodenominada Alianza de Jovenes de la Revolución de la Ira, y Ahmad Maher, coordinador del opositor Movimiento 6 de Abril, subrayaron, a através de distintos medios de comunicación árabes, el hecho de que ninguno de los miembros del CMS participó con el pueblo en las celebraciones habidas tras la huida de Mubarak.

Por otra parte, otros observadores egipcios destacaron el hecho de que no se puede confiar en los altos mandos del Ejército "que siempre suelen ser comprados por el dictador de turno" recordando en este contexto lo sucedido en la llamada Revolución de los Oficiales Libres, que derrocó al rey Faruq en 1952, y que fue llevada a cabo por 18 oficiales de baja graduación, como Gamal Abdel Naser, Abdel Hakim Amer y Anwar El Sadat. Aparentemente, aquél Movimiento militar era encabezado por el general de división, Mohammad Nagib, pero, es de dominio común, certificado por distintos historiadores egipcios, entre ellos Rifat Yunan, en su libro en lengua árabe, "Mohammad Nagib: lider de una revolución o fachada de un Movimiento" el general Nagib solo era una fachada elegida para jugar este papel por los propios Oficiales Libres. Así, Nagib encabezó, sin apenas ejercer el poder, el Consejo de la Revolución, de 1952 hasta 1954, como una simple fachada hasta que fue destituido por los Oficiales Libres en noviembre de aquél año y sustituido por Naser.

Todo esto lo recordaban varios comentaristas egipcios desde que fue difundido el segundo comunicado del CMS, al que siguieron un tercero y un cuarto, viniendo a confirmar muchos temores de que esta Junta Militar lo que pretende es realizar un mero maquillaje del régimen, incluida la eliminación de la escena política de Mubarak y su recién nombrado vicepresidente, Solaiman, pero nunca instituir un nevo régimen en el que los militares se queden al margen del gobierno y obedezcan a un poder civil, cosa que no ocurre en Egipto desde 1952.

Protegen a Mubarak

Por otra parte, la manera con que la cúpula del Ejército organizó la dimisión y posterior desaparición de Mubarak, tras haberle apoyado firmemente a lo largo de 18 días de multitudinarias protestas incesantes en todo el territorio egipcio y a pesar de la muerte de unas 300 personas y de los miels de heridos caídos a manos de la fuerzas del orden y de sus bandas de criminales, maleantes y miembros del partido gobernante, el Nacional Demócrata, desvela que el CMS no es más que la prolongación del régimen que el pueblo egipcio quiere derribar a toda costa. Más de 40 hoars después de la "abdicación" del faraón, nadie sabe nada sobre su paradero, dato este que es herméticamente ocultado por el propio CMS, con todo lo que significa esto de protección y complicidad de un hombre que el pueblo reclama para responder de sus innumerables crímenes y para que devuelva a la nación la fortuna de 70 billones de dóaleres que según varias fuentes fiables ha rabado tanto él como su familia a lo largo de sus tres décadas de dictadura.

Sin embargo, este mismo CMS que tan celosamente protege a Mubarak , a sus hijos y a sus allegados, y que le ensalzaba con muchas palabras grandilocuentes en su comunicado número 3, ha presentado al pueblo egipcio otros chivos expiatorios como son el ex ministro el Interior, Adly, el actual ministro de Tursimo, Anas Faqui, que fueron puestos bajo arresto domiciliario y sus fondos y propiedades en Egipto embargadas. También han sido prohibidos de viajar y sus bienes embargados tanto el que fuera primer ministro hasta el pasado 29 de enero, Ahmad Nazif, como el secretario de Administración del gobernante PND, el multibillonario Ahmad Izz, quien dimitió de su cargo el pasado 29 de enero. En cambio, en Suiza, la Justicia ha respondido en las últimas horas a varias demandas judiciales, congelando las cuentas bancarias del propio Mubarak y de otras 20 personalidades egipcias.

