martes, 30 de noviembre de 2010

Algo va mal

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ANTONIO MORALES MÉNDEZ*
A principios de agosto de este año fallecía, víctima de una esclerosis lateral amiotrófica, Tony Judt, uno de los más lúcidos historiadores y ensayistas de las últimas décadas. A modo de testamento nos dejó un libro –“Algo va mal” Ed. Taurus- que “escribió” con muchísimas dificultades, que me impactó mucho, que no dudo en recomendar y que hoy quiero compartir con todos ustedes.

Judt abre el libro con una cita del literato y ensayista anglo-irlandés del siglo XVIII Oliver Goldsmith: “ Mal le va al país, presa de inminentes males, cuando la riqueza se acumula y los hombres decaen”, y a lo largo de sus 220 páginas, con una claridad extraordinaria, nos va describiendo los errores y las claudicaciones de la socialdemocracia –“pero entre las opciones disponibles hoy, es mejor que cualquier otra que tengamos a mano”- y la peligrosa deriva de un sistema atenazado por el miedo, la desconfianza, la inseguridad y la apatía ciudadana que destruyen la sociedad civil.

Como les digo, el autor, con una claridad meridiana, desde el convencimiento de que andamos presos de un vacío moral y de un vocabulario pretendidamente ético – es urgente “una vuelta a la conversación pública imbuida de ética”- en el que hacemos coincidir el valor de la libertad con la seguridad de las operaciones financieras, nos describe que tras la Segunda Guerra Mundial se estableció un pacto por la regulación de los mercados, la distribución moderada de la riqueza, la aceptación del gasto y la inversión pública , el trabajo conjunto por el bien común, sin excluir a nadie, y la sociedad del bienestar como un concepto fundamental para propiciar más igualdad y por tanto más confianza y arraigo en la ciudadanía. Se recuperaron para la democracia las clases medias, que vieron como sus impuestos les generaban beneficios sociales y la socialdemocracia entonces aceptó de buen grado una mezcla del sueño socialista de una utopía poscapitalista con el pragmatismo de la necesidad de vivir y trabajar en un mundo capitalista. Y así se alcanzaron altas cotas de progreso social.

A mediados de los setenta nos describe una situación absolutamente cambiante en la que la derecha comienza a cuestionar el Estado rompiendo el consenso de la posguerra y se entra en una década en la que el Gobierno no es la solución sino el problema. Se produce una reacción conservadora que nos devuelve al trabajo en precario, al individualismo, a la “identidad” grupal como elemento disgregador, a la incapacidad de las nuevas generaciones por valorar los logros alcanzados. El debate público se vuelve puramente económico y aparece un rechazo culposo a la izquierda, incapaz de alcanzar objetivos, lo que da alas a un neoliberalismo que persigue la anulación del Estado.

No es ni más ni menos que el pórtico a unas décadas de final de siglo en las que el culto a lo privado y a las privatizaciones se convierten en casi una religión. Privatizar permite al Estado desprenderse de sus obligaciones morales y facilitar que el capital se beneficie de lo público que, no obstante, tiene que cargar con las pérdidas en los momentos difíciles. Se desmonta entonces poco a poco el Estado de bienestar en beneficio de unos pocos y la democracia se torna en autoritarismo, ya que desaparece la vinculación ciudadana, y la relación de ésta con el poder establecido queda sometida a la autoridad y a la obediencia. Poco a poco se pierde la noción de lo que tenemos en común con los demás, la identidad colectiva se convierte en una comunidad cerrada, los servicios públicos son sustituidos por los privados y se va vaciando al Estado. Se cae en un profundo déficit democrático y de desprestigio de lo público y los políticos empiezan a ser denostados.

Y es entonces cuando la izquierda socialdemócrata claudica. La libertad no es libertad si conduce a la desigualdad. El Estado de bienestar desiste de proteger a las minorías débiles frente a la minoría fuerte y privilegiada. Las clases medias se cansan y se agota una socialdemocracia que carece de agallas para plantear alternativas frente al neoliberalismo: “la mayor virtud de la socialdemocracia de mediados del siglo XX –estar dispuesta a negociar sus convicciones básicas en pro del equilibrio, la tolerancia, la justicia y la libertad- parece ahora más bien una debilidad: falta de temple ante las nuevas circunstancias”.

Pero Tony Judt no se rinde. Su testamento es un legado esperanzador. Un canto a la rebelión que no renuncia a hacer una llamada a la discrepancia, a que los intelectuales abandonen su comodidad y den la cara. A rebelarnos en contra de que se siga destruyendo todo lo que no es “rentable”. A que se diseñe una economía al margen de los ciudadanos porque sólo es cosa de expertos. Es preciso que nos liberemos del conformismo en que estamos atrapados ya que las democracias sólo existen en el compromiso de sus ciudadanos en la gestión de los asuntos públicos. Aunque la nuestra es una época de “políticos pigmeos”, los jóvenes no deben rendirse y perder la fe en las instituciones políticas. Precisamente porque no vamos a encontrar soluciones en los parlamentos, tenemos que volcarnos en conseguir espacios más allá del dinero: distribución de la riqueza, equidad, justicia, bienestar. El conocimiento debe ser un baluarte para la justicia social y para frenar el desempleo masivo que pone en riesgo la estabilidad cívica y política. Romper las desigualdades debe ser prioritario y, frente al recrudecimiento de las políticas neoliberales para vaciar lo público y la puesta del Estado al servicio del capital para salvarlo de sus practicas depredadoras, la izquierda debe plantearse tomar las riendas del Gobierno para contener los efectos de las ganancias inmoderadas y establecer los impuestos necesarios que permitan un buen funcionamiento de los servicios públicos… Es absolutamente imprescindible una vuelta a los ideales colectivos, que adscribamos a nuestros actos una moral que los trascienda, que rompamos la distancia entre la naturaleza intrínsecamente ética de la toma de decisiones públicas y el carácter utilitario del debate político que quiebra la confianza en la política y en los políticos…”Si pensamos que algo está mal, debemos actuar en congruencia con ese conocimiento. Como sentencia la famosa frase, hasta ahora los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de diversas formas; de lo que se trata es de transformarlo”. Hermoso legado.

* Alcalde de Agüimes

sábado, 27 de noviembre de 2010

La derecha no hace política

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA



Marisa Tejedor Salguero, secretaria primera del Parlamento de Canarias, no ha podido decirlo más claro: “La Mesa de la Cámara no está para hacer política”. Me acordé al leer estas palabras pronunciadas por Marisa Tejedor del General Franco, que de vez en cuando, y de vez en vez, le decía a los minis

El doble juego chino-estadounidense

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MARTINE BULARD


Le Monde diplomatique




Gira europea para el presidente chino Hu Jintao a principios de noviembre, pivote del G20 los días 11 y 12 del mismo mes, presencia dominante en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Asia-Pacific Economic cooperation, APEC) (1) el día 14; China confirma su posición central en los negocios mundiales. Europa, abandonada durante mucho tiempo, ahora está siendo cortejada por Pekín, que incluso ha declarado su intención de comprar una parte de la deuda portuguesa, como hizo con Grecia con quien ha firmado, al menos, 13 acuerdos de inversiones. En Francia, el presidente chino prometió contratos fabulosos –una gran parte ya está en curso de negociación, pero la zanahoria financiera siempre es eficaz para evitar los temas molestos-

Naturalmente Estados Unidos no le va a la zaga. Antes de reunirse con los veintiún jefes de Estado o de Gobierno en Seúl, el presidente estadounidense se lanzó a una gira asiática marcada por su visita a la India, a la que asignó, como su predecesor, el papel de contrapeso de China; después viajó a Indonesia, esencial para controlar el estrecho de Malacca (lugar de tránsito del comercio); a Corea del Sur y a Japón, en tensión con China.

Unos días antes su secretaria de Estado Hillary Clinton emprendió un viaje a Vietnam en el que se comprometió «a alquilar el puerto estratégico de Cam Ranh en el Mar de China Meridional, para los barcos de guerra de todos los países», incluidos los de Washington (AFP, 30 de octubre de 2010); después fue a Camboya, Malasia, Nueva Zelanda y Australia, donde reforzó el acuerdo de cooperación militar. Ambos dirigentes estadounidenses han creado una especie de cordón diplomático alrededor de China, cuyos líderes lo perciben como un asedio.

Estamos muy lejos de la «Chinamérica» o el G2 inventados por los periodistas que jugaban a dar miedo. Ya no se trata de sumergirnos en un escenario de guerra abierta entre los dos gigantes. En un mundo que se ha vuelto multipolar e inclinado hacia Asia todos utilizan sus bazas para defender los intereses nacionales. Salen a reforzar los desequilibrios internacionales (Le Monde diplomatique publicará un análisis de la guerra monetaria, por Laurent Jacque, en su próximo número, a la venta a partir del 1 de diciembre).

Estados Unidos acusado

Estados Unidos está en primera fila. Ha logrado la hazaña de conseguir la unanimidad (o casi) en su contra en la cumbre del G20. Algunos días antes el banco central estadounidense, la FED, decidió poner en marcha la máquina de hacer billetes para inyectar 600.000 millones de dólares (más de 440.000 millones de euros) a la economía. Eso ha implicado automáticamente una bajada del dólar y una subida de las demás monedas, aparte del yuan que permanece muy vinculado al billete verde.

