domingo, 30 de enero de 2011

Una lógica sin oponente

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JULIO ANGUITA


La República.es


En la década de los noventa y en plena fabulación europeísta, economistas españoles instalados en el status explicaban sin equívocos que el Tratado de Mäastricht con sus límites al déficit, era una auténtica reforma constitucional por la vía de los hechos y al margen del Parlamento. Es más, se llegó a decir que el sistema de Seguridad Social “no debía ser demasiado generoso… Otra cosa es lo que diga la Constitución (que, en todo caso, no es un modelo de racionalidad económica)”.

Quince años después Sarkozy pretende una reforma que incorpore a su constitución la obligatoriedad de impedir el déficit; Obama ha declarado algo parecido; Rajoy lo ha planteado sin ambages y el Gobierno español se aplica a ello con diligencia dejando a la Constitución de 1978 hecha unos zorros en materia de Derechos Fundamentales.

Desde los cuatro puntos cardinales en que se han constituido el FMI, la OCDE, la UE y el BCE se insta a profundas y urgentes reformas laborales. Los gobernantes declaran ante sus pueblos que se debe ganar la confianza de los mercados (vocablo esotérico con la que se encubren, difuminan y se agazapan entidades tan concretas como bancos, financieros, inversores, agiotistas y gobiernos que los acogen en su seno). Los poderes públicos hacen bueno aquella expresión de Tietmeyer cuando fue presidente del Bundesbank: “los políticos deben acatar las decisiones de los mercados”. ¿Dónde está la Democracia?

Estos gurús saben perfectamente que los recortes en salarios, pensiones, inversiones y gasto público, añadidos a la facilidad y baratura del despido y a la precariedad subsiguiente, no crean empleo ni tampoco relanzan la economía; es más, lo reconocen paladinamente. Utilizan la coartada de la racionalidad económica como el velo ideológico que encubre -so capa de cientifismo- sus intereses de clase dominante. Son conscientes de que no pueden dejar ni un resquicio libre por el que los dominados -si se organizan- puedan obligarles a rendir y pagar las cuentas de los robos, manipulaciones, errores, trampas y demás delitos que han conducido a esta situación de crisis. Quieren dejar claro que no hay alternativa a su poder, a sus intereses, a sus métodos y a sus montajes ideológicos. Conocen mejor que nadie que no hay nada más político que la Economía. Se trata de de que los otros no caigan en la cuenta. Reconocen de facto que existe la lucha de clases y se aplican a ganarla en todo momento.

Esto ha sido posible porque el mundo social, ideológico, sindical, político y ético que dice representar a los dominados, ha tiempo que se alineó con los valores y prácticas del llamado pensamiento débil; es decir la aceptación de la lógica de los otros, aunque con esporádicas, débiles e inútiles protestas de vez en cuando. Piensen los lectores en el apoyo incondicional y acrítico de determinadas organizaciones y creadores de opinión al proceso de montaje de este bodrio llamado UE. La lógica dominante carece- hoy por hoy- de oponente estructurado y con entidad suficiente para ejercer de réplica y contrapropuesta eficaz.
Porque una lógica sólo se combate con otra distinta, confrontada, alternativa y organizada. Una lógica que sitúe a la ciencia económica como un instrumento al servicio de las necesidades humanas y no como la realización absoluta de un logos externo e independiente a las decisiones y voluntades de la ciudadanía.

Esa otra lógica, ligada a la humanidad cercana y concreta, niega consecuentemente todas y cada una de las tres divinidades del dios capitalismo. El mercado, la competitividad y el crecimiento sostenido no sólo se han mostrado a lo largo de esta crisis como mecanismos inútiles para resolverla sino que han sido la causa de ésta y las anteriores. Pero es que además, la simple formulación de algunos de ellos, como es el caso de la competitividad predicada para todas y cada una de las naciones del planeta, es en sí misma una insalvable contradicción in términis.

Es hora de fijar con decisión la preeminencia de la Democracia, los Derechos Humanos y la Carta de la Tierra. Y ello conlleva valores, actitudes y propuestas radicalmente diferentes a las que, fracasadas, son reiterativamente maquilladas como verdades incuestionables. Sólo desde una lógica y práctica alternativas conceptos como austeridad, racionalidad, planificación, eficiencia, productividad, solidaridad, sentido común y ética cívica cobran su exacto significado.
Y no es una cuestión de grandes declaraciones sino de organizarse en toda Europa para dar la respuesta alternativa, continuada y estratégicamente organizada. Los conatos desganados de movilización se circunscriben a cada país mientras la agresión proviene de la UE en su conjunto. ¿Dónde está la Confederación Europea de Sindicatos?

Recordemos cómo en los prolegómenos de la I Guerra Mundial el patrioterismo chauvinista arrastró a bastantes organizaciones obreras a una locura bélica que objetivamente no les concernía. Ahora es preciso y urgente organizar el cañamazo socio-político de una Europa unida institucionalmente, con un presupuesto común digno de tal nombre, una fiscalidad compartida, una economía coordinada y una sola voz en el concierto internacional. Y eso no vendrá de ellos.

Si la dictadura de los mercados no es contestada; si la alienación economicista se asume con fe de carbonero o si la docilidad a inercias electoralistas que difuminan el conflicto esencial no es obviada, sólo nos quedará la reedición de las lágrimas de Boabdil de Granada.

martes, 25 de enero de 2011

Argelia, otro polvorín a punto de estallar…

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CARLOS MUNIS


FT-CI



Mientras las protestas sacudían Túnez las principales ciudades de la vecina Argelia también se incendiaron en enero. Las razones por las cuales se rebeló durante una semana la juventud argelina son las mismas que llevaron, en el país limítrofe, a la caída de Ben Ali: la injusticia, la ausencia de futuro para una juventud condenada a la desocupación y a la miseria.

La gota que hizo colmar el vaso fue el incremento por parte del gobierno de los productos de primera necesidad. El costo de la harina y del aceite se ha doblado en los últimos meses, hasta alcanzar precios récord, mientras que el kilo de azúcar, que hace pocos meses apenas costaba 70 dinares, unos 0,7 euros, ha llegado hasta los 150 dinares, unos 1,5 euros. El salario mínimo de 150.000 dinares (150 euros), cuando un miembro de la familia al menos tiene la suerte de cobrarlo, solo cubre un cuarto de las necesidades básicas de un hogar. Cuando además empezaron a circular informaciones acerca de la posible destrucción de chabolas en el popular barrio de Bab El Oued, en la periferia de la capital, los jóvenes salieron a la calle y se empezaron a enfrentar con la policía.

El incremento de los precios de primera necesidad parecía tanto más escandaloso cuanto que el gobierno del FLN de Bouteflika, que domina la escena política del país desde la independencia con métodos autoritarios, se envalentonó en los últimos meses por las importantes reservas de divisas del país gracias a los altos precios del crudo y del gas. Poco impacto tienen los datos económicos enarbolados por el gobierno en el 60% de desocupación que asola a la juventud argelina que, las más de las veces, sueña con seguir las huellas de los “haragas”, los candidatos a la inmigración hacia Europa que, muchas veces, mueren en pateras en medio del mediterráneo entre las costas magrebíes y las de la fortaleza europea. La revuelta de la juventud duró más de una semana, con estallidos en distintas ciudades del interior (Orán, Setif, Batna, Annaba, Constantina, Skidda), dejando un saldo de 3 muertos, centenares de heridos y más de mil detenidos. La presión de la calle volvió a bajar, pero la cólera sigue siendo palpable según los principales periódicos independientes argelinos. En los últimos días, fueron varios los casos de intentos de suicidio como el de Mohamed Bouazizi, tanto en Argelia como en Egipto. Hoy por hoy la difusión del peligro tunecino para la burguesía argelina se materializa a través de actos desesperados. No está dicho sin embargo que Argelia no pueda conocer un proceso semejante al tunecino a corto o mediano plazo.

El gobierno se encuentra profundamente divido y atravesado por rivalidades, al estar enfermo el presidente Bouteflika. Ya no puede agitar el “peligro islamista” como en los años pasados para disciplinar a los trabajadores y el pueblo. Sus mejores aliados son por un lado las fuerzas de represión, cuyos sueldos fueron incrementados en un 50% hace tres meses, y por otro la dirección de la central sindical única vinculada al régimen, la UGTA. No está dicho sin embargo que la bronca obrera y juvenil no termine creando las condiciones de un proceso tunecino en Argelia. Es lo que más teme París y la UE, siendo Argelia un peso pesado en la región, tanto a nivel político como económico.

lunes, 24 de enero de 2011

José Manuel Corrales: “El PSOE va a presentar unas listas indignas en Tenerife”

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San Borondón


Tras su abandono del Partido Socialista, el exsecretario general de Santa Cruz de Tenerife deja una puerta abierta a su incorporación a la nueva agrupación política ‘Socialistas por Tenerife’

Tras anunciar recientemente su abandono del PSOE, el exsecretario general del Partido Socialista de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Corrales dejó este lunes una puerta abierta a su posible incorporación a ‘Socialistas por Tenerife’, la nueva agrupación política con la que varios exmilitantes socialistas concurrirán a las elecciones autonómicas de mayo. Asimismo, con respecto a la opción propuesta por su ya ex partido, aseguró que “van a presentar unas listas indignas en Tenerife, que no han sido fruto de ninguna decisión democrática”.

A pesar de que, por el momento, no confirma ni desmiente esta incorporación, sí asegura coincidir “al cien por cien con los planteamientos políticos” de esta nueva asociación. Asimismo, reconoce que para Santa Cruz es “necesaria la confluencia de todos los progresistas", por lo que anuncia que trabajará "con esos compañeros y más gente que tenga esa esperanza”.

En un encuentro con los medios celebrado en el hotel Príncipe Paz de la capital tinerfeña, el que fuera también vicesecretario insular de los socialistas tinerfeños y miembro de la dirección regional del PSOE afirmó que ni es su “prioridad ni descarta ir a una lista al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife”, corporación que, a su juicio, necesita de “una candidatura de emergencia social” porque las opciones actuales no son, en su opinión, válidas. “El candidato de Coalición Canaria, José Manuel Bermúdez, es más de lo mismo”, añadió.

Antes de admitir que “se cierra una etapa y se abre otra”, Corrales aseguró que “la vida da muchas vueltas”, a la vez que manifestó su convencimiento de que conseguirán “esa confluencia de todos los progresistas, con gente de izquierda que se pueda sumar”.

“Todos los esfuerzos de unidad, bienvenidos sean”, apostilló el ex secretario general, quien matizó que “hay muchas maneras de trabajar para el cambio, y yo no voy a abandonar la política porque soy un animal político”.

Con respecto a su reciente decisión de abandonar el PSOE, Corrales calificó su marcha de “dolorosa” y fruto de “razones de dignidad y coherencia”, además de “como repulsa a los comportamientos antidemocráticos", que califica de "insufrible caza de brujas" por parte de la Ejecutiva regional.

Sin embargo, afirmó que se sigue “considerando socialista”, por lo que no aclara si su marcha es “transitoria o definitiva”. “Eso sí, antes que socialista soy un demócrata y no puedo consentir comportamientos antidemocráticos contra los militantes del partido”, reconoció.

Por otro lado, niega que haya existido diálogo previo antes de tomar la decisión de imponer la gestora y considera que “algunos se sentirán especialmente contentos porque han conseguido echarnos fuera”. Pese a todo, afirma tener la impresión de que su marcha se ha producido “cinco minutos antes de que a algunos nos echen”.

Sin embargo, para él, el mayor “problema” para los socialistas es que “se están marchando todos nuestros votantes” ante lo que Corrales califica de “degradación de la política socialista”.

Lo que cobran Aznar y Felipe González

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA
Vaya por delante y a modo de aclaración y propósito de intenciones que no sean vistas como anti-sistema estas líneas, y que estoy de acuerdo por supuesto que los expresidentes de España cobren un sueldo digno que les cubra de sus necesidades tras años dedicados a la política. En lo que se refiere a nuestro país los emolumentos están cifrados en 82.000 euros anuales, y eso es lo que cobran Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar. Me parece justo y necesario, y hasta conveniente. Pero a modo de aclaración no estoy de acuerdo en absoluto que los expresidentes Felipe González y José María Aznar cobren de otras “fuentes”, salvo que renuncien al dinero público que le paga el Estado. Los 120.000 euros que cobra Felipe González de Gas Natural y los 200.00 José María Aznar de Endesa, me parecen cuando menos poco ético y estético, aunque sean lícitos según las leyes vigentes, pero que han tenido una fuerte contestación por todas las minorías parlamentarias sin exclusión.

Vaya por delante que también me parece justo que los expresidentes se dediquen a una actividad privada remunerada cuando dejan sus cargos, pero siempre y cuando renuncien a los 80.000 euros mondos y lirondos que le paga la Caja del dinero público, que llenamos todos con nuestros impuestos. En este aspecto es justo resaltar que Aznar le gana a Felipe González por goleada (una victoria poco edificante), me refiero a los ingresos por otras actividades privadas, hasta el punto que ha tenido que crear una empresa con su mujer Ana Botella, que lleva por nombre Fazmatella, acrónimo de “Familia de Aznar y Botella”, y que en el último ejercicio disparó sus ingresos hasta llegar a los 539.854 euros (quinientos treinta y nueve mil ochocientos cincuenta y cuatro, por si creen que hay alguna errata numérica), y estos ingresos provienen fundamentalmente de News Corporation de Rupert Murdoch, uno de los más importantes holding de empresas periodísticas del Mundo, y también del grupo británico Centaurus Capital, uno de los más influyentes hedge funds, fondos de inversión especulativa de alto riesgo, y de los cuales no se sabe la cifra exacta de los emolumentos que percibe Aznar. Pero aparte de todo esto está también un sueldo fijo desconocido de la Universidad de Georgetown, y como bagatelas para gastos de bolsillos las conferencias en universidades y otras instituciones de derecha y extrema derecha, en un cachet que no baja de 6.000 euros por charla diciendo gilipolleces y atacando a España en la mayor parte de las ocasiones. El Ministerio de Administraciones Públicas le pidió a Aznar que eligiera entre sus ingresos privados y el Consejo de Estado, del que formaba parte como expresidente, y claro, dimitió del Consejo de Estado. Primero está el bolsillo, y el futuro de los niños y los nietos.