Golpe de Estado

¿Estamos de hecho ante un golpe de Estado pactado previamente con Mubarak y Solaiman? Efectivamente. El propio general Solaiman amenazó, en su reunión con los redactores jefes de los medios de comunicación egipcios, dos días antes de la dimisión de Mubarak, con la posibilidad de un golpe de Estado en caso de que los revolucionarios mantuvieran su postura de rechazo al diálogo con él. El día antes de la marcha de Mubarak, el hasta ahora ministro de Exteriores, Ahmad Abul Geit, uno de los más abnegados servidores de Israel dentro del régimen de Egipto, amenazaba en una entrevista con la televisión estatal egipcia, Al Nil, con la intervención del Ejército contra los que calificó de "aventureros" subrayando, siempre en tono amenazador y chulesco, que los militares, de producirse su intervención, "se verían forzados a defender la Constitución, en fidelidad a su juramento, y se verían forzados, también en fidelidad a su juramento, a defender la Seguridad Nacional de Egipto, lo que nos colocaría en una situación de extrema gravedad".

O sea, ahora mismo Egipto, que está tomada por el Ejército, como lo era a lo largo del régimen de Mubarak, se encuentra, según su ministro de Exteriores, en "una situación de extrema gravedad" en el que el único objetivo de la Junta Militar que detenta el poder es devolver la normalidad a las calles de El Cairo y demás ciudades del país. Entonces, el millón y medio de agentes del órden pertenecientes al ministerio del Interior (sí, han leído bien: 1,5 millón de policías, mientras que el Ejército en activo se compone de tan sólo 340.000 regulares) pondrán de nuevo su terrible máquina en funcionamiento para posiblemente detener y aniquilar a los cabecillas de la revolución. En ese caso, la persecución policial se llevaría a cabo casa por casa, lo que nunca ha dejado de ser una práctica habitual del régimen de terror de Mubarak.

Sin embargo, a las amenazas de Solaiman y Abul Geit, han respondido varias personalidades de la oposición, entre ellos Mohammad El Baradei, premio Nobel de la paz de 2005 y fundador de la Asociación Nacional para el Cambio, quien había anunciado su candidatura para las próximas elecciones a presidente que estaba previsto que se celebren el próximo mes de septiembre. El Baradei aseguró que el pueblo no se dejaría engañar y que si el Ejército no realiza el cambio exigido por la revolución los manifestantes volverán a las calles para defenderla. Por su parte el Movimiento de los Hermanos Musulmanes, la formación política de más arraigo e influencia en el país, aunque prohibida, ha asegurado que en caso ser materializadas las amenazas de de golpe de Estado los millones de manifestantes ocuparán de nuevo las calles.

Reivindicaciones

Por otra parte, si leemos detenidamente los últimos dos comunicados del CMS, que son los que realmente importan, y el único comunicado, que contiene 10 reivindicaciones, atribuido a los millones de revolucionarios jovenes y leído, horas después de la dimisión de Mubarak, a través de Al Jazira, por Mohammad Fuad, vicepresidente del Consejo de Estado, el más alto organismo judicial en Egipto, especializado en dirimir las disputas entre los particulares y las administraciones del Estado, encontramos que ninguna de estas reivindicaciones han sido atendidas hasta ahora.

Estas reivindicaciones son:


1- El levantamiento inmediato del estado de Emergencia, en vigor desde la llegada de Mubarak al poder.


2- La inmediata puesta en libertad de los prisioneros políticos.


3- La abolición de la actual Constitución y de sus sucesivas modificaciones.

4-La disolución de las dos cámaras del Parlamento.

5- Constituir un Consejo Transicional de Presidencia formado por 5 miembros entre ellos una sola personalidad militar y cuatro civiles elegidos de entre los nacionalistas consensuados y de reconocida trayectoria, con la limitación de que ninguno de los 5 miembros pueda ser candidato en las próximas elecciones a presidente.


6- La formación de un Gobierno de transición formado por nacionalistas independientes que no pertenezcan a partidos ni a corrientes políticas, que asomaría la administración del país y la preparación de unas elecciones generales, libres y transparentes, que se celebrarían en un plazo máximo de 9 mesese contados a partir de la formación del mencionado gobierno.


7- La formación de una Asociación Constitutiva que se encargaría de redactar una Constitución democrática que esté en concordancia con las constituciones democráticas más legendarias y con las cartas internacionales de Derechos Humanos. Esta Constitución sería aprobada en un referendúm popular que se celebraría en el plazo de 3 meses contados a partir de la formación de la mencionada asociación constitutiva.