Desde el punto de vista estadounidense esa decisión se puede justificar: la economía está anémica, la producción industrial estancada, la tasa oficial de desempleo roza el 10% y las ejecuciones hipotecarias se aceleran... En esas condiciones, insuflar medios financieros no es un horror económico si se combina con condiciones favorables a la inversión (en la industria e infraestructuras), un escalonamiento de las deudas inmobiliarias de las familias (o incluso una moratoria), una mejora de los sistemas de salud, educación, etc. En la época de su esplendor electoral Barack Obama no pudo –o no quiso- imponer reglas a los grandes bancos. Así, desde 2008, se han inyectado 1,7 billones de dólares en la economía estadounidense. Con los resultados que conocemos. Es poco probable que el presidente cambie de rumbo después de su derrota en noviembre (leer de Serge Halimi «La derrota electoral de un presidente sin proyecto»)

Una parte de la patronal –y de los elegidos- espera que la caída del dólar, que automáticamente hace que bajen los precios de las mercancías vendidas en el extranjero, facilite las exportaciones para relanzar la máquina. También será necesario que las economías socias sean dinámicas. En Europa, las curas de austeridad sin precedentes reducirán más la demanda. En Asia, Japón no consigue salir de la trampa en la que está inmerso desde hace más de un decenio. A pesar de la insistencia de Obama, Corea del Sur todavía no ha ratificado el acuerdo de libre comercio firmado en 2007, que trata especialmente de la importación de automóviles y carne estadounidenses: en junio de 2008 importantes manifestaciones -«la revolución de las velas»- condujeron a una remodelación ministerial en Seúl. Quedan la India y su 8% de crecimiento y China que ronda el 10%, pero los obstáculos son numerosos. El balance corre el riesgo de ser magro.

En cambio la bajada del dólar implicará de facto una subida de los precios de las importaciones. Los economistas liberales (y algunos otros) quieren convencer de que eso favorecerá las fabricaciones locales… Se olvidan de añadir que las oleadas de deslocalizaciones han hecho desaparecer sectores enteros de producciones industriales y mineras. El ejemplo de las «tierras raras», imprescindibles para los productos de alta tecnología, es simbólico: juzgadas no rentables hace dos decenios, su producción se abandonó en beneficio de China, que ahora impone sus tarifas y las cantidades que se venden (leer Olivier Zajec «Comment la Chine a gagné la Bataille des matériaux stratégiques», Le Monde diplomatique, noviembre de 2010). También se podría hablar del textil, de la electrónica o de los demás productos de consumo masivo. Todavía durante mucho tiempo el gigante de la distribución Wal-Mart continuará acumulando beneficios comprando en el otro-Pacífico y… repercutiendo los aumentos de tarifas sobre los clientes. Los primeros que corren el riesgo de perder son los estadounidenses cuyas rentas no sigan la curva.

En cuanto a la inundación de dólares emitidos por la FED, la mayoría irán hacia otras regiones donde la rentabilidad sea más alta. Irán a las deudas públicas (a los bancos centrales que dan por casi nada sumas considerables a los establecimientos financieros que prestan a los Estados endeudados a altas tasas de interés). Servirán para especular sobre las materias primas (cobre, estaño, petróleo, oro…) y también sobre los productos agrícolas, que se han convertido en los favoritos de los fondos de inversión (leer «El hambre y los medios», Le Monde diplomatique, octubre de 2010, y de Fréderic Therin, «Genève, au paradis du negoce alimentaire», Les Echos, 9 de noviembre de 2010).

Finalmente los especuladores no desdeñan las monedas, los valores bursátiles, etcétera. Así, Brasil ha tenido que enfrentarse a un flujo de capitales que ha empujado al Gobierno a poner impuestos (ligeramente) a la entrada para evitar un estallido del real. Sin grandes resultados. A pesar de las tasas de interés próximas a cero, Japón ha visto subir vertiginosamente su moneda, aunque gastó 24.000 millones de dólares en el mes de septiembre para intentar calmar el juego. Según las estadísticas oficiales, los bancos centrales de Corea del Sur, Malasia, Indonesia, Tailandia y Taiwán han vuelto a comprar casi 30.000 millones de dólares en menos de un mes (entre el 27 de septiembre y el 11 de octubre) con el fin de apoyar la divisa estadounidense y evitar una subida de su propia moneda. En efecto, la revaluación conlleva de facto una subida de los precios de las exportaciones, y todos esos países están enfocados a las ventas exteriores.

La decisión estadounidense implica un doble desequilibrio: refuerza la locura de los mercados y empuja a una guerra comercial y financiera, sobre el fondo de compresión de los salarios y de los gastos sociales. Lo que ha hecho declarar al presidente brasileño Lula da Silva: «Si los estadounidenses toman una medida económica para intentar resolver un problema de Estados Unidos, deberían pensar en las consecuencias que eso va a tener en China, Brasil, Argentina, Alemania, Francia o en un país de África» (AFP, 10 de noviembre de 2010). Vanos deseos. Es inevitable pensar en la frase que lanzó el ministro de Finanzas estadounidense John Connally en 1971, cuando Washington decidió desvincular el dólar del oro: «El dólar es nuestra moneda, pero es vuestro problema». Desde entonces, nuevos actores han adquirido poder (China, Brasil…) pero su peso monetario permanece débil y por ahora prevalecen los pequeños arreglos: China continúa comprando los bonos del Tesoro estadounidense. La supremacía del billete verde no ha muerto.

China elimina los ataques

Mientras que la víspera del G20 Pekín aparecía como el principal acusado debido a su moneda subvalorada, fueron Washington y el dólar los que ocuparon el centro de la escena. Pero el problema permanece. Desde la crisis de 2008, el yuan se ha enganchado a la divisa estadounidense y baja con ella. En julio de 2010 el gobierno aflojó la soga y la moneda china se revalorizó ligeramente (1,5% con respecto al dólar). Sin que eso cambie nada, por otra parte. Haría falta una sensible subida del yuan (que los expertos fijan en el 40%) para que tuviera algún efecto –como se lo impuso Estados Unidos a Japón a mediados de los años 80-. De 1985 a 1998, el valor del yen había pasado del 100%, causando una caída vertiginosa de la economía japonesa de la que en la actualidad todavía no ha salido (The Economist, «Fear of the Dragon», 12 de enero de 2010). Un escenario que Pekín quiere evitar a toda costa.

Desde el punto de vista chino esa elección es coherente. El gobierno teme un hundimiento de las exportaciones –y un estallido del desempleo- sin ser capaz, de momento, de volver su aparato de producción hacia las necesidades internas. En realidad el plan de relanzamiento de noviembre de 2008 permitió desarrollar la inversión (especialmente en infraestructuras), que se ha convertido en el primer motor del crecimiento; pero al precio de un considerable derroche de capital (en la prensa china se multiplican los ejemplos de corrupción, construcción de inmuebles fantasmas…). Incluso en alza (18,6% más en el primer semestre), el consumo no es lo bastante sostenido para tomar el relevo de la actividad. Máxime que las subidas de las rentas se extienden más hacia el ahorro, cuyo nivel bate todos los récords (con una tasa del 56%).

Además las autoridades intentan apaciguar el hervidero económico mientras la inflación se acelera: oficialmente un 4,4% más en octubre (del 10% al 11% según la Academia de las Ciencias de Pekín), con un auténtico estallido de los productos alimentarios e inmobiliarios. El Gobierno ha tomado medidas rápidamente para frenar las subidas (desbloqueo de cerdo, subvenciones al arroz, control de algunos precios, lucha contra la especulación), cerrar la espita del crédito (aumentando las reservas obligatorias de los bancos…) y seguir restringiendo la entrada de capitales extranjeros que se infiltran con la esperanza de una pronta revaluación del yuan. Todavía no ha llegado el momento de una apertura total del mercado chino.

Sin embargo la situación no está estabilizada. Las industrias exportadoras necesitan una revaluación del yuan: en la actualidad los precios de las importaciones necesarias para la producción (materias primas, productos intermedios…) escalan más deprisa que los precios de la exportación; si el yuan se revalúa, las importaciones serán más baratas y los precios de las exportaciones más elevados, restableciendo los márgenes incluso aunque la competencia sea mayor en los mercados exteriores. Por eso las autoridades chinas quieren revaluar la moneda progresivamente, pero «a su ritmo».

Mientras tanto están inmersas en una contradicción principal: para evitar una subida muy rápida de su divisa, Pekín sigue comprando dólares masivamente y al hacerlo infla sus reservas (2,5 billones de dólares) cuyo poder adquisitivo corre el riesgo de hundirse al mismo tiempo que la divisa estadounidense. Esto explica, en parte, el incremento de las inversiones en el extranjero para reciclar esos dólares: compra de deudas soberanas europeas, participación en los puertos (como en Grecia), las minas, las empresas… Las empresas chinas ya son dueñas del 6% de las inversiones extranjeras.

Pero este ejercicio tiene sus límites. Incluso en China se alzan las voces para que el país salga de ese dilema. Incluidos los círculos del poder. Como testimonio el libro blanco de la muy oficial Comisión para el Desarrollo Económico y Reforma Institucional, que acaba de dar «la alarma contra la (muy) grave dependencia del mercado internacional y las enormes reservas de cambio que constituyen un riesgo enorme para la estabilidad del país» («Report warns of China’s export dependency», China Securities Journal).