La vecina del quinto me agarra en la plazoleta de Farray, y mientras sus hijos y mis nietos juegan ajenos a las injusticias que suceden en el mundo en que vivimos, va y me suelta una filípica a modo de desahogo. “Pues mire, sabe lo que le digo, que mi padre tiene una pensión de mierda, por supuesto no llega a los 80.000 euros, ni siquiera llega a mileurista, y si se pone a trabajar en plan legal que es como debe hacerse, le quitan la pensión en un plis-plas. Además tengo un amigo que está en el paro y se le va a terminar la prestación por desempleo, y está temblando porque ahora han desaparecido también los cuatrocientos y pico euros que daban a los desamparados parados. Y si le sale algún trabajo temporal tiene que recurrir a la economía sumergida, margullando y buceando para que Hacienda no lo trinque que le quitan el paro. Lo que parece claro es que los políticos hacen las leyes para ellos. El otro día me decía un amigo madrileño bien enterado que la mujer de Zapatero, Sonsoles Espinosa, está deseando que su marido no se presente a las elecciones, porque con los 80.000 euros de sueldo de expresidente, y si le conceden ser asesor de Telefónica o alguna empresa de ese nivel con ciento y pico mil euros anuales del ala, más conferencias y publicaciones de libros, y otras bagatelas, les va a sobrar para vivir bien en Madrid y en León los fines de semana y fiestas de guardar a cuerpo de rey”. No tuve nada que decir. Ni siquiera le dije demagoga. En realidad cada vez me gusta menos este Sistema.

sábado, 22 de enero de 2011

Otro periodismo es posible

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OLGA RODRIGUEZ






Rebelión





























“El periodismo siempre es subversivo”, Philip Jones Griffiths, fotoperiodista.


Los líderes del modelo imperante de información -habría que llamarlo desinformación- se resguardan de las críticas apelando a los deseos de la sociedad como factor determinante en la elección de los contenidos.

Parapetados en un argumento facilón y falaz, quieren creer que la ciudadanía se compone de tontos y tontas que necesitan cuanta más basura mejor para quedarse pegados a la pantalla, para animarse a comprar un periódico o para escuchar la radio. Tienen fe en la basura porque a corto plazo es lo más rentable, lo más barato, lo más fácil.

Optan por ignorar que en otros países europeos hay programas de información tratada en profundidad que acaparan importantes porcentajes de audiencia o que imprimen el sello de calidad e identidad que necesita un medio para ganar prestigio.

Aquí mismo se han producido fenómenos recientes como que un buen reportaje de Informe Semanal sea lo más visto de la semana en TVE solo superado por un partido de Rafa Nadal.

¿De verdad piensan que nos aburre lo que realmente ocurre en el mundo?

¿Solo vemos la tele si nos descafeínan las noticias? ¿El rigor es aburrido?

¿Tenemos tan poco interés en la actualidad que necesitamos que nos la cuenten en crónicas cada vez más cortas o en vídeos de 45 segundos, porque si no nos distraemos?

Puede que sí. Pero muchos periodistas creemos que no. Por otro lado, estas preguntas tienen trampa, porque, independientemente de la presunta voluntad de una mayoría, el deber del periodismo es contar la realidad de manera de manera detallada y rigurosa.

En general, los seres humanos, cuanto más informados estamos, más queremos saber. Cuanto más sabemos, más preguntas nos surgen. Por tanto, cuanto más tiempo dure la apuesta por el show disfrazado de periodismo, nos arriesgamos a que más ciudadanos dejen de tener interés por la actualidad.

Del mismo modo, si se apostara por multiplicar los espacios informativos y éstos se mantuvieran en el tiempo respaldados por una buena promoción, es muy probable que se fueran sumando como público-lectores más y más ciudadanos, que descubrirían así nuevos enfoques, perspectivas y realidades, así como una nueva afición: querer estar bien informado.

La responsabilidad

El periodismo tiene una responsabilidad: informar con ética, con fuentes contrastadas.

No rendir pleitesía al poder, dar un altavoz a quienes no lo tienen, intentar que los que rigen el mundo no sean los únicos que aparezcan en los medios.

Pero también los ciudadanos y ciudadanas tienen en sus manos una responsabilidad: exigir información de calidad, protestar contra la banalización de los espacios informativos y de las imágenes.

(Y esto es extensible al ámbito de la política: la sociedad debe exigir a los políticos un debate de altura).

No es inofensivo

Hay un modelo de periodismo actual que eleva las anécdotas o la información de escaso interés general a la categoría de noticias. Así, nos encontramos con informativos-magazine, en los que se habla de un árbol de Navidad decorado con joyas, de un coche empotrándose contra un pajar solitario o de una carrera de pingüinos.

La inclusión de este tipo de reportajes seudoinformativos en un espacio que debería dedicar su atención exclusiva a los grandes temas de actualidad puede resultar a primera vista inocente e inofensiva. Pero no lo es.

No lo es porque cada vez que se da espacio a una seudoinformación se está enterrando una noticia. Y esa noticia a veces tiene que ver con los abusos por parte de ejércitos, de entidades financieras, de políticos corruptos; con grandes asuntos de los que dependen nuestros derechos y libertades.

Pero no se cuenta -o se cuenta mal, en 30 segundos o en media columna- porque hay que dedicar un gran espacio a una insípida cumbre de mandatarios o, peor aún, a esa crónica tan simpática sobre la nueva receta de un roscón de reyes.

Otro periodismo

Hay periodistas que creen en el periodismo que se ejerce en los grandes medios y trabajan en ellos con orgullo; están convencidos de que sólo ése es el periodismo real.

Otros permanecen en los mass media porque de vez en cuando tienen la fortuna de poder realizar desde ellos una buena labor periodística y de ese modo la frustración pasajera es recompensada temporalmente para dar paso a otra frustración y así sucesivamente, últimamente con predominio de las etapas de barbecho.

Los hay que se mantienen por una cuestión económica, necesitan pagar la hipoteca.

También están los que se cansan y se van. Renuncian a una nómina, a un contrato indefinido, incluso a un buen sueldo, con la esperanza de poder practicar un periodismo al margen de la agenda impuesta por los grandes poderes.

Unos escriben libros para plasmar en ellos el periodismo que no cabe en los mass media; otros realizan documentales autofinanciados que encuentran hueco en los circuitos de festivales extranjeros o en cadenas de prestigio internacional.

Hay quienes trabajan como free-lance y ofrecen sus crónicas a los mass media, que cada vez “compran” menos y pagan peor.

Algunos han llegado a ofrecer su trabajo gratis, hartos de que les pongan como excusa la falta de dinero para pagarles, y aún así, no han conseguido que sus reportajes, a veces de gran calidad, sean difundidos. No hablo solo de principiantes, sino de reporteros con mucha experiencia.

Entre esos periodistas que han abandonado grandes medios están los que buscan -y encuentran- en Internet el modo de poner en práctica la máxima de que otro periodismo es posible. La información en la Red no necesita del gran capital para ser difundida, no precisa de caros envíos por satélite ni de rotativas. Así han surgido importantes iniciativas como propublica.org en Estados Unidos o mediapart.fr en Francia.

En los países anglosajones, con una sociedad civil más participativa en este tipo de cuestiones, algunos de estos proyectos obtienen financiación a través de filántropos, de las donaciones mensuales y voluntarias de sus lectores o por ambas vías. Es el caso de la ya histórica democracynow.org.

Aquí en España iniciativas de calidad como periodismohumano.com han optado por este tipo de financiación sin duda valiente -basada en las donaciones de los lectores- en un país en el que nos quejamos mucho de la calidad de la información pero no nos damos cuenta de que tenemos algunas herramientas para conseguir que otra sea posible.

Cuando las noticias “no caben”

Hace unos días un reportero extranjero de prestigio, con varios premios periodísticos internacionales, me describía el hartazgo y la frustración que siente cada vez que algún medio rechaza publicar sus trabajos, en los que los protagonistas son víctimas de las grandes injusticias que azotan el mundo.

- “¿Con qué cara vamos a mirar a los moribundos, heridos o a los familiares de muertos con los que hablamos en Haití, Afganistán, Irak, Gaza, Congo, etc, que nos han abierto las puertas de su casa y de su corazón durante días o semanas para que contemos al mundo lo que les está pasando, si al final no logramos que se publique lo que les está ocurriendo?”, se preguntaba.

A los que nos hemos dedicado a viajar a zonas castigadas se nos ha descolocado el estómago a menudo al comprobar que el niño herido que tenemos a nuestro lado no merece -según los locos parámetros de los mass media- espacio en las páginas de información;

Que los cinco cadáveres que hay a nuestros pies no tienen cabida en el llamado periodismo porque han tenido la mala suerte de morir el mismo día en el que se realizaba el sorteo de la Lotería Nacional.

Que una mujer torturada en Abu Ghraib “no cabe” en el informativo; que una familia de haitianos que protesta contra la injerencia extranjera “no vende”.

Que la lucha admirable de una mujer guatemalteca por llevar a la justicia a criminales de guerra “no es televisiva” según el absurdo esquema de algún mediocre editor, o que las causas de la crisis económica no merecen espacio porque son un asunto complicado que pueden aburrir al espectador, bajar la audiencia o, quizá enfadar a los socios ricos del jefe del medio de comunicación.

Y así, un día nos levantamos por la mañana y gritamos que la ausencia en algunas páginas de actualidad de las grandes noticias del mundo es un delito; que este no-periodismo está engañando y adormeciendo a las sociedades; que las poblaciones que no están bien informadas pueden ser fácilmente manipulables; que la información de calidad, como servicio público, es la base de las sociedades libres y democráticas.

Que, como dijo Albert Camus, hay épocas en las que toda indiferencia es criminal.

Por ello, que no cuenten conmigo.

Fuente original: http://minotauro.periodismohumano.com/

jueves, 20 de enero de 2011

Es hora ya de hacer algo

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FIDEL CASTRO RUZ



Cuando los españoles “nos descubrieron”, hace cinco siglos, la cifra estimada de la población de la Isla no sobrepasaba los 200 mil habitantes, los cuales vivían en equilibrio con la naturaleza. Sus fuentes principales de alimentos provenían de ríos, lagos y mares ricos en proteínas; practicaban adicionalmente una agricultura rudimentaria que les suministraba calorías, vitaminas, sales minerales y fibras.

En algunas regiones de Cuba aún se practica el hábito de producir el casabe, una especie de pan elaborado con yuca. Determinados frutos y pequeños animales silvestres complementaban su dieta. Fabricaban alguna bebida con productos fermentados y aportaron a la cultura mundial la nada saludable costumbre de fumar.

La población actual de Cuba es posiblemente 60 veces mayor a la existente entonces. Aunque los españoles se mezclaron con la población autóctona, prácticamente la exterminaron con el trabajo semiesclavo en el campo y la búsqueda de oro en las arenas de los ríos.

La población indígena fue sustituida por la importación de africanos capturados a la fuerza y esclavizados, una práctica cruel que se aplicó durante siglos.

De gran importancia para nuestra existencia fueron los hábitos alimenticios creados. Fuimos convertidos en consumidores de carne porcina, bovina, ovina, leche, queso y otros derivados; trigo, avena, cebada, arroz, garbanzo, alubias, chícharos y otras leguminosas provenientes de climas diferentes.

Originalmente disponíamos de maíz, y se introdujo la caña de azúcar entre las plantas más ricas en calorías.

El café fue transferido por los conquistadores, desde el África; el cacao lo trajeron posiblemente de México. Ambos, juntos al azúcar, tabaco y otros productos tropicales, se convirtieron en enormes fuentes de recursos para la metrópoli después de la rebelión de los esclavos en Haití, ocurrida a principios del siglo XIX.

El sistema de producción esclavista perduró, de hecho, hasta la transferencia de la soberanía de Cuba a Estados Unidos por el colonialismo español que, en cruenta y extraordinaria guerra, había sido derrotado por los cubanos.

Cuando la Revolución triunfó en 1959, nuestra isla era una verdadera colonia yanki. Estados Unidos había engañado y desarmado a nuestro Ejército Libertador. No se podía hablar de una agricultura desarrollada, sino de inmensas plantaciones explotadas a base de trabajo manual y animal que en general no usaban fertilizantes ni maquinarias. Los grandes centrales azucareros eran propiedades norteamericanas. Varios de ellos poseían más de cien mil hectáreas de tierra; otros alcanzaban decenas de miles. En conjunto eran más de 150 centrales azucareros, incluidos los de propiedad de cubanos, los cuales laboraban menos de cuatro meses al año.

Estados Unidos recibió los suministros azucareros de Cuba en las dos grandes guerras mundiales, y había concedido una cuota de venta en sus mercados a nuestro país, asociada a compromisos comerciales y a limitaciones de nuestra producción agrícola, a pesar de que el azúcar era en parte producida por ellos. Otras ramas decisivas de la economía, como los puertos y refinerías de petróleo, eran propiedades norteamericanas. Sus empresas poseían grandes bancos, centros industriales, minas, muelles, líneas marítimas y férreas, además de servicios públicos tan vitales como los eléctricos y telefónicos.

Para los que deseen entender no hace falta más.

A pesar de que las necesidades de producción de arroz, maíz, grasa, granos, y otros alimentos era importante, Estados Unidos imponía determinados límites a todo lo que compitiera con su propia producción nacional, incluida el azúcar subsidiada de remolacha.

Desde luego, en cuanto a la producción de alimentos es un hecho real que dentro de los límites geográficos de un país pequeño, tropical, lluvioso y ciclónico, desprovisto de maquinaria, sistemas de presas, riego, y equipamiento adecuado, Cuba no podía disponer de recursos, ni estaba en condiciones de competir con las producciones mecanizadas de soya, girasol, maíz, leguminosas y arroz de Estados Unidos. Algunas de ellas como el trigo y la cebada no podían ser producidas en nuestro país.

Cierto es que la Revolución Cubana no disfrutó un minuto de paz. Apenas se decretó la Reforma Agraria, antes de cumplirse el quinto mes del triunfo revolucionario, los programas de sabotaje, incendios, obstrucciones y empleo de medios químicos dañinos se iniciaron contra el país. Estos llegaron a incluir plagas contra producciones vitales e incluso la salud humana.