8- Establecer la libertad de formación de partidos políticos en base a principios democráticos y pacíficos intachables, sin limitación o condición alguna, bastándo sólo con la comunicación por escrito a las autoridades competentes de la formación de cada uno de estos partidos.


9- Establecer la libertad de expresión y de tráfico de información.

10- Establecer la libertad sindical y la libertad de formación de organizaciones de la sociedad civil. 10- Derogación de todos los Tribunales militares y de todas las sentencias dictadas por los mismos contra civiles.

El comunicado popular revolucionario empieza por decir: "anunciamos la continuación de esta revolución pacífica hasta la victoria y la consecución de todas y cada una de sus reivindicaciones". Tras ennumerar las 10 reivindicaciones, el comunicado dice que "Nosotros, las gentes del pueblo de Egipto, pedimos al Ejército nacional leal que anuncie que hace suyas todas estas reivindicaciones de la revolución y su absoluta aliniación con el pueblo".

Calculada Ambigüedad

Nada de esto ha sido asumido hasta ahora por el CMS, que en su último comunicado, número 4, difundido horas después de la marcha de Mubarak, convierte al actual Gobierno, formado por el propio dictador, en un Gobierno de Gestión, sin establecer plazos, y promete la formación de un Gobierno de transición. La cúpula militar, en este comunicado, habla de la transición política de un modo muy complicado y ambiguo, que dice textualmente: "Aspirar a garantizar la transición del poder en el marco de un sistema democrático libre que permita que una autoridad civil electa asuma el poder y gobierne el país para la construcción del Estado democrático libre". Se trata de una formula my rebuscada en la que no se quiso prometer nada en concreto ni establecer fecha o plazo alguno.

Los Acuerdos de Camp David

Lo úncio concreto que prometió la Junta Militar hasta ahora es lo siguiente, también en su comunicado número 4, el mismo día de la dimisión de Mubarak: "Egipto se compromete a respetar todos los compromisos y tratados regionales e internacionales". Esta fue la única vez que el CMS, a lo largo de sus cuatro comunicados, utilizaba el verbo comprometer referido a una acción futura, con lo que se reafirma en su lealtad a los Acuerdos de paz de Camp David, firmados por Sadat y su régimen y el primer ministro de Israel, Menchem Beguin, en 1978. Acuerdos estos que le costaron la vida a Sadat en 1981 y fueron mantenidos y puestos en práctica, hasta limites de servidumbre a Israel, por parte de Mubarak y su régimen.

Aunque no figura entre las 10 reivindicaciones del mencionado comunicado atribuido a la revolución, es de dominio común que lo que hace del futuro de la revolución egipcia una cuestión de máxima importancia estratégica para el mundo árabe, Occidete y el ersto dl mundo, es precisamente el futuro de los Acuerdos de paz de Camp David, ya que su abandono, congelación o derogación por parte de Egipto, daría un vuelco histórico de la máxima gravedad a la región de Oriente Próximo y a las relaciones entre Occidente y el mudno árabe. Es precisamente por ello por lo que sería impensable que Washington permita la implantación de una democracia plena en el país del Nilo, por lo que supondría de muy serio peligro para el futuro de Israel, lo que explicaría la resistencia de Mubarak a abandonar el poder y la inamovible postura antidemocrática del CMS egipcio.

Así vemos como la mayoría de los portavoces, observadores, intelectuales, manifestantes, hombres y mujeres que hacían declaraciones a las televisiones árabes independientes desde distintos puntos de Egipto exigían la derogación de los mencionados Acuerdos de Camp David. Por ello no es de extrañar que todo el personal diplomático de la embajada de Israel en El Cairo haya huido de Egipto poco después de estallar la revolución, el pasado 25 de enero.

A este respecto, el gran poeta egipcio, Ahmad Fuad Najm, celebre por sus populares poemas en los que ridiculizaba a Mubarak y a su régimen (por lo que fue encarcelado varias veces) decía a través de Al Jazira, al comentar la noticia de que Israel está concentrando tropas en la frontera con Egipto: "Ojalá Israel nos ataque y ser así ellos los que derogan los Acuerdos para que nuestro pueblo pueda a su vez atacarlos y liberar a los árabes, de una vez por todas de, este mal".