Al mantener un sistema enfocado hacia el exterior, China contribuye al desequilibrio internacional. Pero por razones internas –más que debido a las fanfarronadas exteriores- el cambio de rumbo se inicia poco a poco. Para gran beneficio de sus vecinos más próximos. Corea del Sur y Taiwán, por ejemplo, que han visto escalar sus exportaciones al Imperio del Medio llegando respectivamente al 10% y al 14% de su Producto Interior Bruto (PIB). Hasta entonces se trataba sobre todo de componentes y productos semiacabados que se ensamblaban en territorio chino antes de volverlos a exportar hacia otros lugares. Ahora ese género ha pasado de «casi un 40% hace un decenio al 27% en 2008», según un estudio de la universidad de Seúl citado por The Economist. Los productos de consumo han tomado el relevo y reflejan, señala el estudio, «la transformación progresiva de China, que de ‘taller del mundo’ se está convirtiendo poco a poco en el ‘consumidor del mundo’». El semanario liberal precisa por otra parte que «las economías filipina, surcoreana y taiwanesas ahora dependen más de la demanda china que de la estadounidense». En esos países, los intereses económicos a menudo tienen prioridad sobre el miedo al dragón chino….

En realidad sería erróneo creer que una simple revaluación del yuan bastaría para sacar al mundo de la recesión. Incluso en los países para los que China constituye el principal destino como Brasil (12% de las exportaciones), Japón (18,9%) o incluso Australia (21,8%), esas ventas sólo suponen una pequeña parte de las riquezas producidas, como señala The Economist: 1,2% del PIB brasileño; 2,2% de Japón; 3,4% de Australia. Las exportaciones hacia China no podrían constituir, ellas solas, los principales motores de crecimiento de dichos países.

Más globalmente los principales desequilibrios mundiales se deben menos a las manipulaciones monetarias –aunque tienen su influencia- que a la combinación de políticas fiscales que favorecen la renta sobre el trabajo y a las estrategias de las empresas que constriñen el empleo y los salarios. Las enormes desigualdades, especialmente en las dos mayores economías mundiales (Estados Unidos y China), y los tremendos planes de austeridad, en particular en Europa, aplastan los mercados interiores. Y todos intentan captar los de sus vecinos…

En 2008 todo el mundo blandió el espectro de la crisis de 1929. En 2010 no sólo el peligro no está descartado sino que todo está preparado para hundirse de nuevo…

Nota:

(1) El APEC está formado por: Australia, Brunei, Canadá, Corea del Sur, Estados Unidos, Indonesia, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia, China, Hong Kong, Taiwan, México, Papúa, Nueva Guinea, Chile, Perú, Rusia y Vietnam.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Marruecos y el genocidio del Sáhara

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Sahara Libre






El 7 de Noviembre el representante en España del Frente Polisario, Bucharaya Beyun, denunció que: “Marruecos quiere cometer una masacre en silencio. Por eso no quiere que acceda nadie a El Aaiún”, “va a haber una intervención militar violenta inminente”. Ante estas advertencias, el mundo no hizo eco. ¿Por qué será que nunca escuchamos?... ¿Por comodidad, por necesidad, por conveniencia? Todas las señales están frente a nuestros ojos y nunca vemos nada. Ciegos andamos por la vida indiferentes negando lo evidente.

El 9 de Octubre se levantó a unos 12 kilómetros al este del Aaiún, la capital del Sáhara Occidental ocupado, el campamento de protesta Gdeim Izik. La acción constituyó un tipo de protesta pacífica de rechazo del pueblo saharaui a la política colonial marroquí que desde 1975 mantiene en ese territorio, una política de marginación, represión y expolio a los recursos naturales de una nación invadida primero por España, después por Marruecos. Este acampe en el campamento la Dignidad fue la mayor manifestación del pueblo saharaui desde que el Sáhara dejó de ser provincia española. Esta medida se intentó repetir en otras ciudades como Dajla, Smara y Bojador, pero fueron reprimidas rápida y violentamente por las autoridades marroquíes. Hasta el 7 de Noviembre el campamento Gdeim Izik llegó a tener 7000 jaimas montadas, con una población de alrededor de 20000 personas. .

El 23 de Octubre el adolescente saharaui Nayem Elghari, de 14 años, murió tiroteado por agentes marroquíes cuando intentaba acceder al campamento, siendo posteriormente enterrado en secreto. Otras personas que iban con él resultaron heridas, tras ser hospitalizadas algunas fueron llevadas a las dependencias de la Gendarmería de Guerra, donde se les torturó e interrogó, y otras fueron trasladadas a la Cárcel Negra del Aaiún. Dichos acontecimientos agravaron la tensión.

Ese 7 de Noviembre, Bayun realizó un llamado a la comunidad internacional para evitar una posible tragedia –que al final se concretó- y recordó que han sido muchas las advertencias que los representantes saharauis han realizado a la comunidad internacional sobre el peligro que enfrenta su pueblo. “Si pasa algo, la comunidad internacional será responsable”. Ninguna advertencia, ningún pedido fue escuchado, nada se hizo, y la Crónica de una Masacre anunciada terminó por escribirse. Un capítulo más del genocidio que Marruecos realiza sobre los saharauis. Un capítulo más a la convivencia entre monarquías anacrónicas y miserables y gobiernos corruptos y serviles. Es más, no solo no escucharon las advertencias, sino que negaron –como buenos Judas- el conocimiento de las operaciones (cosa que ayer se demostró que no era tan así).

El 8 de Noviembre, a las 06:00 horas comenzó el desalojo del campamento. El ejército marroquí entró violentamente utilizando cañones de agua, gases lacrimógenos, porras y disparando contra los que se encontraban allí. Los camiones del ejército entraron aplastando y quemando las jaimas.

Tras el desmantelamiento del campamento se inició la batalla campal en el Aaiún. Saharauis que venían del campamento junto con los que se encontraban en la ciudad tomaron las calles haciendo frente, con palos y piedras, al ejército y policía marroquíes que les atacaba con camiones blindados y antidisturbios.

El terror sigue reinando todavía en la capital del Sáhara Occidental. El control
militar de la ciudad y las persecuciones capitaneadas por colonos promarroquíes y fuerzas de seguridad contra la población de la ciudad, se extiende por varios barrios. Poco a poco, las cifras de fallecidos continúa subiendo: 19 personas han perdido la vida, 730 están heridas y 160 se encontrarían desaparecidas en el entorno del Aaiún y en la propia capital, según datos aportados por Beyún.

El número de detenidos saharauis aumenta constantemente, debido al indiscriminado secuestro de saharauis, en sus propias casas, por aparte de los militares marroquíes, con la ayuda de los cientos de colonos que patrullan la ciudad. Marruecos tiene totalmente sitiada la zona. El abuso de poder es total, así como la violación a los derechos humanos básicos.

Marruecos admitía ayer el arresto de 163 personas vinculadas con los disturbios y desmentía la desaparición de un activista saharaui en las horas previas al asalto al campamento de Agdeim Izik. Asimismo, Rabat confirmaba la décima muerte entre sus fuerzas de seguridad –gendarmes, miembros de las fuerzas de intervención y protección civil- además de la de un civil. El ministro de Exteriores saharaui aseguraba que Marruecos ha convertido la ciudad en una morgue al desperdigar cadáveres por sus calles. Según fuentes de la zona, las fuerzas de seguridad marroquíes han declarado una orden de busca y captura contra los ochos miembros del comité de coordinación del campamento desmantelado violentamente el pasado lunes. Rabat no ha confirmado la existencia de la misma.

Marruecos ha acuartelado y está utilizando como centros de detención y torturas, además de los conocidos, las escuelas de Murabitin, Mansur Dahbi, Jerilla y Lamsala, sirviendo como centros secretos, como en tiempo lo fueron los Centros de Kal-al Magouna o Agdes, prácticas demasiado conocidas por la población saharaui.

Según fuentes de los territorios ocupados contrastadas, dada la magnitud de las detenciones y los intentos de liberar a los detenidos, las tropas marroquíes están trasladadas a grupos de detenidos al interior de Marruecos, ocultando además la posibilidad del control internacional. El control militar en El Aaiún es brutal y a los saharauis se les hace totalmente imposible recoger pruebas de las agresiones y asesinatos que está cometiendo Marruecos.

Ni España, ni la Unión Europea ni Naciones Unidas han condenado los hechos, pero esta última pidió ayer “contención” a las dos partes para evitar que empeore esta escalada de violencia. En la misma línea que la ONU, la Comisión Europea ha expresado esta mañana su preocupación por la “ola de violencia” en el Sáhara Occidental, ha lamentado las víctimas mortales y ha pedido a las dos partes que mantengan la calma y eviten la violencia. Representantes de la Comisión y de Marruecos están reunidos en Bruselas para hablar sobre el futuro del actual acuerdo pesquero y las posibilidades para su renovación.

El asalto se produjo el mismo día en que estaba previsto que se reanudaran en Nueva York las conversaciones entre Marruecos y el Polisario sobre el Sáhara. El movimiento independentista tuvo dudas, pero se sentó en la mesa en Manhassert (cerca de Nueva York). Se trató de una reunión informal cuyos resultados no han trascendido.

El portavoz de la ONU, Martin Nesirky, lamentó que la primera de las dos jornadas de conversaciones convocadas por el envidado especial de la organización para el Sáhara Occidental, Crístopher Ross, coincida con el violento desmantelamiento del campamento de protesta de Gdeim Izik, en las afueras del El Aaiún.

El ministro de Exteriores de la República Árabe Saharaui Democráctica (RASD), Mohamed Uld Salek, que calificó lo sucedido de “acto de barbarie”, aseguró que las negociaciones con Marruecos “no pueden avanzar en circunstancias tan graves” como las vividas en El Aaiún, que “minan la confianza” entre las partes y “desacreditan” a la ONU.

Uld Salek dijo que la delegación saharaui en Nueva York ha demandado a la ONU que “adopte las medidas apropiadas”, incluído el envió a la zona de una misión de investigación para “arrojar luz sobre las atrocidades cometidas por Marruecos”.