Al subestimar a nuestro pueblo y su decisión de luchar por sus derechos y su independencia cometieron un error.

Por supuesto que ninguno de nosotros poseía entonces la experiencia alcanzada durante muchos años; partíamos de ideas justas y una concepción revolucionaria. Quizás el principal error de idealismo cometido, fue pensar que en el mundo había una determinada cantidad de justicia y respeto al derecho de los pueblos cuando, ciertamente, no existía en absoluto. De eso, sin embargo, no dependería la decisión de luchar.

La primera tarea que ocupó nuestro esfuerzo fue la preparación para la lucha que se avecinaba.

La experiencia adquirida en la batalla heroica contra la tiranía batistiana, es que el enemigo, cualquiera que fuese su fuerza, no podría vencer al pueblo cubano.

La preparación del país para la lucha se convirtió en el esfuerzo principal del pueblo, y nos llevó a episodios tan decisivos como la batalla contra la invasión mercenaria promovida por Estados Unidos en abril de 1961, desembarcada en Girón escoltada por la infantería de marina y la aviación yanki.

Incapaz de resignarse a la independencia y al ejercicio de los derechos soberanos de Cuba, el gobierno de ese país adoptó la decisión de invadir nuestro territorio. La URSS no tuvo absolutamente nada que ver con el triunfo de la Revolución Cubana. Esta no asumió el carácter socialista por el apoyo de la URSS, fue a la inversa: el apoyo de la URSS se produjo por el carácter socialista de la Revolución Cubana. De tal modo es así que cuando la URSS desaparece, a pesar de eso, Cuba siguió siendo socialista.

Por alguna vía la URSS conoció que Kennedy trataría de usar con Cuba el mismo método que ella aplicó en Hungría. Eso indujo a los errores que Jruschov cometió con relación a la Crisis de Octubre, que me vi en la necesidad de criticar. Pero no solo se equivocó Jruschov, se equivocó también Kennedy. Cuba no tenía nada que ver con la historia de Hungría, ni la URSS tuvo nada que ver con la Revolución en Cuba. Esta fue fruto única y exclusivamente de la lucha de nuestro pueblo. Jruschov tuvo solo el gesto solidario de enviar armas a Cuba, cuando estaba amenazada por la invasión mercenaria que organizó, entrenó, armó y transportó Estados Unidos. Sin las armas enviadas a Cuba, nuestro pueblo habría derrotado a las fuerzas mercenarias como derrotó al ejército de Batista y le ocupó todo el equipo militar que poseía: 100 mil armas. Si la invasión directa de Estados Unidos contra Cuba se hubiese producido, nuestro pueblo habría estado luchando hasta hoy contra sus soldados, que con seguridad habrían tenido que luchar también contra millones de latinoamericanos. Estados Unidos habría cometido el mayor error de toda su historia, y la URSS tal vez existiría todavía.

Horas antes de la invasión, después del ataque artero a nuestras bases aéreas por aviones de Estados Unidos que portaban insignias cubanas, fue declarado el carácter socialista de la Revolución. El pueblo cubano combatió por el socialismo en aquella batalla que pasó a la historia como la primera victoria contra el imperialismo en América.

Pasaron diez presidentes de Estados Unidos, está pasando el undécimo, y la Revolución Socialista se mantiene en pie. También pasaron todos los gobiernos que fueron cómplices de los crímenes de Estados Unidos contra Cuba, y nuestra Revolución se mantiene en pie. Desapareció la URSS, y la Revolución siguió adelante.
No se llevó a cabo con permiso de Estados Unidos, sino sometida a un bloqueo cruel y despiadado; con actos terroristas que privaron de la vida o hirieron a miles de personas, cuyos autores hoy gozan de total impunidad; luchadores antiterroristas cubanos son condenados a cadena perpetua; una llamada Ley de Ajuste Cubano concede ingreso, residencia y empleo en Estados Unidos. Cuba es el único país del mundo a cuyos ciudadanos se aplica ese privilegio, que se niega a los de Haití, después del terremoto que mató más de 300 000 personas, y al resto de los ciudadanos del hemisferio, a los que el imperio persigue y expulsa. Sin embargo, la Revolución Cubana sigue en pie.

Cuba es el único país del planeta que no puede ser visitado por los ciudadanos estadounidenses; pero Cuba existe y sigue en pie, a solo 90 millas de Estados Unidos, librando su heroica lucha.

Los revolucionarios cubanos hemos cometido errores, y los seguiremos cometiendo, pero jamás cometeremos el error de ser traidores.

Nunca hemos escogido la ilegalidad, la mentira, la demagogia, el engaño al pueblo, la simulación, la hipocresía, el oportunismo, el soborno, la ausencia total de ética, los abusos de poder, incluso el crimen y las torturas repugnantes, que con obvias, aunque sin duda meritorias excepciones, han caracterizado la conducta de los presidentes de Estados Unidos.

En este momento la humanidad está enfrentando problemas serios y sin precedentes. Lo peor es que en gran parte las soluciones dependerán de los países más ricos y desarrollados, quienes llegarán a una situación que realmente no están en condiciones de enfrentar sin que se les derrumbe el mundo que han estado tratando de moldear en favor de sus intereses egoístas, y que inevitablemente conduce al desastre.

No hablo ya de guerras, cuyos riesgos y consecuencias han transmitido personas sabias y brillantes, incluidas muchas norteamericanas.

Me refiero a la crisis de los alimentos originada por hechos económicos y cambios climáticos que aparentemente son ya irreversibles como consecuencia de la acción del hombre, pero que de todas formas la mente humana está en el deber de enfrentar apresuradamente.

Durante años, que en realidad fue tiempo perdido, se habló del asunto. Pero el mayor emisor de gases contaminantes del mundo, Estados Unidos, se negaba sistemáticamente a tomar en cuenta la opinión mundial. Dejando a un lado el protocolo y demás tonterías habituales en los hombres de Estado de las sociedades de consumo, que en su acceso al poder los suele atolondrar la influencia de los medios de información masiva, la realidad es que no prestaron atención al asunto. Un hombre alcoholizado, cuyos problemas eran conocidos, y no necesito nombrar, impuso su línea a la comunidad internacional.

Los problemas han tomado cuerpo ahora de súbito, a través de fenómenos que se están repitiendo en todos los continentes: calores, incendios de bosques, pérdidas de cosechas en Rusia, con numerosas víctimas; cambio climático en China, lluvias excesivas o sequías; pérdidas progresivas de las reservas de agua en el Himalaya, que amenazan India, China, Pakistán y otros países; lluvias excesivas en Australia, que inundaron casi un millón de kilómetros cuadrados; olas de frío insólitas y extemporáneas en Europa, con afectaciones considerables en la agricultura; sequías en Canadá; olas inusuales de frío en ese país y en Estados Unidos; lluvias sin precedentes en Colombia, que afectaron millones de hectáreas cultivables; precipitaciones nunca vistas en Venezuela; catástrofes por lluvias excesivas en las grandes ciudades de Brasil y sequías en el Sur. Prácticamente no existe región en el mundo donde tales hechos no hayan tenido lugar.

Las producciones de trigo, soya, maíz, arroz, y otros numerosos cereales y leguminosas, que constituyen la base alimenticia del mundo -cuya población asciende hoy, según cálculos a casi 6 900 millones de habitantes, ya se acerca a la cifra inédita de 7 mil millones, y donde más de mil millones sufren hambre y desnutrición- están siendo afectados seriamente por los cambios climáticos, creando un gravísimo problema en el mundo. Cuando las reservas no se han recuperado totalmente, o solo en parte para algunos renglones, una grave amenaza ya está creando problemas y desestabilización en numerosos Estados.

Más de 80 países, todos ellos del Tercer Mundo, ya de por sí con dificultades reales, están amenazados con verdaderas hambrunas.

Me limitaré a citar estas declaraciones e informes, de forma muy sintetizada, que se vienen publicando en los últimos días:

“La ONU advierte del riesgo de una nueva crisis alimentaria.

“11 de Enero de 2011 (AFP)”

“‘Estamos ante una situación muy tensa’…” Coincidió la FAO.

“Unos 80 países enfrentan un déficit de alimentos…”

“El índice global de precios de productos agropecuarios de base (cereales, carne, azúcar, oleaginosos, lácteos) se sitúa actualmente en su nivel máximo desde que la FAO empezó a elaborar ese índice hace 20 años.”

“NACIONES UNIDAS, enero (IPS),”

“La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con sede en Roma, alertó la semana pasada que los precios mundiales del arroz, el trigo, el azúcar, la cebada y la carne [...] registrarán significativos aumentos en 2011…”

“PARIS, 10 de enero (Reuters) - El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, llevará esta semana a Washington su campaña para enfrentar los altos precios globales de los alimentos…”

“Basilea (Suiza), 10 enero (EFE).- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, portavoz de los gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los 10 (G-10), alertó hoy de la fuerte subida del precio de los alimentos y de la amenaza inflacionista en las economías emergentes.”

“Banco Mundial teme una crisis en el precio de los alimentos, 15 de enero (BBC)

“El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, le dijo a la BBC que la crisis sería más profunda que la de 2008.”

“MEXICO DF, 7 de enero (Reuters)”

“El ritmo anual de inflación de los alimentos se triplicó en México en noviembre comparado con dos meses antes…”

“Washington, 18 enero (EFE)

“El cambio climático agravará la falta de alimentos, según un estudio”

“‘Desde hace más de 20 años los científicos han alertado sobre el impacto del cambio climático, pero nada cambia aparte del aumento de las emisiones que causan el calentamiento global’, dijo a Efe Liliana Hisas, directora ejecutiva de la filial estadounidense de esta organización.

“Osvaldo Canziani, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2007 y asesor científico del informe, indicó que ‘en todo el mundo se registrarán episodios meteorológicos y condiciones climáticas extremas, y los aumentos de la temperatura media superficial exacerbarán la intensidad de esos episodios’.”

“(Reuters) enero 18, Argelia compra trigo para evitar escasez y disturbios.

“La agencia estatal de granos de Argelia ha comprado alrededor de 1 millón de toneladas de trigo en las últimas dos semanas para evitar la escasez en caso de disturbios, dijo a Reuters una fuente del Ministerio de Agricultura.”

“(Reuters) enero 18, Trigo sube fuerte en Chicago tras compras de Argelia.”

“El Economista, 18 Enero, 2011

“Alerta mundial por precio de alimentos”

“Entre las principales causas están las inundaciones y sequías ocasionadas por el cambio climático, el uso de alimentos para producir biocombustibles y la especulación en el precio de los commodities.”

Los problemas son dramáticamente serios. No todo sin embargo, está perdido.

La producción actual calculada de trigo alcanzó la cifra de casi 650 millones de toneladas.

La de maíz, rebasa esa cantidad, y se acerca a los 770 millones de toneladas.

La soya podría acercarse a los 260 millones, de los cuales Estados Unidos calcula 92 millones y Brasil 77. Son los dos mayores productores.

Los datos en general de gramíneas y leguminosas disponibles en el 2011 son conocidos.

El primer asunto a resolver por la comunidad mundial sería escoger entre alimentos y biocombustibles. Brasil, un país en desarrollo, desde luego tendría que ser compensado.

Si los millones de toneladas de soya y maíz que se invertirán en biocombustibles se destinan a la producción de alimentos, la elevación inusitada de los precios se pararía, y los científicos del mundo podrían proponer fórmulas que de alguna forma puedan detener e incluso, revertir la situación.

Se ha perdido demasiado tiempo. Es hora ya de hacer algo.

martes, 18 de enero de 2011

Túnez, dictadura mafiosa

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MONCEF MARZOUKI
Le Monde






Desde hace tres semanas, soplan aires de revuelta política y social en Túnez. La dureza de la represión, que ha causado veintitrés muertos, muestra que el régimen de Ben Alí se siente amenazado por primera vez. Pero la fuerza y la perseverancia de la movilización del pueblo tunecino ofrecen a la opinión pública y a los representantes políticos europeos y franceses la oportunidad de descubrir la realidad de Túnez. Una visión sesgada desde hace más de veinte años por tópicos alimentados por el poder y muchos de sus simpatizantes franceses.
Tópico 1: “Es cierto que el régimen de Túnez no es una democracia, pero tampoco es una dictadura, solo un régimen autoritario”. No, los actuales sucesos son la prueba para aquellos que no veían o no querían verlo: el régimen de Túnez es una dictadura policial y mafiosa de la peor calaña. Ben Alí en Cartago, es Al Capone en la Casa Blanca.

Tópico 2: “El país debe a Ben Alí un milagro económico”. En realidad, el Túnez de los años noventa debía su relativa prosperidad a las tres décadas de presidencia de Burguiba, marcadas por una gran inversión en educación, en planificación familiar y la implantación de una economía de mercado sana, capaz de generar un crecimiento anual del 7%. Ben Alí heredó esta situación. Veinte años después, ha transformado Túnez en una economía de corrupción en donde ya no hace falta demostrar las derivas mafiosas. Tras el “milagro”, vino el desaliento social.

Tópico 3: “Ben Alí ha erradicado el peligro islamista”. De no apoyarlo, existiría un gran riesgo de que se formara un régimen talibán en el sur del Mediterráneo, como señaló Nicolas Sarkozy en 2008. En realidad, Ben Alí ha acabado, a costa de grandes violaciones de los derechos humanos, con un partido islamista conservador burgués, Ennadha, que estaba a mil leguas de la violencia yihadista. En cuanto a los disturbios políticos, los “barbudos” no han participado en ellos, como prueban las consignas laicas coreadas por los manifestantes.

Tópico 4: “No hay oposición creíble. La oposición tunecina es débil, está dividida y es inoperante”. Los que han vivido y viven bajo una dictadura saben que la oposición solo puede existir en una democracia, que en una dictadura solo puede haber resistencia, civil o armada. Ben Alí, “elegido” y “reelegido” alcanzando en tres ocasiones más del 90 % de los votos, organizó su propia oposición para confundir, mientras amordazaba, encarcelaba y torturaba a centenares de hombres y mujeres valientes y dignos que lucharon contra una de las maquinas más represivas y perversas que hayan existido.