Por su parte, el gran actor egipcio, además de poeta y escritor, Jaled Assawi, decía: "Tenemos el deber de desmontar todo lo relacionado con este régimen, incluida la Constitución y el sometimiento a Estados Unidos y a Occidente".

¿Hacía un nuevo 14 de julio 1789?

Lo que sí es seguro, ante esta situación tan insegura y ambigua por la que atraviesa Egipto, es que, como también dijo Al Sawi: "Esta revolución seguirá hasta hacer realidad la dignidad y el orgullo para cada ciudadano. Se acabó, el pueblo ya conoce sus armas y sabe como reencontrarse".

Así que, de seguir adelante la ambigüedad del Ejército, constataríamos que la revolución egipcia no hizo más que empezar y que tendría aún nuevos capítulos y nuevas victimas. En cuyo caso, solo los oficiales de baja graduación del Ejército serían quienes zanjarían la cuestión posicionando al Ejército decididamente del lado del pueblo. Si no, no quedaría otro remedio que la toma del poder por el pueblo mismo, como ocurrió en la revolución francesa. Esperemos no tener nunca que llegar a un sangriento 14 de julio similar al de 1789 en París.

Sin embargo, la obstinaión de la cúpula militar egipcia en su sometimiento a Estados Unidos e Israel, significaría la denegación de cualquier acceso del pueblo a una auténtica democracia en Egipto, lo que permitiría augurar los peores escenarios para los próximos meses.

domingo, 13 de febrero de 2011

ENTREVISTA A MAMDOUH HABASHI, MANIFESTANTE EGIPCIO

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"NO ES SÓLO MUBARAK, LA REVOLUCIÓN NO ACABA AQUÍ"

LAURA GALLEGO


Guinguinbali


Hace apenas una semana se manifestaba en las calles de El Cairo contra Mubarak. Hoy es un hombre feliz e ilusionado. Como miembro de la delegación egipcia en el Foro Social Mundial de Dakar, encarna la esperanza de muchos altermundialistas.


¿Cómo recibió la noticia de la dimisión de Mubarak y cómo se siente y contempla el futuro?

- Me siento increiblemente bien: en cinco minutos recibí la noticia por diez vías diferentes. No me ha sorprendido, lo esperaba pero no tan rápido, creía que tardaría más días dada la cabezonería del anciano. Pero creo que los demás en la región le han presionado para que se vaya ya, para no alargar más el periodo de protestas, porque el movimiento se ha convertido cada día en más independiente, mejor organizado, y la sociedad ya está muy polarizada después de tantos días, la gente tiene muy claro quién es el enemigo y quién el amigo, y por todo eso, no sólo los demás en la región, sino EEUU, preferían que fuera cuanto antes.

- ¿Qué futuro le espera al dictador, tras la dimisión?

- No es sólo Mubarak, la revolución no acaba aquí; estamos celebrando la primera victoria, que es muy significativa, porque Mubarak ha tenido que dimitir por la presión de la calle, no hemos dejado que él o el régimen tomen la decisión, la hemos forzado, y es muy importante. Pero es el principio de un largo camino.

- Ahora hay que construir el futuro ¿ve alternativas sólidas?

- En un futuro próximo confío en la formación de una nueva clase de oposición, que ha luchado realmente en la calle y que excluye a los que colaboraron con el régimen; Egipto ya no es el mismo, hay cambios significativos, y las circunstancias bajo las que tenemos que trabajar son distintas. Por eso espero la cristalización de una nueva oposición, que no es necesariamente sólo de izquierdas, pero en la que la izquierda jugará el papel principal, como suelen decir, el primer violín.

- Estos días se ha unido todo el pueblo, pero antes había ya movimientos luchando como el suyo luchando contra el régimen.

- Todos los líderes de la revolución son de izquierdas, y están muy concienciados de la relación del régimen con EEUU, con Israel etc. Sin estudiar ciencias políticas es fácil de ver: hay conexiones con la corrupción, la miseria, la humillación que llevan años sufriendo. Pero es gracias al el trabajo de movimientos como el nuestro, sí.