La población saharaui ha sido históricamente una población independiente del reino marroquí. Sin embargo, desde que España abandonó el Sáhara, el Gobierno de Marruecos ha reclamado para sí los territorios saharauis. La pretensión de Marruecos es, sin embargo, completamente ilícita y responde sólo a un afán expansionista originado en el control de los recursos económicos del Sáhara.

El Tribunal Internacional de Justicia, así como numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, han dado la razón al pueblo saharaui, reconociendo su derecho a decidir su futuro mediante un referéndum en el que debe incluirse la posibilidad de la autodeterminación. Es decir, que el pueblo tiene que tener la posibilidad de decidir si quiere crear un Estado independiente de Marruecos o no. El Sáhara es el último caso de colonización pendiente de resolver en África.

Las autoridades españolas evitaban condenar la violencia de Marruecos y se limitaban a mostrar “preocupación”. “La postura del Gobierno español ha sido muy rezagada, incluso respecto a la francesa, que es aliada de Marruecos”, aseguraba ayer el representante de la llamada República Árabe Saharaui Democrática y del Frente Polisario ante la ONU, Amhed Bujari. “España echa agua al fuego provocado por Marruecos”, remataba.

La Ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez, insiste en que España aboga por que sea la ONU la que intervenga en el asunto y aclara que España no apoya las peticiones de una ni otra parte. Sin embargo, respecto al primero punto, la Ministra ignora que España ha jugado un rol especialmente importante en la historia del pueblo saharaui y que es responsable directa de su situación. El Sáhara Occidental es un territorio -que oficialmente llegó a ser provincia española- y que España dejó abandonada a su suerte y que continúa pendiente de que se complete su proceso de descolonización. Esta realidad de los saharauis se debe a la mala salida de España de esa tierra. No en vano, de acuerdo a los servicios jurídicos de la ONU, España sigue siendo responsable de la descolonización del Sáhara Occidental. La Ministra de Exteriores no puede conciliar posiciones enfrentadas empleando un "buenismo" insultante. No se puede pedir "contención y calma" mientras una de las partes pisotea impunemente los derechos más básicos de quienes únicamente estaban ejerciendo de manera pacífica su derecho a la protesta. No puede ser que la señora Jiménez, y el gobierno del que forma parte no sea capaz de condenar enfáticamente estos hechos. Respecto al segundo punto, la Ministra hace oídos sordos al hecho de que el caso saharaui es un caso de abuso de poder y de apropiación ilegítima de un territorio ante el que es necesario un posicionamiento claro: el de la defensa del pueblo saharaui. Pero lo más triste y complejo de todo este asunto es que el gobierno de España y los gobiernos del mundo estaban informados por la dictadura marroquí, que el poblado saharaui iba a ser desmantelado, obedeciendo órdenes de Estados Unidos, con el pretexto de que el campamento pudiera ser infiltrado por miembros de la red Al-Qaeda, contundente y justificado argumento como para arrasar a todo un pueblo entero, sea por la seguridad mundial –como ha ocurrido en Afganistán e Irak- o por la seguridad de un sector de la población.

¿Qué detiene una noticia? ¿Por qué un diario no publica lo que debería publicar? Si Alejandro Sanz escribe en tweeter que Chávez no lo deja tocar en Venezuela, todos los medios del mundo -sin excepción- hablan de la horrible dictadura de Hugo Chavez, si 20 mujeres en Cuba vestidas de blanco caminan por las calles de La Habana protestando contra el gobierno de los Castros, el mundo entero saca editoriales denunciando la dictadura de Fidel y la falta de libertad que predomina en la isla. Ahora, en el Sahara Occidental se asesinan a por lo menos 19 personas, se hieren a 730, se desaparecen a 160 y se encarcelan a más de mil por pedir pacíficamente lo que les corresponde y nadie, o muy pocos medios de comunicación hablan del tema.

730 heridos, 19 muertos, 160 desaparecidos son sólo cifras pero detrás de esas cifras hay historias truncas, destinos arrebatados, mañanas desbastados, detrás de estas cifras hay violencia y océanos de lágrimas esparcidos en un desierto de hielo y oscuridad. La incertidumbre de no saber que ocurrió con los compatriotas, los familiares, los amigos, se suma a los 35 años de exilio que tienen algunos. En los Campamentos y delegaciones del RASD las banderas ondean a media asta. Son días de dolor, de reflexión, de organización y sobre todo, de RESISTENCIA.

Soplan vientos de guerra entre las haimas y beits, y quizás era eso lo que buscaba el régimen marroquí. Los jóvenes quieren armas, quieren luchar, por ellos mismos y por sus hermanos que están siendo exterminados en una operación perfectamente planificada y ejecutada. Marruecos proporciona armas a la población de colonos que, conscientes de lo muchos privilegios que pueden perder, se ensañan contra los saharauis, en un baño de sangre sólo comparable a los primeros días de la Ocupación.

Le tocó al pueblo saharaui tener de vecino a un Estado feudal fascista como el de Marruecos, cuyas cárceles gozan de la fama de ser la fosa común en la que se encierran los vivos que osan pedir la democracia en su país; pero el mundo hace la vista a un lado porque Marruecos es parte del complejo militar de dominación estadounidense del planeta. Esto mismo ocurre con el Sáhara, cuyos padecimientos son ignorados para no desagradar a los poderosos del orbe.

Marruecos, exhibiendo viejos títulos de propiedad, no reconocidos en el mundo árabe, pretende ser dueño de todo el territorio que llega hasta el río Senegal en el Sur, y niega a los saharauis el derecho a auto determinarse. En consecuencia invadió al Sáhara y lo anexionó.

¿Hasta cuándo tendrá que soportar un pueblo su gobierno?
¿Cuánto debe ser humillado un pueblo para que el mundo reconozca el sufrimiento que padece?
¿Hasta cuándo un cuerpo puede resistir sin que se quiebre?
¿Hasta cuándo un pueblo puede soportar que se los diezme?
¿Hasta cuándo uno puede poner la otra mejilla sin que estalle en cólera?
¿Cuántas indecencias deben realizar unos gobernantes para que sus gobernados digan “¡Basta!, hasta aquí hemos llegado, tenemos que hacer algo”?
¿Cuántos muertos debemos contar para que un genocidio sea reconocido como tal por los medios masivos de comunicación?
¿Qué grado de inmoralidad deben acumular los dirigentes de un país para que sus subordinados decidan dejar de justificar las acciones como "propias de accidentes circunstanciales"?
¿Qué debe ocurrir para que los pueblos se hermanen realmente y unidos luchen contra el status quo que sostiene este sistema que nos corrompe y asesina?
¿Cuántas veces ha de ir el cántaro a la fuente para que se rompa, de una maldita vez, y la situación de laxitud que mantenemos siempre se modifique?
¿Cuánta sangre debe correr bajo el puente para que de una buena vez y para siempre derribemos los pilares de marginalidad y miseria que sostienen esta realidad demencial y decadente?
¿Cuántas desgracias, cuántos sobresaltos, cuántas contrariedades tendremos que padecer para darnos cuenta que vivimos en un mundo de violencia, rechazo y saqueo?
¿Cuántos basureros más construiremos con nuestro consumismo y comodidad hasta que nos demos cuenta que nos estamos ahogando dentro de ellos?
¿Hasta cuándo valdrá más la vida de un norteamericano, de un europeo, que la de un africano o un latinoamericano?
¿Hasta cuándo seguiremos siendo hipócritas, defendiendo intereses y valores mezquinos, usureros y explotadores?
¿Qué nos ha de suceder, qué tendremos que observar, para que nos incomodemos con esta realidad quebrada?
¿Qué ha de ocurrir para que dejemos de ser indiferentes en este infierno que nos incinera?

¿Qué más tendrá que pasar para que defendamos al pueblo saharaui del atropello de Marruecos?
¿Qué más deberá pasar para que el mundo entero reconozca que el SÁHARA OCCIDENTAL es un ESTADO LIBRE?

Basta al genocidio saharaui… condena inmediata y mundial a las atrocidades cometidas por Mohamed VI en el Sáhara Occidental.

El Primer ministro marroquí acusa al PP de mentir

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Sahara Libre






La disputa entre España y Rabat continúa a pesar de que el Gobierno español intenta rebajar la tensión. Esta vez ha sido el Partido Popular el blanco de las críticas marroquíes. El primer ministro, Abás El Fasi, ha acusado a PP español de "recurrir a mentiras" y de presentar ante el Parlamento Europeo "datos falaces y falsos documentos" sobre los recientes disturbios en El Aaiún.En declaraciones recogidas por la agencia oficial MAP tras una reunión con los líderes de los partidos políticos marroquíes, El Fasi ha considerado que el PP "ha intensificado en estas últimas semanas sus acciones hostiles contra el Reino" de Marruecos.

El primer ministro ha añadido que, a su juicio, el principal partido de la oposición en España "prefiere recurrir a las mentiras y a la desnaturalización de los hechos, informando sobre varias víctimas civiles y cientos de desaparecidos, en lugar de revelar las violaciones flagrantes de los derechos humanos en Tinduf".El Parlamento Europeo tiene previsto votar hoy una resolución en la que se condenará la violencia en el campamento de Gdaim Izik, a unos 18 kilómetros de El Aaiún, y se pedirá una investigación internacional de los hechos, sin incluir críticas explícitas a Marruecos. El desmantelamiento de Gdaim Izik el pasado 8 de noviembre desencadenó los más violentos disturbios callejeros en el Sahara Occidental en dos décadas, con un balance oficial de dos civiles saharauis y once miembros de los cuerpos de seguridad marroquíes muertos.