Tópico 5, en forma de pregunta falsamente ingenua: “¿Cuál es la alternativa a Ben Alí?”. Si un tunecino le planteara esa pregunta a un francés: “¿Cuál es la alternativa a Sarkozy?”, la respuesta sería lógica y evidente: la persona que los franceses designen en las próximas presidenciales. Para un tunecino que respondiera a un amigo francés es exactamente lo mismo: A Ben Alí le sucederá la persona que el pueblo tunecino designe en unas elecciones libres y transparentes. ¿Quién ha dicho que estamos condenados a perpetuidad a una dictadura?

Durante mucho tiempo Ben Alí ha aparecido como el garante de la estabilidad en Túnez. Desde que se inició la revuelta que golpea el país, Ben Alí se ha convertido en el principal factor de inestabilidad y solo cuando se vaya, se podrá recuperar la calma. La opinión publica y los responsables políticos franceses deben abrir los ojos a la realidad del pueblo tunecino. Sino es muy probable que Francia pierda el capital de simpatía con el que cuenta en Túnez. Perdería la oportunidad de contribuir a una transición pacífica hacia un Estado de derecho y de participar en la creación de un espacio euromediterráneo estable, próspero, en donde se compartan los mismos valores democráticos.

Moncef Marzouki, opositor tunecino, autor con Vincent Geisser de "Dictateurs en sursis" (Ed. de l'Atelier, 2009).

lunes, 17 de enero de 2011

Y de pronto, la revolución

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SANTIAGO ALBA RICO

Gara




En 1999 dos perros se cruzan en la frontera. Uno, argelino, flaco, desfallecido, cojo y roído por las pulgas, trata de entrar en Túnez; el otro, tunecino, lustroso, bien alimentado, limpio, saludable, trata por su parte de entrar en Argelia. El tunecino está perplejo: “¿por qué quieres entrar en mi país”, pregunta. El argelino responde: “porque quiero comer”. E inmediatamente añade, aún más perplejo que su compañero: “Lo que no entiendo es por qué quieres entrar tú en Argelia”. El tunecino entonces contesta: “porque quiero... ladrar”.
En 1999, cuando se contaba este chiste en los medios intelectuales, Túnez estaba amordazado, pero a cambio disfrutaba -se repetía- de una situación económica incomparablemente mejor que el resto del mundo árabe. Con un crecimiento medio del 5% durante la década pasada, el FMI ponía al país como ejemplo de las ventajas de una economía liberada de las trabas proteccionistas y en el año 2007 el Foro Económico Mundial para Africa lo declaraba “el más competitivo” del continente, por encima de Sudáfrica. “Kulu shai behi”, todo va bien, repetía la propaganda del régimen en vallas publicitarias, editoriales de prensa y debates coreográficos en la televisión. Mientras el gobierno vendía hasta 204 empresas del robusto sector público creado por Habib Bourguiba, el dictador ilustrado y socialista, se multiplicaba el número de 4x4 en las calles, se construían en la capital barrios enteros para los negocios y le loisir y hasta 7 millones de turistas acudían todos los años a disfrutar de la cada vez más sofisticada y sólida infraestructura hotelera del país. En el 2001, cuando se abrió el primer Carrefour, símbolo y anuncio del ingreso en la civilización, algunos podían hacerse la ilusión de que Túnez era ya una provincia de Francia. Era un país maravilloso: la luz más limpia y hermosa del mundo, las mejores playas, el desierto más hollywoodesco, la gente más simpática. No se podía hablar ni escribir, es verdad, pero a cambio la gente engordaba y el islamismo reculaba. La UE y Estados Unidos, pero también las agencias de viajes y los medios de comunicación contribuían a alimentar la imagen de un país más europeo que árabe, más occidental que musulmán, más rico que pobre, en transición hacia la felicidad del mercado capitalista. No se podía ni hablar ni escribir, es verdad, y también es verdad que ocupaba el segundo lugar en el ranking mundial de la censura informática, pero el esfuerzo del gobierno merecía una recompensa: Túnez organizó una Copa de Africa, un Mundial de Balonmano y en 2005 una insólita Cumbre de la Información durante la cual se ocultó al mundo una huelga de hambre de jueces y abogados y se detuvo a periodistas y blogueros.

A poco que alguien se hubiese molestado en rascar bajo esa superficie bien barnizada habría descubierto una realidad bien distinta. Nadie o casi nadie lo hizo. De enero a junio de ese año 2005, por ejemplo, El País publicó 618 noticias relacionadas con Cuba, donde no pasaba nada, y 199 sobre Túnez, todas sobre el turismo o el mundial de balonmano; El Mundo, en esas mismas fechas, registró 5162 entradas sobre Cuba, país donde no pasaba nada, y sólo 658 sobre Túnez, casi todas sobre el mundial de balonmano; y ABC tendió 400 veces la mirada hacia Cuba, país donde no pasaba nada, mientras sólo mencionaba a Túnez 99 veces, 55 de ellas en relación con el mundial de balonmano. El 10 de marzo de ese mismo año una rápida búsqueda en Google entregaba 750 enlaces sobre el reparto del gobierno cubano de las famosas ollas arroceras y sólo tres (dos de Amnistía Internacional) sobre la huelga de hambre y la tortura a presos en Túnez.

Pero lo cierto es que Carrefour y los humvee -y la vida nocturna en Gammarth- ocultaba no sólo la normal represión ejercida por Ben Ali desde 1987, año del golpe palaciego o del Gran Cambio, sino también la desaparición de una clase media que había comenzado a formarse en los años 60 y había sobrevivido a la crisis de finales de los 80. Unos pocos entraban en el Carrefour y otros muchos salían del país: hasta un millón de jóvenes tunecinos -sobre una población de 10 millones- viven fuera, sobre todo en Francia, Italia y Alemania. Mientras una minoría dejaba el francés por el inglés y despreciaba, por supuesto, el dialecto tunecino, la estructura educativa heredada del régimen anterior, relativamente solvente, se degradaba de tal modo que el último informe PISA relegaba a Túnez a uno de los últimos diez lugares de la lista de la OCDE. Mientras veinte familias disfrutaban del ocio en los Alpes o en París, el paro aumentaba hasta alcanzar el 18%, el 36% entre los más jóvenes: entre los diplomados y licenciados pasaba de un 0,7% en 1984 a un 4% en 1997 para dispararse a un 20% en 2010. En el espejo del Carrefour -en medio de la publicidad atmosférica que invitaba a un consumo inaccesible-, los jóvenes de la banlieue de la capital y de las regiones del centro y sur del país parecían conformarse con poder disfrutar de ese reflejo.

¿Quién se beneficiaba de este crecimiento bendecido por el FMI y por las instituciones europeas? Básicamente una sola familia, extensa y tentacular, a la que los despachos de la embajada estadounidenses filtrados por wikileaks describen como un “clan mafioso”. Se trata de la familia de Leyla Trabelsi, la segunda esposa del dictador, hasta tal punto dueña del país que muchos se referían a Túnez (la Tunisie) como La Trabelsie. Ben Alí y su familia política se habían apoderado, mediante privatizaciones opacas, de toda la actividad económica de la nación, convirtiendo el Estado en el instrumento de un capitalismo mafioso y primitivo o, mejor, de un feudalismo parasitario del capitalismo internacional. La lista de sectores saqueados por el clan resulta apenas creíble: la banca, la industria, la distribución de automóviles, los medios de comunicación, la telefonía móvil, los transportes, las compañías aéreas, la construcción, las cadenas de supermercados, la enseñanza privada, la pesca, las bebidas alcohólicas y hasta el mercado de ropa usada. No puede extrañar que, durante las revueltas de estos días, se hayan asaltado tantos comercios, empresas y bancos; se ha hablado de “vandalismo”, pero se trataba también de un vandalismo certero o, en cualquier caso, de un vandalismo que, incluso cuando se desencadenaba al azar, inevitablemente acertaba: golpease donde golpease, golpeaba sin duda una propiedad de los Trabelsi.

En este cuadro de represión y apropiación, había que tender el oído para escuchar el ruido de la marea ascendente. Pocos lo hicieron, ni siquiera cuando en enero de 2008, en Redeyef, cerca de Gafsa, en las minas de fosfatos, otro incidente menor -una protesta por un acto de nepotismo- puso en pie de guerra a toda la población. Durante meses se prolongaron las huelgas, hubo cuatro muertos, doscientos detenidos, juicios sumarísimos con penas escalofriantes. Mientras Redeyef permaneció sitiado por la policía, sólo periodistas y sindicalistas tunecinos trataron de romper el bloqueo policial e informativo. En Europa, la Trabelsia seguía siendo bella, tranquila, segura para los negocios y la geopolítica. Tan solo un periodista italiano, Gabriele del Grande, se atrevió a entrar clandestinamente en el corazón de las protestas y sacar información antes de ser detenido por la policía y expulsado del país. Su reportaje comienza así: “Sindicalistas detenidos y torturados. Manifestantes asesinados por la policía. Periodistas encarcelados y una potente máquina de censura para evitar que la protesta se extienda. No es una clase de historia sobre el fascismo, sino la crónica de los últimos diez meses en Túnez. Una crónica que no deja lugar a dudas sobre la naturaleza del régimen de Zayn al Abidin Ben Ali -en el gobierno desde 1987-. Una crónica que revela el lado oscuro de un país que recibe millones de turistas todos los años y del que escapan miles de emigrantes también todos los años”. En un libro posterior, Il mare di mezzo, del Grande describe en detalle la maquinaria del terror tunecino, con las cárceles secretas en las que desaparecían no sólo los opositores nacionales sino también los emigrantes argelinos, secuestrados en el mar por las patrulleras locales -policías de Europa- para ser arrojados luego en el abismo. Nadie dijo nada. Era mucho más importante sostener al dictador; Ben Ali y las potencias occidentales compartían no sólo intereses económicos y políticos sino también el mismo desprecio radical por el pueblo tunecino y sus padecimientos.

Pero el 17 de diciembre una chispa iluminó de pronto el monstruo y revelo asimismo, como explica el sociólogo Sadri Khiari, que “no hay servidumbre voluntaria sino sólo la espera paciente del momento de la eclosión”. El gesto de desesperación de Mohamed Bouazizi, joven informático reducido a vendedor ambulante, puso en marcha un pueblo del que nadie esperaba nada, que los otros árabes despreciaban y que Europa consideraba dócil, cobarde y adormecido por el fútbol y el Carrefour. Un ciclo lunar después, el 14 de enero pasado, tras cien muertos y decenas de metástasis rebeldes en todo el territorio, la ola rompió en el centro de Túnez y alcanzó su objetivo. Ya no se trataba ni de pan ni de trabajo ni de youtube: “Ben Ali asesino”, “Ben Alí fuera”. La última carga policial, desmintiendo las promesas que había hecho el día anterior el dictador, provocaron aún numerosos muertos y heridos. Pero era muy hermoso, muy hermoso ver a esos jóvenes de los que un mes antes nadie esperaba nada volverse en la calle y retener a la gente que huía para animarla a regresar a la batalla con las estrofas vibrantes del himno nacional: “namutu namutu wa yahi el-watan” (moriremos moriremos para que viva la patria). A última hora de la tarde, apoyado hasta el final por Francia, el dictador huía a Arabia Saudí, dejando a sus espaldas milicias armadas con instrucciones para sembrar el caos.

El peligro no ha pasado, la lucha continúa. Pero ahora hay un pueblo que libra las batallas. “El 14 de enero es nuestro 14 de julio”, repiten los tunecinos. Quizás el de todo el mundo árabe. Jamás el pueblo había derrocado un dictador; y este pueblo inesperado, intruso en la lógica de las revoluciones, este Túnez de jazmines y luz de miel, ahora de dignidad y combate, es el espejo en el que se miran los vecinos, de Marruecos al Yemen, de Argelia a Egipto, hermanos de frustración, infelicidad e ira. No hay que encontrar las causas, siempre dadas, sino el minuto. Y ese minuto es ahora.

De gestoras, primarias y cachivaches

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SANTIAGO PÉREZ




Corría el año 2001 de la Era Cristiana y en el Santa Cruz de funcionarios bien informados, de algún que otro periodista, de contratistas y del mundillo de los arquitectos había un hervidero de rumores sobre una operación urbanística que estaban preparando en el Ayuntamiento.

Un día cualquiera me enteré de que era inminente la convocatoria de una rueda de prensa a los cuatro vientos, en la que todos los grupos políticos iban a anunciar su respaldo a un convenio urbanístico sobre Las Teresitas, a firmar con dos de los empresarios más influyentes. Iban a venderle al Ayuntamiento los terrenos del Frente de Playa, a un precio disparatado, y conseguir una recalificación posterior de terrenos situados en el valle de Las Huertas. Todos los terrenos los habían adquirido mediante un crédito de CajaCanarias. Total, un negocio perfecto. El paganini, el pueblo de Santa Cruz, pagando lo que no valía la compra y dejando de participar en lo que sí valía la recalificación (15.000 millones de ptas.). El maestro de ceremonias, Zerolo. Los acólitos, todos los concejales. El voto de los socialistas, el bálsamo de fierabrás contra críticas e impugnaciones varias. La Ejecutiva local respaldó a los concejales.

Pedí públicamente a los concejales que no votaran a favor. Que no comprometieran al Partido Socialista en aquel asunto envuelto de turbiedad. Podían abstenerse. Pero los compromisos estaban bien atados. Votaron a favor y me acusaron de estar encanallando la política santacrucera. Lo demás ya lo saben ustedes. Imputaciones judiciales por malversación de caudales públicos, prevaricación urbanística y soborno. Todo incluido. Ah, ¡me olvidaba! Yo era el secretario general de los socialistas de Tenerife por aquel entonces.
Cuando solicité la adopción de medidas a la autoridad competente, socialista por supuesto, Carolina Darias se opuso tan tenazmente que tuvieron que dimitirla como secretaria de organización y número tres (porque el 1 era Juan Carlos Alemán y el 2 Paco Espínola, como luego lo fue con JFLA y ahora con José Miguel Pérez) de los socialistas canarios.

Todo esto me ha venido a la mente, porque de todas las tonterías y “argumentos” a posteriori, confeccionados para intentar justificar lo injustificable, el golpe a la democracia y a los derechos de los militantes socialistas perpetrado en Tenerife, la suya, la de Carolina, la delegada del Gobierno en Canarias, es de las más abochornantes. Ha estado tan presta a brindar por el espectáculo, como huidiza (no hace tanto) cuando había que localizarla para dar la cara por JFLA, a quien acompañó como 2 de la lista de diputados/as por grancanaria. Aunque reconozco que para estos mutis estaba bien asesorada.