- ¿Tienen conexión con movimientos similares en otros países? ¿Cuál cree que será el próximo en seguir el ejemplo de Túnez y Egipto?

- No creo que hubiera conexiones, es simplemente el viento de la revolución, y ahora Egipto lleva la antorcha, influenciando al mundo. No sólo al Magreb, ya lo estamos viendo en Yemen, en Jordania, en Sudán...no sólo puede sino que debe extenderse al resto del continente. Ahora vivimos en un pueblo, todo el mundo lo sabe. Y cuando la gente vea que pueden hacerlo, se sentirán inspirados.

- ¿Qué Egipto espera encontrarse cuando regrese? Es futuro inmediato, ¿pero confía en notar el cambio?

- Bueno, espero encontrarme todavía la celebración. Pero también un nuevo Egipto, un nuevo sentimiento, de orgullo; no puede imaginar el impacto que tiene la humillación que han practicado estas fuerzas secretas y este estado despótico...por muchos años no han estado orgullosos de ser egipcios pero ahora lo están, se sienten fuertes, y es un sentimiento fantástico.

Una encuesta muy goda

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RAFAEL GONZALEZ MORERA






Se me antoja que la encuesta del Instituto Perfiles para Canarias7 publicada este domingo es una encuesta muy goda. Me explico. Es una encuesta hecha desde la lejanía de Madrid, esa es mi primera impresión, porque nadie se cree que Coalición Canaria vaya a sacar tres diputados autonómicos en la isla de Gran Canaria, y del 5,4 por ciento de votos en la pasada legislatura vaya a subir al 18/19 por ciento en las elecciones de mayo. Con todos los respetos para los candidatos de CC en Gran Canaria a lo más que podrían aspirar es a un diputado, como en las elecciones de 2007, y eso siendo muy optimistas.
Tampoco me creo que el Partido Popular en Fuerteventura se mantenga con dos diputados, y sólo en porcentaje de votos incluso ascienda del 23,9 de los pasados comicios, al 25/26 en el próximo mes de mayo. Eso sería posible si Domingo González Arroyo se fuese de vacaciones por Egipto durante todo el mes de mayo, con visita a las Pirámides incluida, y crucero por el Nilo con Agueda Montelongo. Tampoco me creo mucho que en La Palma el Partido Popular suba al 24/25 por ciento, y que gane un escaño al Partido Socialista. Las noticias que tengo es que las cosas en La Palma pueden quedar igual, es decir que el Partido Socialista continué con sus tres escaños, CC siga con sus cuatro diputados en primer puesto, y el PP a la cola con un solo diputado.
Donde me dicen que tampoco la encuesta refleja la realidad actual es en los resultados de Tenerife. Eso de que el Partido Popular pase de los tres diputados actuales a cinco es mucho para los líos que últimamente han formado Cristina Tavió, Angel Llanos y demás muchachos y muchachas de los conservadores chicharreros, y además por la posición honesta y muy critica de Alfonso Soriano con respecto a Cristina Tavío y la actual dirección del PP de Tenerife desde el asunto/trasunto del bragagate. Tampoco me creo este resultado de Tenerife, que además me confirman expertos en mercadotecnia que por el Instituto Perfiles no ha sido contemplada la aparición de Socialistas por Tenerife y alguna otra formación progresista, que le van a restar algunos votos a los Julio Pérez y compañía.
Así de bote pronto me pongo en guardia con respecto a esta encuesta. Incluso me chisman desde La Gomera que el PSOE puede perder hasta dos diputados de los tres que ahora tienen, y Perfiles le da dos, ganándole a CC (1) y PP (1). Puede que sea así, pero según los datos que tengo los socialistas sacarían el segundo diputado raspando, en prórroga y penalties. Lo que parece claro es que al Partido Socialista en términos globales canarios le va a perjudicar tres cosas fundamentales, la ausencia de Juan Fernando López Aguilar, el apartamiento de Santiago Pérez de la primera línea política, y la brecha abierta con Tenerife por la actual dirección. De todos modos ya se sabe, la encuesta definitiva en el mes de mayo te lo diré, será una rosa, será un clavel.