"Métodos inmorales"
En un comunicado conjunto difundido por la agencia oficial marroquí MAP, los líderes de los partidos políticos con representación en el Parlamento marroquí acusaron también al PP de utilizar electoralmente los incidentes de El Aaiún. En su nota, se refieren a la utilización "por diferentes partidos españoles" de lo que llaman "métodos inmorales y enfoques inmorales", que revisten a su juicio "un carácter cada vez más grosero en el que se entremezclan el travestismo flagrante de la realidad y manipulaciones táctico-políticas evidentes". "El PP debe, por consiguiente, asumir plenas responsabilidades en esta deriva marcada por el ensañamiento contra el pueblo marroquí y las fuerzas vivas nacionales, siempre deseosas de establecer relaciones de buena vecindad, confianza y de codesarrollo con España y la Unión Europea", señala la nota. Los partidos marroquíes, además, acusan al PP de estar en las "antípodas" de la posición del Gobierno español, que consideran "equilibrada, responsable y constructiva".

En la reunión de los dirigentes de los partidos marroquíes también estuvieron presentes los ministros de Asuntos Exteriores, Taib Fasi Fihri, y de Interior, Taieb Cherkaui, quienes la semana pasada lanzaron duras críticas a la labor de los medios de comunicación españoles en la cobertura de los sucesos de El Aaiún.

jueves, 25 de noviembre de 2010

El futuro de la socialdemocracia

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El Director de la
Real Sociedad Económica de Amigos del País
de Gran Canaria
Decana de las de Canarias
Se complace a invitarle a la conferencia que se impartirá el próximo Viernes, 26 de noviembre de 2010 a las 20:00 h. en el salón de actos de esta Real Sociedad Económica
Conferencia:
“El futuro de la socialdemocracia”

Conferenciante: Sr. D. Rafael Álvarez Gil, Secretario de Comunicación del PSC-PSOE. Será presentado por Excmo. Sr. D. José Miguel Pérez, Presidente del Cabildo de GC.
Dirección: Plaza de la Real Sociedad Económica Amigos del País, Nº 1, 1º,( al fondo de la C/ Mendizábal)

Tenemos la obligación moral de seguir pidiendo para el pueblo saharaui el derecho a su vida, su tierra y su independencia

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PEPA POLONIO

Rebelión



Cuando el dictador vivía sus últimos tiempos, se fraguó una de las peores injusticias que arrastramos desde la Transición y que no parece que vaya a resolverse, no ya de forma pacífica, sino ni siquiera por las vías menos deseables.

La provincia 53 de la España Una, Grande y Libre que pretendió dejar atada y bien atada el agonizante fue entregada sin miramientos para mayor gloria del rey de Marruecos, y alrededor de trescientos mil españoles –lo eran, con sus documentos de identidad y su representante en las Cortes franquistas- que querían ser independientes se vieron cambiando de mano para una dominación que fue mucho más sangrienta que la española.

Los habitantes del desierto tuvieron que refugiarse en otras tierras todavía más inhóspitas que las suyas originarias, y allí llevan treinta y cinco años largos sufriendo las inclemencias de una tierra dura que no es la propia y la no menos dura indiferencia de los sucesivos gobiernos que ha habido en esa España que una vez los tuvo como súbditos y los abandonó, ni siquiera a su suerte, sino a la suerte que trazó para ellos la mano de Hassan II junto con la Sonrisa del Régimen, José Solís.

El espectáculo que estamos viviendo estos días es bochornoso. Por un lado, un reino que parece ser de los tres o cuatro países que en el mundo tienen bula para hacer de su capa un sayo, y de las capas de los demás lo que les venga en gana. Marruecos se permite impedir el paso a la prensa, manipular y desinformar, crear campañas de difamación contra los periodistas que tratan de hacer su trabajo, y el gobierno dice que necesita más datos.

Se ven incendios, bombardeos de un campamento de gente desarmada o casi, hay un niño de 14 años muerto y ni se sabe cuántos y de qué edades días después, y el gobierno sigue pidiendo más datos para tomar medidas. Los derechos humanos se pisotean, como si los saharauis no fueran personas, y el gobierno sigue callado. La gente solidaria se manifiesta en las calles, los más atrevidos viajan a El Aaiún, esa antigua Villa Cisneros que se estudiaba en la enciclopedia Álvarez, y el gobierno calla mientras los medios los tratan como si no se estuviera acabando el tiempo para tantos miles de personas.

En el colmo del cinismo, se pide ayuda a Estados Unidos para que intervenga, como si no hubiera intervenido ya lo suficiente. La MINURSO, misión de la ONU para el referéndum que tendría que haberles dado una independencia que se les negó, es inoperante y se mantiene porque hay que hacer como que se hace algo, para tener algo que reprochar a un Frente Polisario cuyo principal pecado es tener un exceso de paciencia. Las distintas resoluciones se han pasado todas por el mismo arco del triunfo y no se han respetado en absoluto.

Cabe pensar que hay intereses ocultos que van más allá de la razón de Estado. Intereses oscuros e inconfesables que permiten la masacre de todo un pueblo sin que nadie mueva un dedo en su apoyo, nada más que los que, año a año, se rascan el bolsillo para mandar unos kilos de lentejas o unos litros de aceite a los campos de refugiados. Nadie más que las familias de acogida que, contraviniendo los deseos de la muy humanitaria UNICEF, traen a los niños a pasar unas vacaciones de verano lejos de las privaciones y las temperaturas extremas de los campamentos del Tinduf. Los niños son los mejores embajadores de su pueblo, y eso lo ve el organismo de la ONU como una explotación política de la infancia.

El gobierno español mira para otro lado, como hicieron en su momento Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González y José Mª Aznar, por más que el PP se rasgue las vestiduras y se ponga a la cabeza de una manifestación. La ministra, olvidando que existen las hemerotecas para refrescarle la mala memoria, no recuerda que prometió soluciones para los problemas de este pueblo mártir, como seguramente tampoco Felipe González y demás barones del PSOE recuerdan un olvido que es una traición.

La ministra de Cultura tiene la desfachatez de pedir que quien no sea experto se abstenga de opinar. Es decir, que a partir de ahora, todos los que no sean –seamos- expertos, debemos dejar de pensar, de decir lo que pensamos o sentimos, de elegir a nuestros representantes… y dejar todos estos menesteres en las manos expertas de los que nos dirigen, aunque nos dirijan hacia el desastre. Seguramente será un experto, no sabemos en qué, el que ha hecho correr la voz de que Al Qaeda, esa organización fantasmagórica que tanto vale para un roto como para un descosido, se está nutriendo de desesperados de los campamentos que buscan una revancha contra los que los han traicionado todos los días desde hace más de treinta y cinco años.

Quien alguna vez haya visitado los campamentos del desierto argelino sabe que nada hay más lejos del fundamentalismo que esos lugares donde se trata de vivir con dignidad. Ciertamente, el muecín llama a la oración al amanecer, y su canto sobrecoge en la soledad del desierto. Pero nada más lejos de fundamentalismos que esos lugares donde se trata de crear hermandad con los pueblos de más allá de las fronteras de arena. Tenemos la obligación moral de seguir pidiendo una salida justa para un pueblo que tiene derecho a su vida, a su tierra y a su independencia. Y de seguir pidiendo castigo para todos los que, desde los intereses o el cinismo más descarado, siguen pidiendo datos cuando hay depósitos llenos de cadáveres, cárceles llenas de presos torturados, y las imágenes que nos llegan, pocas y con cuentagotas, nos muestran incendios y palizas.

Ya no son creíbles cuando dicen luchar por los derechos humanos de los opositores a los que se empeñan en llamar dictadores. Ni siquiera son capaces de ir a ver la sangre por las calles. Y todos nosotros seremos responsables de lo que pase si no exigimos el mismo rasero para todas las violaciones, y éstas que estamos viendo estos días son tan flagrantes que, si no actuamos aunque sea mandando cartas al director en los distintos periódicos, seremos como los que, olvidando que tienen responsabilidades históricas, siguen pidiendo más datos cuando llegan más muertos.


Pepa Polonio. Colectivo Prometeo

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Un poquito de corrupción

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA
La niña veinteañera que hacía poco tiempo había conseguido entrar en una consejería del Gobierno Canario de Paulinito Rivero le dijo a su papi a la hora de comer, sin anestesia: “Papá ¿verdad que no es pecado ser un poquito corrupta?”. Al papaíto casi se le cae la sopa encima de la camisa del susto. “Coño, qué pasa ahora, el otro día me diste la noticia que estabas un poquito embarazada, y ahora que eres un poquito corrupta..?. La niña con una sonrisa diabólica saca un sobre de su bolso, y le muestra al padre seis mil euros en billetes de quinientos. Al padre se el encandila los ojos, no había visto nunca un billete de quinientos euros. “¿Y eso..?”. “Es que le aligeré en la consejería un asunto a un empresario, y ha tenido un detalle…”.El padre mira con cariño a su niña. “No te preocupes, eso no es pecado, ni quedarte un poquito embarazada tampoco, y tampoco es corrupción, cómo cuando yo le pedí a un buen amigo que te metiera en la consejería. Si Paulino le pidió a González Reverón, alcalde de Arona, que le metiera a una sobrina de agente de la policía local, a ver por qué nosotros no vamos a tener las mismas oportunidades. Claro que las oportunidades no van a ser para el pueblo, para los changas, esos que sigan en el paro. Me diste un buen susto, creía que era una cosa más gorda. Pero la próxima vez pídele a ese empresario el doble, y nunca firmes nada”.