¡Y del hilo al ovillo!

Primarias socialistas en Barcelona. El alcalde, Jordi Hereu, ha pedido que se dispense a su anunciada rival, Montserrat Tura, del calvario de reunir los avales. Participarán en la votación más de cinco mil simpatizantes y tres mil militantes-con-carné. Montilla ha garantizado plena neutralidad del aparato del PSC.

Me restregué los ojos para comprobar que era verdad lo que estaba leyendo. Todavía me parece estar oyendo las ocurrencias de José M. Pérez cuando le pedí que, si estaban a favor de la celebración de primarias para la presidencia del gobierno, me dispensaran de recoger los avales. Farfulló que no estábamos en la Restauración canovista. Que Él no iba a fabricarse un candidato a su medida: yo. Fue el toque de cornetín para que toda la dirigencia, repuesta de los sofocos de la estadía juanfernandiana, se lanzara a dificultar la consecución de las firmas necesarias para poder presentar mi candidatura. Y después de conseguirlas (¡uffff!) se dedicaran a sitiar los focos de resistencia, comprobado el origen de las firmas de los militantes. Aridane, La Guancha, Frontera, Güimar…

Pero lo mejor vino después. Suspender de actividad y poner en el dique seco a los militantes socialistas santacruceros, porque esa agrupación tuvo el descaro de no votar al candidato de la dirigencia oficialista. Nombrar un gobierno de hecho que ha procedido a su vez a instituir candidato a la alcaldía a Julio Pérez, presidente de su Gestora de ellos.

“Entodavía” no he oído ni una sola razón para este desaguisado. Porque sólo se trata del folk-song. A saber: evitar que los militantes pudieran votar al candidato impuesto, como es preceptivo, para evitar el riesgo de que lo rechazaran. Decididamente, hay gente que prefiere andar sobre seguro. La democracia es, por lo que se ve, un poco arriscada para ciertas presuntuosidades. Menos mal que ahora no hay secretarías de estado vacantes. Porque si no, tendrían que acabar -después de todo este estropicio- pidiéndole a Corrales que acabara encabezando una candidatura sin candidato en vísperas de las elecciones. Como le ocurrió a uno que conozco en las elecciones pasadas. Con la candidatura al cabildo, para más señas.

En fin: ¡¡igualito que en Barcelona!!. Y perdonen por la poquedad.

miércoles, 12 de enero de 2011

Soria contra el pueblo y la cultura

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA




Hace mucho tiempo que llegué a la conclusión, y no fue descubrir la pólvora, que José Manuel Soria está contra el pueblo y también contra la cultura. En realidad lo que pretende es que el pueblo no tenga acceso a la cultura. No voy a volver a citar todos los pufos de Soria, desde La Favorita, el chalet gratis total de Esquivel, Canódromo, Eolo, etc, porque ya me da grima estar repitiendo todo este rosario de fraudes políticos en muchos casos con repercusiones crematísticas. Tampoco voy a repetir mucho lo de los pufos y lo de la impunidad, que ya Pepe Alemán ha escrito de forma ilustrativa sobre tal asunto/trasunto. Voy a ceñirme en esta ocasión al desaguisado de la Biblioteca Pública del Estado de Las Palmas de Gran Canaria, que está en peligro Si desea acceder a los contenidos exclusivos de CANARIASAHORA PREMIUM, suscríbase al Club de Lectores y disfrute de sus ventajas.

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domingo, 9 de enero de 2011

En la muerte de Angel Luis Tadeo

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA

Siempre les vengo diciendo a mis amigos rojos que tengo amigos empresarios, y también del Partido Popular. Y bueno fuera. Angel Luis Tadeo Tejera era un amigo empresario, pero no del Partido Popular, ni de ningún otro partido político. Angel Luis Tadeo era aparte de empresario, un esposo ejemplar casado con Pino Felipe, y padre de dos hijos y una hija que conocí cuando tenían pañales. Angel Luis era uno de esos amigos que te partes la cara por ellos. Era un empresario de gran corazón, un hombre al que le preocupaba poner en la calle a un empleado, y con el que se podía hablar de todo incluso llevándole la contraria. Eso sí, se cabreaba si la controversia o el contraste de pareceres era muy fuerte, pero al día siguiente tan amigos, y como si la cosa no tuviese trascendencia alguna.

A Angel Luis le conocí, lógicamente, a través del fútbol, porque de empresario tengo poco. O nada. Jugó en los juveniles del Sporting San José, unos años después de mi militancia sportinguista con mi amigo José Cristobal Correa Ruano, y otros inolvidables jugadores y amigos como Rafael Herrera, Gonzalo Molina, que vive y trabaja en Australia, Kiko Egea, Juan Fernando, Hilario Gómez del Rosario, y otros tantos jugadores que convivíamos en La Portadilla y en la antigua Ciudad Deportiva “Martín Freire” cuatro veces por semana. Angel Luis Tadeo pasaron los años, y aunque le conocía de “vista”, una vez me lo presentó el doctor Fernando Arencibia siendo presidente de la Unión Deportiva Las Palmas. “Mira Rafael, te presento a Angel Luis Tadeo, se viene conmigo como directivo, es un puntal, y gran conocedor de fútbol”. Ahí empezó nuestra amistad, en 1988, y ya luego pasaron los años y llegó a ser presidente de la Unión Deportiva SAD en la temporada 95-96, con Gerencia Deportiva que la integraron Germán Suárez, Eustasio López Santana (Lopesan) y los hermanos Domínguez. Fueron años en los que desarrollaba mi labor con preferencia como periodista deportivo, y las vivencias con Tadeo eran constantes.

Siendo presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, y coincidiendo en unas vacaciones en el sur de la isla, un buen día va y me dice: “Acompáñame a Buenos Aires, me han hablado de un delantero que es fabuloso, vente conmigo, quiero saber tu opinión, le vemos un par de partidos y ya luego veremos”. El delantero era Turu Flores, que jugaba en el Velez Sarsfield de Buenos Aires, y del cual unos representantes le habían hablado a Tadeo. Le dije que no, que no iba a Buenos Aires, “oye, que estoy de vacaciones y todo el año pegado con el fútbol, además mi mujer se va a coger un cabreo”. Tadeo se fue a Buenos Aires, y a la semana volvió con diez o doce videos de partidos de Turu Flores, y los vimos en su casa del sur. Le dije que la decisión era de él, “oye, somos amigos pero soy periodista y tú eres el presidente, es tu decisión”. Lo fichó, y luego lo malvendió al Deportivo de La Coruña, haciendo paquete con Manuel Pablo, y de esto tuvimos grandes discusiones. Pero siempre prevaleció la amistad, la química que había entre los dos. Con todos nuestros defectos, con nuestros errores, que tanto Pino como mi mujer Pepa, nos echaban en cara cómo sólo saben hacer las grandes esposas.

Ahora se me ha muerto un amigo, un empresario amigo ¡qué coño!, un gran empresario, que comprobé hace muchos años oyendo opiniones sinceras de empleados suyos que no conocían nuestra amistad, y me hablaban de sus bondades como gran gestor de empresas. También con sus equivocaciones, con sus errores. Como Tadeo sinceramente me decía, incluso me llamaba para decirme sobre alguna crítica mía al equipo: “oye cabroncete, no seas tan duro, el equipo no estuvo tan mal”. Quizá en muchas ocasiones tenía razón. Quizá ahora estoy influido de nuevo por la amistad.

A su esposa Pino Felipe, a sus tres hijos, a toda su familia, y al Grupo Dunas en donde tengo tantas amistades, mi más sentido pésame.

viernes, 7 de enero de 2011

El capital norteamericano compra El País

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RAFAEL CID






Rebelión





Será que “perro no muerde a perro”. O porque “entre bomberos no se pisan las mangueras”. Pero el silencio de los medios de comunicación con la “deslocalización” de capital que se ha producido en el diario El País demuestra la poca consideración que la prensa tiene hacia sus lectores. El diario español de referencia ha cambiado de dueños y nadie en la galaxia mediática se atreve a proclamarlo sacando las consecuencias oportunas. Porque si el periódico más importante del mundo en lengua española, el diario paradigma de la democracia posfranquista y el “pensador orgánico” de la transición pasa a manos norteamericanas es un síntoma de otros episodios traumáticos en perspectiva. El anuncio de un nuevo ciclo político.

El golpe financiero que ha acabado con el “clan Polanco” se produjo el pasado viernes 6 de marzo, cuando el propio rotativo informó de la entrada de una sociedad de capital riesgo estadounidense en su accionariado. “Prisa captará hasta 660 millones mediante un pacto con Liberty”, decía el decano de la prensa juancarlista en un confuso titular que no conseguía disimular la realidad : el grupo fundado por Jesús de Polanco había sido vendido a la sociedad Liberty Acquisitión Holdings (LAH). El nuevo reparto del capital, una vez consumada la operación, dejará a los antiguos propietarios sólo el 30 por ciento de las acciones, quedando la mayoría de control en manos de Nicolas Berggruen y Martín E. Franklin, consejero delegado y presidente, respectivamente, de corporación inversora LAH.
El cambio de Prisa en la órbita de los intereses norteamericanos ilumina la operativa del grupo en el mercado latinoamericano, el patio trasero de EE.UU, desde que sus directivos centraron su expansión en la compra de empresas informativas sudamericanas, a la par que el BBV y el BSCH hacían otro tanto en sus propios ámbitos de negocio. Incluso la entrada de Prisa en el accionariado Le Monde puede entenderse desde esa lógica, ya que este órgano de prensa europeo es el de mayor influencia en el subcontinente tras El País. Por no hablar de la línea de máxima beligerancia crítica asumida por Prisa con los regímenes populares y socializantes de la zona, como Venezuela y Bolivia, países donde la petrolera española Repsol tiene fuertes intereses.

La operación de venta de El País a la sociedad norteamericana para hacer frente a los próximos vencimientos generados por la deuda de casi 5.000 millones de euros que el grupo acumula, sigue a otras similares, como la toma del 4,5 por 100 de su capital por la también norteamericana IBN en agosto pasado por 37 millones o la más reciente de compra del 80 por 100 de la televisión La Cuatro por la Mediaset de Berlusconi por 600 millones, que incluía además la toma de una participación en Digital Plus. El control de Prisa por LAH ha estado precedido por el nombramiento de Kamal M. Bherwani, ex consejero de Salud y Servicios Humanos de la ciudad de Nueva York, como director general del Área Digital del hasta ahora mayor grupo informativo español.

La pista norteamericana en El País se inició hace tiempo, cuando el diario incorporó en sus páginas una selección semanal de artículos del influyente New York Times, medio estadounidense del que el financiero mexicano Carlos Slim posee el 12 por 100 del capital. Felipe González, amigo íntimo de Juan Luis Cebrián, es un estrecho colaborador de Slim, que según la revista Forbes figura en la actualidad como la segunda mayor fortuna del mundo. Habrá que ver a qué proyecto político, y quizá dinástico, servirá ahora el nuevo El País hispanonorteamericano.