No crean que esto es pura ficción. No puedo dar nombres evidentemente, pero esto ha pasado, y cómo no tengo pruebas, tampoco puedo acudir a la fiscalía anticorrupción. Pero lo peor de todo, la guinda del caso, es que mucha gente que lo conoce, con más o menos detalle, me dicen “yo haría lo mismo”. No todos, afortunadamente, porque todavía hay personas que creen en la honradez, pero hay muchos que sí harían lo mismo que la niña un poquito embarazada y un poquito corrupta. A cuenta de la corrupción los casos no hacen sino florecer, y eso que no estamos en mayo. El caso hemodiálisis tiene asombrado ya a más de uno, incluso al nuevo consejero de Sanidad Fernando Bañolas. Los datos que se acumulan en el despacho de Bañolas van indicando que el expediente de adjudicación del servicio de hemodiálisis se hizo a la medida de la empresa inmobiliaria Lifeblood, que se embolsará un beneficio mondo y lirondo de veinte millones de euros. El cambio del ladrillo por la sangre es como ven muy rentable. El cerco en torno a Mercedes Roldós y Lourdes Quesada se va estrechando, y ahora mismo me dicen que no está claro a día de hoy si es sólo cerco político y profesional, o también delictivo. La presunción de inocencia vale para todos y todas y no debemos adelantar acontecimientos. Tiempo al tiempo.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Gdaim Izik, asalto al campamento de la dignidad

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La Jornada



El movimiento independentista del Frente Polisario aseguró disponer de "armas, hombres y voluntad suficientes" para enfrentarse en una guerra con Marruecos.
Así lo explicó su delegado en España, Bucharaya Beyin, en una rueda de prensa en Madrid en la que denunció "el silencio, la complicidad y la indiferencia" de la comunidad internacional ante las últimas actuaciones marroquíes en el Sahara. El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no las ha condenado, pese a que desde varios sectores políticos y sociales se lo insta a hacerlo.

"Hay un reclamo masivo" entre los saharauis para ir a la guerra, dijo Beyin, que aseguró que el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui es la única solución posible al conflicto de décadas.

El desmantelamiento del campamento saharaui Agdaym Izik, hace casi dos semanas, por parte de las fuerzas marroquíes desencadenó graves enfrentamientos allí y en El Aaiún, la capital administrativa de la ex colonia española, con el resultado de muertos y heridos. Los sucesos condujeron a un aumento de tensión entre los saharauis y Marruecos.

Beyin acusó hoy a Rabat de estar llevando a cabo una "limpieza étnica" en el Sahara Occidental. "Si no tuviéramos armas, Marruecos ya nos habría eliminado", dijo. Y advirtió de que "el pueblo saharaui está dispuesto al mayor sacrificio para conseguir que se respeten sus derechos".

Entretanto, el vicepresidente primero del gobierno español y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, reiteró hoy que España "lamenta" lo sucedido en el Sahara, si bien evitó de nuevo condenarlo, en espera de "información para fijar una posición definitiva".

La ministra de Exteriores española, Trinidad Jiménez, reclamó el jueves una investigación independiente sobre los sucesos. La jefa de la diplomacia española se reunirá con la secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, en el marco de la cumbre de la OTAN que tiene lugar hoy y mañana en Lisboa. Y aunque no han trascendido los temas que abordarán, se espera que el Sahara sea uno de ellos.

El Sahara Occidental fue ocupado por Marruecos después de que España saliera de su antigua colonia en 1975.

Hasta ahora, los diferentes planes propuestos por la ONU para decidir su futuro no han tenido éxito. Primero lo intentó el que fue primer enviado de las Naciones Unidas al territorio, James Baker. Luego fue designado el holandés Peter van Walsum, quien lideró cuatro rondas de negociaciones entre las partes, y desde enero de 2009 trabaja en el tema el ex diplomático estadounidense Christopher Ross.

El Frente Polisario aspira a la celebración de un referéndum de autodeterminación, que Marruecos rechaza. Las dos partes se reunieron en Nueva York el 8 de noviembre, el mismo día del desmantelamiento del campamento Agdaym Izik. Volverán a reunirse en diciembre y a principios de 2011.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

A propósito del Sáhara, el compromiso y los silencios

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SALVADOR LOPEZ ARNAL
Rebelión



Primera escena: La señora González-Sinde, la ministra de Cultura del gobierno Zapatero, dice valorar (positivamente) la implicación de los actores y actrices en la causa del Sáhara. Pero pide a continuación "no contribuir a la confusión" con opiniones de personas que no son expertas. ¿Implicación sin opiniones, implicación silenciosa, con la boca cerrada para que no entren moscas revoltosas? ¿Manifestantes que no tengan criterio político que mueva y alimente su rebeldía y la de otros? Ella misma, curiosamente, toda una ministra del gobierno de la nación, parece incluirse en ese colectivo inexperto: "Nuestra responsabilidad en este asunto es lo suficientemente importante y es un tema lo suficientemente delicado como para que los que no somos expertos no hagamos ese papel de opinar y de contribuir a la confusión en lugar de encontrar soluciones", ha declarado el 16 de noviembre a Radio Nacional, ratificándose en su singular idea, la antigua, gastada y odiosa teoría del gobierno e intervención exclusiva de las élites políticas, de que la opinión de personas inexpertas en el tema contribuían a la confusión -¿qué confusión, por cierto?- sin aportar soluciones.
Sobre la presencia de ciudadanos “del mundo de la cultura” junto a algunos dirigentes del PP en la manifestación del pasado sábado en Madrid ha señalado, sin controlar su opinión, debe ser por tanto experta en el tema, que es una coincidencia que les debería hacer pensar. No ha precisado en qué sentido deberían hacerlo ni cuántos dirigentes conservadores participaron en la protesta ni, desde luego, el sentido de esa participación netamente marginal. Eso, en su opinión de Ministra experta, no es crear confusión.

Uno de estos “expertos” a los que alude la señora Ministra de Cultura, experto que no aceptaría de buen grado la interesada denominación, el catedrático de Historia del Islam en la UAM, Bernabé López García, ha declarado sin posibilidad de confusión dada su condición: “La falta de condena [del gobierno] es una vergüenza monstruosa” [1]. Otro de esos “expertos”, el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago y buen conocedor del Sáhara, Carlos Ruiz Miguel, ha destacado un ámbito que no deberíamos perder de vista: “Marruecos aspira a crear un escenario israelí en el Sáhara”. ¿Qué contorno tiene ese escenario diseñado? El de un país, Marruecos, que utiliza de manera totalmente impune la represión para mantener la anexión de un territorio que le fue entregado de forma abyecta.

Segunda escena con escenario ministerial de fondo. La ministra de Asuntos Exteriores estuvo el lunes, 15 de noviembre, en la toma de posesión del número dos de su ministerio; a su lado, a su derecha más concretamente, en un segundo plano pero nada oculto, Diego López Garrido, un ex de Izquierda Unida. Fue el mismo día en que el PSOE desautorizó la condena de la actuación del ejército y del gobierno de Marruecos por parte de la diputada Fátima Aburto, la coordinadora del Intergrupo parlamentario para el Sáhara [2]. No parece asegurada su futura presencia en foto y en listas (También se ha manifestado críticamente el señor José Bono. Pero la tercera autoridad del Estado es otra cosa, tiene otra entidad. Llamarle al orden, en su caso, son palabras mayores. Además, sabido es, el juego político electoral exige muchas apuestas y diversidad de tonos. Nunca se sabe qué puede pasar en el futuro).

La ministra Trinidad Jiménez, su presencia en la Comisión Trilateral debe haberla marcado sustantivamente, no se anduvo por las ramas en la presentación de su número dos. Negó que el gobierno estuviera actuando con tibieza frente a las autoridades marroquíes [3] y cuestionó el nivel de exigencia política con España y, sin decirlo explícitamente, con el gobierno y el partido que lo sustenta. ¿Por qué esa queja? Por lo que manifestó en una entrevista en la cadena SER: “lo que no se exige al Frente POLISARIO, que es el representante del pueblo saharaui, se pretende exigir al Gobierno de España”.

¿Y qué se exige al gobierno de España? ¿La ruptura de toda relación diplomática con el gobierno de Marruecos? ¿Alguien ha afirmado una cosa así? No es tan sólo eso. La máxima responsable de la diplomacia española, la gran aliada política madrileña del presidente Zapatero, no se ha mordido la lengua. Como experta que es ha recordado que el mismo día en que se inició el desmantelamiento del Campamento Dignidad, el Frente POLISARIO estaba reunido –“cenando” ha sido el término utilizado por la señora Ministra- con el gobierno de Marruecos en Nueva York. ¡Qué desfachatez!, ¡qué caradura trilateral!, ¡qué prepotencia política!, ¡qué abisal y aléfica infamia! Por si fuera poco, ha añadido sin enrojecer la señora Ministra, ni mover apenas un músculo de su cuidado rostro de hormigón: España siempre –siempre es siempre- ha defendido el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Por eso, debe ser por eso, que España no ha reconocido a la República Democrática Saharaui, cosa que sí que han hecho más de 80 países.