jueves, 6 de enero de 2011

América Latina: la derecha se recompone en el Continente

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HUGO MOLDIZ MERCADO




La Haine



La derecha en el continente se recompone y sus fracciones más duras han decidido pasar a la contraofensiva. Si bien este dato de la realidad no se le puede atribuir solo al titular de la Casa Blanca, es importante tomar en cuenta que la “era” Obama le ha posibilitado a EE.UU., después de momentos de crisis de dominación, pasar de tres a siete en el número de gobiernos afines a su política exterior en América Latina. Obama, cuya madre y padre adoptivo mantenían una estrecha relación con la estación CIA, se presentó, dentro y fuera de los EE.UU., como partidario de reformas que disminuyeran las crecientes desigualdades sociales en lo interno y de estrechar un nuevo tipo de lazos con la América Latina que se le estaba escurriendo de las manos.
Es ahí donde la imagen externa no coincide con la situación interna. Los demócratas, de la mano de Obama, han perdido las elecciones legislativas de noviembre pasado. Los republicanos han recuperado la Cámara de los Representantes después de haber sido desplazados en 2006 y en el Senado han recuperado terreno tras su victoria en estados importantes por su peso político y económico. Los primeros alcanzan a un total de 233 en ambas cámaras, mientras los segundos llegan a 285. En enero de 2009, cuando Obama asumía la titularidad de la Casa Blanca y en su discurso aseguraba que EE.UU. iba a recuperar su liderazgo en el mundo, incluyendo en América Latina, no estaba diciendo nada que no estuviera en el orden de posibilidades y prioridades. A pesar de que su predecesor —George Bush (hijo)— se esforzaba en atender simultáneamente el mundo con su predominante política guerrerista, América Latina se encontraba insurgente. Inducidos por la iniciativa de los países miembros de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), un sentimiento de alcanzar mayor autonomía ante los EE.UU. se apoderaba de la mayor parte de los gobiernos del continente. Solo Colombia, México y Perú mantuvieron un nivel de articulación con Washington y no pocas veces chocaron con Venezuela y Bolivia, los dos países que atraviesan por procesos de cambios inéditos y radicales.
La relación con Colombia es estrecha desde fines del siglo XX, cuando el demócrata Bill Clinton puso en marcha el denominado Plan Colombia —elaborado por el senador Dewine— con una clara orientación contrainsurgente, que luego se reforzó tras los hechos de septiembre de 2002, cuando EE.UU. fue escenario de atentados terroristas atribuidos a un exsocio de la Central de Inteligencia Americana (CIA). La alianza con Andrés Pastrana primero, al fracasar las negociaciones de paz en San Vicente del Cagúan, se enriqueció luego con Álvaro Uribe, quien convirtió a su país en teatro de operaciones concebidas para agredir sistemáticamente a su vecina Venezuela y también a Ecuador. Al primero de los países se lo penetró reiteradamente con agentes de la DAS y al segundo se lo provocó el 1ro. de marzo de 2008 al violar su territorio (Sucumbíos) para bombardear el campamento de las FARC y asesinar al comandante rebelde Raúl Reyes, quien impulsaba la tarea de buscar una salida política negociada al conflicto armado que azota a ese país hace más de 50 años. La “seguridad democrática” fue el manto con el que se desencadenó la represión de activistas civiles y se asesinó, con “falsos positivos” por medio, a cientos de colombianos inocentes y pobres.
Con México las relaciones han sido igualmente cordiales y no por eso menos comprometidas. Tanto con Vicente Fox, como con Fernando Calderón, la estrategia contrainsurgente expresada en la denominada Iniciativa Mérida —un derivado del Plan Colombia— ha militarizado ese país con dos grandes objetivos: la lucha contra el narcotráfico y el control de la migración. Con el ataque a los efectos y no las causas, varios estados y ciudades de México se desangran todos los días. A eso hay que añadir los planes de intercambio comercial en el marco del NAFTA que poco les ha dado a los mexicanos frente a lo que ha perdido a favor de las empresas transnacionales con asiento en EE.UU. El desequilibrio es tan grande que ha sido el mismo Calderón quien ha criticado a EE.UU. por no hacer nada para evitar el tráfico de armas hacia México.
Con Lima, el trato no es distinto, aunque en el primer semestre de este año el presidente Alan García reclamaba por el mínimo de recursos que se le asignó a ese país y no los mil 400 millones de dólares anuales entregados a Uribe en el marco del Plan Colombia. El gobierno peruano, sin embargo, no ha jugado el papel de agresor militar contra Bolivia y Ecuador, aunque políticamente ha sido un dique a los planes de crecimiento del ALBA.
Pero no se puede dejar de apuntar en estas acciones de la ultraderecha estadounidense en el período previo a la “era” Obama, el golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez y el intento de una acción similar en contra del presidente Evo Morales en agosto-septiembre de 2008. Al primero una movilización del pueblo lo devolvió a Miraflores antes de las 48 horas y al segundo se lo protegió con una marcha indígena y campesina hacia Santa Cruz que disuadió a los golpistas. En ambos estuvieron las manos de la CIA.
De tres a siete
La “era” Obama para América Latina tuvo una inauguración no pensada ni anticipada por nadie. El 28 de junio de 2009, a escasos cinco meses de que el joven demócrata ingresara a la Casa Blanca, un golpe de Estado expulsaba del poder al presidente liberal, Manuel Zelaya, quien se disponía a celebrar ese día una consulta popular para preguntarle al pueblo si en las elecciones generales de noviembre de ese año colocaban una “Cuarta Urna” para decidir si había o no una Asamblea Constituyente. Los planes de organizar la consulta molestó a la derecha bananera hondureña y la base de Soto Cano —donde EE.UU. tiene militares desde la década de los 80—, sirvió para sacar al Presidente liberal de su país.
La OEA reaccionó como EE.UU. quería que reaccionara: no hizo nada. Pero la secretaria de Estado, Hillary Clinton, logró que Zelaya tomara las cartas que la Casa Blanca quería: la mediación de Oscar Arias, de Costa Rica, el mismo que en la década de los 80 torpedeó cualquier negociación con Nicaragua, cuyo país era atacado por bandas contrarrevolucionarias, financiadas y organizadas por la CIA, desde Honduras. El ALBA, que fue el primero en condenar el golpe, tuvo que resignarse a un rol secundario y recibir las agresiones permanentes de la ultraderecha.
Sucumbíos fue una victoria de Bush. EE.UU. demostraba la fragilidad de los estados latinoamericanos para cuidar sus fronteras y la facilidad con la que las bases o tropas militares actuaban. Ya no hay duda de que el territorio ecuatoriano fue utilizado por las fuerzas especiales colombianas en Manta, la base estadounidense que Correa desmanteló después. Pero Honduras fue el punto de inflexión para la derecha continental.
La Casa Blanca se salió con la suya. Pocos meses después, Obama anunciaba el cumplimiento del convenio Bush-Uribe por el cual se iban a instalar siete nuevas bases militares en Colombia y, por si no fuera suficiente, preacordaba con Ricardo Martinelli —un empresario de ultraderecha que se incorporó al grupo contrainsurgente en el continente en 2009— la apertura de cerca de cuatro bases navales estadounidenses en Panamá, de donde salieron años antes en virtud de los tratados Torrijos-Carter.
La expansión de la derecha imperial no se iba a detener. Siempre en el plano político-militar, Laura Chinchilla Miranda gana las elecciones en Costa Rica en febrero de 2010. A poco de asumir la presidencia del país centroamericano, la joven política, con estrechos lazos con sectores influyentes estadounidenses y USAID, acepta que EE.UU. movilice a cerca de siete mil soldados con la tarea de la lucha contra el narcotráfico y en el marco de la Iniciativa de Seguridad Regional de América Central (CARSI), firmado en octubre pasado.
Finalmente, en esta guerra de movimientos y posiciones, EE.UU. se ha apoderado del Palacio de la Moneda. El derechista Sebastián Piñera ha desplazado a la Concertación después de dos décadas, y los seguidores de Pinochet —a los que el Presidente chileno dice no pertenecer— se encuentran a la ofensiva para desarticular a los activistas y movimientos de izquierda. No es que la Concertación fuese un modelo del antineoliberalismo. Todo lo contrario. Pero, dentro de los márgenes de la rigurosa política exterior del vecino país, hay iniciativas tomadas por Bachelet que le dieron su apoyo a la corriente latinoamericana que apuesta a una mayor aut
La derecha “no estatal”
Es muy difícil no encontrar relaciones entre la política exterior de los EE.UU. y las estrategias de fundaciones y organizaciones de la ultraderecha internacional. Tan ausente son las diferencias que Robert Kagan, uno de los fundadores del Proyecto para un siglo Americano, manifestaba su optimismo ante el primer discurso que Obama hizo como presidente. "Obama no ha dicho ni una sola vez que la fuerza militar debe utilizarse solo como último recurso. Por el contrario, insiste en que ‘el Presidente no debe nunca dudar en usar la fuerza —unilateralmente si fuera necesario’, y no solo ‘para protegernos… cuando seamos atacados’, sino también para proteger ‘nuestros intereses vitales’ cuando exista un ‘inminente peligro’. Esto es conocido como acción militar preventiva. Hay cuatro palabras ausentes de los discursos de Obama sobre el uso de la fuerza: Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Obama habla de ‘naciones renegadas’, ‘dictadores hostiles’, ‘alianza muscular” y de mantener una ‘fuerte disuasión nuclear’. Habla acerca de cómo tenemos que ‘aprovechar’ el ‘momento de América’. Hay que ‘empezar de nuevo el mundo’. ¿Es esto realismo? ¿Se trata de una política exterior propia de la izquierda liberal?’. Más claro, agua.” Los Neocons, que tienen sus orígenes en la década de los 90, diez años después de la revolución conservadora de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, constituyeron una fuerza material y pensante de George Bush y expresan ahora el surgimiento de una tendencia antiliberal y que proclama la recuperación de los valores occidentales y estadounidenses contaminados por la migración latinoamericana, asiática y africana. Los Neocons están en la tarea de acelerar la recomposición de la derecha a escala mundial. Muchos de sus grandes pensadores y activistas mantienen relaciones con españoles, franceses, alemanes e ingleses. En América Latina, aunque con cierto celo y desprecio, han empezado a tomar contactos con partidos de la vieja derecha y con empresarios-políticos de la nueva derecha. A los primeros les liga la dureza del pasado —como es el caso de Luis Posada Carriles, un criminal protegido en EE.UU.- y a los segundos por su inclinación a concebir la política como una gestión empresarial.
Pues bien, en ese contexto es que se deben interpretar tres hechos que no resultan aislados. El primero, la advertencia que el ministro de Defensa, Robert Gates, hizo a Bolivia por sus relaciones con Irán, en el marco de la IX Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, una instancia de coordinación en temas de seguridad nacida en 1995, en Florida, un año después de la I Cumbre de las Américas celebrada en Miami.
El segundo, la cumbre Los Andes en Peligro organizada por el Interamerican Institute for Democracy, reunió a opositores de los procesos de cambio en América Latina y aprobó una línea de acción para trabajar por la expulsión de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua de la OEA, así como en planificar el magnicidio de Hugo Chávez. Si bien, que se conozca, no existe un documento de conclusiones, es evidente que las palabras allí sostenidas no son una invitación al juego. De hecho, personajes como Armando Valladares y Roger Noriega —ambos con estrechos nexos con la Fundación Cubano Americana— participaron de la cita.
Entre los participantes de la cumbre derechista, estuvieron Carlos Sánchez Berzain, Manfred Reyes Villa, la diputada Pierola, el dirigente cívico cruceño Luis Núñez, según información del periódico Cambio. Los reportes no citan a Luis Posada Carriles y otros terroristas; pero es de suponer —por su relación con los Neocons y la Fundación Cubano Americana— que no escatimarían en participar en acciones de desestabilización y planes de magnicidio. Hace pocos meses, en julio, Francisco Chávez Abarca fue detenido ingresando a Venezuela y confesó que había sido contratado por Posada Carriles, el que en 1976 hizo explotar una bomba en una nave de Cubana de Aviación que transportaba deportistas.
Pero si de antecedentes de la ultraderecha internacional se trata, la participación en la Operación Cóndor en la década de los 70, cuando la represión, el intercambio de prisioneros y el asesinato rebasó las fronteras, es algo que pinta de cuerpo entero a los grupos de la ultraderecha.
Casi simultáneamente, una segunda reunión de la derecha se realizó en Colombia. UnoAmérica —una organización de extrema derecha encabezada por Alejandro Perez Esclusa— congregó a sus miembros en Bogotá, donde se identificó a 14 países de América Latina vinculados al Foro de Sao Paulo. En términos militares, dada la naturaleza de esta organización, se los declaró como objetivos a desestabilizar. Por tanto, las voces de alerta de los presidentes Evo Morales y Hugo Chávez no constituyen una exageración. El ALBA es el objetivo mayor de la ultraderecha continental, ya sea para golpearlos directamente o para desarrollar una línea de aislamiento. Por lo pronto, el triunfo de la izquierda en Brasil y la posición firme de Cristina Fernández en Argentina, son una buena noticia para los gobiernos de avanzada en América Latina.
www.nodo50.org/ceprid

El marco histórico de la globalización; ¡golpe de estado!

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JAMES POLK






Global Research


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens y revisado por Caty R.



Nuestra era se define en gran parte por dos conceptos muy interrelacionados: la globalización y la denominada “guerra contra el terrorismo”. En su calidad de operadores geopolíticos-económicos, ambos conceptos se complementan como medios significativos para fines específicos; ambos conforman aspectos importantes de nuestras vidas de todos los días y determinan la forma y el contenido de gran parte de lo que pasa por discurso público. Particularmente en Europa y en EE.UU. se mantiene a las poblaciones vigilantes ante “peligros claros y presentes” planteados ostensiblemente por el “terrorismo internacional” por medio de iconos mnemótécnicos de movimientos de tropas en Asia Central y/o conspiraciones estratégicamente desplegadas para atentados que supuestamente son frustrados “justo a tiempo” por nuestros servicios de inteligencia. Como si se hubiera copiado de las notas para conferencias de Carl Schmitt, se fabricó un “enemigo” totalitario al que se puede recurrir convenientemente si la memoria pública comienza a flaquear.
La globalización ha procedido mediante tres interpretaciones y representaciones del mundo en su conjunto, diferentes pero claramente interrelacionadas: como el “momento cosmopolita” sociopolítico [1] (para pedir prestado un término acuñado por Seyla Benhabib) del globo como encarnación de nuestro mundo cotidiano; como la escena de operaciones de los intereses corporativos/financieros multinacionales; y como el campo de batalla en el cual se considera que los conflictos incitados requieren soluciones exhaustivas, globales, que deben lograrse mediante un Nuevo Orden Mundial. En su estado actual, el constructo de un mundo unificado es en gran parte sinónimo del gobierno mundial ideal tal como fue conceptualizado por la Sociocracia del filósofo francés Auguste Comte en el Siglo XIX [2], en el cual los banqueros internacionales y los think tanks elitistas determinan y ejecutan las políticas públicas.

Imcluida en este ideal global está, por supuesto, la disolución completa de la nación-Estado como tal a través de la gradual, pero de facto irreversible, integración de naciones individuales en el marco totalitario de entidades políticas, económicas y de las principales judiciales/jurídicas que operan a escala global (las más importantes: las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco de Pagos Internacionales y la Organización Mundial de Comercio).

Las raíces filosóficas de este proceso integrador pueden encontrarse en los factores determinantes que llevaron al Tratado de Westfalia, que terminó con la horrorosamente brutal Guerra de Treinta Años. El tratado también enterró el principio Cuius regio, eius religio y reinstaló la tolerancia de los protestantes como fue aclarada en la Paz de Augsburgo (1555), cuya revocación bajo el Emperador Fernando II del Sacro Imperio Romano Germánico en el Edicto de Restitución (1629) provocó la cruenta contra-respuesta de la nobleza protestante en Austria y Bohemia. Los términos del acuerdo de paz también limitaron radicalmente el territorio y el poder del Sacro Imperio Romano y reconocieron la soberanía de los numerosos principados que constituían el campo de la influencia alemana, y que delegó en Francia y Suecia la tarea de guardianes de la paz.

Pero el Tratado de Westfalia fue de considerable importancia por otro motivo significativo. Los consejeros en Münster y Osnabrück pudieron establecer mediante un discurso racional el concepto de un acuerdo de paz basado en la primacía de la razón y de las reglas del derecho que trascendían los intereses nacionales y sistemas de creencias beligerantes, produciendo, con un sentido genuinamente Kantiano, la idea reguladora de la paz alcanzable como principio de razón para guiar todas las acciones de las partes involucradas, y a la cual todos los participantes, nolens volens, debían someterse. Esto es claramente evidente en la forma en que diversas cláusulas del tratado asumieron un papel metanormativo. De esa manera el tratado allanó el camino para una era de pensamiento secularizado en el cual el vigor de la ley y la negociación política servían de instrumentos para la resolución de conflictos y de líneas directivas de soberanía nacional basada en principios de razón.

Paralelamente al desarrollo de principios internacionales de conducta cosmopolita en nuestra propia época como los que se encuentran en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en los estatutos de la Convención de Ginebra, los intereses económicos y financieros han explotado tanto los códices formulados en acuerdos internacionales y medidas jurídicas que actualmente sustituyen leyes nacionales previamente existentes a través de organismos cada vez más totalitarios como la Organización Mundial del Comercio. [3] Es el poder encarnado en los dominios de intereses financieros concentrados que actualmente están en el proceso de transformar nuestra vida cotidiana y las esferas de experiencia en formas previamente inimaginables.

Golpe de Estado
Silenciosamente, y cuidadosamente ocultado al escrutinio público, ocurrió un golpe de Estado en 1914 en EE.UU. Los resultados de ese golpe incruento se hacen sentir actualmente a una escala verdaderamente global. Con una planificación cuidadosa y detallada, los representantes de las instituciones financieras más poderosas de Europa y de EE.UU. tuvieron éxito mediante la promulgación de la Ley de la Reserva Federal (también conocida como la ley Glass-Owen) en la alteración radical y permanente de los fundamentos de la nación en su conjunto.

Mediante la creación del sistema de la Reserva Federal, los intereses financieros que concibieron escribieron e implementaron la ley Glass-Owen se apoderaron de la autoridad del gobierno de EE.UU. como representante teórico de los ciudadanos del país para imprimir nuestra propia moneda y colocaron esa autoridad en manos de un cártel bancario privado. Según el Artículo 1, Sección 8, de la Constitución de EE.UU., se otorga el poder al Congreso para “acuñar moneda” y “regular su valor”. La Ley de la Reserva Federal interpreta evidentemente este poder de modo bastante literal, como la acuñación de centavos, 5 centavos, 10 centavos, y cuartos de dólar; sin embargo, el centro de la ley es la creación de moneda en la forma de billetes de banco. Cuando el gobierno necesita dinero el tesoro de EE.UU. emite pagarés en forma de bonos del tesoro de EE.UU., que luego vende al sistema de propiedad privada de la Reserva Federal a cambio de un cheque de la Reserva Federal. En realidad, el banco de la Reserva “Federal” simplemente introduce las cifras correspondientes en el teclado del ordenador, una vez como deuda y otra vez como activo. En otras palabras, la Reserva Federal crea cifras de la nada, por las que luego pide un reembolso con intereses. Después los fondos se acreditan a la cuenta del gobierno y con ellos se pagan diferentes gastos. El “dinero” como tal es creado de la nada en ese momento exacto por el banco de la Reserva Federal. Pero hay un truco adicional utilizado por todos los bancos que operan con el sistema de la Reserva Federal: préstamos de reserva parcial [fractional reserve lending]. Este ardid permite al banco multiplicar por diez la cantidad de dinero que presta a sus clientes sin tener los fondos reales en reserva para respaldarlo. Todo el ardid ha permitido a los dueños ocultos del sistema privado de Reserva “Federal” la extorsión efectiva de dinero al pueblo de EE.UU. en forma de pagarés, también conocidos como bonos del tesoro, que luego deben reembolsarse con intereses.

La base legal de este escandaloso sistema en la ley Glass-Owen en EE.UU. fue sólo el comienzo. Como otros bancos centrales firmantes del Acuerdo de Bretton Woods (y por lo tanto del acuerdo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional), el sistema de la Reserva Federal puede controlar la cantidad de dinero en circulación mediante diversos mecanismos, por ejemplo mediante el aumento o la reducción de las tasas de interés y/o los requerimientos de reserva mínima de los bancos en el sistema de préstamos de reserva parcial. A través de la promulgación del sistema de la Reserva Federal, la esencia del dinero se ha convertido en deuda. Mediante la creación de deuda, el dinero llega a existir en el sistema. Por lo tanto es obvio que nunca interesa al banco que los clientes, los prestatarios, paguen realmente sus deudas porque eso dejaría a los bancos sin pagos de intereses. Cuando sucede que los prestatarios son naciones soberanas, por ejemplo del mundo en desarrollo, o ahora EE.UU. y una serie de países en Europa Occidental, los pagos de intereses obtenidos por los bancos llegan fácilmente a ser cientos de miles de millones de dólares. Esto es extraordinariamente lucrativo para bancos que han podido “participar" en la negociación de acuerdos de paz (mediante los cuales se fijan condiciones de rendición y reembolso de daños) y en las deliberaciones de acuerdos comerciales internacionales para regular el comercio y las finanzas globales.

La Primera Guerra Mundial y su resultado suministran un ejemplo muy esclarecedor de cómo se ha logrado esto. Las condiciones impuestas a Alemania mediante el Artículo 231 del Tratado de Versalles establecieron los fundamentos para la consolidación de los intereses financieros enormemente poderosos en Londres, Nueva York, Frankfurt y París, que habían sido esenciales para la imposición, a cualquier precio, de la Ley de la Reserva Federal en EE.UU. (Habría que señalar que son los mismos intereses financieros que también hicieron su parte para llevar a las naciones al conflicto militar. El foco en este caso, sin embargo, sigue limitado a la génesis y perpetración del cártel de la banca central privada como tal y sus conexiones con la actual crisis financiera y la guerra contra el terrorismo.)

El horror de la Primera Guerra Mundial condujo rápidamente a la comprensión de que la comunidad global de naciones no debería permitir que semejante crueldad volviera a ocurrir, y que hacían falta principios de conducta universalmente reconocidos y aceptados para garantizar la paz y la armonía internacional. Semejantes principios de buena voluntad, reminiscentes intencionalmente de los términos fijados por la Paz de Westfalia, sólo podían implementarse mediante una voluntad general común o consenso global. En otras palabras, una Liga de Naciones, un Völkerbund en el más estricto sentido kantiano, era necesaria para definir e implementar principios internacionalmente válidos de conducta humanitaria, por cierto cosmopolita, a fin de beneficiar a toda la especie humana y toda nuestra vida cotidiana.

Este impulso positivo fue, entre otras cosas, lo que llevó a los participantes en la “guerra para terminar todas las guerras” a fundar el “Convenio de la Liga de las Naciones”. El acuerdo incluía 26 principios a los que se comprometían los 58 Estados miembro. Pero el problema más central que confundía los ideales de la Liga era el hecho de que el acuerdo se basaba en importantes intereses económicos que esencialmente condenaban al tratado al fracaso desde el principio. La Liga se basada en el statu quo tal como fue definido por los vencedores de la Primera Guerra Mundial, quienes, como representantes al mismo tiempo de “intereses” ostensiblemente “nacionales”, hicieron todo lo posible por asegurar los mayores beneficios posibles para los banqueros de la elite que trabajaron entre bastidores en Nueva York, Londres, Paris, y Frankfurt. Y los medios para ese fin se encontraron en los términos de los pagos de reparaciones que luego impusieron a Alemania. Un artículo publicado el 31 de mayo de 1922 en el New York Times esbozó las demandas más destacadas impuestas a Alemania por las potencias de la entente Aliada:

“La Comisión de Reparación llamó a Alemania a aceptar los siguientes compromisos antes del 31 de mayo:

Reducir los gastos y equilibrar el presupuesto.
Detener el aumento de la deuda externa y del papel moneda en circulación.
Aceptar una ligera supervisión de sus esfuerzos en esa dirección.
Tomar medidas para impedir más fuga de capital y recuperar 2.000 millones de dólares que desaparecieron del país durante los últimos dos años.
Asegurar la autonomía de la política del Reichsbank.
Reiniciar la publicación de estadísticas fiscales del Gobierno.” [4]
Los lectores atentos notarán inmediatamente los inconfundibles paralelos con las exigencias (“medidas de austeridad”) frecuentemente impuestas a naciones en desarrollo por el Fondo Monetario Internacional en sus propuestas políticas conocidas previamente como “programas de ajuste estructural”, incluyendo demandas de privatización del sistema bancario o, para utilizar la frase introducida por la “jerga de la Fed”, para garantizar la independencia (“autonomía”) de la política de los bancos. (En una traducción corregida, es la simple demanda de que se permita a ese cártel de la banca privada, como única fuente de dinero ficticio, que cometa su engaño monetario basado en la deuda sin ninguna supervisión o control por el pueblo o sus representantes). Una gama de condiciones impuestas por el FMI ha llevado constantemente a dificultades interiores generalizadas y a crisis económicas, dentro de las naciones en cuestión, porque los intereses y el bienestar de la población en general discrepan evidentemente a menudo de los programas del FMI que se implementan. Joseph Stiglitz lo describió como sigue:

“El FMI no sólo se dedica a los objetivos fijados en su mandato original de realzar la estabilidad global y asegurar que haya fondos para países que enfrentan una amenaza de recesión a fin de que impulsen políticas expansionistas. También se dedica a los intereses de la comunidad financiera. Esto significa que el FMI tiene diferentes objetivos que a menudo están en conflito entre ellos.

“La tensión es tanto mayor porque este conflicto no puede hacerse público: si el nuevo papel del FMI se reconociera públicamente, el apoyo a esa institución podría debilitarse, y es casi seguro que los que lograron cambiar el mandato lo sabían. Por lo tanto, el nuevo mandato tenía que presentarse de manera que pareciera, por lo menos superficialmente, consecuente con lo anterior.” [5]

Y precisamente esta extraordinaria expansión del poder de los cárteles privados de la banca fue fundamental en gran parte en las maniobras entre bastidores durante y después de la Segunda Guerra Mundial. En un ensayo muy esclarecedor publicado en Foreign Affairs en 1936, Leon Fraser puso en conocimiento de un público selectivo la verdadera agenda oculta de la elite bancaria:

“La verdad fue que los expertos [es decir los de la segunda Comisión Young –jp] aprovecharon la ocasión del nuevo ajuste de las reparaciones como excusa para reparar una brecha reconocida hace tiempo en el tejido de las finanzas internacionales. La organización que propusieron tenía funciones no conectadas con las reparaciones, y estas funciones ostensiblemente secundarias fueron, en la conciencia interior creadores, los motivos predominantes para su establecimiento. Algunos miembros –en particular los conectados con la banca comercial– veían la institución como un instrumento para abrir nuevos campos de comercio mundial mediante nuevas extensiones de crédito […] Aunque no hubo unanimidad sobre las oportunidades de crear más crédito, todos los expertos estuvieron de acuerdo en que el Banco podía subsanar un vacío evidente en la organización financiera del mundo, es decir, proveer un centro para la colaboración del banco central y para que la corporación mejorara el mecanismo monetario internacional.” [6]

El banco al que se refería Fraser era, obviamente, el banco central de todos los bancos centrales, el Banco de Pagos Internacionales, con su central en Basilea.

Louis McFadden, ex banquero convertido en congresista de Pensilvania, condenó de manera muy clara los motivos ocultos y los métodos operativos del Tratado de Versalles. McFadden apuntó en particular al Banco de Pagos Internacionales, que se hizo cargo del oro que Alemania debía entregar en pagos de reparaciones. McFadden escribió, refiriéndose a la teoría de Grotius de arreglos justos de conflictos militares (De iure belli ac pacis), que en realidad el Tratado de Versalles se había negociado de mala fe, y que la “Casa de Morgan” y los sospechosos habituales de la camarilla de banqueros internacionales eran los principales beneficiarios de los bonos de reparaciones, y que algunos aspectos sustanciales del tratado se habían elaborado en los centros financieros de Londres, mucho antes de las verdaderas negociaciones en París. McFadden auguró proféticamente las consecuencias a largo plazo del tratado como “fundamento para la renovación de una docena de guerras legalmente justificables”. [7]

La consolidación del poder económico y financiero en Occidente al final de la Segunda Guerra Mundial posibilitó la subsiguiente globalización rápida y generalizada de tendencias incipientes que ya eran visibles en la plataforma de la Liga de Naciones. El establecimiento de las Naciones Unidas en 1945, así como la fundación del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, tal como fue estipulado por el resultado del Acuerdo de Bretton-Woods (1944), contribuyeron sustancialmente al sistema internacional de moneda y finanzas de un carácter distintivamente anglo-estadounidense. Esto significó en particular que los bancos centrales de todas las naciones miembros tenían que adoptar en gran parte el modus operandi del sistema de la Reserva Federal. La impresión de monedas nacionales, que solía ser privilegio de gobiernos soberanos, debía ser reemplazada por el sistema de bonos gubernamentales o la emisión de pagarés, que entonces se prestarían o se venderían al cártel bancario privado (encabezado por el respectivo “banco central” del país) a cambio de billetes moneda con interés vencido. Los resultados de dos guerras mundiales, en las cuales un cártel bancario privado había escrito en última instancia las condiciones de la rendición económica y financiera, habían llevado por obligación a los vencidos al papel de participantes en la mayor estafa de la historia humana: la creación de dinero de la nada mediante deudas, con pagos de interés en flujo permanente a la esfera de la elite bancaria privada. Todo a escala global.

Muchos de los vehículos y recursos de inversión discutidos cada vez en más estudios han vinculado con mucho éxito la esfera política con la corporativa/financiera entre las que ya es imposible ver una separación clara. No obstante, entre amplios segmentos de las poblaciones en muchos países, los ciudadanos votantes siguen convencidos de la santidad de las autoridades elegidas. Esas convicciones se basan en una publicidad falsa, y los votantes no han visto la fusión entre el capital y la exitosa ocupación de campañas y puestos realizada regularmente tras las pantallas de humo de los medios de comunicación masivos. En una serie de casos importantes, incluso los movimientos de oposición y protesta han sido comprados y escenificados. [8] ¡Sí, podemos!, se puede considerar ahora como el coro lamentable de los que fueron engañados por el cambio en el que creían. El cambio vino en forma de continuos rescates a los bancos de Wall Street y la colocación confortable por el propio Obama del ex jefe de la Reserva Federal de Nueva York en el trono del tesoro de EE.UU., inmune a la crítica y a la reprimenda, a pesar de sus urgentes correos electrónicos al abogado de AIG instando a guardar silencio como reacción a las consultas del Congreso sobre la dimensión de los fondos de rescate de la Reserva Federal canalizados a los bolsillos de Goldman Sachs. (Evidentemente cuando esas revelaciones salieron a la luz pública (¡en Internet!), los medios dominantes estaban ocupados convenciendo al público semi-consciente de la importancia del paradero pasado y presente de los genitales de Tiger Woods.) Y no ha pasado nada. Pero los lacrimosos y desesperados parecen tragarse cada vez las exageraciones de Hollywood: ¡Él es el UNICO!