Vale la pena recordar, aunque desde luego sea innecesario, las recientes declaraciones del representante saharaui en las Naciones Unidas, Ahmed Boukhari. Preguntado, en conversación con el excelente escritor y periodista Gilberto Lopes sobre cómo evaluaba los resultados de la reunión en Nueva York y las perspectivas de las negociaciones que continuarán en diciembre, señaló Boukhari: “Hemos acudido a la ronda negociadora para responder positivamente a los esfuerzos que llevaba a cabo la ONU para que el proceso de paz pudiese continuar en la dirección correcta. Pero la decisión marroquí de llevar a cabo el asalto contra la población civil saharaui el día preciso en que iba a comenzar la ronda nos llevó a pensar seriamente en que no valía la pena participar. Aun así, decidimos participar, porque somos gente civilizada que quiere la paz, rechaza la violencia, la guerra. La ronda no supuso ningún avance sustancial porque Marruecos no quiere que esto avance en la dirección correcta y sobre ella planeó el terrible espectro de la brutal intervención de las fuerzas marroquíes contra nuestra población civil” [4] [el énfasis es mío]. ¡Brutal intervención contra la población civil! ¿No hay claridad en las palabras del representante saharaui?

Tercer escenario. La primera página de Público de 16 de noviembre [5] se abría con estas palabras: “Visita non grata”. Hacía referencia al encuentro del Ministro de Interior de Marruecos, Taïb Cherkaoui, con el vicepresidente primero y Ministro del Interior del Gobierno español, el señor Pérez Rubalcaba, en Madrid. Público sugería varias preguntas que podían formularse, que podía formular nuestro Ministro del Interior, al ministro marroquí. Estas entre ellas: ¿mataron los militares al ciudadano español Baby Hamday Buyema? ¿Son ciertas las denuncias de torturas realizadas por activistas de diversas ONG? ¿Por qué se impone la censura y no se permite a la prensa española e internacional informar desde El Aaiún?

Javier Bardem ha añadido alguna otra: ¿cómo puede decir la Ministra de Exteriores que no condena porque no tiene datos oficiales? ¿Quién se los va a dar entonces? ¿Qué mensaje se está transmitiendo¿ ¿Que si usted es un país preferente tiene derecho a matar y torturar? Otras más por si fuera necesario, hoy, una semana después, cuando seguimos sin conocer los muertos, heridos y detenidos: ¿el ciudadano español Ahmed Salem Lecuara, que se encontraba en El Aaiún de visita familiar, ha sido agredido por las fuerzas militares marroquíes durante el asalto? ¿Ha sido torturado, como él mismo afirma, durante los cinco días que pasó en las dependencias de la Gendarmería marroquí? ¿Por qué no puede abandonar la zona?

Por lo demás, el titular de interior marroquí, uno de los máximos responsables políticos de lo ocurrido en El Aaiún durante esta última semana, alguien que no es en absoluto ajeno al bloqueo informativo impuesto en el Sáhara ni al maltrato sufrido por activistas, como ha recordado Jesús Maraña en Público, no se va a dignar comparecer ante la prensa. Alguna pregunta podría resultarle incómoda. El resto será silencio una vez más

Es muy improbable que nuestro vicepresidente le haya realizado alguna de esas preguntas. Suele apelarse a la razón de Estado o al necesario equilibrio entre intereses y principios. Habrá que preguntarse alguna vez por los interesados intereses de algunos principios.

El jefe del Ejecutivo, por ejemplo, ha hablado de los intereses de España. ¿Qué intereses son esos? ¿Dónde quedó aquel Zapatero, ha preguntado Ignacio Escolar olvidándose por un momento de la contrapartida afgana, cuya primera medida como presidente fue ordenar la retirada de las tropas de Irak? Muy lejos, muy lejos.

El complemento académico. Ramón Cotarelo ha señalado con fecha 16 de noviembre en su blog [6] que “el asunto de los saharauis lleva camino de convertirse en grave problema para el Gobierno y su partido”. La vergonzosa dejación de funciones de España en 1975, consagrada en unos Acuerdos de Madrid asimismo ignominiosos, ha añadido, fue el primer paso para crear una situación "palestina" en la antigua “provincia” española.

El argumento de la izquierda, que es el que le interesa a Cotarelo, consiste, en su opinión, “en echar en cara al Gobierno una vez más su pusilanimidad, su incapacidad para hacer frente a las arbitrariedades de Mohammed VI”. Se le acusa de anteponer la razón de Estado a la defensa de los derechos humanos. Desde luego, prosigue el catedrático de ciencias políticas, no estará de más que “el Gobierno haga saber al Príncipe de los Creyentes que no aprueba sus procedimientos, que exige el fin de la intervención marroquí en El Aaiún así como el cumplimiento íntegro de las resoluciones de la ONU”. Pero eso debe decirlo no como España “sino como Estado miembro de la Unión Europea y debe asimismo anunciar que llevará el asunto al Consejo de Seguridad”.

Claro y rotundo, como quiere la izquierda, de la que Cotarelo parece excluirse en algunos momentos, “pero en un marco de acción multilateral. España tiene que evitar llegar a una confrontación bilateral con Marruecos que es lo que éste quiere”. Así que como no cree, como parece razonable creer, que nadie en la izquierda esté interesado en repicar tambores de guerra “quizá sea sabio suspender por un tiempo los juicios condenatorios al Gobierno por justificados que puedan parecer especialmente porque recaen sobre quien ya ha demostrado haberse rendido ante la ofensiva neoliberal”.¿Sabio suspender por un tiempo los juicios críticos? ¿Dónde está la sabiduría de esa supuesta prudencia?

Con todo, prosigue, cabe confiar en que el Gobierno tome la iniciativa diplomática en un contexto multilateral y forme una especie de frente de defensa de los saharauis. Conste que, añade Cotarelo, “como a la mayoría de mis paisanos, me gustaría que el Presidente diera un puñetazo sobre la mesa. Pero detrás del puñetazo tiene que haber una capacidad militar y una voluntad política para llevarlo a sus últimas consecuencias. ¿Las hay?”.

No las hay y como la acción política multilateral no parece probable, ni Francia en Europa ni Estados Unidos en el Consejo de Seguridad están por la labor, aquí paz, la paz de los cementerios de El Aaiún, y en el cielo gloria, gloria sangrienta. ¿Y entre cero y el infinito no hay procedimientos efectivos ni actuaciones posible? ¿Entre la pasividad, la mentira, la manipulación, el servilismo, el decir sin decir y el afirmar negando, y el emprenderla a tortas y a bombazos no hay ningún margen de maniobra? ¿Marruecos tienen, pues, impunidad, puede hacer lo que le venga en gana y nosotros chitón que el domingo hay partido y que la geopolítica es muy compleja? Efectivamente, el marco recuerda un escenario israelí.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Sahara: 36 años de exilio y lucha

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Cuatro activistas y observadores de derechos humanos españoles se encuentran en paradero desconocido
Resistencia Saharaui y THAWRA desmienten las declaraciones del Gobierno español sobre los activistas retenidos en el Aaiún


Colectivo Thawra y Resistencia Saharaui
Rebelión



La declaraciones que junto a Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del gobierno, ha dado Trinidad Jiménez, la ministra de Asuntos Exteriores, con respecto a los 4 Activistas y Observadores de Derechos Humanos, Silvia García y Javier Arias Sopeña de Thawra, e Isabel Terraza y Antonio Velázquez de Resistencia Saharaui son falsas, son mentira.

Desde los colectivos Thawra y Resistencia Saharaui declaramos nuestra indignación por las declaraciones que ha dado ayer la ministra, ya que, ni conocen la localización de nuestros compañeros de forma concreta y precisa, ni mucho menos se han comunicado con ellos. La posición que asume el gobierno español con estas declaraciones nos llena de vergüenza y preocupación. La madre de Javier Sopeña, se comunicó el día 11 de Noviembre con el Cónsul en Rabat y este declaró no poder garantizar sacar con seguridad de El Aaiún en estos momentos a nadie. Los esfuerzos por garantizar la seguridad de los cuatro creemos solo darán resultados si se rompe el bloqueo informativo, si se levanta el veto a la MINURSO y si la Cruz Roja Internacional puede entrar a atender a los más de 4.500 heridos.

El sentimiento común de todos es de traición, persecución e impotencia por la sumisión y complicidad del gobierno de España, ante las actuaciones de exterminio contra los Saharauis que perpetra Marruecos en la ciudad de El Aaiún y en los Territorios Ocupados por sus fuerzas militares en el Sahara Occidental.

Marruecos no tiene la capacidad jurídica para expulsar, para negar una acreditación de prensa o bloquear ningún acceso informativo, como los recientes casos de los periodistas de Cadena Ser y Luis de Vega de ABC. Denunciamos que España está violando su propia constitución al renunciar a sus capacidades administradoras sobre el Sahara Occidental (Territorio no autónomo, en vías de descolonización). La ONU sólo reconoce a España como potencia administradora del Sahara Occidental hasta que se realice el referéndum de autodeterminación del pueblo Saharaui.

Los intereses manifiestos de España, declarados por la ministra Trinidad Jiménez sobre la importancia de Marruecos en la seguridad nacional, las inversiones económicas, sus políticas migratorias y los intereses de la Unión Europea sobre el Magreb NO pueden justificar una masacre como la que se está presenciando en la ciudad de El Aaiún.

Si los intereses económicos y políticos que mantiene España con Marruecos son más importantes que la vida de sus ciudadanos. España está fomentando un conflicto en vez de dar pasos hacia la paz y la conciliación.

Firmado, Colectivo Thawra y Resistencia Saharaui:





rCR



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viernes, 12 de noviembre de 2010

El avispero del Sahara

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MARIANO DE LA PUENTE
Público


Cuando Marruecos no era un país independiente, el Sáhara ya había sido objeto de negociación entre franceses y españoles, y se había configurado su esencia. Finalizaban, o estaban a punto de hacerlo, los colonialismos europeos, la ocupación física. Entonces, los propios africanos iniciaban los colonialismos entre ellos, con el estilo aprendido y aplicando lo mejor de sus colonizadores: dominación y humillación.

La monarquía divina, así se autodenomina el régimen marroquí, se asentó e inició su afán expansionista. Años de plomo en el interior y afán expansionista hacia el exterior. Marruecos lo intenta por el este hacia Argelia (guerra de las arenas), por el sur con el Sáhara y, por el norte, trata de inquietar a España en las ciudades de Ceuta y Melilla. Además de la Marcha Verde harto conocida, acción que contravino todos los tratados y derechos internacionales.

El pueblo saharaui tiene una religión y un idioma, el hassanía, que hablan más de tres millones de personas en una amplia geografía que incluye una zona de Marruecos, Argelia, Mauritania, Mali, Níger y Senegal, desde hace más de 500 años. Tiene una historia similar a la de todos los pueblos africanos. Es, además, un pueblo reconocido en Naciones Unidas por más de 80 países. Un pueblo que quiere estar en su casa y no irse o vivir en la del vecino. No estamos ante un grupo de iluminados con un capricho independentista. Este pueblo ya tenía entidad antes que muchos países africanos, delineados hace escasos años cuando Occidente se repartió ese continente a su antojo. ¿Qué necesita Marruecos para abrir los ojos a la realidad?

Pero hay otros tuteladores de la zona en connivencia con Marruecos. Es verdad que se han acabado los nacionalismos políticos, pero hay otras fórmulas más sibilinas y oscuras, como la explotación de las materias primas (colonialismo económico) o el control de los movimientos de personas e ideas (colonialismo geoestratégico). Estos “colonialismos de interés” son los más peligrosos, pues utilizan la ignorancia o buena fe de los pueblos y de las gentes enfrentándolas para conseguir sus objetivos sin salpicarse. A Francia le interesan las materias primas saharianas; a otros países europeos, entre ellos España, que Rabat coopere en la contención de los sin papeles y en la lucha contra el tráfico de drogas; a todo Occidente, que Marruecos se consolide como un muro frente al islamismo radical que avanza –o eso se dice–. Marruecos es por tanto un socio intocable, al que se le permite todo. Occidente sigue imponiendo su orden, en el que los pueblos –sean marroquíes, saharauis o cualquier otro– poco o nada importan.

En el siglo XXI, muchas cosas están cambiando. Las ideas, las estructuras sociales, la forma de comunicarse, el modo de hacer política, etc. Las situaciones son cada vez menos controlables y no valen los viejos manuales para las nuevas formas. No valen ni consuelan a las gentes las pautas de unos dirigentes que se han quedado obsoletos y que han acomodado su discurso a cualquier escenario. Discuten sobre un futuro que ya no les pertenece, porque no lo verán, y que está siendo reivindicado por quienes lo van a escribir: los jóvenes.

¿Podrán los negociadores saharauis sujetar a sus jóvenes? Están surgiendo movimientos paralelos que reivindican sus derechos de manera diferente, como el asentamiento de 20.000 saharauis. Esto ha supuesto una presión insoportable e inmanejable para el régimen marroquí. De ahí la razia cometida contra esas jaimas instaladas de manera pacífica. Han pretendido infligir un castigo ejemplar e, incluso, como algunos han interpretado, boicotear las conversaciones que estaban teniendo lugar en Nueva York. El efecto ha sido el contrario: el mundo ha mirado con espanto esa acción. Más aún: dicha acción ha alimentado las expectativas de otros jóvenes saharauis que no estaban en los campamentos y asentamientos pacíficos arrasados por la policía marroquí. Jóvenes dispuestos, tal vez, a reclamar de otra manera lo que entienden que les pertenece. La indolencia de unos, la impaciencia de otros y la torpeza de la mayoría se ha condimentado con la irresponsabilidad de casi todos, que miran a otra parte. Si a esto agregamos unas instituciones internacionales que nunca han resuelto nada de enjundia, el caos está servido y, si el epicentro de ese caos encierra intereses económicos, poco más que añadir.

Alguien agita esta colmena con un palo lo suficientemente largo para que no le afecte. Los más próximos a ella serán, sin duda, a quienes les piquen las avispas. Los del palo, que actúan a distancia, se llevaran la miel. ¿Y el futuro? Miles de avispas sueltas vagando por ahí. ¿Y qué hacemos los demás ante tanta ignominia? La mayoría, callar para luego lamentarse. Otros se manifiestan pacíficamente o protestan. Algunos escriben exhortando a los líderes a que se mojen y dejen las tibiezas.

Hay un gran problema o quizá sea el sino de los tiempos nuevos: ya no existen grandes líderes ni gran pensamiento. El mundo se está atomizando. No hay capacidad para afrontar y conducir los problemas globales. Muchas situaciones como la del Sáhara van a la deriva, sin nada en el horizonte que ofrezca esperanza.

África, cuna de la humanidad, está convulsa de norte a sur y de este a oeste. Antes quedaba la posibilidad de ir de Casablanca a París. Ya ni eso. Y a los líderes, por llamarlos de alguna manera, siempre les quedará la posibilidad de alegar: “Yo no sabía, ni quería”, como ahora señala George W. Bush en sus memorias al hablar de Irak. O de echar unos rezos en cualquier plaza del mundo, junto a su santidad.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Sahara: a la mierda, o a la guerra

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RAFAEL GONZÁLEZ MORERA





Vuelvo de España tras una estancia de quince días con un cabreo del quince, valga la redundancia. La sangre del Sahara me escupe en la conciencia, y no sé si he hecho lo suficiente para denunciar estas atrocidades del régimen de terror marroquí, del régimen terrorista que encabeza el sátrapa y asesino Mohamed VI, que se podía haber quedado en Mohamed cero. Estaba el martes por la tarde en Madrid, y un buen amigo saharaui me llama casi llorando de rabia y de pavor (terror) contándome las noticias que recibía de su familia de El Aaiun, encerrados en su casa de un barrio de la capital del Sahara Occidental (no puedo decir dónde), presenciando como colonos terroristas marroquíes asaltaban casas vecinas, incendiaban comercios de saharauis, daban palizas a saharauis vecinos, y se llevaban a lugares desconocidos a jóvenes saharauis vecinos de mi amigo. Vieron además a una mujer con un niño en sus brazos tirados en la calle, los dos muertos. La madre de mi amigo saharaui estaba aterrorizada.

Mi amigo saharaui, con voz temblorosa, reconocía que tenía miedo de salir a la calle. “La comunidad internacional, la ONU, nos está diciendo desde hace muchos años, tienes toda la razón, tienes todo el derecho internacional, pero no cuentes con nosotros; la ONU también nos está diciendo, tienes toda la razón de qué se violan los derechos humanos en el Sahara, pero no cuentes con nosotros, la prueba es que la MINURSO está en El Aaiun haciendo turismo; tienes toda la razón y el derecho a un referéndum, aprobado además por la ONU, pero no cuentes con nosotros; si quieres la independencia, vete a la guerra, y sino vete a la mierda”, me decía muy cabreado y ya más sereno mi amigo saharaui, que encima se enfadó conmigo porque estaba en Madrid.

A los saharauis lo están masacrando en el Sahara, y el Gobierno español que preside José Luis Rodríguez Zapatero, si te vi no me acuerdo, y dicen los psocialistas, los socialfascistas y los socioliberales del PSOE, que ellos no tienen la culpa que hace treinta y cinco años Juan Carlos de Borbón y Borbón saliera del Sahara corriendo como un cobarde, con la Legión y la cabra entre las patas. Me decía el amigo saharaui que al Polisario sólo le queda una opción, o irse a la mierda o ir a la guerra. En caso de no entrar en guerra el desprestigio del Polisario será histórico y perderá carisma entre los saharauis, porque los jóvenes y las mujeres son los máximos partidarios de volver a empuñar las armas contra los asesinos marroquíes, en contra de la posición de los “institucionalizados” en cargos como delegados en Canarias, Madrid, Paris, Londres o en Nueva York, o en puestos remunerados en el Gobierno de la RASD o en el Frente Polisario, donde viven “calentitos”, en el exterior o si acaso en Tifariti y en el Sahara liberado, y sin los problemas gravísimos del interior del Sahara ocupado.

El PSOE y el Gobierno de Zapatero se escudan, sin decirlo que es muy feo, que no tienen la culpa de la estampida que dio el Gobierno español en 1975, cuando el “chacal” de Málaga, el asesino Carlos Arias Navarro, el último presidente del franquismo, dio la orden junto al entonces Príncipe Juan Carlos de Borbón, de salir por patas del Sahara cuando la Marcha Verde organizada por Hassan II, otro asesino como su hijo Mohamed VI. Trinidad Jiménez, ministra de Asuntos Exteriores del Gobierno de Zapatero, aparece con una sonrisita un día sí y otro también cuando le preguntan los colegas periodistas por el Sahara, y sin apenas vergüenza da a entender que la cosa no va con ella, ni sabe ni contesta. Ramón Jaúregui ha formado el lío y el embrollo reconociendo de facto la soberanía marroquí en el Sahara. Ramón Jaúregui sabe mucho del GAL, pero nada del Sahara. Con todo esto, Rodríguez Zapatero entre la no aplicación de la Ley de Libertad Religiosa, la Ley de la Memoria Histórica que también está “stand by”, el mirar para otro lado con una política del avestruz en el Sahara, y la Reforma Laboral como solución para la crisis económica que provocan “los mercados”, se está cavando la tumba política a pasos agigantados. Menos mal que Mariano Rajoy no da la talla mínima para ser presidente de España. Pero de momento la mierda lo cubre todo, y el Polisario o va a la guerra o se va a la mierda.