Los procedimientos esquemáticos realizados por el FMI, el Banco Mundial, y la OMC adquieren frecuentemente un carácter descaradamente absurdo. Así fue en el caso del programa de ajuste estructurado citado frecuentemente, desarrollado para Bolivia en el Documento Marco de Política para 1998-2001 del Mecanismo Reforzado de Ajuste Estructural (ESAF por sus siglas en inglés). A cambio de préstamos muy necesarios del FMI, se exigió a Bolivia que transfiriera los “derechos” del sistema de aguas de Cochabamba a la firma privada de Aguas de Tunari, subsidiaria del consorcio International Water Ltd./Bechtel Corporation. (Bechtel adquirió mala fama internacional bajo el gobierno de George W. Bush como receptora sin licitación de generosos contratos militares de “reconstrucción” en Iraq.) La privatización del suministro de agua significó que los precios de este recurso vital aumentaron más de un 300%, con lo que fue inasequible para numerosas familias. A pesar de la amenaza de indignación pública y posible violencia, un informe escrito por expertos del Banco Mundial aconsejó que no se dieran subsidios públicos para compensar el aumento en los precios del agua en Cochabamba. [9]

Recientes maquinaciones de la Organización Mundial de Comercio también han llevado a precarias estrategias de globalización. Según Greg Palast, un informe interno enviado a su oficina en The Guardian reveló amenazas reales dirigidas al gobierno izquierdista de Brasil si el país se seguía negando a firmar el Acuerdo de Servicios Financieros de 1999. Este acuerdo formaba la base legal internacional para la desregulación de los denominados “productos financieros”, desarrollados específicamente como ser “swaps de incumplimiento crediticio” y “valores respaldados por hipotecas”, que luego condujeron a la catástrofe financiera global.

El modelo de crisis seguida por un plan prefabricado para una solución global ha sido persistente desde principios del siglo XIX, cuando las elites bancarias europeas tocaron todos los registros con el fin de establecer un banco central en suelo estadounidense. Eran los mismos intereses estructurales que terminaron por llevar a la aprobación de la ley Glass-Owen. Y dentro de este modelo también se encuentran los orígenes de la actual crisis financiera, específicamente dentro de las más altas esferas del sistema de la Reserva Federal.

Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, D.C., la Reserva Federal fue “obligada” a reducir los tipos de interés a un mínimo con el fin de evitar un posible colapso de una serie de importantes servicios e industrias. Esta acción posibilitó la decisión de las filiales de bancos en todo el país de ofrecer créditos fáciles, en particular para hipotecas inmobiliarias. Dos años después, todo el país vivió un frenesí de compras de casas con visiones de aumento del valor de las casas año tras año hasta el fin de los tiempos. Numerosos compradores compraron dos o tres con la esperanza de convertirlas en innumerables miles de dólares de ganancia.

Se crearon los fundamentos para la inicialización de un instrumento financiero previamente desconocido –BISTRO (Broad Index Secured Trust Offering)– desarrollado en los think tanks de J P Morgan. A la velocidad de las transferencias electrónicas de fondos, BISTRO posibilitó inimaginables beneficios exponenciales mediante “swaps de incumplimiento crediticio” [CDS] que la “Casa de Morgan” luego pasó a dividir en paquetes y los vendió por miles a partes interesadas en corporaciones, bancos, gigantes de los seguros y fondos de inversión en todo el mundo. Como lo describió con exactitud la revista alemana Der Spiegel, “los gerentes de bancos y banqueros centrales eran los capitanes de ese barco, entre ellos súper estrellas como el gerente de J P Morgan Blythe Masters y el ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan.” [10]

Los observadores atentos de la historia de las finanzas reconocerán el modelo concreto de desarrollo en este caso. Una expansión del crédito putativamente bien fundada y el auge económico correspondiente van seguidos de una repentina retracción del crédito y una implosión de los mercados. En el centro de nuestra crisis actual está la industria bancaria y su capacidad de crear dinero y derivados de la nada. El colapso era previsible, y es muy probable que haya sido cuidadosamente planificado. En cuanto comenzó el colapso de 2008, los directores de los principales bancos de EE.UU. comenzaron a emitir ultimatos al pueblo estadounidense a través de su propio representante, Henry Paulson (ex director ejecutivo de Goldman Sachs, como secretario del Tesoro. Si los cofres de los bancos no se hubieran rellenado con amplios fondos públicos, los estadounidenses pronto se despertarían con la ley marcial en las calles de muchas ciudades importantes.

Y, rápidamente, los representantes en Washington, que no ven ni oyen nada malo, salieron al rescate de la elite financiera global, todo a costa de los contribuyentes, y en última instancia también a costa de la soberanía nacional. Demandas concomitantes de “soluciones globales” a este problema evidentemente global fueron puestas rápidamente en el orden del día nacional e internacional por el G20 y por destacados economistas como Kenneth Rogoff. El Congreso de EE.UU. ratificó recientemente una puesta a punto exhaustiva del sistema financiero de la nación, y al hacerlo otorgó más autoridad a la Reserva Federal. A escala global, expertos financieros y económicos de todo el mundo están desarrollando revisiones fundamentales del Acuerdo de Basilea (Basilea III) dentro del marco del Banco de Pagos Internacionales. [11]

Al mismo tiempo, el anuncio de la Reserva Federal a finales de 2010 de que iniciaría una segunda vuelta de “ajuste cuantitativo” en sus esfuerzos por liberar crédito y aliviar a las instituciones financieras de activos moribundos llevó a más llamados vociferantes a que una nueva moneda de reserva global reemplace al dólar enfermizo. La decisión de la Reserva Federal de aumentar la liquidez mediante la impresión de más dólares ya se ve como un error potencialmente fatal por parte de muchos escépticos, particularmente en China que posee una suma extraordinariamente elevada de dólares de EE.UU. en su tesoro de reservas monetarias. Rusia y China, entre otros, ya han acordado un intercambio bilateral de bienes y servicios utilizando sus propias divisas, sin usar el dólar estadounidense como intermediario.

Presiones inflacionarias inevitables garantizan que los días del dólar de EE.UU. como moneda de reserva mundial estén contados; este resultado no promete nada bueno para los estadounidenses, que con gran probabilidad verán la ley marcial siempre y cuando los precios para las necesidades diarias como la gasolina aumenten rápidamente más allá de lo asequible. Como operador jefe de todas las fuerzas clandestinas que quieren ver un gobierno mundial que controle el planeta, la Reserva Federal ha estado destruyendo activamente la moneda estadounidense como instrumento de soberanía nacional. Y en estrecha colaboración con la Reserva Federal, grupos de trabajo dentro de las Naciones Unidas y del FMI han publicado documentos de posición clave en los cuales se propone una nueva divisa global, que se espera sea impresa o acuñada por un banco central global. [12]

La guerra global “contra el terror”
Junto al aumento de la autoridad de instrumentos globales como el FMI, la OMC y el Banco de Pagos Internacionales, una red internacional de vigilancia está en plena formación con consecuencias trascendentales para la vida y la libertad individual. La integridad de Internet se encuentra particularmente en peligro ya que la integridad de Internet es el último bastión del intercambio de información sin censura. Con cada “ciberataque” publicitado, sea realidad o una creación ad hoc, surgen nuevas demandas de un aumento de las medidas de seguridad y de la legislación para controlar tanto la forma como el contenido online. Nuevos conceptos supranacionales clave como “al-Qaida”, “redes terroristas” o “transferencias sospechosas de dinero” son ahora de uso común en el discurso público y permiten la implementación de medidas de control y estrategias de vigilancia militar/política sin precedentes sobre los ciudadanos de a pie. La buena disposición de gobiernos de todo el mundo para adoptar medidas contra el terror, potencialmente hostiles a todas formas de libertad individual, se basa en la cuestionable aceptación de la explicación oficial presentada por el gobierno de EE.UU. y sus servicios de inteligencia de los eventos que ocurrieron el 11-S. La escasez de la crítica de la inverosímil narrativa oficial de todo lo que ocurrió el 11-S, en especial en los medios dominantes de EE.UU., es de por sí suficiente evidencia de una prensa estadounidense totalmente controlada desde arriba.

Los análisis de David Ray Griffin y de Steven Jones (entre muchos otros) [13] de múltiples inconsecuencias y puras imposibilidades en la explicación oficial de los ataques del 11-S proveen una evidencia obvia de que hubo y hay conspiraciones mucho más siniestras de lo que el público estadounidense está dispuesto a creer. Las respuestas a la inevitable pregunta ¿cui bono? apuntan a los beneficiarios a largo plazo del control global que en última instancia no permitirá ninguna excepción.

El modelo siempre es el mismo. Se presenta una crisis de proporciones trascendentales, y se ofrecen soluciones a escala global que terminan por consolidar los intereses de un Nuevo Orden Mundial, tal como fue imaginado por Auguste Comte, con un control total por parte de los banqueros y una elite intelectual seleccionada. El sistema de la Reserva Federal debe verse como es: la agencia de una camarilla internacional de elites bancarias que están determinadas a obtener un gobierno global, con un sistema único de justicia universal, una sola moneda y una red de vigilancia universal como garantes de un régimen totalitario y neofeudalista a prueba de fallos. Gracias a los esfuerzos de la misma elite global, EE.UU. agoniza y terminará por sucumbir ante las restricciones que sus dirigentes han adoptado de buen grado dentro del contexto de la globalización.

Tan admirable como pueda ser la paz perpetua bajo un sistema de razón benevolente, que considere primordialmente la santidad de toda la vida terrestre en el planeta, los antecedentes históricos concretos de los que están más activamente involucrados en hacer que los ideales del Nuevo Orden Mundial lleguen a buen término bastan como motivo para rechazar sus objetivos.

Los banqueros de elite en EE.UU. y Europa concibieron e implementaron el sistema de la Reserva Federal como un importante escalón hacia un posible gobierno global de una sociedad neofeudalista. La continua crisis económica global también se concibió y se implementó como otro instrumento esencial para producir un gobierno mundial controlado por los banqueros y sus socios intelectuales establecidos en posiciones cruciales y que toman las decisiones, ¿Quis custodiet ipsos custodes?

Las políticas y maquinaciones clandestinas de la Reserva Federal aceleran la “necesidad” y la “exigencia" de una moneda global para reemplazar a las monedas nacionales existentes. En épocas anteriores, la implementación de semejantes planes e intenciones se habría considerado alta traición y se habría castigado de forma adecuada; en la jerga actual se podría calificar, de modo más apropiado, como acto de terrorismo.

Notas

1) La noción de cosmopolitismo de Benhabib y de sus implicaciones para las sociedades humanas es presentado en Another Cosmopolitanism (Berkeley Tanner Lectures), Robert Post, ed. (Oxford: Oxford University Press, 2008) y en The Rights of Others: Aliens, Residents, and Citizens (The Seeley Lectures), (Cambridge: Cambridge University Press, 2004).

2) Auguste Comte, System of Positive Polity, trad. Richard Congreve, (London: Longmans, Green, and Co., 1877).

3) Vea en particular Michel Chossudovsky, The Global Economic Crisis: An Overview, The Global Economic Crisis. The Great Depression of the XXI Century, ed. Michel Chossudovsky y Andrew Gavin Marshall, (Montreal: Global Research Publishers, 2010) 3 - 60.

4) Edwin L. James, “Reparations Issue Now Up To Bankers,” New York Times, 31 de mayo de 1922.

5) Joseph E. Stiglitz, Globalization and Its Discontents (New York: W. W. Norton, 2002) 206 - 207.

6) Leon Fraser, “The International Bank and Its Future,” Foreign Affairs (Nueva York: Council on Foreign Relations) vol. 14, número 3 (Abril, 1936), p. 454.

7) Louis T. McFadden, “The Reparations Problem and the Bank for International Settlements,” Annals of the American Academy of Political and Social Science, vol. 150, Economics of World Peace (Julio, 1930), p. 53 - 64.

8) Michel Chossudovsky, “Manufacturing Dissent: the Anti-globalization Movement is Funded by the Corporate Elites. The People’s Movement has been Hijacked,” Center for Global Research, 20 de septiembre de 2010, http://www.globalresearch.ca

9) IMF Bolivia Public Expenditure Review. www.wds.worldbank.org

10) El texto original del Spiegel: “Bankmanager und Zentralbanker waren auf diesem Schiff die Kapitäne, darunter Superstars wie die JP Morgan-Managerin Blythe Masters und der Ex-chef der US-Notenbank, Alan Greenspan.” (traducción j.p.) “Der größte Diebstahl aller Zeiten - wie Finanzjongleure die Welt in eine Krise stürzten, die noch lange nicht beendet ist,“ Der Spiegel, número 47 (11 de noviembre de 2008) p. 47.

11) Vea Ellen Brown, The Towers of Basel: Secretive Plan to Create a Global Central Bank, The Global Economic Crisis. The Great Depression of the XXI Century, ed. Michel Chossudovsky y Andrew Gavin Marshall, (Montreal: Global Research Publishers, 2010) 330 - 342.

12) Vea particular el trabajo del Fondo Monetario Internacional intitulado “Reserve Accumulation and International Monetary Stability” preparado por el Strategy, Policy and Review Department (13 de abril 2010) y el informe de las Naciones Unidas “Report of the Commission of Experts of the President of the United Nations General Assembly on Reforms of the International Monetary and Financial System” (21 de septiembre de 2009).

13) Vea especialmente David Ray Griffin: Debunking 9/11 Debunking: An Answer to Popular Mechanics and Other Defenders of the Official Conspiracy Theory (Northampton, Mass.: Olive Branch Press, 2007); ídem., The 9/11 Commission Report: Omissions and Distortions (Northampton, Mass.: Olive Branch Press, 2004); Niels H. Harrit, Jeffrey Farrer, Steven E. Jones et al., “Active Thermite Material Discovered in Dust from the 9/11 World Trade Center Catastrophe,” The Open Chemical Physics Journal, 2009, 2, 7-31.

Profundamente influenciado por la Escuela de Teoría Crítica de Frankfurt y de la fenomenología del Siglo XX, James Polk siguió sus estudios de filosofía en la Universidad Libre de Berlín, donde recibió su doctorado por un trabajo sobre Kant y Heidegger. Es autor de Am Horizont der Zeit y de The Triumph of Ignorance and Bliss - Pathologies of Public America.

© Copyright James Polk, Global Research, 2010




Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=22551